BLOC CULTURAL,

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miércoles, 13 de septiembre de 2023

EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO -CENA - DOMINGO -LUNES - EL ARBOL DE TU VIDA - Martes - 26 - Septiembre - Diego Sánchez Aguilar ,. / LUNES - 25- Septiembre - Imprescindibles - Fallece a los 82 años Isaías Camarzana Blaya, exconcejal del Ayuntamiento de Cartagena ,. / ELLA & - Botones ,. / EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - PESADILLA EN LA COCINA -Jueves -28- Septiembre - Bizcocho de almendra y avellanas 'ane' ,.

 

 TITULO:  EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO -CENA - DOMINGO -LUNES - EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES -26 - Septiembre -  Diego Sánchez Aguilar,.

EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES -  26 - Septiembre  ,. 

 
 Conducido por Toñi Moreno, el espacio investiga el árbol genealógico de los personajes más queridos de nuestro país. El martes-  26 - Septiembre
, a las 22:30 por antena 3, etc.


 EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - LUNES - Diego Sánchez Aguilar 
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 EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - LUNES - Diego Sánchez Aguilar .,fotos.

 Diego Sánchez Aguilar,.

 Diego Sánchez Aguilar

Diego Sánchez Aguilar: «La ansiedad es la palabra que mejor define el tiempo que vivimos»

Literatura ,.

El narrador cartagenero, que inicia este martes en Alicante la gira española de presentación de la monumental novela 'Los que escuchan', una de las apuestas editoriales de Candaya para 2023, afirma que quería recuperar «ese placer por contar historias como en el Quijote». En estas historias, la ansiedad y el miedo sobrevuelan sobre todos los personajes.


 

( Desayuno )

Se trata de una de las apuestas más llamativas de la “rentrée” literaria de este año. ‘Los que escuchan’, la segunda novela del escritor cartagenero -aunque afincado en Londres- Diego Sánchez Aguilar en el prestigioso sello barcelonés Candaya, promete atrapar, remover e incluso cuestionar al público con un texto al mismo tiempo ambicioso y adictivo, comprometido y rico, inteligente y emocionante. En un futuro inmediato en que las soluciones tecnológicas al cambio climático ya no surten efecto, la incertidumbre y el miedo al colapso empiezan a generar consecuencias sociales, psicológicas y políticas en un Occidente sin rumbo que baila con el caos. ‘Los que escuchan’ da para debates infinitamente enriquecedores pero trataré de ajustarme a los tiempos en esta charla, con la que aprovechamos su paso por el Levante en la gira de presentación: martes 12 en Alicante (80 Mundos, 19h.), miércoles 13 en Cartagena (Museo Teatro Romano, 19h.) y jueves 14 en Murcia (Libros Traperos, 19h).

 

 tocino, huevos fritos y salchichas en placa blanca y mesa de madera 1913744  Foto de stock en Vecteezy

( Cena,.)

En ‘Los que escuchan’ todos los personajes, desde la más cínica asesora de imagen política hasta el activista pureta, se ven afectados por el cambio climático y la lógica cultural del colapso. ¿Por qué crees que estos asuntos están tardando tanto en llegar a la literatura? El arte contemporáneo los aborda con mucha más naturalidad y frecuencia.

Creo que cuestiones como el cambio climático han tardado mucho en entrar en la novela porque esta se concibe hoy día y, al menos, desde el siglo XIX, como el territorio de lo íntimo y lo emocional. Lo habitual es que en el centro de una obra narrativa se sitúe siempre el personaje, su psicología, su intimidad y sus emociones. Yo mismo, en esta novela, pongo en el centro a un personaje que sufre ansiedad climática, aunque luego intento abrir el foco para entretejer los conflictos emocionales de los personajes con las estructuras lingüísticas, sociales y políticas que determinan sus sentimientos. 

El arte contemporáneo ha seguido mucho más apegado a la ruptura con la sentimentalidad que introdujeron las vanguardias de principios del XX y esto ha favorecido que las cuestiones políticas (y entre ellas la ambiental, pues es una cuestión política) tengan mucho más peso. La narrativa contemporánea, por el contrario, está inmersa en una tendencia mucho más reaccionaria. Mi impresión es que el lector del siglo XXI quiere historias sencillas y realistas protagonizadas por personajes “muy humanos” que experimentan conflictos sentimentales o familiares. Creo que narradores como Ferlosio, Martín-Santos, Miguel Espinosa, Augusto Roa Bastos o José Donoso, por citar los primeros nombres que me vienen a la cabeza del ámbito hispánico, lo tendrían realmente complicado para encontrar lectores hoy. Tengo que agradecer a Candaya que se atreva con autores como Gustavo Faverón, Eduardo Ruíz Sosa, Fernanda García Lao y tantos otros que abren la novela contemporánea a nuevos y ambiciosos territorios tanto en lo emocional como en lo político e histórico. 

¿Cómo se construye una obra tan radicalmente política (en el buen sentido, el amplio) pero al mismo tiempo tan escrupulosamente no panfletaria?

En primer lugar, no tengo nada contra los panfletos. El adjetivo “panfletario” me parece, de hecho, una de esas evidencias lingüísticas de hasta qué punto es complicado poner en primer plano la cuestión política en la novela actual. Ese adjetivo valorativo suele usarse como arma arrojadiza desde las filas de cierta “pureza narrativa”, que no es más que la asunción acrítica de un canon reaccionario del concepto de novela realista-intimista. Si el “panfleto” es sincero, funciona, y es coherente con la construcción que el autor pretende, bienvenido sea. Véase Cristina Morales, por poner un ejemplo cercano.  

Yo, cuando escribo, lo que busco es ser “escrupulosamente” fiel a la verdad. Por supuesto, no sé qué es la “verdad”. Pero sí sé qué es la mentira, y cuándo el lenguaje quiere arrastrarme al tópico y al imperio del “sentido común”. Y eso es lo que intento evitar, ese es mi mayor compromiso. No mentirme, no mentir al lector, mantenerme cerca de la verdad.

Y, para acercarme a esa utópica “verdad”, lo que pretendo, cuando escribo, es desaparecer, alejarme de mí, de la “realidad” y de los personajes. Quiero ser fiel a la verdad de ese mundo que nace a cada segundo en la página en blanco, y para eso el primer paso es borrarme, no manipular a los personajes ni el mundo que habitan, dejarlos enfrentar su propia verdad. 

También es cierto que, en general, desconfío de quienes “tienen las ideas muy claras”. Yo dudo inmensamente, me debato en contradicciones infinitas, y escribo desde esa perplejidad y esos conflictos. Por eso es muy difícil que sea “panfletario”.  

Por otro lado, en textos como este, en entrevistas y presentaciones, sí tengo que ser yo quien habla, y son mis ideas (sobre la escritura, pero también sobre la sociedad) las que quedan plasmadas. Eso hace que luego mis libros sean leídos desde mis opiniones, que no dejan de ser cháchara de tertuliano, que es justo lo que intento evitar mientras escribo. La entrevista es lo contrario de la desaparición y el aislamiento total que hay en el momento de la escritura; son la publicidad y el marketing de mí mismo y, por lo tanto, un atentado contra lo que ha quedado escrito en mis libros. Esto es tremendamente irónico, por supuesto, y me hace retorcerme en contradicciones, culpas y autodesprecios que algunos de mis personajes envidiarían morbosamente. 

Al leer la novela he pensado en J. G. Ballard, en Ursula K. LeGuin y en Mariana Enríquez, ¿qué función tienen en tu obra lo distópico y lo sobrenatural?

Creo que es una forma de huir de ese concepto de intimidad del que hablaba antes, y de evitar lo que Fisher llamaba el “realismo capitalista”: esa sensación de que el mundo es como es y no puede ser de otra manera. Lo distópico, la ciencia ficción de corte social, lo que hace es inventar un mundo y, en ese proceso de creación “desde cero”, obliga al lector a mirar su propia realidad y a repensar esas estructuras sociales, políticas y económicas que damos por supuestas, que parecen “naturaleza” y no ideología.  

Por otro lado, lo sobrenatural es una forma (fracasada, por supuesto, paradójicamente contraproducente desde el momento en que existe el adjetivo “sobrenatural”) de escapar al pensamiento técnico dominador del mundo del que hablaba Heidegger; lo sobrenatural implica una humildad de lo humano, una renuncia del sujeto al dominio absoluto de la realidad y la naturaleza.

 Mi intención inicial no pretendía incluir lo “fantástico” como elemento narrativo: es algo que se impuso durante la escritura. El hecho de que lo fantástico hiciera su aparición como respuesta a esa pregunta por el futuro que es continuamente planteada a lo largo de la novela me parece una señal de hasta qué punto es difícil pensar alternativas a la lógica del colapso que nuestro lenguaje nos presenta como única opción paradójicamente racional. Es como si lo humano, para pensar el futuro, necesitara dar un paso atrás, desaparecer o borrarse, dejando así espacio para algo que solo llamaríamos “no-humano” por la asociación entre “humano” y “sujeto-racional-dominador-capitalista” que parece hoy inevitable en nuestro lenguaje. No es que yo plantee en la novela un posthumanismo o un transhumanismo al estilo de Donna Haraway, pero sí hay un intento de redefinir “lo humano” como única vía de salvación.  

Por otro lado, no ha de pensarse que hay un elemento fantástico “clásico” o “gótico”. Me siento más cerca del frágil elemento fantástico de “Ruido de fondo” de Don DeLillo, o de la difusa distopía de “La broma infinita” de David Foster Wallace. La idea es ejercer una “desviación” del realismo canónico que permite una perspectiva diferente y enriquecedora sobre la realidad cotidiana de una época y una sociedad muy concretas. 


Al igual que en tu anterior novela, Factbook. El libro de los hechos (Candaya, 2019), uno de los grandes temas presentes en tu texto es la dificultad contemporánea para comprometerse, para funcionar en clave colectiva. Muchos de tus personajes encuentran problemas para salir de sí mismos, de su propia burbuja hiperanalítica. ¿Es este uno de los males de la época?

Así lo veo yo, así aparece, casi sin que yo pueda evitarlo, en mis personajes. Ellos sufren esa contradicción inherente a nuestras sociedades occidentales que están fundadas sobre “textos sagrados” como la Constitución y las Declaraciones de Derechos, en los que nos decimos a nosotros mismos que son el altruismo, el colectivismo, la igualdad, la libertad y la fraternidad lo que nos constituye; mientras que, por otro lado, funcionamos día a día con un sistema económico, político e ideológico en el que predomina el individualismo, la lógica económica del beneficio personal y la competitividad extrema. 

El roce entre estos dos “sistemas”, uno textual-teórico, y otro ideológico-práctico produce ese “ruido de fondo” en la psicología de los personajes. Y también, por supuesto, la certeza silenciosa de que esa espiral de crecimiento infinito y productividad sin límites es incompatible con los recursos naturales por un lado, y con la salud mental de los trabajadores sometidos a ese régimen económico-laboral por otro.  

Por eso en mis personajes suele aflorar esa sensación de culpa, de saber que están “traicionando”, de forma inevitable y casi trágica, algo que habían aprendido y que parecía bueno. Y también viven en esa sensación de tobogán, de cuesta abajo que los empuja hacia un destino que no quieren y que, sin embargo, no pueden dejar de hacer, siguiendo una lógica de adicto; pero más terrible aún, porque no hay centros de desintoxicación para escapar del capitalismo, es decir, del lenguaje, de ese “sentido común” que condena cualquier alternativa al territorio de lo ingenuo, lo “idealista” (insulto cotidiano en la política actual) o lo “utópico”. El “sentido común” es, en cierto modo, el arma definitiva que destruirá el mundo. 

Y, sí; la colectividad como solución está ahí, se puede entender sin demasiado esfuerzo, igual que los cálculos irrebatibles sobre el cambio climático. Y, sin embargo, como el hecho de reducir las emisiones para ralentizar el calentamiento global, resulta casi irrealizable. Del mismo modo que nuestra economía solo concibe el beneficio exponencial infinito, nuestra ideología solo concibe el éxito personal, la satisfacción íntima, la realización, el “cuídate a ti mismo”, hasta el punto de que llegamos a pensar que tanto nuestros problemas de ansiedad y estrés como nuestra felicidad dependen exclusivamente de nosotros mismos, son nuestra culpa o nuestra “conquista personal”, como si no existiera nada ahí fuera. El intimismo es el opio del pueblo. 

En los últimos años, un buen número de autores regionales están cosechando éxitos de público y crítica en la literatura nacional. Pienso en ti mismo, en Miguel Ángel Hernández, Lola López Mondéjar, Ginés Sánchez, Ilu Ros, Manuel Moyano o Cristina Morano. ¿Hasta qué punto te sientes parte de un grupo generacional o territorial?,.

 

TITULO:  Lunes -25 - Septiembre  - Imprescindibles - Fallece a los 82 años Isaías Camarzana Blaya, exconcejal del Ayuntamiento de Cartagena   ,.



LUNES -25- Septiembre - Imprescindibles ,.

Imprescindibles, serie de documentales sobre los personajes más destacados de la cultura española del siglo XX cada semana en La 2, el lunes - 25 - Septiembre   -
 , a las 21:00 ,foto .
 
 Fallece a los 82 años Isaías Camarzana Blaya, exconcejal del Ayuntamiento de Cartagena ,.

Ostentó el cargo entre los años 2007 y 2015, etapa en la que fue responsable de distintas áreas, como Desarrollo Sostenible o Descentralización, así como del distrito 6,.

Isaías Camarzana Blaya.
Isaías Camarzana Blaya. Ayto.

 

El exconcejal del Ayuntamiento de Cartagena Isaías Camarzana Blaya falleció este martes por la noche a los 82 años, según comunicó horas más tarde el Ayuntamiento. La alcaldesa trasladó a su familia el pésame en nombre del equipo de gobierno local y de la Corporación municipal. "Isaías destacó por su naturalidad y por ser una persona afable, cercana y llana. Su personalidad le hizo ser muy querido por compañeros y ciudadanos", dijo de él Noelia Arroyo.

Camarzana fue concejal entre los años 2007 y 2015, en los dos últimos equipos de gobierno presididos por Pilar Barreiro. En aquella etapa fue responsable de distintas áreas, como Desarrollo Sostenible y Descentralización. También fue el concejal del Distrito 6, integrado por las diputaciones de El Lentiscar y La Palma.

No obstante, Camarzana llegó a la política cuando ya se había jubilado como mecánico óptico y jefe de taller óptico, profesión que ejerció durante cuarenta años. Era un clásico en la plantilla de empleados de Óptica Andrés.

Además de muy conocido por su trabajo y su trato cercano y afable, el Ayuntamiento recordó ayer que su vocación de servicio público tuvo reflejo en el movimiento vecinal. Previamente a su participación política ejerció durante varios años la presidencia de la Asociación de Vecinos de Molino Derribao.

Sus familiares y allegados velan a Isaías Camarzana en el tanatorio Estavesa, donde este jueves, a las diez de la mañana tendrá lugar su funeral. Su féretro está cubierto por el sudario con el escudo de Cartagena, como corresponde a los exconcejales.

TITULO:   ELLA & - Botones,.

Botones,.

 Botones | Opinión | EL PAÍS

foto / El papa Francisco ha entrado en el despacho oval. En una foto con el católico Biden. La cantidad de clichés que ha metido el nuevo presidente en su despacho. Bustos de Rosa Parks, Eleanor Roosevelt, Martin Luther King, Robert Kennedy o César Chávez (sindicalista amigo del anterior). Churchill y Andrew Jackson se han ido a tomar por saco (Jackson tuvo esclavos y, al contrario que Madison, desarrolló una actitud hostil contra los indios). Nada que objetar al cuadro de Benjamin Franklin que sustituye a Jackson. También se va Thomas Jefferson (otro esclavista). Este sustituido por un lienzo de Childe Hassam de la Quinta Avenida de Nueva York. Qué tiempos aquellos de Trump: «Tengo a la gente más leal. Podría pararme en mitad de la Quinta Avenida, disparar a la gente y no perdería votantes». También es el lugar de la Torre Trump. Camille Paglia siempre se queja de que para hacer ese mamotreto destruyera en 1980 las esculturas art decó de caliza que decoraban la fachada de los grandes almacenes Bonvit Teller, edificio de 1929 que fue demolido para construir la Torre Trump.

A Benjamin Franklin le pareció en 1789 que la Constitución americana estaba funcionando. De ahí viene su famosa frase: «Todo parece indicar que perdurará. Pero no hay nada seguro excepto la muerte y los impuestos». Lo que no dura es la decoración de un despacho. Ni los botones. Cuentan periodistas que lo vieron durante una entrevista que había uno rojo que no era para bombardear Rusia. Trump lo pulsaba y un mayordomo traía una Coca-Cola Light en una bandeja. En 'Death to 2020' dicen que Biden es el fantasma de un mayordomo. El fantasma ha quitado el botón. Tío, aunque fuera para que te trajeran sangre de poetisas jóvenes.

TITULO: EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - PESADILLA EN LA COCINA -Jueves -28- Septiembre-  Bizcocho de almendra y avellanas 'ane'   ,.

Jueves  -28- Septiembre - Pesadilla en la Cocina es un programa de televisión español de telerrealidad culinaria, presentado por el chef Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves a las 22:30 en La Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina vuelve Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos, etc.

EL BAR ESQUINA -  REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO -   Bizcocho de almendra y avellanas 'ane'   ,.

EL BAR ESQUINA -  REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO -   Bizcocho de almendra y avellanas 'ane'  . , fotos,.

 

Bizcocho de almendra y avellanas 'ane',.

El chef Martín Berasategui nos enseña esta semana un exquisito postre para disfrutar de un momento dulce: el bizcocho de almendra y avellanas 'ane'.

 

Ingredientes:

  • 380 g de huevos
  • 320 g de azúcar
  • 5 g de sal
  • 50 g de praliné de avellanas
  • 60 g de harina de almendras
  • 320 g de harina tamizada
  • 7 g de levadura en polvo
  • 240 ml de nata líquida
  • 70 g de mantequilla fundida
  • 180 g de avellanas peladas, tostadas y molidas finas

Además:

  • Mantequilla para untar los moldes y harina para espolvorear los moldes
  • 2 soperas de mantequilla derretida
  • Azúcar en polvo,.
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PREPARACIÓN,.

 


Montamos con unas varillas los huevos, el azúcar y la sal. En cuanto tengamos una mezcla esponjosa, incorporamos el praliné de avellanas y lo integramos bien.Entonces, vamos añadiendo el resto de ingredientes, harina de almendras, 


 

harina, levadura y, por último, la nata. Al final, añadimos la mantequilla fundida, mezclamos bien e incorporamos las avellanas tostadas. Rellenamos un molde tipo plum-cake, antes untado con mantequilla y espolvoreado con harina. Derramamos por encima una pizca más de mantequilla derretida y dejamos reposar toda la noche los moldes bien cubiertos en la nevera.


ACABADO Y PRESENTACIÓN


Horneamos a 180 ºC durante 15 minutos, luego a 140 ºC otros 35 aproximadamente. Retiramos del horno, y enfriamos antes de desmoldar. Una vez desmoldados, los espolvoreamos con azúcar en polvo.


La misma receta puede hacerse con otro tipo de fruto seco (nueces o pistachos), utilizándolo en forma de harina, molido y tostado.

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