BLOC CULTURAL,

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martes, 19 de enero de 2021

Juego de Niños - El Aeroclub de Badajoz te deja pilotar por 25 euros ,. Sábado -23- Enero,./ LA PANTERA ROSA - Y LUKE LUKE - Pepe Vela ,. / EL CLUB COMEDIA - El Carnaval de Badajoz será un homenaje a sus 40 años de historia pero sin eventos,.

 

 TITULO: Juego de Niños -  El Aeroclub de Badajoz te deja pilotar por 25 euros ,. ,    Sábado -23- Enero,.
 

Juegos de niños,.

  Sabado -23- Enero  a las 22:00 por La 1, fotos,. 

Juego - El Aeroclub de Badajoz te deja pilotar por 25 euros  ,.

 

El Aeroclub de Badajoz te deja pilotar por 25 euros,.

La organización ofrece a los pacenses ponerse a los mandos de un avión a cambio de una aportación mínima al Banco de Alimentos,.

Cayetano Barneto abre el angar en el que descansan las avionetas del Aeroclub. /Pakopí
Cayetano Barneto abre el angar en el que descansan las avionetas del Aeroclub. / Pakopí

Hubo un tiempo en que el Real Aeroclub de Badajoz tenía más de mil socios y su sede en la avenida de Colón era epicentro de la vida social de la ciudad. Los pilotos llegaban a Talavera y revolucionaban Badajoz.

Las cosas ya no son como entonces. Hace dos años tuvieron que dejar sus instalaciones por imposibilidad de pagar el alquiler mensual, están reparando su avión, al que llaman La Niña, y la asociación depuró su censo hasta los 70 socios. Ahora, entre todos, intentan remontar el vuelo de un club con solera.

Lo hacen con una iniciativa solidaria con la que pretenden fomentar la aviación en la ciudad. Ofrecen a los pacenses experiencias de vuelo que duran unos 40 minutos de forma gratuita. Aunque, eso sí, para subirse a uno de esos aviones hay que hacer una aportación mínima de 25 euros al Banco de Alimentos. De esta manera, acercan el mundo de los aviones a quienes nunca pensaron en ponerse a los mandos de uno y, además, echan un capote a quienes peor lo están pasando.

El coste de una experiencia similar ofrecida por una empresa privada ronda los 150 euros. En este caso, son los socios quienes costean la actividad a través de su cuota mensual de diez euros y los pilotos que ponen sus aviones al servicio de la iniciativa.

Entre todos persiguen el objetivo de acercar el Real Aeroclub de Badajoz a la ciudad y que, de alguna manera, Badajoz vuelva a sentir una conexión con ese mundo que le deslumbró en los años 50, cuando se creó la Escuela de Reactores en la base de Talavera y los futuros pilotos desembarcaban en Badajoz para formarse. Quedan ya pocos de aquellos primeros socios y algunos van desapareciendo, como el general de aviación Bayardo Abos Coto hace solo unas semanas, que era socio de honor. El origen del club era militar y aún son muchos militares los que están entre sus miembros.Aunque también hay pilotos comerciales y aficionados. Ahora quieren abrir aún más esta asociación para contar con todos aquellos interesados en volar.

Fernando Donoso a los mandos de una de las avionetas.
 
Fernando Donoso a los mandos de una de las avionetas.

Durante el confinamiento pensaron en una manera de acercarse de nuevo a la ciudad y desde este verano ofrecen esta actividad de vuelo los sábados y domingos por la mañana, si el tiempo lo permite.

Han hecho un ciclo especial para héroes de la covid-19 dedicado a todo el personal esencial que estuvo trabajando durante el confinamiento. Y otro especial para mujeres. Ahora han comenzado con este dedicado a la solidaridad y ya han realizado tres entregas distintas al Banco de Alimentos. Al principio recogían ellos la donación en productos, pero el sistema ha cambiado y quien quiera volar debe realizar primero la transferencia económica al Banco de Alimentos. «Nosotros no tocamos ese dinero», explica Cayetano Barneto, que preside el club y está empeñado en sumar adeptos. Las inscripciones se pueden hacer en la página web de la entidad.

El coste de una experiencia de vuelo similar ofrecida por una empresa privada rondalos 150 euros

Los vuelos se realizan desde el aeródromo Casimiro Patiño, en el kilómetro 19 de la carretera de Valverde. Allí les han cedido un hangar y usan esas instalaciones para la ciudad, aunque también están volando desde otros puntos como Almendralejo, Los Santos de Maimona y La Roca de la Sierra.

El avión tiene dos plazas y en una de ellas siempre va el piloto. Este se encarga de despegar y aterrizar, y deja que en el aire, a unos mil pies de altura, el invitado se ponga al mando. Que sienta el vértigo de estar planeando el aire.

No se corre peligro. «Se trata de un avión con doble mando y funciona como un coche de autoescuela», explica Cayetano Barneto. La experiencia, señala, deja huella. «Ver ahora los alrededores de Badajoz desde el aire es precioso, está todo verde».

Volando sobre la dehesa del Alconchel.
 
Volando sobre la dehesa del Alconchel.

El club está catalogado como una 'organización de entrenamiento declarado' y es la única escuela en Extremadura habilitada para impartir clases de aviación general, subraya Barreto. Ahora tienen alumnos de Málaga, Cádiz y Salamanca, que están obteniendo el título de piloto privado (PPL) a través de Internet. Este suele ser un paso previo a formarse como pilotos comerciales en las escuelas especializadas. Imparte también cursos de ultraligeros (ULM), que ahora preparan otras dos personas. Y también ofrecen los seminarios de radiofonista, que son obligatorios para volar. El Aeroclub también está habilitado para actualizar, renovar y revalidar licencias.

Aunque ya no esté en el centro de Badajoz, y los pacenses no queden en el 'aeroclub', esta sociedad sigue en marcha. En este 2021 quieren recuperar la raigambre que le unió a la ciudad durante décadas. Por eso llaman a la puerta de los pacenses con una atractiva invitación a despegar los pies del suelo y sentir el hormigueo de dirigir los mandos de un avión.

 

TITULO: LA PANTERA ROSA - Y LUKE LUKE - Pepe Vela,.

LA PANTERA ROSA - Y LUKE LUKE  - Pepe Vela,.  ,fotos.

 Pepe Vela,.

 


Pepe Vela

Hoy es día triste para la crónica y para el cronista.

 

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El domingo pasado, 10 de enero de 2021, al alba de un año nuevo, Pepe Vela saltó las murallas de Badajoz, y al impulso del Plus Ultra que campea en su escudo, con su obra como arboladura, como timón su pluma, y como carta de navegación el callejero del viejo Batalius, emprendió el viaje , Tus estampas de: Badajoz de los 60', 'Badajoz entrañable' o 'Badajoz en el recuerdo' son algunos de los libros que escribió José Vela Ordóñez, Pepe Vela. Nos ha dejado con sus libros, sus guitarras, su título de fundador del grupo Play Boys de los año 60, sus aficiones a la radio, donde nos deleito con programas de la historia musical,. 

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El deporte está repleto de pequeños grandes fenómenos. Tipos que son un referente en su especialidad pero que no trascienden, no calan en la sociedad. Si me doy media vuelta y pregunto a la gente que tengo por aquí quién es Kilian Jornet, casi nadie sabrá darme una respuesta. Y el señor de las montañas, años y más años arrasando en los trails, en las carreras entre riscos, se sentaría en el Olimpo del deporte español entre Rafa Nadal y Pau Gasol por sus méritos, por su grandeza, por su prestigio internacional.

Aquí en nuestra tierra tenemos a una estrella de la vela que puede pasear por la calle Colón sin que lo paren ni una vez. Es Pepe Ribes, un regatista de Benissa con un currículo imponente. El alicantino ha dado la vuelta al mundo a vela cinco veces: cuatro en la Volvo Ocean Race y una en la Barcelona World Race. O se ha mezclado con la nobleza de la náutica en sus tres participaciones en la Copa América (2000, 2003 y 2007). Y mucho más.

Ribes le debe la afición a un amigo de sus padres. Un médico de Gandia que todos los sábados se desviaba por Benissa para recogerlo antes de ir a pasar consulta en los astilleros Belliure de Calpe. Y allí, el dueño, Vicente Belliure, que fundó la empresa en 1953, tenía un barquito de la clase optimist que había comprado para sus hijas y que acabaron usando Pepe y otros chavales para aprender a navegar de la mano de un navegante de Alicante llamado Ernesto Bobet.

Aquel chaval de siete años acabó completamente enamorado del mar. No había otro momento en la semana mejor que ese rato maniobrando entre los barcos pesqueros que fondeaban en el puerto, pues no existía aún el club náutico. No había otra afición que le reportara esas sensaciones, ese desafío, ese aprendizaje con el timón en la mano y la mirada al frente.

De adolescente le soltó a sus padres de sopetón que quería ser regatista profesional y en cuanto se repusieron, con 19 años, se machó a Mallorca para hacer la mili y, ya puestos, se quedó allí para aprender todo lo que pudiera sobre la navegación a vela.

Ribes siempre ha sido una esponja. Su obsesión por aprender ha sido el norte de su brújula y eso le ha permitido ser quien es. Año tras año ha ido adquiriendo conocimientos sobre construcción de barcos, diseño, como trepar por los mástiles o descolgarse por la proa. Y encima tuvo la fortuna de que, ya con un nombre, se celebrara la Copa América a 100 kilómetros al norte de su pueblo y la Volvo Ocean Race a 60 kilómetros al sur.

El regatista, de 45 años, lleva casi 300.000 millas navegadas en regata, más de 500.000 kilómetros, y quién sabe cuántas a bordo. Y en la Copa América de Valencia fue uno de los pocos españoles reclutados por un desafío extranjero, el Victory Challenge sueco, como Rafa Trujillo (+39) o el también valenciano Nacho Braquehais (Luna Rossa).

Quedan seis meses para que la Volvo Ocean Race, la gran vuelta al mundo con escalas, salga desde Alicante y varios equipos le tiran los trastos. Su fama de hombre sabio, que lo mismo sabe de vientos, que de velas, que de piezas del barco, se cotiza. Y mientras trabaja como capitán del Platoon, el barco de un armador alemán que participa en las 52 Super Series, una de las competiciones anuales más golosas.

Una vida subida al barco, que no entiende de celebraciones. En 2014, su hijo nació un 3 de diciembre y antes de que cumpliera el primer mes ya estaba embarcado en una nueva vuelta al mundo, su sueño desde niño.

Aquel chiquillo que viraba encima de un optimist en aguas de Calpe, el mismo que se chupaba los dedos cuando su madre cocinaba el 'cruet de peix', un guiso típico de pescadores que lleva, entre otros ingredientes, patatas y varios tipos de pescado, siempre se imaginaba dando la vuelta al planeta, doblando los grandes cabos australes -Buena Esperanza, Leeuwin y el de Hornos-, viviendo grandes aventuras.

Aunque ni la imaginación de un niño pudo alcanzar lo que le sucedió el 21 de mayo de 2006, cuando el Movistar, el barco con el que participaba en la Volvo Ocean Race, naufragaba, nueve días después de partir de Nueva York, en medio del Atlántico Norte, con la fortuna de que la tripulación pudo ser rescatada por los 'rivales' del ABN Amro 2, que, encima, llevaban a bordo el cadáver de Hans Horrevoets, de 32 años y padre de un niño, que había muerto tras caer al agua tres días antes.

 

TITULO:  EL CLUB COMEDIA -  El Carnaval de Badajoz será un homenaje a sus 40 años de historia pero sin eventos,.

 

El Carnaval de Badajoz será un homenaje a sus 40 años de historia pero sin eventos,.

En septiembre se suspendieron los concursos oficiales y ahora, dada la situación de la pandemia, se descarta la fiesta callejera,.

La comparsa Vaivén desfilando en Santa Marina en 1987. / HOY
 
La comparsa Vaivén desfilando en Santa Marina en 1987. / foto,.

Falta un mes para el Carnaval y no hay sonido de tambores en El Nevero, ni sorteo para saber el orden de actuación de las murgas, ni pacenses comprando telas y complementos para inventarse un disfraz. La covid-19 le ha quitado a Badajoz su fiesta. La nostalgia de esos días estará apoyada por un proyecto del Ayuntamiento que pretende convertir, El tópico asegura que la personalidad de los valencianos arroja animosa expansión, ganas de disfrutar, necesidad de jarana, chutes de paella y pólvora porque se supone que expresamos las alegrías mediante el ruido. Insisten pertinaces en un detalle: somos barrocos, muy barrocos, incluso apasionados por el desparrame kitsch, lo cual nos traslada directamente hacia los territorios del espantoso brilli-brilli. Lo curiosos es que, nosotros los valencianos, parecemos comprar sin problemas este diagnóstico. Lo asumimos. Nos lo han repetido tanto durante tanto tiempo que ni siquiera lo cuestionamos, y me incluyo. Pero la otra noche se me encendió la bombilla cuando al final de un telenoticiero ofrecieron imágenes del carnaval de Tenerife. Coño, si nosotros somos barrocos no sé qué son nuestros amigos isleños. Desfilaban las candidatas a reina del carnaval (espero que se llame así, en caso contrario me disculpo ya esperando evitar la masacre cibernética) sepultadas bajo tres toneladas de ropajes luminosos donde el fulgor de las lentejuelas obligaba a ponerse las gafas de sol. Para soportar tal aparato de plumas, esos andamios de bella fantasía, les adjuntaban una suerte de andador rodante que les permitía desplazar toda esa importante masa. Impresionante el esfuerzo realizado por los artistas del supertraje; formidable la pericia de las candidatas acarreando el tinglado sonrisa en ristre. El monumento fallero más recargado al lado del traje carnavalero más birrioso segrega verdadera contención. Sin embargo los barroquísimos de España entera, gran honor, somos nosotros. Nunca olvidaré la boutade que me soltó hace lustros un antiguo republicano que había luchado en la batalla del Ebro bajo las órdenes de Manuel Tagüeña Lacorte: «Franco sólo hizo una cosa bien: prohibir los carnavales». Y se quedó tan pancho.

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