RELOJES DE PULSERAS - LAS APRETURAS DEL ALMONTE, fotos.
Las Apreturas del Almonte,.
Disfrutando en soledad de uno de los lugares más bellos de la Tierra,.
Primavera en Las Villuercas. El Almonte se oye, pero no se ve. Estamos en un pequeño mirador situado en el arcén de la carretera que va de Retamosa a Roturas de Cabañas. Están bien las comunicaciones en Las Villuercas y Los Ibores, ya no son aquellas calzadas estrechas y parcheadas, sino carreteras anchas, bien trazadas y asfaltadas.Hemos venido desde Cáceres a conocer las llamadas Apreturas del Almonte. Hora y cuarto de viaje a la velocidad legal. Por la Autovía de Madrid, este paraíso natural queda a poco más de dos horas de cualquiera de las ciudades extremeñas. Tras pasar Jaraicejo, hay que coger la salida hacia Deleitosa. En un paseo, se llega a Retamosa y, tras coger la dirección de Roturas y Navezuelas en una rotonda, nos adentramos en este paraje inolvidable, en el núcleo del Geoparque Global Mundial de la Unesco Villuercas-Ibores-Jara, uno de los 120 geoparques existentes en el mundo.
Nos encontramos, pues, en una joya natural única, exclusiva, que forma parte del florilegio de los lugares más bellos del planeta Tierra. Y, como suele suceder en Extremadura, disfrutamos de este regalo en exclusiva: no pasa nadie, no mira nadie, no se detiene nadie... Nos comentarán a lo largo de nuestro viaje por los pueblos de la zona que el turismo no acaba de explotar. Es una pena para la economía, pero una bendición para el viajero, que paladea el privilegio de contemplar el vuelo de una docena de buitres, de sentir el rumor del río, la pureza del aire y la imponente fuerza de las rocas sin que nada ni nadie enturbie la delicada intensidad de cada sensación.
En la orilla del río estaban y están los huertos, los frutales y las parras. En la parte media del valle, crecen los olivos y los castaños y en las alturas, el bosque antiguo y los bloques cuarcíticos. Todo eso se distingue desde este merendero-mirador situado frente al paraje de las Apreturas del Alagón, entre Retamosa y Roturas, a 600 metros de altura, hipnotizados por la fuerza telúrica de este desfiladero fluvial por donde fluye un Almonte encajonado, aprovechando una fractura entre las rocas para escapar de las Villuercas y, a través de la penillanura trujillana, buscar el Tajo.
Desde el mirador, se divisan el castillo de Cabañas dominando el valle, vigilando la comarca, la peña Buitrera con sus 865 metros de altitud, y la Peña del Rayo, sobre el río, sobrevolada por los buitres. La flor de jara blanquea discretamente las laderas y la visión del conjunto es amenizada por el rumor del río, que ya hemos dicho que se oye, pero no se ve.
Esta carretera fue abierta en 1958 a fuerza de pico y pala por los vecinos de Roturas. Si la seguimos en dirección a este pueblo, circularemos en paralelo al Almonte, que sigue sin verse, tan abajo, pero se intuye su curso por el verdor ribereño de los fresnos, los sauces y los alisos. Si regresamos a la rotonda y cogemos allí la carretera de Cabañas, llegaremos a un puente de un solo ojo donde, tras aparcar cómodamente, sí que podremos ver el río, descender hasta la orilla e incluso caminar por un estrecho sendero que nos lleva hasta las mismísimas Apreturas. Allí, la percepción del paraíso es tan intensa que intentar describirlo sería desfachatez.
TITULO: ¡ QUE GRANDE ES EL CINE ! - SI TE PARAN POR LA CALLE ES UN BUEN SINTOMA,.
¡ QUE GRANDE ES EL CINE ! ,.
¡Qué grande es el cine! fue un programa de cine dirigido por José Luis Garci y emitido por Televisión Española por su cadena La 2.
SI TE PARAN POR LA CALLE ES UN BUEN SINTOMA,.
Si te paran por la calle es un buen síntoma,.
-foto, Mariano Peña es don Benjumea, el millonario que vive en el hospital de ‘Allí Abajo’. La serie de Antena 3 ya ha renovado por una tercera temporada,.
Entre Mauricio Colmenero y don Benjumea hay una gran distancia. Sin embargo a ambos personajes les costó ser entendidos al principio por el público, el primero porque era una crítica a lo que representaba (el machismo, la homofobia…) y el segundo por su extraño acento andaluz (mezclando seseo y ceceo). Pero terminaron calando hondo entre la audiencia. El mérito es de Mariano Peña (Manzanilla, Huelva, 1960), que acaba de renovar por una tercera temporada en la piel del excéntrico jubilado, de rancio abolengo y sevillanas maneras, al que da vida en ‘Allí Abajo’ (Antena 3, esta noche, 22.30 horas). «No me siento encasillado, ser actor de comedia es un rango alto».
– Don Benjumea sigue dando guerra...
– ¡Mucha! Está hecho un chavalote, enamorado hasta la médula y persiguiendo el amor.
– El listón de la segunda temporada estaba alto.
– No es lo mismo cuando empiezas un trabajo que cuando llevas un
tiempo. Este papel lo he ido perfeccionando a base de practicarlo. Ahora
creo que consigo mejor efecto con él.
– Ya han renovado.
– ¡Gracias por lo que me toca! No hay tanta comedia en televisión
como debería y tampoco es fácil hacer una buena comedia. Pero, aquí en
‘petit comité’, sí que te digo que me muero por un buen drama, aunque
fuera en el cine. Me gusta pasarlo bien y hacer reír a la gente, pero un
dramita… Al menos una tapita.
– ¿Se siente encasillado?
– ¡No! Para mí ser actor de comedia es un rango alto, porque un actor
cómico siempre te puede hacer un drama, pero no a la inversa. El humor
es matemática pura y en cuanto te equivocas en un número o si haces una
pausa más larga de lo normal te cargas el chiste.
– ¿Los guionistas le dejan ser usted mismo?
– Te voy a hacer una confesión, pero que no se entere nadie (risas),
en la primera temporada eran más cuidadosos con mi guion, pero visto el
resultado que tuvo, en esta segunda temporada me han dejado meter alguna
broma, algún giro de guion…
– Han bajado la guardia…
– Te dejan porque saben que abogas por el buen hacer, que no vas a
hacer lo que te dé la gana. Confían en mí y yo se lo agradezco.
– En Sevilla anda la gente loca con ustedes.
– En Sevilla ha caído muy bien el rodaje, además los sevillanos son
muy cariñosos y bullangueros. Yo no puedo quejarme porque a veces no
puedo dar ni un paso sin que me saluden o me pidan fotos… Es verdad que a
veces uno no tiene el día, por circunstancias, y a lo mejor te pilla en
un momento desagradable. Pero como decía mi padre, que en esta
profesión no te dejen andar por la calle es buen síntoma.
– Le viene después de Mauricio Colmenero, en ‘Aída’.
– De la mano de un personaje
antipático y políticamente incorrecto. Don Benjumea es más tierno y es
normal que te cojan cariño con él, pero que eso te llegue con Mauricio
Colmenero no deja de ser peculiar.
– Ese personaje era una crítica a la antipatía.
– Exactamente, pero la gente tardó en pillarlo… Como el acento de Don
Benjumea. A mí me han dicho algunas personas «yo soy Mauricio
Colmenero», y yo les respondía que qué flaco favor se hacían.
– ¿Los actores resultan antipáticos para los políticos?
– Tenemos un trampolín para que nos escuchen y lo aprovechamos. Pero
nada más lejos que otras profesiones como los astilleros o los bomberos,
por ejemplo, que no cuentan con esas herramientas tan potentes como la
televisión o una gala para sus quejas.
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