España lidera, junto con el Reino Unido, el consumo de cocaína en la Unión ...fotos,.
La nueva ruta de la coca
España lidera, junto con el Reino Unido, el consumo de cocaína en la Unión Europea, según el Observatorio Europeo de las Drogas.
TODOS LOS CAMINOS LLEVAN A LA COCA
En el pasado, la cocaína por lo general llegaba a Europa directamente desde Sudamérica, pero los progresos a la hora de detectar los alijos hicieron que los traficantes buscaran una ruta alternativa. Y no tardaron en decantarse por una región que para ellos era una bicoca: África occidental, conocida por su nula eficiencia en seguridad, por sus funcionarios corruptos y sus porosas fronteras. Hoy son enormes las cantidades de cocaína que surcan el Atlántico con rumbo al occidente africano, desde donde son transportadas a Europa por tierra, mar y aire. Entre los traficantes africanos destaca la organización Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), responsable, entre otras cosas, de la invasión de Mali del año pasado. Se cree que otro implicado en el negocio es Boko Haram, cuyas campañas terroristas en Nigeria culminaron en abril con el secuestro de más de 200 estudiantes. En paralelo a este tráfico, la corrupción se dispara en esos países, donde el precio de una tonelada de cocaína supera el presupuesto de defensa de toda una nación.
En 2010 se dieron numerosos indicios de que había entrado en funcionamiento una nueva ruta para el transporte de la droga. Los especialistas en seguridad llevaban tiempo temiéndose que la saturación del mercado estadounidense llevara a los traficantes de los tres principales países productores (Colombia, Bolivia y Perú) a centrarse en la demanda europea en auge. Los estudios de la ONU indican que, mientras el valor del mercado europeo de la cocaína en 1998 representaba la cuarta parte del estadounidense, 15 años después las cifras están casi a la par. Y entonces empezaron a llegar informes de que los barones de la droga colombianos habían establecido una alianza con AQMI, el grupo terrorista.
EL HOMBRE MARLBORO
El líder de AQMI, Mokhtar Belmokhtar, es un yihadista y contrabandista tuerto, conocido por el apodo del Hombre Marlboro por su lucrativo imperio de contrabando de cigarrillos a través de las viejas rutas del desierto que van de Mali a su Argelia natal. Los rumores de que Belmokhtar estaba iniciándose en el tráfico de drogas le valieron un segundo sobrenombre: el Narcoislamista. No era el único yihadista implicado en el negocio. En todo el mundo, Al Qaeda estaba volcándose en el contrabando de drogas para remediar la falta de liquidez provocada por el control cada vez más efectivo sobre sus acaudalados donantes en Arabia Saudí.Para AQMI no era difícil hacerlo.
La costa española es de fácil acceso desde Marruecos en lanchas rápidas. De allí parten las rutas del tráfico controladas por criminales británicos, idóneas para trasladar la cocaína a los suculentos mercados europeos; entre ellos, el más lucrativo de todos: Londres. Joe Moses, agente de la DEA, el organismo antidroga estadounidense, habla de la información que ya en 2005 les estaba llegando. «Los guerrilleros colombianos habían dicho a nuestras fuentes que llevaban años tratando de abrir las rutas a través de África occidental. Sabíamos que Al Qaeda estaba operando en el Sahel y que su implicación en el narcotráfico era cuestión de tiempo. A los de Al Qaeda les da todo igual; lo que quieren es hacerse con el dinero de la droga. No les preocupa lo que diga Alá».
AIR COCAÍNA
Un episodio que hoy recibe el apelativo de Air Cocaína dejó claro que el grupo terrorista estaba recibiendo suministros directos de droga por vía aérea. En noviembre de 2009, un Boeing 727 sobrevolaba a una altura considerable el desierto del Sáhara. Había recorrido más de 6000 kilómetros a través del Atlántico desde Venezuela, siguiendo el paralelo 10, conocido como la 'autopista número 10' por los especialistas antidroga. A pesar de encontrarse lejos del aeropuerto más próximo, el avión de pronto descendió y aterrizó como pudo en la arena. Al instante, un grupo de hombres fuertemente armados desembarcaron el cargamento de la bodega unas 11 toneladas de cocaína pura, cuyo valor superaría los 600 millones de euros, tras lo que prendieron fuego al aparato. Cuando los ennegrecidos restos del avión fueron encontrados, la ONU se dio cuenta de que estaba ante un punto de inflexión del tráfico de cocaína en el mundo.
El Boeing había aterrizado en el mismo acceso a las rutas del contrabando controladas por AQMI, el grupo que amenazaba con transformar la región en «un Afganistán en África». El episodio evidenció los planes de AQMI: recaudar fondos con el tráfico de cocaína para financiar su proyecto terrorista. Y se activaron las alarmas.Hasta entonces, la única iniciativa de envergadura para contrarrestar este tráfico en África había sido la Operación WestBridge. Un equipo de agentes antidroga británicos desplegados en Ghana trataron de ponerle coto a las 'mulas' que volaban al Reino Unido desde Accra, la capital. Los cables diplomáticos hechos públicos por WikiLeaks revelaron que el operativo se había visto lastrado por la corrupción: los policías locales saboteaban los carísimos equipos de detección y avisaban a los traficantes. Y quedó claro que había que dedicar más efectivos al asunto. Los operativos antidroga se extendieron a Senegal, Togo y Nigeria.
EL DESEMBARCO DE LA DEA
En paralelo al aumento de los efectivos británicos, la DEA ha duplicado el número de agentes en África occidental, según explica un alto funcionario estadounidense. El presupuesto destinado a la lucha antidroga en la región ha pasado de unos 7,5 millones en 2009 a cerca de 50 millones. Joe Moses indica que dichos fondos han servido, entre otras cosas, para trasladar a un equipo de especialistas a África. Entre sus integrantes figura Wim Brown, que antes estuvo dedicado a inutilizar los cultivos afganos de amapola controlados por los talibanes. Brown reclutó a informantes por todo el país apelando a sus conciencias y, claro, ofreciendo recompensas en metálico.
Ahora, el principal objetivo de la DEA en la región es AQMI. En 2009, unos informantes que se hacían pasar por guerrilleros de las FARC grabaron una conversación sostenida en Ghana con tres hombres que decían ser emisarios del grupo terrorista. Los falsos guerrilleros les preguntaron si podían garantizar el tránsito de una tonelada de coca por el norte de África. Les respondieron que por supuesto, a cambio de dos millones de dólares. Según dijo uno de ellos, sin este tipo de ingresos «Al Qaeda no tendría ni para comer». El operativo llevó a la detención de los contrabandistas y a su extradición a Nueva York, donde se confesaron culpables de dar apoyo a AQMI. En 2012 fueron condenados.
HIZBULÁ BLANQUEA
Entonces empezaron a correr rumores de que las numerosas casas de cambio de divisas operadas por inmigrantes libaneses en África occidental estaban blanqueando el dinero del tráfico de cocaína en beneficio de Hizbulá en Beirut. Era lo que se sospechaba desde 2010, porque aparecía en ciertos cables filtrados por WikiLeaks. Michael Braun, antiguo director de operaciones especiales en la DEA, advirtió: «Tomen nota de lo que voy a decirles. En este momento, mientras hablamos, hay miembros de Al Qaeda, de Hizbulá y de Hamás que están en contacto con los cárteles latinoamericanos de la droga en África. Todos frecuentan los mismos bares mugrientos y sórdidos burdeles; todos se alojan en los mismos hoteluchos de mala muerte. Y constantemente están hablando de negocios».
En 2011, la DEA demostró la implicación del Lebanese Canadian Bank (vinculado a Hizbulá) en el blanqueo de fondos del narcotráfico en África. Se le requisaron 150 millones de dólares. A medida que aumentaba la involucración de Hizbulá en la guerra en Siria, los agentes estadounidenses empezaron a detectar un mayor número de actividades sospechosas en el aeropuerto de Lagos. «Ves a libaneses que embarcan en vuelos a Beirut con el equipaje de mano atiborrado de billetes, porque no hay límites a la entrada o salida de divisas afirma un agente. Todo habla de un vínculo con Hizbulá, y es muy posible que ese dinero esté financiando la guerra en Siria».
¿A QUIÉN PERJUDICA?
La agencia antidroga estadounidense afirma que, a pesar de sus esfuerzos, la amenaza del narcoterrorismo en la región es cada vez mayor. Un agente norteamericano explica que ahora están emprendiendo «unas operaciones muy gordas» para hacerle frente. La preocupación es evidente. Es necesario impedir que los terroristas se enriquezcan, porque entonces se convertirían en una amenaza aún mayor para los países occidentales. «Estamos obligados a actuar. No es cuestión de que se produzca otro 11 de septiembre y que nos pille por sorpresa», indica otro agente. A todo esto, la droga cada vez es menos pura. El porcentaje de cocaína auténtica presente en los decomisos ha bajado del 51% en 2003 al 37% en 2012, y hay remesas que apenas alcanzan un 16% de pureza, según un organismo europeo especializado en narcotráfico.
Cada vez es más habitual que la droga sea 'cortada' (mezclada) con benzocaína, un anestésico dental. También se utilizan laxantes o tabletas antiparasitarias. Todo, con tal de aumentar el rendimiento de la droga. Lo que está incrementando la preocupación por los riesgos para la salud del consumidor. Hace diez años, Ian Blair, por entonces jefe de Scotland Yard, declaró la guerra a la cultura de la cocaína en Londres, amenazando con detener a los consumidores de clase media en clubes, bares y fiestas privadas. «Por lo que entiendo, en la capital hay gente que cree que consumir cocaína no les perjudica en absoluto aseguró Blair. ¡A mí me traen sin cuidado los perjuicios que la coca les pueda producir personalmente! Pero esa cocaína llena de problemas los barrios pobres de Londresy de sangre las rutas de Colombia. ¡Esa cocaína que toman tiene un precio!». Otro más.
El 'petróleo blanco'
El mapa del mundo se traza con el petróleo, el negro; pero también con el 'petróleo blanco', como llaman a la cocaína los capos nigerianos, que controlan su distribución en África. Roberto Saviano en su libro Cero, cero, cero detalla cómo se distribuye la droga en países como Guinea Bisssu. «Es fácil si mar adentro tienes un archipiélago de 88 islas donde pueden aterrizar pequeñas avionetas cargadas de droga». Algo parecido pasa en Mali, Liberia o Senegal. «África es blanca», resume. En el otro extremo está la City londinense, donde el consumo de cocaína se ha hecho endémico. «Llamas al camarero y le dices el nombre de un vino que no está en la carta. Y que nunca ha estado. Pero el camarero asiente y se retira en silencio. No es un error. Es un código. Un vino que no existe en la carta es un gramo de cocaína», cuenta Saviano.ü
6 cosas que debe saber sobre la coca
Según Roberto Saviano, autor de 'Cero, cero, Cero'.
-El negocio más rentable. «No hay mercado en el mundo más rentable que el de la cocaína. En 2012, las acciones de Apple experimentaron una subida en Bolsa del 77% en un solo año. Si hubieras invertido mil euros en acciones de Apple a principios de 2012, ahora tendrías 1670. No está mal. Pero si hubieras invertido esos mil euros en cocaína a principios de 2012, ahora tendrías 182.000: ¡cien veces más que invirtiendo en el título bursátil récord del año!».
-El milagro de los precios. «En el mercado de la cocaína trabajan una marea de súbditos, con los pies plantados en la miseria, que permiten perpetuar un sistema de explotación en beneficio de unos pocos. En la cima están los que han tenido la clarividencia de comprender que el verdadero dinero se hace con la venta, la reventa y la gestión de precios. Un kilo se vende en Colombia a 1500 dólares; en México, a 14.000; en los Estados Unidos, a 27.000; en España, a 46.000; en el Reino Unido, a 77.000».
-Sin límites geográficos. «La cocaína es un bien refugio. Es anticíclico. Hay muchos rincones del mundo que viven sin hospitales, sin Internet ni agua corriente, pero no sin coca. Según la ONU, en 2009 se consumieron en África 21 toneladas de coca, 14 en Asia y más de 101 en toda América Latina (y eso que los mayores consumidores son los Estados Unidos y Europa). Todos la quieren; todos los que empiezan a usarla la necesitan. La cocaína se vende más fácilmente que el oro».
-Territorios conquistados. «Nuevas burguesías mafiosas gestionan el tráfico de coca. Convierten los territorios de producción en feudos donde ya no crece nada más que la pobreza y la violencia. Y los mantienen bajo control prodigando limosnas que hacen pasar por derechos. No debe haber desarrollo. Solo prebendas. Por otra parte, en los países receptores la coca funciona con la facilidad de un cajero automático. La cocaína es la respuesta universal a la necesidad de liquidez».
-Ella vino en un barco... «El 60% de la cocaína incautada en los últimos 10 años ha sido interceptada en el mar o en puertos. Si antaño la coca partía sobre todo de Colombia, en los últimos años más de la mitad de los barcos han zarpado de Venezuela, luego del Caribe o de África Occidental y de Brasil. España es el punto de entrada por excelencia; hacia aquí se dirigía casi la mitad de la cocaína incautada en 2009, según un informe de la ONU».
-En todos los elementos. «Los cárteles demuestran su poder ilimitado usando submarinos para trasladar droga. Entre 2005 y 2007, la marina colombiana se incautó de 18, identificó 30 y calculó que había un centenar. Otra innovación: la cocaína líquida. Puede introducirse en cualquier objeto hueco y embeber cualquier material impregnable, puede mezclarse con bebidas o cremas sin diferencias de peso que la delaten. Cada límite que parecía insuperable se supera».
TÍTULO: SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO,Tradiciones traicionadas ,.
Y he sentido mucha lástima por las gentes de ese pueblo riojano, lástima por tantos pueblos españoles que han traicionado sus tradiciones-foto-
He leído que en un pueblo riojano se ha celebrado un encierro de... ¡bisontes americanos! Y
he sentido mucha lástima por las gentes de ese pueblo riojano, lástima
por tantos pueblos españoles que han traicionado sus tradiciones y luego
las han suplantado por sucedáneos paródicos y denigrantes, lástima de
vivir en un tiempo oprobioso que ha hecho de nosotros pobres lacayos de
modas adventicias y efímeras, sometidos al capricho extranjero, a la
colonización idiotizante de los mass media y a la tiranía de nuestras
propias pulsiones desnortadas, que hoy quieren participar en un
encierro de bisontes y mañana tal vez de renos (¡con los mozos
disfrazados como el fantoche navideño llamado Santa Claus, oiga!).
Escribía Saint-Exupéry que solo una filosofía del arraigo, al vincular
al hombre a su familia, a su oficio y a su patria, lo protege contra el
abismo del espacio; y que solo la adhesión a unos ritos y tradiciones lo
protege contra la erosión del tiempo. Perdido este sentido del arraigo,
nos convertimos en zascandiles arrojados al basurero de la historia que
organizan encierros de bisontes.
Si los pueblos españoles abandonan sus formas de vida ligadas al cultivo de la tierra y la crianza del ganado, es natural que sus mozos dejen de ver en el toro bravo una fuerza de la naturaleza frente a la cual desean probarse; y el tiempo que antes dedicaban a las faenas agrícolas y ganaderas (que han abandonado gracias al soborno de la Unión Europea) lo dedican ahora a vivir enchufados al televisor, donde de vez en cuando, mientras zapean como zombis lobotomizados, ven una película de Kevin Costner con una estampida de bisontes. Y como su alma guarda todavía una reminiscencia o nostalgia de las tradiciones ancestrales, aunque sea una nostalgia aturdida por el ruido entontecedor de las modas extranjeras y los mass media, esos mozos concebirán, inevitablemente, la delirante idea de organizar un encierro de bisontes, que para entonces les resultarán unos bichos casi tan exóticos como los toros.
El apego a las tradiciones, al crear lazos entre los hombres, forma pueblos fuertes, inexpugnables al saqueo material y moral; y de estos pueblos hondamente vinculados nacen las personalidades más fuertes y diversas. Los pueblos sin tradiciones, en cambio, están abocados a la soledad más hosca, que es la que a la vez que predica el individualismo conduce a la masificación; y de estos pueblos, inermes ante los expolios morales y materiales, solo brotan personalidades flojas y mostrencas, debilitadas por la obsesión de independencia y libertad, que sin embargo acaban haciendo invariablemente las mismas gilipolleces gregarias. Por eso las sociedades sin tradición son, paradójicamente, el paraíso de la estadística: porque allá donde no hay tradiciones (que son el cauce por el que fluye nuestra personal originalidad), el comportamiento de las gentes, aparentemente errático, es sin embargo fácilmente previsible, casi automático. Pero quienes nos desean ver convertidos en masa solitaria, reducida a la esclavitud, no nos arrebatan abruptamente nuestras tradiciones (por temor a que la reminiscencia o nostalgia que anida en nuestras almas nos empuje a la rebelión), sino que se divierten entregándonos sucedáneos paródicos que, a la vez que actúan como placebos de nuestro dolor, a ellos les permiten divertirse cruelmente a nuestra costa, viéndonos cultivar aficiones y hábitos chuscos y estrambóticos.
Nada complace más a quienes nos quieren reducir a masa solitaria que vernos organizar encierros de bisontes, después de que hayamos olvidado la crianza del toro bravo. Nada les complace más que vernos comer (¡relamiéndonos!) una birria ferranadrianesca cocinada con nitrógeno líquido, después de que hayamos olvidado cocinar (¡y hasta saborear!) unas sopas de ajo. Nada les complace más que vernos bailar espasmódicamente con una putilla empastillada a la que no conocemos de nada en una discoteca, después de que nos hayamos olvidado de bailar un chotis con nuestra vecinita en las verbenas. Nada les complace más que vernos cantar en misa canciones guitarreras y oligofrénicas, después de que nos hayamos olvidado del canto litúrgico. Nada les complace más que brindarnos consejo en la elección de novia a través de una agencia de contactos de interné, después de que hayamos renegado del consejo de nuestra madre.
Así nos quieren: despojados de nuestras tradiciones, reducidos a un gurruño humanoide que se revuelca complacido en sus deyecciones, alimentado con sucedáneos paródicos, sórdidos o irrisorios. Convertidos en rebaño, en chusma, en piara a la que, además, cobran por el suministro de sucedáneos.
Si los pueblos españoles abandonan sus formas de vida ligadas al cultivo de la tierra y la crianza del ganado, es natural que sus mozos dejen de ver en el toro bravo una fuerza de la naturaleza frente a la cual desean probarse; y el tiempo que antes dedicaban a las faenas agrícolas y ganaderas (que han abandonado gracias al soborno de la Unión Europea) lo dedican ahora a vivir enchufados al televisor, donde de vez en cuando, mientras zapean como zombis lobotomizados, ven una película de Kevin Costner con una estampida de bisontes. Y como su alma guarda todavía una reminiscencia o nostalgia de las tradiciones ancestrales, aunque sea una nostalgia aturdida por el ruido entontecedor de las modas extranjeras y los mass media, esos mozos concebirán, inevitablemente, la delirante idea de organizar un encierro de bisontes, que para entonces les resultarán unos bichos casi tan exóticos como los toros.
El apego a las tradiciones, al crear lazos entre los hombres, forma pueblos fuertes, inexpugnables al saqueo material y moral; y de estos pueblos hondamente vinculados nacen las personalidades más fuertes y diversas. Los pueblos sin tradiciones, en cambio, están abocados a la soledad más hosca, que es la que a la vez que predica el individualismo conduce a la masificación; y de estos pueblos, inermes ante los expolios morales y materiales, solo brotan personalidades flojas y mostrencas, debilitadas por la obsesión de independencia y libertad, que sin embargo acaban haciendo invariablemente las mismas gilipolleces gregarias. Por eso las sociedades sin tradición son, paradójicamente, el paraíso de la estadística: porque allá donde no hay tradiciones (que son el cauce por el que fluye nuestra personal originalidad), el comportamiento de las gentes, aparentemente errático, es sin embargo fácilmente previsible, casi automático. Pero quienes nos desean ver convertidos en masa solitaria, reducida a la esclavitud, no nos arrebatan abruptamente nuestras tradiciones (por temor a que la reminiscencia o nostalgia que anida en nuestras almas nos empuje a la rebelión), sino que se divierten entregándonos sucedáneos paródicos que, a la vez que actúan como placebos de nuestro dolor, a ellos les permiten divertirse cruelmente a nuestra costa, viéndonos cultivar aficiones y hábitos chuscos y estrambóticos.
Nada complace más a quienes nos quieren reducir a masa solitaria que vernos organizar encierros de bisontes, después de que hayamos olvidado la crianza del toro bravo. Nada les complace más que vernos comer (¡relamiéndonos!) una birria ferranadrianesca cocinada con nitrógeno líquido, después de que hayamos olvidado cocinar (¡y hasta saborear!) unas sopas de ajo. Nada les complace más que vernos bailar espasmódicamente con una putilla empastillada a la que no conocemos de nada en una discoteca, después de que nos hayamos olvidado de bailar un chotis con nuestra vecinita en las verbenas. Nada les complace más que vernos cantar en misa canciones guitarreras y oligofrénicas, después de que nos hayamos olvidado del canto litúrgico. Nada les complace más que brindarnos consejo en la elección de novia a través de una agencia de contactos de interné, después de que hayamos renegado del consejo de nuestra madre.
Así nos quieren: despojados de nuestras tradiciones, reducidos a un gurruño humanoide que se revuelca complacido en sus deyecciones, alimentado con sucedáneos paródicos, sórdidos o irrisorios. Convertidos en rebaño, en chusma, en piara a la que, además, cobran por el suministro de sucedáneos.
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