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miércoles, 23 de diciembre de 2020

Atención obras - Cine - Anthony Hopkins: "La idea de la muerte te enseña a apreciar la vida" , . Jueves-24- Diciembre,. / TARDE DE CINE CON - Miguel Herrán ,. / Historia de nuestro cine -Cine - Tarde de perros ,.Viernes-25- Diciembre,.

 

 TITULO: Atención obras - Cine -   Anthony Hopkins: "La idea de la muerte te enseña a apreciar la vida"  . Jueves-24- Diciembre ,.


¡Atención Obras! - ,.


Jueves -24-de  Diciembre a las 20:00 en La 2, foto.

 

Anthony Hopkins: "La idea de la muerte te enseña a apreciar la vida",.


El actor estrena a sus 83 años 'El padre', una reivindicación de sí mismo y de su carrera en la piel de un personaje en el ocaso de una vida que pierde la memoria,.

Anthony Hopkins es el protagonista de 'El padre'.
 
Anthony Hopkins es el protagonista de 'El padre'. Timothy Hiatt,.

Entre los mejores papeles de Anthony Hopkins y los peores siempre está Anthony Hopkins. Y siempre perfectamente igual a sí mismo. Como Hannibal Lecter, rey Lear o como el padre de Thor, el actor natural de Gales es a sus 83 años algo más que simplemente una leyenda. También es una parte de la memoria de cualquier espectador. 'El padre', del director debutante Florian Zeller, nos devuelve su mejor versión. La más recordada. En la piel y la desmemoria de una hombre acosado por la demencia,,.


  TITULO: TARDE DE CINE CON - Miguel Herrán,.

 Miguel Herrán,.

Miguel Herrán: "Entre ir a una escuela de teatro y vender un kilo de hachís, elegí lo primero",.


El actor vive ahora su eterno momento de gloria y estrena 'Hasta el cielo' a la vez que rueda la que será la última temporada de 'La casa de papel',.

Miguel Herrán protagoniza 'Hasta el cielo'.
 
foto / Miguel Herrán protagoniza 'Hasta el cielo'.

Miguel Herrán (Málaga, 1996) ha corrido en poco menos de cinco años la distancia que media entre el cero (o casi) y el infinito (los alrededores de) y, como el pobre Rubashov de la novela de Arthur Koestler El cero y el infinito precisamente se debate entre la gloria de ver sus sueños cumplidos y la duda de un deseo que no nunca acaba. Rubashov terminaba muy mal. No es el caso. Y hasta aquí las comparaciones. En 2015, antes de empezar a rodar A cambio de nada con Daniel Guzmán, Herrán era un

tipo inquieto cuya única aspiración en la vida era encontrar alguna aspiración en la vida.
Ahora, el actor que hace de Río en la serie de Netflix
La casa de papel
y que estrena mañana mismo la película
Hasta el cielo
a las órdenes de
Daniel Calparsoro
y escoltado por una deslumbrante
Carolina Yuste,
las aspiraciones le sobran. Es decir, cuesta aspirar a nada cuando, y siempre sobre el papel, se tiene todo: el prestigio del Goya (se lo dieron por su primera película); el honor de haber conocido a José Luis Cuerda en
Tiempo después
, y millones de espectadores y seguidores en las redes sociales procedentes de absolutamente todas las partes del mundo.
«A todo te tienes que acostumbrar y todo lo tienes que domesticar»
, dice a modo de presentación. La cinta que ahora protagoniza llega a las carteleras después de sorprender en el Festival de Málaga y lo hace con los modales y hechuras de aquel viejo cine quinqui de los 80. En efecto, Herrán es un quinqui. O, dadas su posición y gloria, hasta un superquinqui. «El que comprende y perdona, ¿de dónde sacará un móvil para la acción?», decía Rubashov.
El que lo ha ganado todo con 24 años ¿de dónde saca la necesidad de seguir?
Pues eso.
Empezó con Daniel Guzmán en una película muy cerca del cine quinqui y ahora estrena con otro Daniel, Calparsoro, una reactualización y puesta a limpio de, otra vez, el cine quinqui. ¿Es usted la nueva estrella quinqui?
Son dos películas muy diferentes.
El cine de Guzmán está más centrado en la adolescencia.
Su película habla de la pureza de la infancia y del paso desde ahí a la edad adulta. Ángel, que es mi personaje en Hasta el cielo, ha tenido la oportunidad de hacer las cosas bien y elige el otro camino. Él empieza en un taller de coches del barrio y podría haber sido mecánico, pero cuando se le presenta la oportunidad de alcanzar el cielo de manera ilegal no duda. Pero sí, las dos películas son quinquis. Una es clara, la primera, y la segunda, mucho más oscura.
Pero no me ha quedado claro, ¿qué es lo que está mal: Ángel o la sociedad que le deja sin opciones y le empuja a hacer lo que hace?
Ángel no sabe que hace nada mal. Pero yo, Miguel, tengo claro que mi personaje se equivoca.
Entre entrar en una escuela de teatro y ponerme a vender un kilo de hachís, yo escogí lo primero.
Mi decisión personal, que no es la de Ángel, está clara.
Me ha quedado sin responder la pregunta si se considera la nueva estrella quinqui...
Mi poder para estas películas y para la vida en general es que tengo cara de niño, pero, en el fondo, vengo de donde vengo. Detrás de mi cara de ángel se esconde un auténtico demonio. Ése es mi encanto.
En mi vida pasada me he movido mucho por la calle y sé cómo funciona.
Mi cara es un buen camuflaje. En mi vida pasada me libraba de muchas. Mis colegas iban todos engominados, con pedientes... Y yo parecía un niño del barrio de Salamanca al que habían secuestrado.
¿Por qué gustan tanto a la gente de bien las historias de extrarradio?
El cine quinqui siempre ha estado ahí porque es parte de nuestra historia. No hay que olvidar que ha muerto una generación entera por culpa de ese mundo, por el caballo, por cómo era entonces España. Quizá se conozca poco.
Los jóvenes de la generación Z quizá no sepan nada y quizá sí que deberían conocerlo porque es parte de nosotros.
Y, luego, visualmente y dramáticamente, el extrarradio es muy atractivo.
Y ahora que dice venir de la calle, ¿cómo ve desde la altura de la fama y el reconocimiento su propio pasado?
Para mí ha sido algo gradual. Primero la película, luego la escuela, luego el Goya, luego otra película, luego la serie... y ahí sí empezó eso de la fama. A lo otro lo llamo prestigio. Pero una vez que pegué el pelotazo en todo el mundo, vino el vértigo.
Fue una locura al principio que me emocionaba mucho, pero luego se convirtió en una locura que me deprimía muchísimo.
Llevaba muy mal no poder salir de casa. Ahora lo he normalizado. Es más, ahora hasta me sienta mal si un día salgo a la calle y nadie me dice nada. Es muy contradictorio, por un lado o por otro siempre tienes un duelo contigo mismo.
¿Y se cura esa perplejidad?
Hay que aprender.
Intento pasar de todo como de la mierda.
Y lo consigo muchas veces. Me he adaptado a situaciones que antes no frecuentaba. No me importa que me miren o me saquen fotos. Pero sigue habiendo veces... Ayer acabé agotado del rodaje, tenía que hacer mil cosas... pero en cuanto la gente te reconoce te tienes que parar.
La fama, imagino, también puede ser útil, útil para los demás, ¿cómo lleva la responsabilidad que conlleva ser famoso? Cualquier cosa que diga va a ser escuchado por, como mínimo y según los seguidores de Instagram, 14 millones de personas.
No creo que haya que imponer la responsabilidad social a nadie por tener éxito en una faceta de su vida.
Es como cuando oigo que la gente que tiene dinero debería donarlo. Bueno, él puede hacer lo que quiera porque es su dinero y es su vida y está mal imponer a nadie qué tenga que hacer con su dinero. No tiene por qué darlo a causas sociales. No debe de ser una imposición. No, no me impongo ninguna responsabilidad. Eso sí, intento ayudar. Si veo a algún chaval al que puedo enseñar algo por lo que he vivido, lo hago. Pero por quien soy y por lo que he vivido, no por mi fama.
Tiempo atrás manifestó que el dinero ensucia. ¿Sigue creyéndolo?
Yo vengo de tener muy poco dinero. Eso es lo que he vivido con mi madre. Es verdad, que a medida que fui ganando dinero perdí muchos de los objetivos que me había marcado.
Entré en esta profesión teniendo claro que quería actuar y es cierto que, según crecía, me dejé embaucar.
La gente me decía: «¿Y cómo vas con ese coche? ¿Y cómo vives así con lo que ganas?». Lo evitaba hasta que un día me ví sucio en toda esa mierda. Y me acabé comprando un coche. Y no porque lo quería sino porque sabía que representaba un estatus.
¿Y eso ya está descartado?
Sí. El coche no me hizo en absoluto feliz y no me gustaba que la gente me mirase por la calle o comentara lo que había costado el coche. Eso es sucio, el dinero, en efecto, ensucia.
El dinero es importante, pero no es una prioridad...
Si lo tienes claro.
¿Lo de la vigorexia es cosa del pasado?
Sí, es cosa del pasado.
Pero las cosas del cuerpo siempre están ahí. La gente que se cuida y se quiere ver bien siempre tiene una cierta obsesión por dentro. Todos los que conozco están en mi misma situación.
¿Qué significa dejar de ser Río?
Nada. Me va a dar pena, pero ya. Ha sido un proceso de cuatro años, me ha dado mucho, pero las etapas están para cerrarlas.
¿Cómo ve eso de que siempre se responsabilice a los jóvenes de casi todo incluidos los contagios?
Es lo más fácil. Los jóvenes son los que menos herramientas tienen para defenderse. A mi generación le viene una etapa muy jodida.
No hay trabajo y los que va a ver van a ser muy precarios, muy mal pagados.
Marca España.
¿Te ha dado ya tiempo a arrepentirte de algo?
Si lo hiciera sería un necio. Vengo de donde vengo... Esto es un regalo.

 

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