BLOC CULTURAL,

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domingo, 2 de noviembre de 2014

EL BLOC DEL CARTERO, Dos chicas en moto: apuntes de un viaje que vale la pena contar,./ LA CARTA DE LA SEMANA,Gastronomía de Nápoles,.

TÍTULO: EL BLOC DEL CARTERO,  Dos chicas en moto: apuntes de un viaje que vale la pena contar,.

foto- una chica guapisima con su moto,foto-


Natalia es abogada, tiene 29 años; Antonella tiene 28 y antes de dejar todo para viajar, trabajaba como gestora en una concesionaria de autos. La idea nació luego de uno de esos viajes a playas de ensueño con el mar planchado y de color turquesa. La idea de viajar, sentir de nuevo el aroma del salitre, dejarse estar frente a un paisaje subyugante y algo más, como el galope de la sangre por un dulce raspón con la aventura. Todo eso.
Entonces ninguna de las dos imaginó los posibles vaivenes del viaje, ninguna de las dos se imaginó durmiendo con cinco camioneros en la frontera paraguayo-argentina, ni viajando en una lanchita azotada por un mar bravo con destino a Colombia y olvidando ya Panamá. Tampoco pensaron encontrar tantas compañías en el camino, ni tantos contratiempos, ni tantas razones para reírse o temblar. Ni si quiera tantos paisajes, ni tantos azules, ni tantos dorados, ni tantos defines al costado de un carguero donde fueron a parar, sin casi saber cómo, sin casi saber adónde.
Digamos que Natalia Grinóvero y Antonella Moggia son dos chicas altas y bonitas que se divisan buen rato antes de que lleguen efectivamente donde se las esperan y que ahora, en común, además de esas señales muy generales, tienen un tatuaje en el antebrazo derecho que dice “Pura vida”. El tatuaje viene de Perú. Natalia y Antonella vienen de más lejos.
En junio de 2012 salieron de viaje, primero, digamos de un modo bastante convencional, como más o menos indicaba el estilo de vida que habían llevado hasta entonces, con departamentos de alquiler, moto, auto, parejas que habían sido, recuerdos de la facultad, fotos de Bariloche. Esas cosas.
El primer indicio, en todo caso, de que este viaje no era un proyecto turístico habitual estuvo dado por la venta de prácticamente todas sus pertenencias antes de tomar el avión y la decisión, al mismo tiempo, de no reservar ningún asiento para la vuelta.
El destino inicial tenía la escenografía que sueñan los jóvenes estresados que salen del banco a las seis de la tarde: Playa del Carmen, en México. Pero luego de un mes de descanso, en la casa de un supuesto amigo venezolano que terminó por sustraerles una tarjeta de crédito sin permiso, el viaje ya cambió de rumbo.
Las dos comenzaron a trabajar: primero en una clínica donde se realizaban diagnósticos a partir del estudio del iris, también animando fiestas infantiles, además en una tortillería y de vez en cuando sumaron desfiles en tiendas y grandes centros comerciales donde se pagaba algo así como 50 dólares por jornada a cada modelo.
El hermoso calor de Playa del Carmen lejos de las aguas transparentes y en plena faena laboral ya no era el idilio soñado de los recién casados, pero las chicas habían conseguido un monoambiente para dormir con mucha facha de depósito, además ganaban dinero y todo iba, digamos, bastante bien. Cuando surgía el tiempo libre, salían a recorrer la ribera Maya y hasta en un breack de ocho días se fueron a Cuba, con poco dinero y mucha curiosidad.
Digamos que Natalia y Antonella ya excedían los deseos de clase turista y prueba de eso fue que una vez más pusieron todo en venta y se dieron la chance de viajar a Miami. Las conversaciones llevan a alguna parte casi en cualquier parte del mapa si uno se pone a conversar. Así consiguieron hospedaje gratis por algún tiempo en la casa de una familia peruana y un poco después una habitación a buen precio en casa de un hondureño.
Trabajaron de meseras en bares y en servicios de catering, también de recepcionistas en restaurantes y de promotores de boliches en plena madrugada. ¿Qué hicieron con lo recaudado? remontaron un sueño adolescente y se fueron a Diseny.
“A la vuelta el plan era conseguir plata para comprar un auto y bajar hasta Argentina manejando y conociendo todo”, resume Natalia. Pero en el camino de un plan a otro apareció un nuevo personaje, como aparecieron tantos. En este caso un canadiense que también quería viajar y en lo posible llegar hasta Argentina.
Natalia y Antonella revelan los detalles del viaje casi sin respirar, como cuando las imágenes se amontonan y uno no tiene tiempo de seleccionar, de ubicar esta por acá y esta otra por allá adelante. Pero se organizan, a su modo se organizan.
Resultó que el canadiense era un fanático de la ruta tanto es así que venía desde Quebec y pensaba seguir en el camino hasta las últimas consecuencias. Quedaron en reunirse en Nueva York y así fue. Con el canadiense de piloto, recorrieron Estados Unidos de este a oesta: de Nueva York a California.
El viaje siguió ahora por México, cruzaron a Tijuana, pero en San Diego el canadiense se fue dejando a préstamo su nave: “Recorrimos México durante dos meses, ya con una chica santafesina que nos habíamos hecho amigas y un chileno”, narra Antonella.

TÍTULO: LA CARTA DE LA SEMANA,Gastronomía de Nápoles,.

-foto-Pizza margherita, tal como se sirve en la Pizzería di Matteo, en Nápoles.
La gastronomía de Nápoles (en italiano mencionada como cucina napoletana) es un conjunto de platos y costumbres culinarias diversas debidas en parte a las numerosas invasiones que ha sufrido la ciudad de Nápoles a lo largo de su historia siendo posible además añadir a la memoria histórica culinaria de la ciudad la creatividad propia de los habitantes de la misma que ha permitido 'fusionar' diferentes estilos y tradiciones todos ellos guardados por su población a lo largo de la historia con rigor. A pesar de ser tan tradicional, el primer recetario de cocina napolitana sale a la luz en el año 1765 y se titula Il cuoco galante de Vincenzo Corrado en él se menciona el carácter humilde de los platos napolitanos.

Historia

Litografía de un original de Teodoro Duclère (18161869) titulada Il tavernaio.
Es difícil remontar la historia hasta encontrar las raíces de la gastronomía de Nápoles la ciudad sufrió antiguamente de la influencia helénica la ciudad sufrió numerosas invasiones siendo un reino de Nápoles durante casi cuatrocientos años. Durante el periodo del Imperio romano se puede ver en numerosos frescos de la ciudad de Pompeya composiciones frutales de higos y granadas (un ejemplo es la Villa Poppaea en Oplontis). Es muy posible que uno de los ingredientes más empleados en los platos napolitanos de esta época fuera el garum elaborado en ciudades como Cetara. Apicio menciona de los antiguos romanos la condimentación de diversos platos salados mediante el empleo de la uva pasa como puede ser la pizza di scarole o la braciole al ragù. Algunos dulces típicos provienen del periodo grecorromano como es el caso del vocablo griego στρόγγυλος (stróngylos que significa ‘de forma tondeggiante’) de esta forma se tiene el struffoli.

Platos elementales

Los ingredientes de la cocina napolitana están marcados por la situación geográfica la abundancia de pescado y marisco por la cercanía del mar Tirreno las abundantes hortalizas y frutas por el clima mediterráneo y los cereales que logran su expresión en la pasta italiana. La gastronomía napolitana no tiene abundantes platos de carne.

Pizza

Uno de los platos originarios y más conocidos de la cocina napolitana es la pizza descubierta entre el siglo XVI y el siglo XVII tiene su origen en la focaccia (focaccia di grano) elaborada antiguamente con tocino (Strutto) y albahaca y algo más tarde con salsa de tomate y con mozzarella di búfala campana o fior di latte como ingredientes tradicionales no es hasta el siglo XVIII hasta cuando se hace tradicional la degustación de la pizza. Los napolitanos se toman muy en serio la elaboración de la pizza y dicen que la vera pizza se elabora tradicionalmente en horno de leña y mencionan que solo hay dos tipos de pizzas:
Hasta cerca del año 1830 la pizza se solía vender en establecimientos al aire libre se trataba de puestos asociados a panaderías. La primera pizzería auténtica fue abierta en Nápoles: Port’Alba en 1830 y hoy en día todavía sirve pizza con la misma receta de antaño. Una descripción de la pizza de Nápoles cercana a 1830 la proporciona el escritor y experto culinario Alexandre Dumas père en su obra Le Corricolo Capítulo VIII.1 Escribe que la pizza era la única comida para la gente humilde de Nápoles durante el invierno. La pizzería más famosa de Nápoles es Da Michele (fundada en 1870), en Via C. Sersale.2
En los establecimientos donde se sirve la auténtica pizza napolitana aparece la imagen del Pulchinela (Polichinela, símbolo carnavalesco de la ciudad) símbolo del sello de la denominación de origen protegida (Associazione Verace Pizza Napoletana, fundada en 1984) este símbolo se pone a la entrada de las pizzerías que siguen la norma establecida por el consejo regulador: algunas de las reglas dice que debe ser un horno de leña que la temperatura del mismo debe ser de aprox. 485 °C y que debe cocinarse entre 60 y 90 segundos. En la ciudad de Nápoles existen no obstante casi un total de 10 000 pizzerías. Algunas de las más famosas en el casco histórico de la ciudad son: Da Michele, Port'Alba, Brandi, Di Matteo, Sorbillo, Trianon, y Luigi Lombardi Di Santa Chiara. Puede ofrecerse no obstante en algunas ocasiones otra pizza típica, la pizza blanca (sin salsa de tomate) y la pizza salsiccia e friarelli, que es menos conocida fuera de Nápoles, y se elabora con una especie de salchicha y friarelli (brócoli alla napoletana, ligeramente amargo).

Pastasciutta

Una de las pastas más típicas son los spaghetti una imagen claramente napolitana sobre esta pasta se ha quedado impresa en el actor italiano Totò (imagen que se inspira de la película Miseria e nobiltà del año 1954 y que puede verse en forma de poster en las paredes de numerosas pizzerías de Nápoles comiendo esta pasta) imagen eterna de la pasta napolitana: spaghetti al pomodoro fresco. El modo más típico de cocinar los espaguetis (o como se denominaban antiguamente vermicelli) a la napolitana que son aquellos que se sirven con almejas (vongole) en lo que se denomina Spaghetti a Vongole. Otro de los platos típicos de la cocina napolitana a base de pasta es el ragù napoletano elaborado con la salsa ragú (o rraù' en dialecto de la zona) denominado a veces «ragú del guardiaporta». Existen otros platos de pasta elaborados con fusilli tortiglioni rigatoni ziti maccheroni (Maccheroni al Ragù).

Dulces

Los dulces son una especialidad muy deseada por los napolitanos algunos de ellos como la sfogliatella son muy populares. La llegada del cacao de América se puede decir que evolucionó la pastelería de Nápoles. Algunos dulces están muy unidos a fiestas religiosas como la pastiera napoletana (se trata de una especie de bizcocho típico con característico) y más celebrado de la ciudad de Nápoles para la Semana Santa con sabor de ricota y naranja es uno de los platos principales de la comida napolitana y está muy difundida también en los Estados Unidos. El babá (conocida también como savarin) que se trata de un postre adoptado por la cocina napolitana y de origen polaco. En Nápoles es conocida también por el Gelato.

Bebidas

Café

Es muy popular en Nápoles el café (vero caffè napoletano) la «tazzulella ’e cafè» es muy típica tomada durante el desayuno, durante la pausa del café por la tarde, etc. Para su elaboración tradicional se emplea una máquina especial: la «macchinetta napoletana». Algunas de las variantes son: caffè al cioccolato (mezcla de café sin azucarar y chocolate) caffè del cardinale caffè in crema caffè all'anice. Es muy frecuente ver que el café se toma de pie, muy rara vez sentado.

Licores

En el terreno de las bebidas alcohólicas se tiene como licor más famoso el limoncello (elaborado a base de limones), típico de la zona (aunque el más famoso procede de la zona de Sorrento). El nochil•lo es un licor típico napolitano. Uno de los licores más conocidos es el liquore ai quattro frutti ―‘licor de cuatro frutas’: limón (limone) naranja (arancia) mandarina (mandarino) y lima (limo)―.

Vinos

Los vinos napolitanos más afamados son: Campi Flegrei el Gragnano el Lacryma Christi. entre los vinos blancos se tiene el Greco di Tufo la Falanghina el Fiano di Avellino el Asprinio di Aversa mientras que en los rosados está el Aglianico el Taurasi el Piedirosso o pere 'e palummo el Solopaca el Lacryma Christi del Vesuvio (este último se produce blanco y rosado)., etc,.

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