BLOC CULTURAL,

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domingo, 30 de mayo de 2021

El paisano - Viernes -4- Junio - Cansado del estrés de Barcelona regresó a Las Cabezas de San Juan ,. / VACACIONES - EUROPA DE PELICULA - Desbandada de cacereños a la playa ,. / HOSPITAL - Participación masiva en la vacunación del 64,. / VUELTA AL COLE - El escándalo de las cámaras porno ocultas,. / EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles -9- junio - Fernando Martínez Laínez ,. / EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes -11- Junio - En compañía de otros,.

 

 TITULO: El paisano - Viernes  -4- Junio - Cansado del estrés de Barcelona regresó a Las Cabezas de San Juan ,.

 

Viernes   -4- Junio a las 22:10 horas en La 1 , foto,.

 Los Repobladores | Cansado del estrés de Barcelona regresó a Las Cabezas de San  Juan

Cansado del estrés de Barcelona volvió a Las Cabezas de San Juan,.

Antonio se fue a Barcelona en busca de oportunidades laborales. Dejó atrás su pueblo natal, Las Cabezas de San Juan (Sevilla), para trabajar con maquinaria de excavación.

Pero echaba de menos el campo y sobre todo su ganado de ovejas. En la ciudad todo era estrés y trabajo. Tuvo que tomar una muy difícil decisión; la de volverse al pueblo a pesar de que su hijo está en Barcelona.

Ahora es un repoblador seguro de su decisión, que se siente feliz en su elemento natural; el campo, su pueblo y sus amigos de toda la vida.

 

TITULO:   VACACIONES - EUROPA DE PELICULA - Desbandada de cacereños a la playa ,.

 

Desbandada de cacereños a la playa,.

El primer puente tras el fin del estado de alarma y la ausencia de actividad por San Fernando impulsan los viajes al sur,.

Verónica Esteban viaja hoy a Tenerife. En la imagen, recoge los últimos papeles en la agencia en la que ha contratado su escapada./ JORGE REY
 
foto / Verónica Esteban viaja hoy a Tenerife. En la imagen, recoge los últimos papeles en la agencia en la que ha contratado su escapada.

Anabel Teomiro no falta a su cita anual con la playa en San Fernando desde que nació su hijo mayor, que tiene diez años. «Aprovechamos para salir porque el tiempo está muy bueno, nos podemos ir desde el jueves y no hay mucha gente; se está muy bien. Es la mejor época para ir a la costa», argumenta esta terapeuta ocupacional. , etc,.

 

TITULO: HOSPITAL - Participación masiva en la vacunación del 64,. 


Participación masiva en la vacunación del 64,.

La vacuna AstraZeneca no frena a la población de 60 a 64 años del Mar Menor  | Radio Cartagena | Cadena SER

foto / El Área de Salud de Mérida agradece que más del noventa por ciento de los nacidos en el año 1964 pasara ayer por Ifeme para vacunarse y protegerse del coronavirus. Informó también que en las próximas horas se hará un llamamiento para que se acerquen al recinto ferial la generación del 65 y el 66.

TITULO: VUELTA AL COLE -El escándalo de las cámaras porno ocultas,.

 El escándalo de las cámaras porno ocultas,.

 

Los escándalos más sonados que han protagonizado otros actores del porno,.


James Deen (i),  Traci Lords (c) y Torbe,
 

foto / A pesar de las polémicas en las que se ha visto envuelto Nacho Vidal a lo largo de los años, el mundo del porno es un espacio relativamente tranquilo en general, que evita en lo posible el escándalo y mezclarse con el mundo real.

Esto, sin embargo, hay que matizarlo, porque a lo largo de la historia se han dado algunos casos sonados en los que actores, actrices y productores han metido la pata, se han visto envueltos en problemas de drogas o con la ley, han desarrollado comportamientos violentos y, lógicamente, se han dado caso de transmisiones de enfermedades venéreas. Hay un lado sórdido del porno que trasciende la mera actividad del gremio -o sea, que va más allá de la promiscuidad en el fornicio-, que se podría resumir en estos 10 casos.

1. Traci Lords, menor de edad

Fue la reina del porno de los 80, pero su carrera llegó abruptamente a su fin cuando se descubrió que, con tal de entrar en la industria y grabar sus primeras escenas, falsificó documentos para ocultar que era menor de 18 años. Aquel escándalo expulsó a Traci Lords del porno -que, por entonces, habría sido como si hubieran expulsado a Magic Johnson de la NBA-, y se dedicó al cine convencional, a grabar discos y a pasear su aura de mito por las televisiones.

2. John Holmes y los crímenes de Wonderland

Le llamaban Mr. 35, en honor a los centímetros de su herramienta de trabajo -el personaje de Dirk Diggler, el protagonista de la película Boogie Nights de Paul Thomas Anderson, interpretado por Mark Wahlberg, estaba inspirado en Holmes-. Y aunque fue célebre por sus dimensiones, el final de su vida, en 1988, tras contagiarse de sida, estuvo manchado por sus adicciones a las drogas. En 1981 se le acusó de haber instigado y quizá ejecutado el asesinato de una pandilla de traficantes conocida como Wonderland, a la que Holmes le compraba el material. Finalmente fue absuelto, pero la sospecha de que la represalia fue cierta no ha terminado de disiparse.

3. Marc Wallice y Mr. Marcus, los supercontagiadores

A finales de los 90, comenzó a circular una noticia terrible por el Valle de San Fernando, el epicentro de la industria del porno en Los Ángeles: varias actrices habían dado positivo en VIH. ¿Cómo había podido ocurrir? Por entonces los controles de salud no eran tan estrictos como ahora, pero se practicaban y eran fiables. Sin embargo, alguien había conseguido esquivar a los médicos. ¿Quién estaba contagiando a tanta gente? Al final, se descubrió que fue el actor Marc Wallice, un galán con pinta de hermano de Michael Bolton que se contagió fuera de los platós y, consciente de ello, ocultó la información falsificando los tests. De se historia se habla en el fantástico documental La epidemia del porno. Un caso parecido sucedió algunos años, cuando el actor afroamericano Mr. Marcus, estrella del porno interracial, trabajó sabiendo que había contraído sífilis, contagiando a varias actrices sin escrúpulos.

4. Max Hardcore, demasiado bestia

Sería incorrecto decir que Max Hardcore era actor porno, porque lo que él practicaba delante de la cámara no era una ficción, sino algo más cercano a un tutorial de sadismo. Retratado de manera hilarante por David Foster Wallace en un artículo periodístico incluido en su libro Hablemos de langostas, Max Hardcore estuvo considerado durante mucho tiempo como una bestia con la que nadie quería trabajar, y que conseguía contratar sólo a actrices desesperadas. Una vez firmado el acuerdo, se propasaba con todo tipo de actividades sexuales vejatorias que no detallaremos. Estigmatizado por violento, nunca tuvo amigos en la industria, y alguna demanda por abuso le cayó, después de que el FBI entrara en su casa en 2005 en busca de material obsceno.

5. Keisha Grey, la montapollos

Hace unos años se convirtió en una de las actrices de moda, y su nombre movía grandes cantidades de tráfico en los portales de streaming y motivaba las suscripciones en webs de productoras que ofrecían escenas nuevas. Pero, de repente, cada vez que rodaba había problemas: se peleaba con los actores, le descubrían fumando base en los lavabos, tenía ataques de ira. Cada dos por tres, Keisha montaba un pollo, hasta que los empezó a montar también en el exterior. Detenida por consumo y posesión de drogas, fue condenada a arresto domiciliario en Florida y tuvo que dejar de rodar. Luego pasó por una fase de inestabilidad psíquica y acabó trabajando en un local de comida basura del que la echaron, una vez más, por conflictiva. Recientemente ha vuelto a grabar escenas.

6. James Deen, el de la mano larga

James Deen y Stoya eran la pareja ideal del porno: él, guapetón y con un físico poco normativo para el gremio, y ella una belleza serbia de tez blanca como la leche, y además con un alcance intelectual raro de ver entre sus compañeras. Tenían química delante y detrás de las cámaras. Pero de repente, en pleno momento efervescente pre-MeToo, James Deen fue observado bajo una lupa censora: en algunas escenas se pasaba con la mano y daba golpes fuertes, a veces irrumpía con demasiado ímpetu, y en privado Stoya le acusó de forzar actos sexuales no consentidos. Cayó en desgracia temporalmente y dejó de rodar para las grandes productoras, pero se lo montó por sí mismo, y ahora le va bien.

7. August Ames y la ola de suicidios

Hace unos pocos años empezaron a producirse suicidios de actrices, en una proporción inédita hasta ese momento. Las razones son diversas y la estadística seguramente sea pura casualidad, pero el caso de August Ames fue especialmente grave, porque demuestra hasta qué punto la relación entre las estrellas del porno y los fans puede ser tóxica. August Ames comentó en Twitter que había rechazado rodar con cierto actor porque también participaba en escenas gays, y no se sentía segura -la paranoia por el sida, tras lo de Marc Wallice, no se había disipado aún-. Mucha gente le acusó de homófoba y le sometieron a un acoso brutal en redes. Al día siguiente, apareció colgando de un árbol, incapaz de soportar la humillación.

8. Christy Mack y las artes marciales mixtas

La de James Deen y Stoya no fue la relación más tóxica del mundillo, había otra peor: la que mantuvo la actriz Christy Mack, reina de la tinta hasta la llegada de Joanna Angel, con War Machine, un luchador de artes marciales mixtas que una vez le proporcionó una paliza criminal que le llevó al hospital y le desfiguró la cara. Mack tardó largos meses en recuperarse y en recomponer el ánimo para volver, y cuando lo hizo prefirió conformarse con ser modelo erótica y olvidarse del porno.

9. Torbe, el caso español

El director vasco siempre ha estado en el centro de la polémica en el porno español. Pionero del porno casposo, sus escenas y su comunicación a través de la web Puta Locura siempre han tenido ese componente landista chusco, pero al fin y al cabo legal. Hasta que hubo una denuncia enmarcada en la conocida como 'operación Galaxia': se le acusaba de haber contratado a actrices menores de edad, y de haberlo hecho con conocimiento. La fiscalía pidió para él siete años de cárcel en 2019. Previamente, Ignacio Allende (su nombre real) ya había sido acusado y condenado en otra ocasión de grabar una escena sexual con una menor.

10. Mia Khalifa, un tupido velo

A los fans del porno no les molestó en absoluto que rodara una escena portando un hijab, pero entre la comunidad musulmana y en todo Oriente Medio poco más que se pidió su cabeza. Convertida (casi) en la Salman Rushdie del porno hardcore, la actriz americana de origen libanés Mia Khalifa se convirtió en el centro de una polémica que iba más allá de lo obsceno para pisar el profundo charco de las ofensas religiosas. Hoy aquello ya parece agua pasada, pues dejó de ejercer en la industria del cine X y su nombre no es más que un grato recuerdo, como el de Sasha Grey, pero en su momento su decisión definió los límites de la controversia dentro del porno.

 TITULO:  EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - En la tuya o en la mía - Miercoles -9- junio -  Fernando Martínez Laínez,.

 

En la tuya o en la mía  - Miercoles -9- Junio  ,.


 En la tuya o en la mía', presentado por Bertín Osborne, acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en La 1 a las 22:30, el miercoles -9- Junio   , etc.

 

EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA -  Fernando Martínez Laínez .


Fernando Martínez Laínez,.

Entrevista a Fernando Martínez Laínez: “La Leyenda Negra antiespañola es un martillo que nos sigue golpeando”,.

Fernando Martínez Laínez: “La historia la hacen los hombres y sus líderes”  | Todoliteratura

foto / Fernando Martínez Laínez es un apasionado de los libros sobre espionaje, tanto de narrativa como de no ficción. Como Presidente del Club Le Carré está empeñado en dar a conocer a los lectores ese mundo que sigue envuelto entre la leyenda y la confidencialidad. Ha escrito desde novelas de espionaje a novelas históricas, desde novelas juveniles a los ensayos históricos más sesudos. Es especialista en la historia de los Tercios, de los que ha escrito varias obras; ahora trata la historia del espionaje en la época de los Austrias. “Espías del imperio” es el resultado.


Espías del Imperio

El reconocido escritor narra en su último libro la historia del espionaje en los siglos XVI y XVII. Cómo se formó el primer el servicio de inteligencia en tiempos de Fernando el Católico y cómo sus descendientes imbricaron un sistema que era capaz de controlar la información de media Europa y otras partes más recónditas del globo terrestre. Un libro fundamental para conocer la historia oculta de unos servicios de inteligencia que salvaron en diversas ocasiones a la corona hispánica. Fernando Martínez Laínez nos da muchas claves de su libro en la entrevista que mantuvimos con él.

Tanto tiempo escribiendo sobre los Tercios y el Siglo de Oro que sólo le faltaba escribir sobre los espías de los Austrias. ¿Cómo surgió la idea de escribir este libro “Espías del imperio”?

La Leyenda Negra antiespañola es un martillo que nos sigue golpeando. Una de sus manifestaciones ha sido ocultar o menospreciar que, durante mucho tiempo, la inteligencia hispana fue la más importante del mundo. Pensé que sería bueno contribuir a enmendar este fraude histórico, y así surgió la idea de escribir este libro.

Cuando pensamos en espías siempre nos viene a la cabeza James Bond, que no era precisamente un espía. ¿Cómo eran los espías del aquella época?

En el servicio secreto hispano había gente de toda clase y condición. Desde esclavos hasta frailes, virreyes o comerciantes conversos. Todos ellos actuaban como una gran maquinaria en defensa de los intereses del Estado, encarnado en el rey y sus asesores más próximos. Muchos de esto espías estaban vinculados también a la milicia, y hubo jefes militares, como Juan de Austria o Ambrosio de Spínola, que fueron también maestros del espionaje. En general, estos espías eran gente muy entregada a la causa española, fuertemente motivados por el servicio a la idea que consideraban justa, aunque también hubo mercenarios, que solo actuaban por dinero, y grandes traidores, como el secretario de Estado Antonio Pérez.


¿Fue Felipe II el primer monarca español que creó una red de informantes en toda Europa?

No. Los primeros en este sentido fueron los Reyes Católicos, y sobre todo Fernando el Católico, que desde la Guerra de Granada y la de Italia, contaba ya con una red de inteligencia articulada en las principales capitales europeas. Por algo Maquiavelo considera a este rey el modelo del príncipe renacentista recogido en su famoso libro.

¿Dicha red fue consecuencia de la Leyenda Negra?

En parte sí, porque a medida que España se fue haciendo más poderosa en Italia, las críticas y los ataques arreciaron, y se hizo necesario contrarrestarlos utilizando agentes secretos.

Lo que nos cuenta en su libro apenas se conoce por el gran público. ¿A qué se debe que hay permanecido oculto para el gran público o ignorado?

En realidad existe bastante información sobre inteligencia procedente de fuentes valiosas, como el Archivo General de Simancas, pero en muchas ocasiones fragmentada y difusa, fuera del alcance del lector medio. Lo que he intentado es rellenar en lo posible ese vacío, y escribir un resumen de hechos y personajes que pueda leerse como una historia general divulgativa, casi como una crónica periodística, como indico en el prólogo del libro.

¿Fue Felipe II el primer monarca español que se tomó en serio el tener un sistema de inteligencia? ¿Hubo algunos antecedentes?

Felipe II no fue el primero, antes que él los Reyes Católicos y Carlos V intervinieron muy seriamente en los asuntos de inteligencia. Todos ellos contaron, además, con asesores y secretarios de primer nivel, como Juan de Idiáquez, Vázquez de Molina, Mateo Vázquez, Francisco de los Cobos o los Granvela, padre e hijo. La España de aquel tiempo disponía de “cabezas” y supo utilizarlas bien, cosa que no ocurriría ya a partir de Felipe IV, cuando la falta de “cabezas” se hizo clamorosa. Como si las ideas para salvar el declive del país se hubieran secado.

¿A quién se debe la organización de estas redes de espionaje?

El responsable máximo era el rey o su valido, pero la organización efectiva dependía sobre todo del Consejo de Estado, el Consejo de Guerra y los secretarios de Estado, y en el siguiente escalón, de los virreyes, capitanes generales, embajadores y secretarios de embajada. Durante una etapa funcionaron también los “espías mayores”, que ejercieron una labor de coordinación de los avisos procedentes del exterior. En realidad solo hubo dos que desempeñaron ese papel, Juan Velázquez de Velasco y su hijo Andrés. Luego el nombramiento se fue devaluando hasta terminar en una especie de sinecura, más honorífica que efectiva, y desapareció en la segunda mitad del siglo XVII por falta de dineros y de utilidad real.

“Junto con las armas, la diplomacia y la plata que llegaba de América, la inteligencia fue uno de los grandes pilares que sustentaron el Imperio”

¿Ayudó esta red de espías en la labor de la política internacional de los Austrias?

No solo ayudó, sino que fue fundamental. Junto con las armas, la diplomacia y la plata que llegaba de América, la inteligencia fue uno de los grandes pilares que sustentaron el Imperio.

¿Cuáles fueron los ámbitos territoriales en los que se movieron? ¿Cuál fue el punto más lejano?

España fue el primer imperio mundial de la Historia, y en consecuencia, los ámbitos de actuación de la Corona hispana abarcaban prácticamente el mundo, hasta Filipinas, Extremo Oriente y lugares tan remotos como el Tibet o Japón. Pero fundamentalmente actuaron en el centro y oeste de Europa, y en el Mediterráneo para detener la expansión turca.

Al tener España un imperio tan vasto, ¿en qué manera dependían de estas redes de espionaje las decisiones de los reyes?

El rey era la cúspide de todo el poder estatal, y por tanto también de todo el sistema de inteligencia, pero evidentemente sus “ojos y oídos” no llegaban a todas partes, y tenía que delegar y fiarse de la información que recibía desde muchas vías. Aunque al final la decisión dependiera del monarca y el secretario de Estado en casi todos los casos.

¿Cuándo se creó el cargo de Espía Mayor y quién fue el primer responsable?

El primero en la práctica fue Juan Velázquez de Velasco, que desarrollaba tareas de inteligencia con el nombramiento de “Coordinador de las inteligencias secretas de la Corona” al morir Felipe II. Nacido en Valladolid, había combatido en Italia y en Lepanto, dirigió importantes misiones de espionaje y contraespionaje, y dispuso de dinero de la Hacienda real que manejaba él directamente, pero debía rendir cuentas estrictas cada seis meses.

En un tiempo en que los viajes eran tan largos, ¿cómo se movía la información de estos espías para que llegase a la Secretaria de Estado?

La información actuaba con los medios y la tecnología de la época, con obstáculos que hoy resultan inimaginables, si pensamos que un aviso entre Madrid y Bruselas tardaba unos quince días. Había informes que llegaban con muchos meses de retraso, pese a que España disponía entonces del mejor servicio de correos de Europa.

¿Qué importancia tuvo la figura de Juan de Idiáquez?

Fue el maestro de espías por excelencia de la Corona hispana. De ascendencia vasca y nacido en Madrid, durante veinte años dirigió el espionaje español como secretario de Estado y de la Junta de gobierno del monarca. Su vida fue una auténtica novela de espías que dejaría pálida las historias de Le Carré, y dispuso de una concentración de poder sin precedentes. Su entendimiento con Felipe II fue total.

¿Hubo algún caso notorio de doble juego de espías?

Por mencionar alguno, está el caso de Martín de Acuña, que fue agente secreto de Felipe II y negociador de treguas con el Imperio turco en Constantinopla. Era de ascendencia noble y terminó haciendo de agente doble de la inteligencia turca a cambio de dinero por su mayor vicio: el juego. Murió estrangulado en Pinto, cerca de Madrid, por orden del rey, pero aún hay incógnitas que rodean su final, porque el proceso fue secreto.

Tenemos entendido que Felipe II sufrió una serie de atentados. ¿Cuántos fueron y valió de ayuda esa red de espías?

Se conocen siete atentados, pero es probable que hubiera algunos más que desbarató la inteligencia hispana. Bernardino de Mendoza, que fue embajador en Londres y París, y jefe del espionaje español en Francia, tuvo mucho que ver en estos intentos fallidos, pero se llevó sus secretos a la tumba.

Cervantes, antes de dedicarse a las Letras, fue un soldado entregado por completo a la milicia, y cumplió con la tarea de espionaje que le fue encomendada

La leyenda cuenta que escritores como Miguel de Cervantes o Francisco de Quevedo estuvieron al servicio de la corona como espías. ¿Es verdad o leyenda?

Totalmente verdad. Cervantes, antes de dedicarse a las Letras, fue un soldado entregado por completo a la milicia, y cumplió con la tarea de espionaje que le fue encomendada, como hacían muchos soldados en aquella época, que consideraban el espionaje una misión más . Quevedo también se comprometió a fondo en Italia con el duque de Osuna, cuando llegó el momento, aunque al final le tocara perder.

¿Hubo algún caso más?

Alonso de Ercilla, que escribió el mejor poema épico en español, junto con el Cantar de mío Cid; Garcilaso de la Vega, Calderón de la Barca o el gran poeta Francisco de Aldana.

Incluso Rubens, pintor de cámara, se cuenta que también pasó informes a la corona. ¿Qué hay de cierto en esto?

Certeza total. Rubens actuó de agente secreto de la Corona hispana en asuntos negociadores, y llegó a estar en la nómina del ejército español con un sueldo para él simbólico, ya que era un hombre muy rico por su trabajo artístico.

¿Cuáles fueron los éxitos y los fracasos más sonados de estos espías de los Austrias?

El mantenimiento de las redes de inteligencia hispanas en Constantinopla, que filtraban información muy valiosa para contener el poder naval turco en el Mediterráneo, como ocurrió en Lepanto; o también la actuación en favor de la Liga Católica en Francia contra la expansión hugonote. En el capitulo de los fracasos están el fallido desembarco en Inglaterra de la Gran Armada y la gran derrota que Carlos V sufrió en Argel en 1541, la mayor de su reinado.

Para finalizar, en el libro habla de Francisco de los Cobos, natural de Úbeda y secretario de Carlos I, ¿estuvo implicado en esa red de espías?

Todos los secretarios de Estado de aquel tiempo, igual que los embajadores y virreyes, tenían como misión importante controlar los asuntos de inteligencia en sus respectivos ámbitos. Francisco de los Cobos tenía un gran poder con Carlos V y por sus manos pasaban los asuntos secretos del emperador, tanto en el interior de España como en el plano internacional. Su influencia en la toma de decisiones políticas fue determinante en muchas ocasiones, y por eso Carlos V lo distinguió y le benefició tanto.

De todos los monarcas del Siglo de Oro, ¿quién fue el que mejor gestionó esta red de espionaje?

Sin duda, Felipe II. Era un organizador incansable y estaba al tanto de todo cuanto sucedía en un Imperio que abarcaba el mundo.

¿Escribirá una continuación sobre los Borbones?

El futuro en estos tiempos es ciencia-ficción. Y el tiempo nos devora, como decía uno de mis profesores de la Escuela Periodismo.

 

 TITULO:  EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes -11- Junio -   En compañía de otros ,.


MI CASA ES LA TUYA - VIERNES - 11- Junio,.

 MI CASA ES LA TUYA -', presentado por Bertín Osborne, 

acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en Telecinco  a las 22:00, el viernes -11- Junio- ,etc.

 EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - viernes -11- Junio -    En compañía de otros ,.  
 
   En compañía de otros,.
 
 

foto / Vaya por delante una confesión: hace mucho que no me sentía solidario. El paso de los años, la vejez, también ese vago autismo que el tiempo hace aflorar en quienes empiezan a vivir demasiado o son longevos por encima de posibilidades razonables, acaban haciendo su efecto. Se traduce éste en una escéptica lucidez final, como si todo se iluminase por última vez con una claridad diáfana antes de sumirse, o sumirte, en la cuesta abajo de la decadencia física e intelectual, del tiempo final y del olvido. Se te enfrían, poco a poco, el corazón y la cabeza.

Pero no se alarmen. Semejante introducción no tiene por objeto que tras leer este artículo se corten ustedes las venas o se cisquen en mis muertos por amargarles el día. Al contrario. Pretendo llegar a un lugar agradable, aunque la cosa empiece con una asunción, más o menos estoica, del mundo y la vida tal y como son. O como creo que son. Y les estaba hablando de escepticismo. Cuando has dado un par de vueltas por el mundo y leído un par de libros, el amor a la humanidad que los buenos educadores procuran inspirarte de pequeño sufre estragos irreparables. Por lo menos, eso me ocurre a mí. Al final no acabas amando a los seres humanos en su conjunto, pues la experiencia dice que esa clasificación incluye un número incalculable de hijos de puta. Te vuelves prudente, y el amor acabas administrándolo de modo más selectivo, reservado a grupos e individuos concretos. Incluso, y eso es más importante de lo que parece, a cualquier clase de individuos, da igual que sean buenos o malos, cuando actúan en determinadas circunstancias. No por tratarse de seres humanos, que ésa no es ninguna garantía ni etiqueta de calidad, sino por sus hechos en momentos concretos.

No creo, y discúlpenme, en lo sagrado del hombre y su existencia sobre la tierra. Somos la especie más afortunada entre las muchas que hay, pero estamos sometidos a las mismas despiadadas reglas naturales: nacer, procrear, morir. El resto es fruto del azar evolutivo. En la frialdad de un universo desprovisto de sentimientos, la desaparición de un millar de seres humanos no se diferencia de la de un millar de conejos, delfines o canguros. Incluso, en fríos términos prácticos, resulta a veces más conveniente. Quiero decir que la conciencia de todo eso, su percepción –equivocada o no, es la que tengo–, puede acabar convirtiéndote en observador más o menos ecuánime de la condición humana, incluida la propia. En un misántropo cualificado. Eso tiene ventajas analgésicas, pues atenúa la compasión global y te hace selectivo y cauto, ajeno a peligrosos entusiasmos, más inclinado a reservar afectos y sentimientos para los lectores, los familiares, los amigos y aquellos grupos sociales concretos con voz y rostro que, formados, deshechos y vueltos a formar por las circunstancias, remueven tus sentimientos y te inspiran simpatía. El resto como conjunto, la suerte global de la Humanidad, puede acabar importándote un carajo.

Y de pronto, de vez en cuando, ocurre el milagro y la palabra solidaridad te borra la misantropía. Rompe las barreras, a veces necesarias, tras las que la vida te ha ido atrincherando poco a poco. La última vez que me ocurrió eso fue hace unos días. Siempre estuve seguro de que nunca llegaría mi aviso para vacunarme contra el Covid. Me pasará, decía resignado a mis amigos, como a Ana Frank, que murió dos meses antes de que liberasen su campo de concentración. Sin embargo, para mi sorpresa, llegó la cita y me presenté en un hospital de Madrid donde el personal sanitario atendía a todos con amable rapidez y eficacia. Me situé en la cola, donde predominaba la gente mayor. Todos aguardaban su turno pacientes, educados, en silencio. Había un ambiente de respeto mutuo y también de sereno estoicismo. Todos sabíamos que la vacuna podía salvar nuestra vida, pero también tener efectos adversos. Sin embargo, estábamos allí porque las ventajas generales eran mayores que los posibles inconvenientes, y el conjunto de todos nosotros, y también la gente que nos era próxima, se beneficiaría de aquello. Asumíamos un riesgo conscientes de hacerlo, aceptando con estoicismo las reglas del juego. Y mirando los rostros con mascarillas, los ojos de quienes me precedían y seguían en la fila, me sentí conmovido, solidario, hermano de todos ellos, feliz de pertenecer a un grupo que se desharía media hora más tarde, regresando cada cual a lo que podía ser o no ser, pero que en ese momento era concertado y admirable. Sentí orgullo por hallarme entre aquellos abuelos y jóvenes tranquilos, afrontando juntos una de las muchas zancadillas que la perra vida te pone al paso. Me sentí mejor persona y pensé que ellos lo eran. Y otra vez volví a amar al ser humano,.

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