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jueves, 27 de agosto de 2020

Domingo -30- Agosto - LIARLA PARDO - Juan Alfonso Baptista ,. / ESPAÑOLES POR EL MUNDO - Riga ,. / Escala humana - Jim Carrey, Renée Zellweger y... ¿Morante de la Puebla? ,. Miercoles -26-Agosto . / LA MAQUINA DE ESCRIBIR - Esta noche, 'En primera línea - Cae el número de hectáreas quemadas por segundo año consecutivo,.

TITULO: Domingo -30- Agosto-  LIARLA PARDO   -   Juan Alfonso Baptista ,.  

El domingo -30- Agosto - a las 18:00 por La Sexta, foto,.

 

Juan Alfonso Baptista

Resultat d'imatges de juan alfonso baptista
Juan Alfonso Baptista
Información personal
Nombre de nacimiento Juan Alfonso Baptista Díaz
Nacimiento 9 de septiembre de 1976 (43 años)
Caracas, Venezuela
Nacionalidad Venezolana
Información profesional
Ocupación Actor y actor de televisión Ver y modificar los datos en Wikidata
Años activo 1995 - presente
Web
Sitio web
Juan Alfonso Baptista Díaz (Caracas, 9 de septiembre de 1976), apodado "el Gato", es un actor de televisión venezolano.

Biografía

Antes de dedicarse a la interpretación jugaba como portero en la selección venezolana.1​ Ha participado en telenovelas producidas por distintos países, como México, Colombia, Venezuela, Estados Unidos y España. Su comienzo en las telenovelas fue en 1997, cuando participó en la telenovela venezolana A todo corazón. Estuvo dos años inactivo, debido a una parálisis facial, hasta que en 1999, grabó la telenovela Enamorada.
En 2000 hizo dos telenovelas: Hechizo de amor, venezolana, y En 2001 rodó una telenovela mexicana, Como en el cine.
En 2002 rodó también dos telenovelas: Agua y aceite, mexicana, y la producción Gata salvaje. En 2003 protagonizó, junto a Paola Rey, Pasión de Gavilanes. En 2004 protagonizó La mujer en el espejo.
Pasión de Gavilanes fue la novela que le catapultó a la fama mundial, gracias a su personaje Óscar Reyes, un ambicioso y guapo joven que al intentar vengar junto a sus hermanos la muerte de su hermana pequeña, cae enamorado de una de sus mayores enemigas.
En La mujer en el espejo volvió a compartir escenas de amor con la que fue su compañera en Pasión de Gavilanes, Paola Rey. Esta vez, el personaje que interpreta es Marcos Mutti, un ingeniero químico mujeriego que cae rendido a los pies de su nueva compañera de trabajo, Maritza Ferrer, una chica que guarda muchos secretos.
Estas dos novelas le permitieron ser muy conocido, sobre todo en España, donde a raíz de ambas le surgieron varias oportunidades de trabajo.
A finales de 2006 participó en la cuarta edición del programa español Mira quien baila en TVE, donde mostró sus dotes para el baile, ganando la mayoría de las galas y quedando finalmente en segunda posición, por detrás de la gimnasta Estela Giménez.
Entre febrero de 2007 y abril de 2008 grabó en Colombia una telenovela llamada La marca del Deseo para el canal Telefutura. Su personaje se llamaba Luis Eduardo Santibáñez, un arquitecto preocupado por la naturaleza que se enamora de una muchacha que luego resulta ser su hermana.
En mayo de 2008, comenzó a grabar capítulos para la segunda temporada de Tiempo final, emitida por FOX. En 2011 actuó como antagonista en la telenovela colombiana La Teacher de inglés del Canal Caracol., etc,.

TITULO:  ESPAÑOLES POR EL MUNDO - Riga,.

Españoles en el mundo - Riga - Elvira - RTVE.es 

Españoles en el mundo - Riga,.


foto / Españoles en el Mundo viaja en esta entrega a la capital de la joven república de Letonia, Riga. Esta bella ciudad es una de las más importantes del Báltico y abrazó recientemente Europa tras años en la órbita soviética.

Riga es conocida por su colección de Art Nouveau y por tener uno de los cascos históricos más bellos del continente. Siete guías mostrarán mucho más de Riga: deportes extremos, tradiciones celtas y mucho sabor español a las orillas del Daugava. Una ciudad llena de luz, color y aventura.

 
 TITULO:  Escala humana -  Jim Carrey, Renée Zellweger y... ¿Morante de la Puebla? ,.  ,.Miercoles -26-Agosto .
 

 El miercoles -26- Agosto  a las 21:00 por La 2, foto,.

 

Jim Carrey, Renée Zellweger y... ¿Morante de la Puebla?,.

Adelantamos en exclusiva un extracto de la novela semiautobiográfica de Jim Carrey sobre la resaca del éxito en Hollywood
Jim Carrey, en la Mostra de Venecia, en 2017.
Jim Carrey, en la Mostra de Venecia, en 2017.
En otra vida había protagonizado un taquillazo veraniego que llegó a recaudar 220 millones de dólares [186 millones de euros] en todo el mundo sin ningún esfuerzo, de los cuales el 35 por ciento se destinó a Jim Carrey en persona y afluyó hasta sus reservas económicas desde los territorios de distribución, que se extendían, como se dice, «desde Tuscaloo hasta Tombuctú». Que la película no estuviese, incluso según él, entre las mejores que había hecho endulzaba todavía más el éxito; cuanto mayor era la impunidad, más se acercaba a Dios.
Se alimentó del amor de las multitudes durante la exitosa trayectoria de la película, con los estrenos en Londres, Moscú y Berlín. Llegó a Roma como un césar del slapstick caminando por una alfombra roja de 100 metros donde advirtió a un publicista agachado en medio de su camino y -calibrando el momento igual que calibra la marea alguien que está a punto de saltar desde un acantilado- se tropezó con el tipo y cayó como un águila en picado. La cabeza y los hombros impactaron con tal fuerza en la alfombra que la multitud pensó que acababa de morir frente a ellos. Allí tirado, Carrey pensó en su tío Des, asesinado de un disparo mientras iba a hacer la broma de la mazorca de maíz disfrazado de bigfoot. Algunos se lanzaron a ayudar a la estrella. Otros se quedaron sin aliento. Carrey dejó que la preocupación creciera antes de ponerse de pie de un salto como un muelle y de dar todas las entrevistas de aquel día con un ojo bizco.
Después hubo una cena en su honor en el palacio del Quirinal. El presidente de la República italiana había dispuesto una mesa para 100 comensales. Todos habían acudido para codearse con el genio de la interpretación y lanzaron miradas de elogio cuando Carrey, que presidía la mesa, le pidió al experimentado sumiller que escanciaba el vino en su copa si podía ver la botella. El hombre dejó de servirle y se la tendió. Todos miraron a Jim, que olisqueó el corcho y leyó la etiqueta, como preámbulo a lo que haría después: amorrarse a la botella, darle un buen trago y luego decir, con la cara de un verdadero experto: «Maravilloso. Les va a encantar». Y así fue. Todos le aclamaron: el marchante de arte suizo, los tres hombres de Merck y los camareros que presenciaban el espectáculo desde la cocina, donde también los cocineros se rieron. Y el sicario de la Camorra que esa misma semana había tirado dos cuerpos al Tíber. Y el marido de la embajadora sueca. Se rieron por el súbito alivio que les produjo aquella infracción de los modales y la risa los unió más allá de los diferentes idiomas, y comieron y bebieron en la terraza de mármol bajo la noche romana.
Una orquesta de 12 músicos se puso a tocar tangos, una música que llevó a la propietaria de una cadena de tintorerías, una solitaria y rolliza mujer de más de 50 años, a decidir, después de haberse bebido tres vasos de prosecco, pedirle un baile a Carrey, ya que le había pagado 5.000 dólares [4.237 euros] a la secretaria de un senador corrupto -que era todavía más corrupta que él- para poder asistir al evento. Se movió hacia él como un aparador en busca de calor y hubo algo en su descaro que conmovió a Jim Carrey. Le hizo un gesto a sus guardaespaldas para que se alejaran y, cuando le preguntó si le concedía un baile, se levantó, la tomó de la mano y la condujo hasta la columnata. Bailaron un tango con pasión. Ella era sorprendentemente ágil y giraba con facilidad a pesar de que sus dedos, grasientos por la lubina a la plancha, no paraban de resbalarse entre sus manos. Lo convirtió en una escena de película: fingía la frustración de un amante y exageraba cada vez que sus manos se soltaban para después cogerle el brazo y echarlo por encima de su hombro, agarrándola con fuerza y mirándola como si dijera: «No volveré a perderte». Hacía tanto tiempo que no la abrazaban. Giraron como galaxias colisionando, la música de la orquesta ganó intensidad, la multitud de estafadores pidió un crescendo y lo consiguió cuando Carrey dejó que la mujer se hundiese entre sus brazos y, al ver sus labios fruncirse en una invitación a un beso, le lamió la sudorosa cara desde la barbilla hasta la frente y luego la miró como un cachorrillo feliz. El gesto puso en pie a toda la sala, la caricatura del amor había sembrado el deseo de su forma real en los corazones de todos los allí presentes, incluido él mismo.
Pronto estuvo de vuelta en su casa en Brentwood, sin un ápice de divertido caos en su famosa cara, solo desánimo allí donde acababa de encarnarse tanto carisma en bruto.
La película se desvanecía de la psique colectiva.
Sintió que sus ánimos se disipaban con ella, movidos por leyes desconocidas de correspondencia entre lo humano y lo industrial. Se sentía solo. Y de verdad deseaba, aunque fuese ridículo, la versión real de la payasada que había interpretado con la duchessa de la limpieza en seco. Esta le había dado un cupón para el lavado de diez prendas y, al sacarlo de su cartera, empezó a pensar, movido por un impulso masoquista, en todo lo que podría haber vivido con Renée Zellweger, su último gran amor. Le había dejado por un torero, Morante de la Puebla. Solo, en el sofá de su casa en Brentwood y entumecido por la televisión, se dio cuenta de que las heridas del abandono no habían sanado del todo.
El libro 'Recuerdos y desinformación' (Temas de Hoy), de Jim Carrey y Dana Vachon, se publica el 25 de agosto.

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