-foto-Frank de la Jungla y los animales que más miedo le dan
Frank Cuesta, alias 'Wild Frank' o
'Frank de la Jungla', ha vivido las más increíbles aventuras con
animales, y sigue haciéndolo. Le hemos pedido que elija para 'XLSemanal'
aquellos que más sustos le han dado. Una pista: el tigre no está entre
ellos. Y hay otras sorpresas...
«Normalmente un felino te dará la oportunidad de darte media vuelta antes de atacar. Los animales que más miedo dan son los que parecen más indefensos», según Frank, ¡porque, antes de darte la oportunidad de atacar, lo harán ellos! Para bien o para mal, este osado y televisivo explorador sabe de lo que habla. «Mi cuerpo está acostumbrado al veneno. Me gusta sentir la sensación de dolor», cuenta este leonés de 44 años, antes de comenzar a narrar las múltiples ocasiones en las que lo ha sufrido en sus propias carnes. Esta afición por los reptiles y sus poco amistosos jugos le viene de lejos: «Mi abuelo era cubano y le gustaban mucho los animales. De pequeño iba al río con él y, además de los peces que íbamos a pescar, allí había lagartos, serpientes... Empecé a coger víboras con él». Y en esas sigue. Pero este herpetólogo y veterinario no se contenta con enfrentarse a los animales reptantes. Ha recorrido África, Latinoamérica o, en la nueva temporada, Asia. Y se las ha visto con elefantes, rinocerontes, jirafas, leones o tigres. En la selva se siente en su medio. «Hace 20 años que vivo en Tailandia explica. Tengo la selva a 15 minutos de mi casa. ¡He visto leopardos al lado de mi jardín!». Eso sí, asegura que el animal más peligroso de todos «es el único que hace daño sin necesidad». Sí, habla del ser humano. «Sin duda, el que más miedo me da de todos».
La jirafa: "Me impone mucho. Una intentó pisarme hasta tres veces. Venía a matarme"
«Nunca pensé que fuera un animal agresivo, pero, grabando en África, estaba yo haciendo la croqueta por el suelo para acercarme a unos búfalos... ¡y me intentó pisar! No una ni dos veces: dio la vuelta para intentarlo ¡hasta tres veces! Venía a matarme. Luego entendí por qué: era el macho y a unos 200 metros estaba la madre con su cría. Protegía a su familia. Me ha pasado más veces. La jirafa me impone mucho. A veces, los animales más peligrosos son los que parecen más tranquilos».
El elefante: "Pasé 11 horas subido a un árbol... ¡y los elefantes no se iban!"
«Cuando vas por la selva y ves u oyes un elefante, ¡te cagas! Si va a por ti, nada lo detendrá. ¡Arrambla con todo! Sobre todo si sus crías están cerca. Hace unos años, en Tailandia, nos pasamos 11 horas subidos a un árbol. ¡Y los elefantes no se iban! Esperaban a que bajáramos para atacarnos. El elefante africano es más grande que el asiático, pero ambos tienen el mismo comportamiento. El de la imagen me dio permiso para bañarme con él y su manada. Fue un momento mágico, hizo un amago de atacar al principio, pero luego parece que pensó: Bueno, dejemos al tipo raro este de la gorra que se bañe con nosotros».
La pitón: "Una vez que te tiene cogido, no tarda mucho en acabar contigo"
«Intenté cogerla. Me caí hacia un lado y se me enredó alrededor del cuello. Hubo un minuto de tensión. Parecía que no me soltaría... Ese es el peligro: una vez que te tiene cogido, no tarda mucho en acabar contigo. Tener pitones en casa es un disparate, sobre todo si alcanzan tamaño. ¿Qué clase de mascota es esa que debes tener encerrada porque es peligrosa?».
La rana flecha: "Si no respiras, ella no suelta el veneno"
«Se llama así porque los indios del Amazonas rozan la punta de sus flechas con la rana, que supura un veneno fortísimo cuando se enfada. Yo me las he encontrado en Brasil, Costa Rica, Colombia... ¡Son tan bonitas que, en cuanto las ves, las tienes que coger! Las he tenido muchas veces en la mano, siempre con el mismo miedo. La clave está en no respirar. Si no respiras, ella no suelta el veneno. Pero el subconsciente te juega malas pasadas: la garganta se te reseca, el corazón late más rápido... Y crees que te ha envenado, pero no: está todo en tu cabeza. Es el miedo».
El rinoceronte: "Son 1500 kilos. Si te persigue, no tienes miedo... ¡tienes pánico!"
«Es un animal tranquilo y solitario. Pero se mimetiza tan bien que a veces no lo ves hasta que lo tienes a un metro de ti. ¡Son 1500 kilos de animal y alcanza los 40 kilómetros por hora en segundos! Nos ha tocado salir corriendo decenas de veces. Si te persigue un rinoceronte, lo que tienes no es miedo... ¡es pánico! La ventaja es que no ve muy bien, se guía por el olfato. Si corres en zigzag, normalmente lo despistas».
La víbora de Russell: "No hay que ponerse nervioso. Si la sangre bombea rápido, el veneno llega antes al corazón"
«Es la serpiente a la que más respeto tengo. ¡Hemos vivido muchas aventuras juntos! Esta temporada tuve un percance que jamás hubiera imaginado. Tenía un ejemplar entre las manos, para enseñar sus dientes a la cámara. ¡Y me escupió! No es lo normal. Pero me dio de lleno en la boca y en el ojo. Tuvimos que interrumpir el rodaje unos días. ¿La clave? No ponerse nervioso, porque si la sangre bombea rápido, el veneno alcanzará antes el corazón. A mí me mordió una víbora por primera vez a los 12 años, así que ya sé lo que tengo que hacer. Pero impone».
La hormiga bala: "El efecto de la picadura dura 24 horas y te quieres cortar la mano del dolor"
«Cuando te muerde, duele como si te pegaran un balazo. No es mortal, ¡pero es la más dolorosa del mundo! Algunas tribus de Brasil utilizan un ritual de paso a la edad adulta que consiste en ponerse un guante lleno de estas hormigas. Yo lo hice. Es una experiencia espectacular... ¡una vez que la has superado! Te empiezas a marear del dolor que sufres. Eso sí. Es peor cuando te pica solo una. Dura 24 horas y te quieres cortar la mano del dolor que tienes. La primera vez que me mordió una fue en Costa Rica... Hace poco me preguntaron en Brasil si me dejaría morder por una de ellas... ¡Ni de coña!».
Desayuno,. '¡Tostás!'
«Me encanta levantarme a las doce y desayunar a las doce y media: tostás con aceite, tomate y jamón y un té. Soy adicta al té. Nada de zumos. La fruta, pa la tarde».
Cena -- Un filete de carne con patatas fritas, tomate y lechuga, beber agua, pan , postre una pera,.
TÍTULO: TRAZOS,.Quesología: Los diez imperscindibles,.
Quesología: Los diez imperscindibles
Del País Vasco a la sierra de Cádiz.
Recorremos la Península de punta a punta para descubrir los quesos más
exquisitos y artesanos, esos por los que suspiran los grandes expertos
en gastronomía.
Rey Silo. Pravia, Asturias. El queso
afuega'l pitu es uno de los más conocidos y peculiares de Asturias,
donde se elabora desde tiempos inmemoriales. La quesería Rey Silo lo
sigue haciendo como antiguamente, con leche entera y cruda de vaca.
Madurado en una bodega subterránea a orillas del Nalón, en Pravia,
durante dos meses. De excepcional calidad, con forma troncónica y un
peso de un cuarto de kilo. maridaje: sidra brut nature EM muy fresca.
Payoyo. Villaluenga del Rosario, Cádiz. El mejor queso de Andalucía se elabora en la sierra de Grazalema, el lugar más lluvioso de España, con leche de cabra payoya, autóctona de las sierras gaditanas. La especial calidad de esa leche y el trabajo artesanal de la quesería dan lugar a un producto de gran calidad, de textura mantecosa y con matices y sabores que raramente se encuentran en quesos de cabra. Maridaje: con un tinto de uva mencía, como el Ponte da Boga de Ribeira Sacra.
Idiazábal de Ricardo Remiro. País Vasco. Dentro de la Denominación de Origen Idiazábal, los mejores son los llamados 'quesos de pastor', identificados con una etiqueta negra. Y entre ellos destacan los de la quesería de Ricardo Remiro, situada en Urbasa (Navarra). Elaborados con leche de ovejas de raza latxa que pastan en la sierra de Urbasa, se curan un mínimo de 60 días. Textura cremosa y gran sabor, muy concentrado, con toques amargos, ácidos y salados. Maridaje: con un buen chacolí, como el Itsasmendi Artizar.
Peña Blanca. Los Corrales, Castellón. La quesería Los Corrales, de Castellón, utiliza leche cruda de oveja guirra, raza autóctona valenciana en peligro de extinción. Son piezas de gran formato y de producción muy limitada. Destaca por su olor y sabor intenso y por un regusto peculiar. Precursor de la revolución quesera registrada en nuestro país, es uno de los pocos quesos españoles con la máxima protección de Slow Food International. Maridaje: perfecto con un moscatel, como Molino Real.
Finca Pascualete. Trujillo, Cáceres. Elaborado en una de las fincas de la Condesa de Romanones, este queso de torta se hace con leche cruda de oveja y se prensa a mano a la manera tradicional. Tiene un sabor suave pero muy persistente en el paladar, con recuerdos a campo debido a su cuajo vegetal. Presenta una textura especialmente cremosa, casi líquida. Se come con cuchara, abriendo la tapa superior del queso. Maridaje: con un vino blanco afrutado y con buena acidez, como el Guitián Godello Sobre Lías.
Torta de Cañarejal. Pollos, Valladolid. Queso de oveja que se elabora desde el año 1996 en la localidad vallisoletana de Pollos. Con leche cruda y cuajo de flor de cardo se elabora una torta que se madura durante al menos dos meses. El resultado es un queso especialmente cremoso y muy elegante, con un aroma intenso característico de las hierbas aromáticas que pastan las ovejas: tomillo, salvia o espliego. Maridaje: con un buen cava brut nature, como el Gramona Gran Reserva 2000.
Dehesa Los Llanos. Albacete. Este manchego gran reserva fue elegido el año pasado en Birmingham Mejor Queso del Mundo. Se elabora de manera artesanal con leche cruda, no pasteurizada, de ovejas de raza manchega criadas en una finca de Albacete, y con una corteza natural que se cepilla periódicamente con aceite de oliva virgen extra. Tiene una curación mínima de nueve meses. Destaca su largo y aromático final. Maridaje: con un amontillado de Jerez Tradición.
Cabrales El Teyedu. Tielve, Cabrales, Asturias. El queso de Cabrales es el más conocido de Asturias. Un queso azul que se obtiene del ganado que pasta en los Picos de Europa. Pero no todos los cabrales son iguales. Los mejores son los que selecciona y afina Pepe Bada, que se venden bajo la marca El Teyedu, con producción muy limitada. De leche cruda y entera de vaca, lo más destacado de las piezas de esta marca es su especial textura y cremosidad. Maridaje: con un PX viejo como el Venerable de Osborne.
Maxorata. Fuerteventura. El queso majorero, que se elabora en Fuerteventura con leche de las cabras del mismo nombre, es uno de los más antiguos de España. Se comercializa bajo la marca Maxorata. Un queso de pasta prensada hecho con leche cruda y de textura mantecosa e intenso sabor a leche. Lo hay con distintas curaciones. Destaca la versión con pimentón, que aporta un punto característico. Maridaje: perfecto con una manzanilla pasada, como la Sacristía AB.
Cebreiro Santo André. Lugo. El Cebreiro, con su característica forma de hongo, es uno de los quesos tradicionales de leche de vaca de la provincia de Lugo. Normalmente se comercializa fresco, aunque Carlos Reija -el maestro quesero de Santo André- está produciendo unos quesos de Cebreiro de mayor curación, afinado con mohos naturales en corteza, que le aportan una enorme potencia de sabor y complejidad. Maridaje: con un albariño maduro, como el Cepas Vellas de Do Ferreiro
LA LECHE QUE TE HAN DADO
La materia prima del queso es la leche, siempre procedente de animales rumiantes. En España las más habituales son las de vaca, cabra y oveja, aunque también se emplea la de búfala para hacer quesos similares a la mozarela italiana. En unos casos, la leche es de un solo animal; en otros se mezclan diferentes tipos. Por cuestiones sanitarias, y de comodidad, la mayoría de los quesos -sobre todo los industriales- se han elaborado en los últimos años con leche pasteurizada. Sin embargo, son muchas las queserías artesanales que en España han comenzado una verdadera revolución volviendo a elaborar los quesos con leche cruda, a la manera tradicional, lo que les confiere mayor calidad, un sabor más intenso y abundantes matices tanto en los aromas como en la boca.
ACOMPAÑAMIENTOS: LA PAREJA PERFECTA
No hay mejor acompañamiento para el queso que un buen pan artesanal, tanto de trigo como de centeno y otros cereales. También van muy bien los panes de nueces que se encuentran en muchas panaderías. Sin olvidar las galletas tipo craker, ideales para los quesos cremosos. Con una tabla variada, lo mejor es poner una cesta surtida con distintos tipos. Para los quesos curados, un buen complemento son las frutas y los frutos secos, como pasas, orejones, nueces o avellanas. También acompañan bien las frutas frescas, como las uvas o la manzana. Y por qué no una mermelada de cualquier fruta o un dulce de membrillo. A los quesos frescos les va bien la miel. Y a los semicurados, las anchoas.
LA CATA
El queso debe servirse atemperado para apreciar todos sus aromas y su sabor. Si lo tiene en la nevera, sáquelo con tiempo. Un queso frío no sabe a nada. Los cilíndricos como el manchego deben servirse cortados en forma de cuña y en láminas muy finas, dejando algo de corteza para apreciar su aspecto. Las piezas pequeñas deben cortarse por la mitad. Y los azules, en forma cuadrada para poder untarlos con cuchillo. Una buena forma de presentarlos es en tablas con quesos de diferentes tipos e intensidades. En este caso hay que colocarlos de tal forma que se empiece por los más suaves y se termine con los más fuertes, generalmente los azules
CONSERVACIÓN
El queso es una materia viva que requiere una adecuada conservación.Cada uno tiene un momento óptimo para comerlo. Por eso es preferible comprarlos en tiendas especializadas donde estén bien conservados y en su punto exacto de maduración. Un queso fresco debe comerse enseguida. Si lo guarda unosdías, tápelo bien con un paño para que no pierda humedad y sitúelo en la parte más fría de la nevera. Si es de corta o media curación, también debe guardarlo en el frigorífico, pero en la zona de temperatura menos baja. Siempre ensus envoltorios de origen o en recipiente hermético. Los más curados y los azules, si son piezas enteras sin abrir,pueden guardarse fuera. Pero, una vez abiertos, hay que envolverlos en papel de aluminio y también meterlos en el frigorífico.
Payoyo. Villaluenga del Rosario, Cádiz. El mejor queso de Andalucía se elabora en la sierra de Grazalema, el lugar más lluvioso de España, con leche de cabra payoya, autóctona de las sierras gaditanas. La especial calidad de esa leche y el trabajo artesanal de la quesería dan lugar a un producto de gran calidad, de textura mantecosa y con matices y sabores que raramente se encuentran en quesos de cabra. Maridaje: con un tinto de uva mencía, como el Ponte da Boga de Ribeira Sacra.
Idiazábal de Ricardo Remiro. País Vasco. Dentro de la Denominación de Origen Idiazábal, los mejores son los llamados 'quesos de pastor', identificados con una etiqueta negra. Y entre ellos destacan los de la quesería de Ricardo Remiro, situada en Urbasa (Navarra). Elaborados con leche de ovejas de raza latxa que pastan en la sierra de Urbasa, se curan un mínimo de 60 días. Textura cremosa y gran sabor, muy concentrado, con toques amargos, ácidos y salados. Maridaje: con un buen chacolí, como el Itsasmendi Artizar.
Peña Blanca. Los Corrales, Castellón. La quesería Los Corrales, de Castellón, utiliza leche cruda de oveja guirra, raza autóctona valenciana en peligro de extinción. Son piezas de gran formato y de producción muy limitada. Destaca por su olor y sabor intenso y por un regusto peculiar. Precursor de la revolución quesera registrada en nuestro país, es uno de los pocos quesos españoles con la máxima protección de Slow Food International. Maridaje: perfecto con un moscatel, como Molino Real.
Finca Pascualete. Trujillo, Cáceres. Elaborado en una de las fincas de la Condesa de Romanones, este queso de torta se hace con leche cruda de oveja y se prensa a mano a la manera tradicional. Tiene un sabor suave pero muy persistente en el paladar, con recuerdos a campo debido a su cuajo vegetal. Presenta una textura especialmente cremosa, casi líquida. Se come con cuchara, abriendo la tapa superior del queso. Maridaje: con un vino blanco afrutado y con buena acidez, como el Guitián Godello Sobre Lías.
Torta de Cañarejal. Pollos, Valladolid. Queso de oveja que se elabora desde el año 1996 en la localidad vallisoletana de Pollos. Con leche cruda y cuajo de flor de cardo se elabora una torta que se madura durante al menos dos meses. El resultado es un queso especialmente cremoso y muy elegante, con un aroma intenso característico de las hierbas aromáticas que pastan las ovejas: tomillo, salvia o espliego. Maridaje: con un buen cava brut nature, como el Gramona Gran Reserva 2000.
Dehesa Los Llanos. Albacete. Este manchego gran reserva fue elegido el año pasado en Birmingham Mejor Queso del Mundo. Se elabora de manera artesanal con leche cruda, no pasteurizada, de ovejas de raza manchega criadas en una finca de Albacete, y con una corteza natural que se cepilla periódicamente con aceite de oliva virgen extra. Tiene una curación mínima de nueve meses. Destaca su largo y aromático final. Maridaje: con un amontillado de Jerez Tradición.
Cabrales El Teyedu. Tielve, Cabrales, Asturias. El queso de Cabrales es el más conocido de Asturias. Un queso azul que se obtiene del ganado que pasta en los Picos de Europa. Pero no todos los cabrales son iguales. Los mejores son los que selecciona y afina Pepe Bada, que se venden bajo la marca El Teyedu, con producción muy limitada. De leche cruda y entera de vaca, lo más destacado de las piezas de esta marca es su especial textura y cremosidad. Maridaje: con un PX viejo como el Venerable de Osborne.
Maxorata. Fuerteventura. El queso majorero, que se elabora en Fuerteventura con leche de las cabras del mismo nombre, es uno de los más antiguos de España. Se comercializa bajo la marca Maxorata. Un queso de pasta prensada hecho con leche cruda y de textura mantecosa e intenso sabor a leche. Lo hay con distintas curaciones. Destaca la versión con pimentón, que aporta un punto característico. Maridaje: perfecto con una manzanilla pasada, como la Sacristía AB.
Cebreiro Santo André. Lugo. El Cebreiro, con su característica forma de hongo, es uno de los quesos tradicionales de leche de vaca de la provincia de Lugo. Normalmente se comercializa fresco, aunque Carlos Reija -el maestro quesero de Santo André- está produciendo unos quesos de Cebreiro de mayor curación, afinado con mohos naturales en corteza, que le aportan una enorme potencia de sabor y complejidad. Maridaje: con un albariño maduro, como el Cepas Vellas de Do Ferreiro
LA LECHE QUE TE HAN DADO
La materia prima del queso es la leche, siempre procedente de animales rumiantes. En España las más habituales son las de vaca, cabra y oveja, aunque también se emplea la de búfala para hacer quesos similares a la mozarela italiana. En unos casos, la leche es de un solo animal; en otros se mezclan diferentes tipos. Por cuestiones sanitarias, y de comodidad, la mayoría de los quesos -sobre todo los industriales- se han elaborado en los últimos años con leche pasteurizada. Sin embargo, son muchas las queserías artesanales que en España han comenzado una verdadera revolución volviendo a elaborar los quesos con leche cruda, a la manera tradicional, lo que les confiere mayor calidad, un sabor más intenso y abundantes matices tanto en los aromas como en la boca.
ACOMPAÑAMIENTOS: LA PAREJA PERFECTA
No hay mejor acompañamiento para el queso que un buen pan artesanal, tanto de trigo como de centeno y otros cereales. También van muy bien los panes de nueces que se encuentran en muchas panaderías. Sin olvidar las galletas tipo craker, ideales para los quesos cremosos. Con una tabla variada, lo mejor es poner una cesta surtida con distintos tipos. Para los quesos curados, un buen complemento son las frutas y los frutos secos, como pasas, orejones, nueces o avellanas. También acompañan bien las frutas frescas, como las uvas o la manzana. Y por qué no una mermelada de cualquier fruta o un dulce de membrillo. A los quesos frescos les va bien la miel. Y a los semicurados, las anchoas.
LA CATA
El queso debe servirse atemperado para apreciar todos sus aromas y su sabor. Si lo tiene en la nevera, sáquelo con tiempo. Un queso frío no sabe a nada. Los cilíndricos como el manchego deben servirse cortados en forma de cuña y en láminas muy finas, dejando algo de corteza para apreciar su aspecto. Las piezas pequeñas deben cortarse por la mitad. Y los azules, en forma cuadrada para poder untarlos con cuchillo. Una buena forma de presentarlos es en tablas con quesos de diferentes tipos e intensidades. En este caso hay que colocarlos de tal forma que se empiece por los más suaves y se termine con los más fuertes, generalmente los azules
CONSERVACIÓN
El queso es una materia viva que requiere una adecuada conservación.Cada uno tiene un momento óptimo para comerlo. Por eso es preferible comprarlos en tiendas especializadas donde estén bien conservados y en su punto exacto de maduración. Un queso fresco debe comerse enseguida. Si lo guarda unosdías, tápelo bien con un paño para que no pierda humedad y sitúelo en la parte más fría de la nevera. Si es de corta o media curación, también debe guardarlo en el frigorífico, pero en la zona de temperatura menos baja. Siempre ensus envoltorios de origen o en recipiente hermético. Los más curados y los azules, si son piezas enteras sin abrir,pueden guardarse fuera. Pero, una vez abiertos, hay que envolverlos en papel de aluminio y también meterlos en el frigorífico.
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