BLOC CULTURAL,

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viernes, 22 de enero de 2021

Mi casa es la tuya - Dani Rovira , , Viernes -22- Enero ,. / Pekín Express - UNA BANDERA BAJO DOS MIRADAS . / UN BUEN PLAN ES IR AL CINE - El profesor de persa . / Días de cine - Cine - 'Más allá de las palabras,. Viernes -22- Enero . / Saber Vivir - 'Te quiero como amigo', 'me he puesto lo primero que he pillado'... frases manidas que dicen una cosa y 'cuentan' otra ,.

 

TITULO: Mi casa es la tuya -  Dani Rovira    , Viernes -22- Enero ,.

 

Mi casa es la tuya',



Este viernes -22- Enero a las 22.00, Telecinco emite una nueva entrega de 'Mi casa es la tuya', con Bertín Osborne charlando con  Dani Rovira , foto.

 Dani Rovira,.

 

Dani Rovira: «Estoy bien y tan fuerte que la mitad de la nieve de Madrid la he quitado yo»,.

El cómico estrena el próximo martes 'La Noche D', un nuevo formato de humor y entrevistas en el 'prime time' de TVE,.

Dani Rovira./

«Me encuentro bien. Estoy muy fuerte, tanto que la mitad de la nieve de Madrid la he quitado yo». Con ironía, Dani Rovira presentaba ante los medios su próximo estreno en TVE, 'La Noche D', un nuevo formato de humor y entrevistas que llegará el próximo martes (22:10 horas) a La 1, con la intención de recuperar «el entretenimiento blanco» en la franja de 'prime time'.

De esta manera, el actor malagueño regresa a la pequeña pantalla tras anunciar en agosto que había superado el cáncer que padecía. «Una experiencia como esta te cambia las prioridades y la manera de ver la vida», cuenta Rovira, que explica que comenzó a hablar sobre este proyecto a principios del verano: «Hablamos del programa cuando tenía a 20 metros al de la guadaña y Daniel Écija (el productor) estaba ahí. Era muy de agradecer».

La nueva apuesta de TVE abordará con humor los temas universales, como el amor, con diferentes invitados y colaboradores, entre los que se encuentran Cristina Medina, Pepe Viyuela y Antonio Resines. El estreno arrancará con un vídeo y monólogo en el que Rovira recibirá los consejos de los grandes presentadores de la televisión, como Iñaki Gabilondo o María Teresa Campos. No faltará tampoco la música, con Pablo López y Joaquín Sabina en el primer programa.

«Es una oportunidad para regalarle a los espectadores un soplo de aire fresco, de humor sano, gamberro y surrealista», explica el cómico, que espera que «durante dos horas a la semana», la audiencia pueda disfrutar y olvidarse de «los problemas, que de eso ya estamos un poco saturados.

TITULO:   Pekín Express  -    UNA BANDERA BAJO DOS MIRADAS    ,.

Pekín Express ,.

  Cristina Pedroche conduce 'Pekín Express: La ruta de los elefantes', una aventura en mitad del Índico, en la que 10 parejas con perfiles muy diferentes, etc.

UNA BANDERA BAJO DOS MIRADAS,.

En EE UU, la bandera confederada no es sólo un trozo de tela que alude a un pasado histórico cerrado, sino que carga todo el peso del racismo del siglo XX y del siglo XXI,.

UNA BANDERA BAJO DOS MIRADAS

foto / Se ha escrito mucho estos días -hasta que llegó 'Filomena'- del asalto al Congreso de los Estados Unidos el pasado 6 de enero. Los análisis más lúcidos señalan por una parte el papel fundamental de Donald Trump y su administración para que se produjeran estos hechos y, por otra, la connivencia durante los últimos años de buena parte del estamento político republicano (con representantes no sólo en el Gobierno, sino en todas las instituciones de poder), de parte de las fuerzas de seguridad del Estado, y de algunos medios de comunicación (sobre todo televisivos) en atacar y debilitar el Estado de derecho.

Desde este lado del Atlántico tomamos nota y señalamos, una vez más, los peligros de blanquear a líderes de la extrema derecha que aprovechan las instituciones democráticas para entrar en ellas, debilitarlas, incluso destruirlas. También aquí a algunos se les cae la careta y confunden un asalto violento que intenta frenar un proceso democrático (a eso se le suele llamar golpe de Estado, como lo fue el 23-F) con una manifestación o protesta dentro de los parámetros democráticos que marca la Constitución española en su artículo 21.

Pero en realidad de lo que yo les quería hablar es de una imagen que no he podido olvidar desde ese pasado 6 de enero. Hace ya cinco años que hice las maletas y que puse punto final a casi dos décadas de vida en Estados Unidos y, pese a que me parece que todo aquello forma parte de otra vida, eventos como el asalto violento al Congreso no me dejan indiferente y me obligan a recordar algunas de las lecciones sobre la sociedad e instituciones estadounidenses que fui aprendiendo con los años. Esa tarde del 6 de enero, día en el que esperaba que se ratificara la elección de Joe Biden como presidente de Estados Unidos, empezaron a llegar fotografías y vídeos de los asaltantes al Capitolio, de esa tropa extraña y carnavalesca sobre la que se han hecho innumerables bromas. Detrás de esa imagen que nos resulta estrambótica hay un mundo siniestro alimentado por el odio y con objetivos violentos.

Entre todas las imágenes hubo una que me llamó la atención, la de un hombre con la banderaDetrás de esa imagen que nos resulta estrambótica hay un mundo siniestro alimentado por el odio

Entre todas las fotografías hubo una que me llamó poderosamente la atención y que me sumió en un desasosiego profundo. En ella un hombre blanco, de unos cincuenta años, se pasea tranquilo con una gran bandera confederada, su asta apoyada en el hombro, por una de las salas del Congreso. Parece un turista que, en vez de mochila, carga despreocupadamente una bandera. La bandera confederada fue ideada durante la guerra civil estadounidense por el bando sureño y se convirtió, ya en el siglo XX, en el símbolo del supremacismo blanco. De hecho, en una encuesta gubernamental reciente, se llegaba a la conclusión de que para la mayoría de los estadounidenses la bandera confederada representa el racismo.

Se me encogió el estómago al ver ese símbolo de opresión y odio denigrante paseado sin pudor, con tranquilidad, como si la bandera confederada tuviera todo el derecho de estar ahí, como si el Congreso fuera, para quien la portaba, su lugar natural. Y lo peor es pensar que igual para ese hombre sí lo era: al fin y al cabo, la bandera confederada ha ondeado libre en los mítines de Trump y él ha defendido durante sus cuatro años de gobierno los principios del supremacismo blanco. Para ese hombre que porta tranquilo la bandera confederada, Trump sigue siendo su presidente legítimo e, igual que él está en la Casa Blanca, la confederada puede estar en el Capitolio. La lógica perversa a veces puede ser así de simple.

El valor de lo simbólico en esta fotografía no acaba ahí. A la derecha del hombre se ve un retrato de Charles Sumner, senador de Massachusetts, un abolicionista comprometido con el fin de la esclavitud. A la izquierda del hombre de la bandera, está el retrato de John C. Calhoun, esclavista de Carolina del Sur y el séptimo vicepresidente de los Estados Unidos, un defensor a ultranza de la esclavitud. Aunque murió diez años antes de que comenzara la guerra, sus ideas racistas y su teoría política secesionista fueron fundamentales durante el conflicto civil y su legado político se ha mantenido vivo hasta hoy. Muchas calles en Estados sureños llevan su nombre, también hay estatuas en su honor en espacios públicos, aunque una de ellas, en Charleston, fue retirada por las autoridades el pasado mayo, tras el asesinato de George Floyd. La presencia de la bandera confederada el 6 de enero de 2020 en la sala del Congreso muestra que el legado de Calhoun no sólo sigue vivo, sino que está integrado, casi me atrevería a decir naturalmente, en una parte considerable de la población estadounidense.

Viví en un Estado sureño mis seis primeros años de los casi veinte que pasé en EE UU, mientras hacía un doctorado en literatura en la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, una de las universidades públicas más grandes y antiguas del país, fundada en 1798 y en cuya construcción y desarrollo participaron las grandes fortunas esclavistas del momento, tanto con donaciones como aportando mano de obra esclava.

Ese legado era evidente dentro de la universidad. Los apellidos de familias esclavistas ilustres ocupaban, y algunos continúan ocupando, el frontispicio de la mayoría de los edificios antiguos. En la entrada del campus, daba la bienvenida la estatua de 'Silent Sam', erigida en 1931 como tributo a los soldados que murieron luchando por la Confederación. Varias asociaciones de estudiantes pidieron durante años que se retirara esa estatua por ser un símbolo esclavista y porque remitía asimismo a los años de la segregación, la opresión y los linchamientos. En el sur, el racismo tiene una continuidad histórica ineludible. Ante la falta de acción de la universidad, en 2018 un grupo de estudiantes y activistas antirracistas la derribó.

El símbolo lo es porque tiene un contexto y un significado, una historia y un presente. En Estados Unidos, la bandera confederada no es sólo un trozo de tela que alude a un pasado histórico cerrado sino que carga todo el peso del racismo del siglo XX y del siglo XXI. Cualquiera que la exhibe, sabe lo que está defendiendo. Durante esos años de vida en el sur la vi en los porches de las casas de barrios pobres y blancos, en algún bar de carretera, ondeando o como pegatina en coches y 'pick ups', tatuada en algún brazo blanco, en camisetas de gente a la que no me atrevía a mirar a la cara, por si acaso. Nunca pensé que la vería pasear tranquila por las salas del Congreso, bajo la mirada escandalizada de Charles Sumner y la otra, opuesta y triunfante, de John C. Calhoun.

TITULO: UN BUEN PLAN ES IR AL CINE - El profesor de persa,.

 El profesor de persa

Reparto
 
 
 
Francia, 1942. Gilles es arrestado por soldados de las SS junto con otros judíos y enviado a un campo de concentración en Alemania. Allí consigue evitar la ejecución al jurar a los guardias que no es judío, sino persa. Gracias a esta artimaña, Gilles consigue mantenerse con vida, pero tendrá que enseñar un idioma que no conoce a uno de los oficiales del campo, interesado en aprenderlo. Al tiempo que la relación entre ellos aumenta, las sospechas de los soldados van en incremento.

 

TITULO:  Días de cine - Cine  - Más allá de las palabras,  . Viernes -22- Enero.
 
 Días de cine' - Más allá de las palabras   ,.

Días de cine,.

Viernes -22- de  Enero a las 20:35 horas en La 2 / foto,.

 

 Días de cine - 15/01/21 - RTVE.es

 Repaso a la cartelera. 'Más allá de las palabras', un drama basado en hechos reales protagonizado por Adelaide Kane, David Duchovny y Timothy Hutton. A continuación, la británica '23 paseos', drama romántico escrito y dirigido por Paul Morrison con Alison Steadman y Dave Johns; y la comedia francesa 'Vacaciones contigo... y tu mujer', con Laure Calamy. Además, estrenada en VOD, la cinta canadiense 'Fragmentos de una mujer', nueva película del húngaro Kornél Mundruczó.

El espacio de cine de La 2 tiene como padrino a Lois Patiño, director de títulos como 'Costa da morte' o 'Lúa Vermella'.

Días de cine recuerda también a Michael Apted, cineasta británico fallecido el pasado 7 de enero y responsable de títulos como 'Quiero ser libre', 'Gorky Park', 'Gorilas en la niebla', 'Enigma', 'El mundo nunca es suficiente'... Además, el programa hace un recorrido por cómo el cine ha visto o previsto escenarios tan inimaginables a priori como el asalto al congreso de Estados Unidos. La ficción ya imaginó escenarios similares.

Y aprovechando la vuelta a las salas bajo el título genérico de 'El Universo de Wong Kar Wai' de varios títulos del excelente cineasta de Hong Kong, Días de cine repasa ese universo desde su propia mirada.

 

TITULO:  Saber Vivir -'Te quiero como amigo', 'me he puesto lo primero que he pillado'... frases manidas que dicen una cosa y 'cuentan' otra ,.

 

Te quiero como amigo' y más frases manidas que dicen una cosa y 'cuentan' otra,.

Las expresiones 'estandarizadas' sirven para no hacer daño a los demás y para proteger nuestra imagen personal: «Una sociedad donde no se usasen estas fórmulas podría ser cruel», foto.

'Te quiero como amigo' y más frases manidas que dicen una cosa y 'cuentan' otra

Si tuviésemos una pantalla en la frente donde se pudiese leer el significado real de lo que estamos diciendo con palabras, a lo mejor se produciría una hecatombe mundial. Porque muchas veces –muchísimas, y si no, hagamos todos un día el experimento de contarlas– decimos una cosa pero estamos pensando otra. Y no hablamos de fingir o engañar abiertamente: se trata de quedar bien, de no ofender, de evitar hacer daño a nuestro interlocutor, de suavizar nuestros mensajes. En condiciones normales, no queremos que lo que salga de nuestra boca –así, sin filtro– haga polvo a otro. Entonces, ¿lo hacemos por bondad, por empatía? En gran medida sí, pero también por un motivo 'egoísta': no queremos que nuestra propia imagen pública, nuestra marca personal, quede perjudicada por nuestra falta de tacto.

Por eso, para cortar una relación se usan un montón de frases manidas –'te quiero como amigo', 'no eres tú, soy yo'...– y para eludir cualquier mala noticia damos mil rodeos y recurrimos a todas las muletillas del mundo. Que están vacías de significado en sí, porque con el uso se han convertido en fórmulas hechas que nos ayudan en los trances difíciles. Desde el punto de vista lingüístico, el uso de estas frases comodín se explica mediante la llamada teoría de la cortesía. «Se trata de no decir abiertamente lo que pensamos para evitar un daño –explica Inés Lozano, profesora de la Universidad de La Rioja e investigadora del grupo de Semántica, Sintaxis y Uso del Lenguaje–. Una gran parte de lo que comunicamos se hace mediante una inferencia, es decir, diciendo una cosa para expresar otra. Por ejemplo, si alguien dice 'qué frío hace aquí', puede estar transmitiendo 'cierra la puerta'. Es lo que se llama una indirecta. En otros contextos, uno puede decir 'he estudiado poco para el examen' para dar a entender que va a suspender».

Este mecanismo por el que vamos 'traduciendo' lo que decimos y lo que escuchamos requiere unos códigos compartidos. Muchas veces, culturales. Por eso, por ejemplo, la teoría de la cortesía se entiende de modo distinto en Japón que en España. «Ellos dan muchos rodeos. Tienen una tradición de la distancia, de agradar y respetar mucho más arraigada que nosotros, que somos más directos. Y también pasa en los países anglosajones. Yo he vivido en Estados Unidos y en Reino Unido y, por ejemplo, para desconectarse de una videoconferencia hacen cosas muy raras, cuando para nosotros lo normal es decir 'bueno, lo dejamos ya'», resume Lozano. Vamos, que en el espectro de cortesía de las sociedades avanzadas... tiramos a bruticos. Eso no quiere decir que no usemos frases hechas para «tamizar» nuestro discurso. Lo hacemos constantemente. «Es un recurso muy necesario, demuestra empatía y preocupación por los demás. Una sociedad donde no se usasen estas fórmulas podría ser cruel y nos obligaría a armarnos de paciencia... y no la tenemos. Estamos sujetos a vaivenes emocionales y necesitamos protegernos los unos a los otros», aclara la investigadora. Es decir, que con discursos sin suavizar acabaríamos a tortas o de bronca en bronca, y eso no es sano ni práctico. «Se puede ser sincero, pero sin que tus palabras supongan un ataque directo», apunta. ¿Cómo? Por ejemplo, si un amigo te pregunta qué tal le queda el traje nuevo, mejor no digas 'das pena'. Eso duele y nos deja a nosotros como unos insensibles. ¿Mentimos entonces? No, hay una tercera vía. 'No sé si es mucho tu estilo. Si quieres, la próxima vez que vayas de compras, te acompaño'. Mejor, ¿no? Al final, estamos diciendo que le queda mal, se lo estamos dando a entender, pero sutilmente. Todos sabemos 'comprender' este lenguaje, salvo algunas personas con trastornos cognitivos que sólo se ciñen a lo literal.

«A menudo, lo mejor es no decir nada»

Desde el punto de vista de la Psicología, esas frases comodín son fruto de una herencia aprendida. «Vamos a lo que hemos escuchado en otras ocasiones; es decir, a nuestra zona de comodidad. Repetimos esos patrones aprendidos muchas veces sin cuestionarnos si es lo más adecuado», afirma la psicóloga Elisa Sánchez. O sea, que somos unos comodones.

Para ella, estas fórmulas de cortesía que pretenden no hacer daño a veces acaban causando el efecto contrario. Suenan tan vacías, tan poco sinceras... «Lo vemos claro cuando nos convertimos en receptores y pasamos por una situación difícil y escuchamos esas frases sin empatía. Nos molesta», apunta la psicóloga. Esos 'te acompaño en el sentimiento' cuando quizá ni conocías al difunto, por ejemplo, ese 'tú puedes, ánimo' a un enfermo terminal... «En muchas ocasiones, lo mejor es no decir nada». Para Sánchez, es fundamental desarrollar la asertividad, la capacidad de expresar lo que se piensa, se siente y se desea siendo sincero y respetando los sentimientos de los demás. Esta habilidad nos ayudaría a reducir la cantidad de frases manidas que usamos para resultar diplomáticos, como las de este pequeño glosario.

«Te quiero como amigo»

Traducción: 'No te quiero de pareja'. Expresa una afirmación porque es más fácil que una negación. «Aquí 'matizamos' para no herir cuando damos un plantón. Es una manera de decir que lo sientes», apunta Lozano.

«Tenemos que hablar»

Traducción: o te va a dejar o quiere bronca. Tal y cómo está formulada, esa frase es el anticipo de un mensaje negativo. «Es que ya está muy convencionalizada.Si lo que nos van a contar es positivo, no lo anunciamos así», indica Lozano, quien dice que es una de esas frases «fosilizadas» cuyo significado deja poco lugar a interpretaciones. La psicóloga Elisa Sánchez apunta una alternativa. Algo así: «Cuando estamos varios días en los que hay muy poca comunicación entre nosotros, me siento triste porque para mi es fundamental la conexión contigo, la cercanía y el contacto físico; ¿podemos hablar ahora sobre ello?».

«No soy mucho de pisto»

Traducción: 'Qué asco el pisto'. Es un caso claro en el que se modifica el mensaje porque no te gusta nada. «Si medio te gusta, te lo comes sin decir nada», apunta Lozano. «Pero ¿quién le dice 'qué asco' a alguien que te ha preparado la comida con cariño?».

«Pongase en lo peor»

Traducción: 'Se va a morir'. Esta fórmula es muy usada por los sanitarios, que evitan mencionar la palabra 'muerte'. Es una especie de tabú. Busca preparar el terreno y que saquemos conclusiones nosotros mismos. Hay casos como el del televisivo doctor House, que lo soltaba todo sin paños calientes. Y nos hacía mucha gracia. «¡Porque no nos pasaba a nosotros! Es un caso claro de persona sin filtro y por eso es recordado, porque no es lo común», argumenta Lozano.

«No estoy enfadada»

Traducción: 'Estoy mal'. «Es como cuando nos caemos y decimos 'no me he hecho daño' y nos levantamos rápido. A nadie le gusta pasar por la humillación de caerse o mostrar enfado. Evitamos atraer la atención de los demás por algo malo (para nosotros,g es importante proteger nuestra imagen positiva)», detalla la especialista de la Universidad de La Rioja. «Nadie quiere quedarse en un momento socialmente incómodo y por eso decimos este tipo de cosas aunque sea evidente que no son verdad», añade.

«Me he puesto lo primero que he pillado»

Traducción: 'Me he probado docenas de outfits'. Este es el fenómeno contrario a la hipérbole. «Te 'rebajas' porque socialmente está mal visto ser presumido. En Japón lo hacen mucho: por ejemplo, una vecina alaba el jardín de otra y, como respuesta al cumplido, dice que no, que está fatal», cuenta Lozano. Otra vez protegemos nuestra imagen personal. Es como el 'yo no veo la tele', tan manido. Queremos indicar que hacemos cosas más interesantes.

«¡Una más y para casa!»

Traducción: 'Hay que ir pensando en irse'. «Es un caso claro de inferencia –dice Lozano–. No queremos decir que vaya a ser una ronda más (igual son tres) sino que hay que ser consciente de la hora. Es para preparar el terreno».

«Has hecho un trabajo... digno»

Traducción: 'Vaya basura'. Se usan en ocasiones adjetivos o adverbios con la intención de ser cortés, pero no queremos mentir. Si un jefe nos dice lo del trabajo digno es que esperaba más. Es como si nos indican que nos quieren «bastante» o que somos «suficientemente» capaces. Es horrible, ¿no? Sí, porque se nota «que han modulado el mensaje para evitar tensión». ¡Pero querían que nos diésemos cuenta de la verdad! ¿Cómo sería la manera correcta de hacerlo desde la asertividad que aconseja Elisa Sánchez?: «Quería comentarte el informe. La extensión y maquetación me parecen muy adecuadas, enhorabuena. Sobre la redacción creo que hay que realizar ajustes. Te paso datos actualizados y he marcado en amarillo errores tipográficos. Las conclusiones, muy precisas y útiles». Una de cal y otra de arena y ser constructivo.

«No estás gordo, eres de constitución grande»

Traducción: 'Madre mía, cómo te has puesto'. Justificas el volumen para no 'culpabilizar' pero está claro lo que piensas. Ofrecerte a hacer deporte y recetas sanas evidencia un interés por el peso de esa persona. Duele menos que un 'pero qué gordo estás' y se dará cuenta de que tiene que perder peso.

 

 


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