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viernes, 23 de julio de 2021

Mi casa es la tuya - Manuel Castells Oliván ., Viernes-23- Julio,. / Pekín Express - ¿Aristóteles o Lao-Tse? . / UN BUEN PLAN ES IR AL CINE - American History X ,. / Días de cine -' Cine - Pilar Bardem con Anna Castillo como madrina,. Viernes-23- Julio . / Saber Vivir - El niño del palacio ,.

 

TITULO: Mi casa es la tuya -    Manuel Castells Oliván . ,    , Viernes -23- Julio,.

 

Mi casa es la tuya',


Este viernes -23- Julio a las 22.00, Telecinco emite una nueva entrega de 'Mi casa es la tuya', con Bertín Osborne charlando con Manuel Castells Oliván  , foto,.

 

Manuel Castells,.

Manuel Castells
Manuel Castells 2020 (cropped).jpg
Fotografiado en enero de 2020

Escudo de España (mazonado).svg
Ministro de Universidades de España
Actualmente en el cargo
Desde el 13 de enero de 2020
Presidente Pedro Sánchez
Monarca Felipe VI
Gabinete Segundo Gobierno Sánchez
Predecesor Pedro Duque
(como ministro de Ciencia, Innovación y Universidades)

Información personal
Nombre de nacimiento Manuel Castells Oliván
Nacimiento 9 de febrero de 1942 Ver y modificar los datos en Wikidata (79 años)
Hellín (España) Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Española
Familia
Cónyuge Emma Kiselyova
Hijos Nuria Castells
Educación
Educado en Universidad de Barcelona Ver y modificar los datos en Wikidata
Supervisor doctoral Alain Touraine Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Profesor, ministro, sociólogo, filósofo y escritor Ver y modificar los datos en Wikidata
Área Sociología urbana Ver y modificar los datos en Wikidata
Empleador
Estudiantes Daniel Cohn-Bendit Ver y modificar los datos en Wikidata
Partido político Independiente
Miembro de
Web
Sitio web

Manuel Castells Oliván (Hellín, Albacete, 9 de febrero de 1942) es un sociólogo y profesor universitario español, ministro de Universidades del Gobierno de España desde 2020.

Es académico de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras,1​ de la Academia Británica, de la Academia de Ciencias Políticas y Sociales de Estados Unidos, de la Academia Mexicana de Ciencias y de la Academia Europea. Según el Social Sciences Citation Index 2000-2017, Manuel Castells es el sexto académico del ámbito de las ciencias sociales más citado del mundo y el erudito en comunicación más citado del mundo.2

Fue galardonado en 2012 con el Premio Holberg por haber «dado forma a nuestra comprensión de la dinámica política de las economías urbanas y globales en la sociedad red». En 2013 fue galardonado con el Premio Balzan de Sociología. Está especialmente asociado con la investigación en sociedad de la información, comunicación y globalización.

Biografía

Nació en Hellín (Albacete), donde sus padres eran funcionarios de Hacienda, el 9 de febrero de 1942. Está casado, tiene una hija y dos nietos. Estudió Derecho y Económicas en la Universidad de Barcelona desde 1958 hasta que, por sus disensiones con la dictadura de Francisco Franco, se exilió en 1962, radicando en París, donde estudió sociología con Alain Touraine A los 24 años se convirtió en el profesor más joven de la Universidad de París. Fue en sus clases donde Daniel Cohn-Bendit y otros estudiantes apoyaron las protestas de mayo de 1968, hecho por el cual la Universidad lo despidió. Se trasladó después a Estados Unidos, donde se enfocó en el desarrollo de tecnologías de la información y su impacto social.

Fue coordinador del Proyecto Internet Catalunya (2001 a 2007).3

Es catedrático de Sociología en la Universidad Abierta de Cataluña, en Barcelona. También es University Professor y catedrático titular de la Cátedra Wallis Annenberg de Tecnología de Comunicación y Sociedad de la Escuela Annenberg de Comunicación, de la Universidad of Southern California, en Los Ángeles; Catedrático Emérito de Sociología y de Planeamiento Urbano y Regional en la Universidad de California en Berkeley, donde enseñó durante 24 años; Fellow of St. John’s College de la Universidad de Cambridge y titular de la Cátedra Network Society en el Collège d’Études Mondiales, Paris.

Ha sido profesor visitante en numerosas universidades de todo el mundo y profesor invitado en cientos de instituciones académicas y profesionales en 45 países. Entre ellas en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (2004-2009), en la Universidad de Oxford (2007-2010), en la Universidad de Santa Clara (2008-2010) y en la Universidad de Cambridge (2012-2014). Desde 2011 fue investigador visitante permanente del Instituto Stellenbosch para Estudios Avanzados, en Sudáfrica.

Ha recibido doctorados honoríficos de universidades de Europa, América del Norte, América Latina y Asia, además de varias cátedras honoríficas y medallas universitarias. Es Académico Numerario de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras, académico de la Academia Europea, de la Academia Británica, de la Academia Mexicana de Ciencias y de la Academia Americana de Ciencias Políticas y Sociales.4​ Desde su fundación, ha sido presidente del Consejo Académico de Next International Business School5​, escuela de negocios con sede en Madrid. En 2015 el Col·legi d'Economistes de Catalunya le distinguió como colegiado de honor.

Teoría

En la década de 1970, Castells desempeñó un papel principal en el desarrollo de una sociología urbana marxista. Enfatizó el papel de los movimientos sociales en la conflictiva transformación del paisaje urbano. Introdujo el concepto de «consumo colectivo» (transporte público, vivienda pública, etc…) como marco de un amplio abanico de luchas sociales, trasladadas del campo económico al político por la intervención del Estado. Abandonando las rigideces del marxismo a principios de los años 80, empezó a concentrarse en el papel de las nuevas tecnologías en la reestructuración de la economía. En 1989 introdujo el concepto de «espacio de los flujos», las componentes materiales e inmateriales de las redes globales de información mediante las cuales la economía se coordinaba de una forma creciente, en tiempo real, a través de las distancias.

En la década de los 90, combinó ambas líneas de su investigación en un voluminoso estudio, La era de la información, que se publicó como una trilogía entre 1996 y 1998. En respuesta a la crítica acogida de dicho trabajo en un largo número de multitudinarios seminarios celebrados en universidades de todo el mundo, se publicó una segunda edición de la obra en el año 2000.

El análisis de Castells se desarrolla a lo largo de tres dimensiones básicas: producción, poder y experiencia. Con ello pone énfasis en que la organización de la economía, del Estado y sus instituciones, las formas de significación en sus vidas que crean las personas mediante la acción colectiva, son fuentes irreductibles de dinámicas sociales. Han de ser entendidas en sus propios términos, así como en relación con las demás. Al aplicar dicho análisis al desarrollo de Internet, Castells enfatiza los papeles del Estado (en lo militar y académico), movimientos sociales (hackers y activistas sociales) y empresas en el moldeado de la infraestructura en relación con sus (conflictivas) agendas.

Globalización y era de la información

En los últimos treinta años ha llevado a cabo investigaciones en la que relaciona la evolución económica y las transformaciones políticas, sociales y culturales en el marco de una teoría integral de la información. Los resultados de su trabajo se recogen en la trilogía La era de la información, traducida a varios idiomas, así como una sucesión de investigaciones y publicaciones posteriores.

En palabras de Manuel Castells, La era de la Información es nuestra era:

Es un periodo histórico caracterizado por una revolución tecnológica centrada en las tecnologías digitales de información y comunicación, concomitante, pero no causante, con la emergencia de una estructura social en red, en todos los ámbitos de la actividad humana, y con la interdependencia global de dicha actividad. Es un proceso de transformación multidimensional que es a la vez incluyente y excluyente en función de los valores e intereses dominantes en cada proceso, en cada país y en cada organización social. Como todo proceso de transformación histórica, la era de la información no determina un curso único de la historia humana. Sus consecuencias, sus características dependen del poder de quienes se benefician en cada una de las múltiples opciones que se presentan a la voluntad humana.
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El sociólogo establece una distinción analítica entre nociones de «sociedad de la información» y «sociedad informacional», con implicaciones similares para la economía de la información/informacional. El término sociedad de la información destaca el papel de esta última en la sociedad. Pero sostiene que la información, entendida como comunicación del conocimiento, siempre ha sido fundamental para cualquier sociedad, incluida la Europa medieval, que estaba culturalmente organizada y en cierta medida unificada en torno al escolasticismo, esto es, a un marco intelectual.

En contraste, el término informacional denota el atributo de una forma específica de organización social en la que generación, el procesamiento y la transmisión de la información se convierten en las fuentes fundamentales de la productividad y el poder, gracias a las nuevas condiciones tecnológicas que surgen a caballo de los siglos XX y XXI. La terminología de Castells trata de establecer un paralelismo con la distinción entre industria e industrial. Una sociedad industrial (como noción habitual en la tradición sociológica) no es solamente una sociedad en la que hay industria, sino aquella en la que las formas sociales y tecnológicas de la organización industrial impregnan todas las esferas de la actividad, comenzando con las dominantes y alcanzando los objetos y hábitos de la vida cotidiana. La utilización que Castells hace de los términos sociedad informacional y economía informacional intenta caracterizar de modo más preciso las transformaciones actuales, más allá de la mera observación de que la información y el conocimiento son fundamentales para nuestras sociedades actuales. Para determinar el contenido real de “sociedad informacional” ha de recurrirse a la observación y el análisis.8

Entendiendo los modos de desarrollo tecnológico como los mecanismos mediante los cuales el trabajo actúa sobre la materia para generar producto, cada modo de desarrollo se define según el elemento que es fundamental para fomentar la productividad en el proceso de producción. Así, en el modo de desarrollo agrario, la fuente del aumento del excedente es el resultado del incremento cuantitativo de mano de obra y recursos naturales (sobre todo tierra cultivable) en el proceso de producción, así como de la dotación natural de esos recursos. En el modo de producción industrial, la principal fuente de productividad es la introducción de nuevas fuentes de energía y su disponibilidad para ser usada en la producción y los procesos de circulación.8

En el nuevo modo de desarrollo informacional, la fuente de la productividad estriba en la tecnología de la generación de conocimiento, el procesamiento de la información y la comunicación de símbolos. Sin duda, el conocimiento y la información son elementos decisivos en todos los modos de desarrollo, ya que el proceso de producción siempre se basa sobre cierto grado de conocimiento y en el procesamiento de la información. Sin embargo lo que es específico del modo de desarrollo informacional es la acción del conocimiento sobre sí mismo como principal fuente de productividad. En el nuevo modo de desarrollo informacional la fuente de la productividad estriba en la tecnología del conocimiento, el procesamiento de la información y la comunicación de símbolos.8

La sociedad de la información y el estado del bienestar

Conjuntamente con Pekka Himanen, Castells ha publicado un análisis de caso de sus teorías en el libro «La sociedad de la información y el estado del bienestar». El caso de Finlandia se presenta como ejemplo exitoso de inserción en un mundo globalizado de la mano del desarrollo de la sociedad de la información, manteniendo el contrato social entre el estado y la sociedad con su población y una distribución de esos beneficios de forma bastante homogénea. Así pues, demuestran cómo, en contraposición a Estados Unidos, la globalización de su economía no se traduce en una desigualdad social que se refleja en el aumento de la marginalidad de los individuos más desprotegidos por el estado. En la metamorfosis finlandesa, se demuestran como elementos clave: la identidad ciudadana finlandesa reforzada por el informacionalismo, la habilidad del estado para conjugar el desarrollo de esa identidad mediante la promoción de la sociedad de la información y sus sinergias con los sectores privado y público así como entre estos últimos. En un mundo de flujos globales de salud, poder e imágenes, la búsqueda de la identidad colectiva o individual, asignada o construida, se vuelve la fuente fundamental de sentido social, escribe. Como consecuencia de la prevalencia actual de la tecnología de la información, en el mundo se está abriendo una brecha entre una tecno-élite globalmente conectada, y las identidades comunitarias, atrincheradas en lo local. Castells destaca la importancia del moderno proceso de localización a la par de globalización. Castells visualiza un siglo XXI en el cual las identidades serán absorbidas en la red, o excluidas de ella, como se ha hecho con algunas tribus indígenas en reservas. Esas serán, sostiene, las batallas culturales del siglo XXI.9

Informacionalismo y sociedad red

El informacionalismo es un paradigma tecnológico. Concierne a la tecnología, no a la organización social ni a las instituciones. El informacionalismo proporciona la base para un determinado tipo de estructura social que denomina sociedad red. Sin el informacionalismo, la sociedad red no podría existir, pero esta nueva estructura social no es producto del informacionalismo, sino de un patrón más amplio de evolución social.10

La sociedad de la información y sus contradicciones

En 1995, se celebraba la reunión del Grupo de los Siete (G-7) en Bruselas, centrándose en único tema: la sociedad de la información. En la agenda, las principales cuestiones giraron en torno a las condiciones tecnológicas y legales para la construcción de las denominadas autopistas de la información; el establecimiento de mecanismos de seguridad en los circuitos electrónicos; la evaluación de los posibles efectos sobre el empleo; la regulación internacional de los nuevos medios de comunicación; los problemas planteados por las nuevas tecnologías para la privacidad de los ciudadanos, y la cooperación internacional en materia tecnológica, entre otros. Entonces, Castells decía lo siguiente:

La difusión y desarrollo de ese sistema tecnológico ha cambiado la base material de nuestras vidas, por tanto la vida misma, en todos sus aspectos: en cómo producimos, cómo y en qué trabajamos, cómo y qué consumimos, cómo nos educamos, cómo nos informamos-entretenemos, cómo vendemos, cómo nos arruinamos, cómo gobernamos, cómo hacemos la guerra y la paz, cómo nacemos y cómo morimos, y quién manda, quién se enriquece, quién explota, quién sufre y quién se margina. Las nuevas tecnologías de información no determinan lo que pasa en la sociedad, pero cambian tan profundamente las reglas del juego que debemos aprender de nuevo, colectivamente, cuál es nuestra nueva realidad, o sufriremos, individualmente, el control de los pocos (países o personas) que conozcan los códigos de acceso a las fuentes de saber y poder.11

Al referirse a las connotaciones económicas y globales —y sus contradicciones con lo local— Castells afirmaba:

La economía de la sociedad de la información es global. Pero no todo es global, sino las actividades estratégicamente decisivas: el capital que circula sin cesar en los circuitos electrónicos, la información comercial, las tecnologías más avanzadas, las mercancías competitivas en los mercados mundiales, y los altos ejecutivos y tecnólogos. Al mismo tiempo, la mayoría de la gente sigue siendo local, de su país, de su barrio, y esta diferencia fundamental entre la globalidad de la riqueza y el poder y la localidad de la experiencia personal crea un abismo de comprensión entre personas, empresas e instituciones.11

Castells resaltaba, por una parte los cambios introducidos -de forma inexorable, ligados al avance de la tecnologías de la información y la comunicación- así como el enorme potencial de transformación del nuevo paradigma socioeconómico que empezaba a apreciarse con más claridad. En la mencionada reunión del G-7 —los países de las economías más avanzadas del mundo— que tenía lugar esos días, el sociólogo escribía de forma crítica:

Por ello es a la vez la sociedad de las proezas tecnológicas y médicas y de la marginación de amplios sectores de la población, irrelevantes para el nuevo sistema, […] por ello no podemos desarrollar su dimensión creativa y escapar a sus efectos potencialmente devastadores sin afrontar colectivamente quiénes somos y qué queremos. Lo que tal vez el Grupo de los Siete debiera plantearse es cómo reequilibrar nuestro superdesarrollo tecnológico y nuestro subdesarrollo social.11

Actividad política

Manuel Castells colabora con la Comisión Sociedad de la Información de Ciudadanos Expertos Independientes del Partido Y.1213

Se ha implicado más profundamente en la vida política española, siendo nombrado Ministro de Universidades del gobierno de coalición dirigido por Pedro Sánchez, el 14 de enero de 2020. Fue elegido por Unidas Podemos para ser uno de los cinco representantes de este partido en el seno de la coalición PSOE-Unidas Podemos, que gobierna a España desde que fue investida, el 7 de enero de 2020.14

Identidad catalana

A pesar de haber nacido en la actual Castilla–La Mancha, Castells se considera a sí mismo catalán tras haber pasado años críticos de su adolescencia en Barcelona, y porque la matriz original de la familia de su padre proviene de Barcelona. En 2003 se refiere a sí mismo como nacionalista catalán, aunque no separatista, y no apoya a partidos nacionalistas; en cambio, apoyaba al Partido Socialista Catalán, que es federalista15​. Posteriormente se alineó con En Comú Podem a quien representa en el Gobierno de España, presidido por Sánchez, etc,.

TITULO:   Pekín Express  -  ¿Aristóteles o Lao-Tse?    .

Pekín Express ,.

  Cristina Pedroche conduce 'Pekín Express: La ruta de los elefantes', una aventura en mitad del Índico, en la que 10 parejas con perfiles muy diferentes, etc.

 ¿Aristóteles o Lao-Tse? .

¿Aristóteles o Lao-Tse? Xulio Ríos es director del Observatorio de la Política China.Acaba de publicar “La metamorfosis del comunismo en China” (Kalandraka editorial).

foto / La cultura es un factor clave para comprender un país como China, con seguridad en  mucha mayor medida que cuando nos referimos a otros países. Y lo es por partida doble. Primero, porque es el nutriente básico de una civilización que ha sabido perdurar a lo largo de miles de años, llegando hasta nuestros días. Segundo, porque sigue ejerciendo una poderosa influencia sobre el comportamiento de su sociedad. El contrapunto de esta cuestión es que su cosmovisión es sustancialmente diferente a la nuestra. China ha sabido imaginar y recrear otro mundo, con códigos y claves que no nos son familiares. Un universo, por tanto, que desconocemos. Pero si queremos comprender y acertar en nuestras interpretaciones sobre comportamientos o intenciones de China, seguir el guión de la cultura, sin garantizarnos al pleno el éxito porque los contextos históricos evolucionan, sí nos ofrece notables posibilidades de acierto.

Un ejemplo: el ying y el yang como expresión del pensamiento chino. Para nuestro enfoque aristotélico, una cosa y su contraria se oponen: la noche y el día, la vida y la muerte, el bien y el mal… Sin embargo, en el raciocinio oriental no solo no hay una contradicción tan radical sino que incluso se complementan formando una unidad en armonía. Es la importante diferencia entre quien obliga permanentemente a elegir entre A o B y quien indaga en las posibilidades que le ofrece A y B y aspira a la maximización equilibrada de ambas opciones.

Siguiendo este planteamiento, nuestras disquisiciones acerca de si la China actual es capitalista o comunista, pongamos por caso, o cuál de las dos se acabará de imponer a la otra, expresan una diatriba lastrada por esa incomprensión de origen. China es ambas a la vez. Es un híbrido sistémico. Para los chinos, fórmulas diferentes y hasta contradictorias pueden integrarse y funcionar en un proceso en transición que facilita la flexibilidad y la adaptación. Lo híbrido es lo común y hasta lo deseable.

Si lo aplicáramos al mundo de los negocios, nuestra exaltación de aquella operación en la que nos lo llevamos todo dejando a dos velas a nuestro interlocutor carece de lógica en China. De esta forma, harás un único negocio porque solo una parte quedará satisfecha. Pero si sabes compartir la ganancia, ese puede ser el inicio de una relación larga y mutuamente provechosa.

Esa lógica cultural impregna también la política china. Sus dirigentes han sido siempre grandes lectores de los clásicos. De sus clásicos. Y en su propia historia encuentran una sabiduría condensada en muchas de sus expresiones y máximas que les guían en el día a día. Solo desde la cultura podemos comprender cabalmente propuestas como la de “comunidad de destino compartido” o “la gobernanza a través de la ley” que hoy forman parte del vademécum del Partido Comunista (PCCh). Eso que invoca Xi Jinping y que nosotros traducimos confusamente como el Estado de derecho y que constituye uno de los pilares básicos de la transformación política que China puede experimentar en los próximos años probablemente debe más a los ensayos del legista Han Feizi (siglo III a.n.e.) a propósito del gobierno autocrático que a las enseñanzas, también presentes en el ideario del PCCh, de Marx, Lenin, Mao o Deng (y por supuesto también de Kant). Pero, entre nosotros, ¿a quién le suena Han Feizi? ¿En cuántos manuales de secundaria se le cita? Sus ideas inspiraron el propio nacimiento de la propia China de la mano del primer emperador, Qin Shi Huang.

Es de esa cultura que se desprende la idea de que el Estado, antes que representativo en términos electorales,  debe ser, ante todo, eficiente y capaz para resolver los problemas, incluso anteponiendo los derechos colectivos a los individuales. De ahí también el énfasis en la meritocracia como nervio estructural del servicio público. Poder elegir no significa acertar. La premisa es la promoción de aquellos que cuentan con un alto nivel educativo y experiencia en la gestión. Estos planteamientos, lógicamente trasciende cualquier veleidad ideológica moderna y hunde sus raíces en un pensamiento milenario, asociado a aquella burocracia que emergía de los exámenes imperiales. Y esta singularidad determina también que China no se vea a sí misma como un modelo que los demás puedan seguir. Consecuentemente, la ausencia de mesianismo obedece a la lógica natural de una sociedad consciente de las virtudes y límites de su originalidad y de un mundo exterior visiblemente alejado de ella.

¿Confrontación o coexistencia?

La dualidad aristotélica-taoísta es importante para comprender las intenciones estratégicas de China. Y las nuestras. La persistente dualidad bien-mal, por ejemplo, nutre la ambición occidental por lograr que su planteamiento impere por doquier en atención a lo que estima su superioridad absoluta, incluso moral. China, por el contrario, difícilmente acertaría a reproducir el modelo de hegemonía occidental. En realidad, es un mundo en sí misma. Su opción es la coexistencia, precisamente porque considera que la unidad de los contrarios en diálogo y evolución es el estado natural de las cosas.

Hay quien sueña con reeditar la guerra fría. Urge, por tanto, esta reflexión. Primero, porque China se afianza como un actor determinante en el siglo XXI y con él hay que contar en cualquier ecuación. Segundo, porque nos esperan años de probable tensión en la pugna por la alternancia en la hegemonía global y es indispensable perfilar acertadamente las intenciones estratégicas de cada cual. Tercero, porque el factor cultural ganará relevancia en la agenda china. De hecho, el propio Partido Comunista que no hace mucho lo responsabilizaba del atraso del país hoy lo reivindica como de uno de sus valores centrales. La revitalización del país incluye el resurgir de su cultura como elemento diferencial y como principal aglutinante de la sociedad china.

A Europa, cuna referencial del pensamiento occidental, cabe liderar este esfuerzo de conocimiento y de comprensión, transcendiendo los planteamientos aristotélicos del todo o nada. La idea de que un mismo modelo homogéneo se aplique en todo el mundo es impracticable.  En consecuencia, cabría abogar por la exploración de fórmulas de entendimiento que faciliten la coexistencia en lugar de la confrontación. En ese proceso de diálogo, todos podemos y debemos evolucionar y aprender.

TITULO: UN BUEN PLAN ES IR AL CINE - American History X ,.

American History X (1998) - Filmaffinity

Reparto
 
 
Derek (Edward Norton), un joven "skin head" californiano de ideología neonazi, es encarcelado por asesinar a un negro que pretendía robarle su furgoneta. Cuando sale de prisión y regresa a su barrio dispuesto a alejarse del mundo de la violencia, se encuentra con que su hermano pequeño (Edward Furlong), para quien Derek es el modelo a seguir, sigue el mismo camino que a él lo condujo a la cárcel.

 

TITULO: Días de cine - Cine - Pilar Bardem con Anna Castillo como madrina , . Viernes-23-Julio .

 

Días de cine ,.

Días de cine' recuerda a Pilar Bardem con Anna Castillo como madrina,.

Viernes - 23- Julio a las 20:35 horas en La 2 / foto,.

Anna Castillo será la madrina esta semana de ‘Días de cine’ en una edición que recordará a la actriz Pilar Bardem, fallecida este sábado, y repasará los estrenos más destacados de la cartelera: ‘Space Jam: nuevas leyendas’ o las españolas, ‘Dos’, de Mar Targarona y ‘Cover’, de Secun de la Rosa.

Pilar Bardem en ‘La habitación verde’

El pasado fin de semana fallecía Pilar Bardem, perteneciente a una saga familiar del mundo del cine, y una de las grandes defensoras y luchadoras por los actores y actrices, los conocidos y los menos conocidos. Ganadora de un Goya a mejor actriz de reparto por su interpretación en ‘Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto’, debutó en el cine en la película ‘El mundo sigue’ de Fernando Fernán Gómez.

Anna Castillo, durante la entrevista

Anna Castillo, durante la entrevista

Cartelera renovada

En cuanto a los estrenos, ‘Space Jam: nuevas leyendas’, nueva entrega de ese mundo que mezcla los cartoons con las estrellas del baloncesto, en este caso con LeBron James.

El cine español está muy bien representado por ‘Dos’, la nueva película de Mar Targarona, y por ‘Cover’, dirigida por Secun de la Rosa.

Además, la película francesa ‘¡Al abordaje!’, la británica ‘El viaje de sus vidas’, y la alemana ‘Wrong turn: sendero al infierno’remake de la cinta de 2003 ‘K666’.

Las recomendaciones de ‘Días de cine’, dirigido por Gerardo Sánchez, completan la edición de esta semana.

TITULO: Saber Vivir - El niño del palacio ,. 


El niño del palacio,.

Hijo de los antiguos guardeses del edificio de la postal más santanderina, Pelayo Alonso, ordenanza en los cursos de verano de La Magdalena, vuelve cada verano «a casa» para trabajar. Al lugar en el que nació y que figuraba en su DNI,.

Mientras habla parece que el busto de Alfonso XIII que tiene a su espalda le presta atención. Lola, la directora del palacio, bromea diciendo que Pelayo vivió en el edificio más que el rey. Y es verdad. Para que se sitúen, José Pelayo Alonso Bada (Santander, 1970) es hijo de los guardeses que en su día cuidaron de la construcción que más sale en las postales de la capital de Cantabria. El Palacio de La Magdalena, el que la ciudad regaló a los monarcas y que disfrutaron de verano en verano entre 1913 y 1930. Pelayo nació ya sin coronas a la vista, cuando la residencia de sus padres estaba fijada en un apartamento de la planta baja. Allí vivían los tres. Solos. Mantenimiento, trabajo. Por eso, su DNI fue motivo de sorpresa durante años. Dirección: Palacio de La Magdalena. Luego entró a trabajar en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), la que organiza sus cursos en los salones por los que Alfonso y Victoria Eugenia desfilaron. El chaval aún vivía allí cuando le tocó empezar como ordenanza de aulas. «Cuando estás en casa y dices eso de 'se me hace tarde', otra gente sale corriendo para coger el coche. Yo abría una puerta, sacaba un pie y decía: 'ya estoy en el trabajo'». Ahora su domicilio está en otra parte, pero estos meses le toca volver con los cursos. «Te da –dice– como un gusanillo en el estómago. Pienso que vuelves a casa. Ya no lo es, pero sí que me emociona».

Más que un empleo de verano, es un traslado. Trabaja todo el año para la UIMP. En invierno, en la sede que la Universidad tiene en Las Llamas, en la santanderina avenida de Los Castros. Y ahora, aquí. En el palacio. Le toca «atender las necesidades de la sala, bien temas de informática, bien temas de luz, agua». «Entre lo que sería una azafata y un técnico informático. Cualquier cosa que suceda dentro de la sala tenemos que solucionarla». Y estar atento a los pasillos. Que si un periodista pregunta a qué hora interviene tal ponente, que si algún participante necesita algo... Lleva ya treinta años. Toda su vida laboral. «Empecé en una residencia de alumnos y hacía de recepcionista. Dentro de la UIMP, pero en Santander, en la calle. Estuve tres veranos y luego ya vine aquí». Dice que entró «casi de manera ilegal». Tuvo que esperar un año y el verano que cumplió los 18 le llamaron. «En aquella época, en los ochenta, no había tanto control como ahora».

De control –o de descontrol, pero en el buen sentido– habla en esos primeros años. Fiestas, verano y extranjeros. «Las de los estudiantes eran los martes por la noche y, originalmente, se hicieron para que se conociesen entre ellos. Pero como unos venían y otros no, por si quedaba pobre, dijeron que bajase el personal a tomar una copa. Cada vez era más salvaje. Lo típico. Los americanos como novedad, japoneses... Había de todo. Conocías mucha gente». Años mozos y otros tiempos.

«Si se me hacía tarde para ir a trabajar, yo abría una puerta, sacaba un pie y ya estaba en mi puesto de trabajo»

De estas décadas de universidad estival le queda un catálogo de recuerdos. Antes llevaba una coleta muy reconocible y durante años salió de fondo en un plano de televisión que anunciaba los cursos de verano. «Papá, tienes que ir a Santander que ya sale el coleta en lo de los cursos». Eso le contaba un alto cargo del gobierno andaluz que venía todas las temporadas. Lo que le decía su hijo cuando veían la tele. Ha tomado café con personas a las que luego han nombrado ministros. «Y uno que para ti es un amigo más que ves por aquí porque es alumno y entablas cierta relación, luego alguien te dice: 'Pero si es el catedrático fulanito de tal, una eminencia, o un alto cargo de no sé qué región'». Todo eso «engancha». «Es muy distinto del trabajo en invierno. Es especial. Más intenso, mucho más movido, pero también más alegre. A mí me gusta mucho esto». Es feliz y, encima, juega en casa.

Y ahí viene su historia, más allá del oficio de verano. «Mis tíos –comienza el relato– eran los guardeses en los sesenta de la sede de la UIMP en Las Llamas. Se llevaban muy bien con el rector de esa época». Así que el hombre les preguntó si conocían a alguien que pudiera hacer lo mismo en el Palacio de La Magdalena. «Iban a empezar los cursos y necesitaban a gente que lo mantuviera durante el año para que estuviera en condiciones». Era, hay que recordarlo, un edificio que estaba prácticamente vacío todo el tiempo. La tía tiró de familia. Su hermana, que estaba en el pueblo (cerca de Cabezón de la Sal) y que acababa de casarse. Ideal. Dicho y hecho.

Les llamaron, pero «les insistieron en que una de las cláusulas era que no tuvieran hijos». Les dieron el puesto. Perfecto. Vivían en un apartamento dentro mismo del palacio, en la planta baja. «Pero mi padre se debió poner contento viviendo allí y, al poco tiempo, ya con el puesto oficialmente concedido, mi madre se quedó embarazada. La respuesta del rector en aquella época fue: 'No se preocupe, no vamos a matar al niño'», cuenta Pelayo sonriendo al busto de Alfonso XIII.

«Yo soy de los pocos que en mi carné de identidad ponía Palacio de La Magdalena. A partir de ahí empezaba el cachondeo desde niño»

Por eso, se convirtió en la quinta persona en nacer en La Magdalena. Tras cuatro bebés vinculados a empleados de los reyes que trabajaron allí en su día, llegó «el niño del palacio». «Yo soy de los pocos que en mi carné de identidad ponía Palacio de La Magdalena. A partir de ahí empezaba el cachondeo desde niño». Porque hay que entender lo que eso supone en Santander. Como si en el documento de un neoyorquino pusiera que vive en la Estatua de la Libertad. Y no fueron unos meses. «Viví aquí 22 años, hasta que mi padre se jubiló».

Sí, algo de miedo daba un edificio tan grande y vacío para un chaval en pijama. «Si estabas en lo que era el apartamento, no. Como en una casa normal. Pero si abrías una puerta que teníamos de acceso al palacio, todo a oscuras, con ruido, maderas que chirriaban...». Más de una vez volvió corriendo pensando que había alguien. También le sacó jugo al misterio. Le gustaba «aporrear» el piano del salón de familia. «A veces gente que paseaba por fuera se sorprendía porque oían música y bajaban donde el policía de la entrada». Él se partía de risa. Tocando un magnífico instrumento alemán de semicola de 1833 junto al retrato que Soro-lla pintó de Victoria Eugenia de Battenberg. Ese que no gustó en Buckingham Palace porque la reina consorte de España aparecía «demasiado informal y sin pompa». Cosas de vivir en un palacio. De andar por casa para Pelayo.

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