BLOC CULTURAL,

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martes, 18 de agosto de 2020

Cena con mamá - Isabel Manchón García . ,. Viernes -14-Agosto ,. / Imprescindibles' estrena en La 2 - Arroyo también tiene su retablo del 'Divino' ,. Domingo -16- Agosto,./ De seda y hierro - Ni madera ni carpinteros . Domingo -16- Agosto ,./ Noche Sexo -Monica y el sexo - Sangre, sexo y espías en la Medina,.

TITULO: Cena con mamá -   Isabel Manchón García . ,  Viernes -14- Agosto ,.



 Viernes -14-Agosto a las 22:00 en La 1,  foto.

  Isabel Manchón García,.

 

«Me sorprendió lo verde que estaba todo porque tenía el concepto de Los Santos Inocentes»

La catedral. La catedral de Plasencia es uno de los lugares favoritos de Isabel./
La catedral. La catedral de Plasencia es uno de los lugares favoritos de Isabel.

Isabel Manchón García | Interventora de Tejeda de Tiétar y Valdeíñigos,.


Nació en Albacete, pero terminó en Plasencia en 2002 por amor. Agradece los inviernos suaves extremeños pero echa de menos los transportes públicos de los que carece la región. Aun así, ya no se quiere ir a otra comunidad.
–¿Por qué vino a Extremadura?
–Cuando aprobé la oposición de Secretaría-Intervención tuve que hacer un curso en Madrid junto con los cien que habían aprobado la misma oposición en España. Nos sentaron por orden alfabético y mi compañero de pupitre, extremeño, empezó siendo un gran amigo y terminó siendo mi marido. Cuando tuvimos que elegir destino, solicitamos pueblos de Cáceres los dos.
–¿Qué impresión tuvo cuando llegó?
–Me llamó muchísimo la atención lo verde que estaba todo, porque tenía el concepto de Extremadura que reflejaba la película de los Santos Inocentes, campos secos y llanuras interminables.
–¿Cuál es la mayor diferencia que ha encontrado entre el modo de vida de aquí y su lugar de origen?
–La verdad es que no he encontrado gran diferencia entre el modo de vida de aquí y el de Albacete. Lo único es que Albacete tiene más de 170.000 habitantes
–¿Cómo le recibieron aquí?
–Muy bien. Mi marido es de Plasencia y tenía muchos amigos, o sea que en ningún momento me encontré sola. Con el tiempo también hicimos amigos comunes. Aquí he hecho de esos amigos que son la familia que se elige.
-¿Tardó en habituarse a vivir aquí o se adaptó enseguida al ritmo de vida?
–Al principio fueron muchos cambios de golpe, nuevo trabajo, traslado a 500 km de mi casa, casarme, nueva vivienda... pero la verdad es que enseguida me hice con mi nueva vida y estaba encantada.
–¿Hay algunas costumbres o tradiciones que le hayan llamado especialmente la atención?
–Me llama mucho la atención que se conserven tradiciones ancestrales, como el tamboril y la flauta en cada fiesta. Así como fiestas populares como el Jarramplas de Piornal, en enero, que te traslada a épocas lejanas, y si estás cerca, te produce una emoción análoga a correr delante de las vaquillas de mi pueblo.
–¿Qué echa de menos en el lugar donde vive?
–Quizá lo único que echo de menos es tener medios de transporte buenos para ir a casa. Estaba acostumbrada a coger un tren estupendo en Albacete, ver una película, y cuando terminaba, estar en Madrid. Desde Plasencia es una aventura agotadora llegar a Albacete.
–¿Cómo ha cambiado su visión de la región?
–No sabría qué decir, la conozco más y cuanto más conoces un lugar, más cualidades y defectos puedes apreciar. Aunque la verdad es que casi todo lo veo con el prisma de lo a gusto que estoy viviendo aquí,
–¿Qué es lo que más le conquistó de esta tierra?
–Además de lo bonita que era, tanto su paisaje natural como sus monumentos, su gente porque, en general, son amables, abiertos y acogedores, te hacen sentir en casa enseguida. Siempre digo que si mi marido me dejara, por causas naturales o artificiales, yo seguiría viviendo aquí.
– ¿Suele recomendar a sus familiares y amigos que vengan de vacaciones o a visitar Extremadura? ¿Por qué?
–Continuamente, por sus paisajes, sus pueblos y ciudades, su gastronomía, fiestas, su gente. Más la provincia de Cáceres, que es la que más conozco.
– ¿Le gusta el clima extremeño?
–El invierno no es muy extremo, cosa que en mi tierra sí ocurre, pero en verano, el hecho de que no refresque por la noche (en Plasencia) se hace durillo. Al principio , todas las noches sacaba una chaqueta de verano, como en Albacete, a pesar de lo que le chocaba a mi marido, hasta que me di cuenta de que no era necesario, que era un trasto inútil.
–¿Qué destacaría de los extremeños?
–Que son muy amables, abiertos y acogedores. Los manchegos somos más secos y me llama, aún hoy, la atención lo cariñosos que son.
–¿Qué cree que necesita Extremadura para su desarrollo?
–Quizá incentivar la industria agroalimentaria porque con todo el potencial que hay, se podría incrementar dicho sector y no solo vendiendo la materia prima, sino elaborándola.
–¿Los servicios públicos con los que cuenta son suficientes? ¿Y las propuestas culturales y el comercio?
–Pienso que la máxima carencia está en los medios de transporte. Hay propuestas culturales muy interesantes y con proyección internacional, como el Teatro de Mérida, pero no muchísimo más que yo conozca.
– ¿Cuáles son sus sitios favoritos de la región?
–Hay muchísimos, Cáceres capital, cuya zona monumental parece no haber sufrido cambio alguno en siglos, Plasencia, fundamentalmente su catedral y la zona de San Nicolás, Trujillo, el paisaje de la Vera me encanta, las Hurdes y la dehesa extremeña, con los alcornoques recién pelados y el ganado vacuno, mezcla de rojo, verde y negro, que parece una imagen de cuadro.
–¿Qué rincones recomendaría visitar de Plasencia?
–Fundamentalmente la catedral , sobre todo la Vieja, y la suerte que hubo de que se terminara el dinero y dejaran de desmantelarla para hacer la Nueva. En la catedral Nueva, el coro de nogal, con sus cientos de figuras, algunas, la verdad es que no muy religiosas. Merece la pena pasar un buen rato observándolo. Tengo pendiente la visita a la barbacana de la Catedral.
–¿Dónde viajará este verano?
–Este verano iremos a Nerpio (Albacete) pueblo de la sierra a 1.200 m. de altitud, donde se duerme con manta. Siempre vamos unos días pero este año procuraremos estar más. Es el sitio de reunión familiar pero mis padres este año no irán porque les da miedo un posible contagio, una pena.
–¿A qué dedica su ocio?
–Me encanta viajar, leer, ir al teatro, jugar al pádel... la verdad es que no hay casi nada que no me guste hacer o intentar, al menos.
–¿Suele acudir a fiestas de interés turístico o a acontecimientos culturales?
–Al Teatro de Mérida suelo ir todos los años desde que vivo en Extremadura y siempre he disfrutado. Solo el entorno merece la pena y no hay ni una de las obras a las que hemos ido, que no me haya gustado. Me llaman mucho la atención las fiestas populares porque mantienen tradiciones, algunas ancestrales, lo que no ocurre con tanta frecuencia en mi tierra como, por ejemplo, la Enramá de Pinofranqueado. Tengo pendiente de ir a los Empalaos de Valverde de la Vera y a los Escobazos de Jarandilla.
–¿La cercanía con Portugal es un aliciente? ¿Suele viajar con frecuencia al país vecino? ¿Dónde va?
–Hemos ido bastantes veces a Portugal: Lisboa, Sintra, Cascais, Oporto, Figueira de Foz, Elvas, Évora, la zona del Algarve... nos gusta mucho.
–¿Qué es lo que más le gusta de la gastronomía extremeña?
–Muchísimas cosas, además de los embutidos ibéricos y las patatas revolconas, me enloquece la sopa de tomate. Creo que he probado cuarenta versiones porque siempre la pido y se hace de formas muy diversas y riquísimas. Y también me encanta la torta del Casar.
–Para terminar, defina Extremadura en tres palabras.
–Espectacular, acogedora y amigable.


  TITULO:  Imprescindibles' estrena en La 2 - Arroyo también tiene su retablo del 'Divino'  ,. Domingo -16- Agosto,.

Domingo -16- Agosto a las 21:30 horas en La 2, fotos,.

 

Arroyo también tiene su retablo del 'Divino'

Luis de Morales. La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción posee una colección compuesta por veinte cuadros pintados en tablas por el artista,.

Patrimonio.Dos cuadros de Morales, divididos por una imagen (obra de Hipólito) en el centro./ HOY
Patrimonio.Dos cuadros de Morales, divididos por una imagen (obra de Hipólito) en el centro.

Hace justo dos semanas, se produjo un incendio en la iglesia de San Martín de Plasencia que dañó el retablo de Luis de Morales que aloja en su interior. La obra no llegó a quemarse, pero las altas temperaturas alcanzadas y el humo sí deterioraron su estructura, la pintura y los dorados, que tendrán que someterse a un trabajo de restauración.
Aunque parece que finalmente hay motivos para la esperanza, el incidente podría haber terminado en una tragedia histórica. Existen varios retablos de Luis de Morales repartidos por la geografía peninsular (Badajoz, Elvas, Higuera la Real o Évora, entre otros), pero solo dos de ellos se conservan íntegramente en los lugares en los que fueron creados: el de la parroquia placentina y otro que se encuentra en la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de Arroyo de la Luz.
Es este último, de hecho, el que está considerado como la pieza más valiosa del 'Divino', ya que fue realizada durante su etapa más prolífica y de mayor esplendor. Así fue calificada por el historiador del arte Juan Antonio Gaya Nuño la década de producción del pintor comprendida entre 1554 y 1563, cuando confeccionó «lo mejor de la obra salida de sus manos».
Fue durante los últimos tres años de ese brillante periodo cuando Luis de Morales estuvo trabajando en el retablo de Arroyo de la Luz. Allí, en la localidad cacereña, dispuso de su propio taller en la antigua ermita de San Blas, hoy convertida en vivienda privada. El 29 de mayo de 1563, según figura en las actas notariales de la parroquia, se terminó de completar la obra, por la que el artista cobró 400 ducados.
HOY 12 de septiembre de 1996.
HOY 12 de septiembre de 1996.
El resultado fue absolutamente majestuoso: veinte cuadros pintados sobre tableros de pino que representan la historia de la Redención obrada por Jesucristo. El retablo consta de tres pisos, a los que hay que sumar el ático y el banco o predela, en su sentido horizontal; y de cinco calles y cuatro entrecalles en el vertical.
Tanto la estructura que sustenta la pieza como las imágenes que acompañan a los cuadros de Morales fueron creados por Alonso Hipólito, un vecino de Plasencia. Pedro de Aguirre, por su parte, fue el encargado de llevar a cabo las técnicas de dorado y estofado.
En los años 70 del siglo XX, el retablo fue restaurado por última vez. También se aprovechó para hacer una serie de reformas en el templo, que se encontraba en mal estado y amenazaba con derrumbarse. En 1980, se dotó además al edificio de un sistema de seguridad para evitar actos vandálicos y posibles hurtos. Todo ello sirvió para que, al año siguiente, tanto la iglesia como el retablo mayor fuesen declarados bienes de interés cultural.
Sin duda, se trata de uno de los mayores patrimonios pictóricos de Extremadura. Influenciado por numerosas corrientes artísticas, Luis de Morales creó un estilo personal que ahora se puede contemplar en museos emblemáticos como el Prado o el Louvre. Fue un artista único y misterioso, del que aún se discute hasta su lugar y fecha de nacimiento, pero que desarrolló gran parte de su vida y obra en la región extremeña.
Arriba, El retablo de Luis de Morales preside el altar de la parroquia. Abajo, a la izquierda, estatua de Luis de Morales en la plaza de España de Badajoz, ciudad donde desarrolló gran parte de su vida; a la derecha, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción es uno de los grandes tesoros de Arroyo de la Luz. 
 
 

TITULO: De seda y hierro -  Ni madera ni carpinteros ,. Domingo -16-Agosto,.
 

 El Domingo -16- Agosto a las 20:20 por La 2, foto,.

 

Ni madera ni carpinteros,.


Que el mundo no pasa por su mejor momento ya lo sabemos. Y no se trata de la letra de un tango, ni de un ejercicio de nostalgia del pasado, aunque cada vez que se reprocha la incompetencia, la corrupción y la cobardía de los tiempos actuales parece que se elogia indirectamente la honradez, la laboriosidad y la valentía de los tiempos antiguos.
Ni madera ni carpinterosLa covid-19 ha hecho evidente lo frágiles que somos y ya no podemos aceptar, por muchas promesas y estadísticas que nos muestren, que todo funciona bien cuando nuestra experiencia diaria nos dice que todo está empeorando. Comparados con los estragos de esta pandemia, el país, el lugar y la cama donde duerma Juan Carlos I son pamplinas sin ninguna relevancia, cuando no una cortina de humo. Ahora mismo, lo grave son los rebrotes imparables del virus, que nos cogen más cansados y pesimistas que durante el confinamiento. Ahora mismo no tendríamos fuerzas ni ganas para salir a aplaudir a los balcones. Hoy cuesta mucho sacar lecciones positivas de esta experiencia y afirmar que el virus nos hará mejores ciudadanos, más país, más solidarios. La única ventaja que a uno se le ocurre es que, al menos, hemos dejado de escupir en la calle: de ser una grosería ha pasado a ser también un peligro para la salud.
La economía augura un futuro negro, con cada país gritando ¡sálvese quien pueda! Cuando se necesitan mascarillas y respiradores no hay globalización que valga. A la globalización que prometía progreso para todos, bienestar mundial e igualdad de oportunidades se le ha caído la careta y ya sabemos que en realidad se trata de la nueva colonización de los países pobres por los ricos, aunque ahora ya no pretenden conquistar sus territorios de climas tórridos y llenos de mosquitos, solo quieren apoderarse de sus mercados. Porque no puede haber libre competencia entre quienes están desigualmente preparados en industria, tecnología e infraestructuras antes de comenzar a competir.
Y en este parón económico será imposible solventar el terrible problema del paro juvenil y el hecho de que miles de jóvenes son arrojados como mercancía al mercado laboral como se arrojan lechugas y patatas a la plaza de abastos, en pública subasta para ver quién da más por ellos, obligados a ir ramoneando de acá para allá en labores mal pagadas y en interminables jornadas de trabajo.
Respecto a la situación española, hay un escepticismo general sobre la capacidad de los gobernantes. Solo quedan dos estamentos dentro del Estado en los que aún confía la mayoría de la gente: la justicia –y cada vez menos– y los técnicos: el sanitario que lucha contra la pandemia, el ingeniero que construye un puente, el bombero que apaga un incendio en el monte, el biólogo que analiza las aguas que bebemos.
En el parlamento, la derecha del PP carece de un líder moderno, carismático y unánime que seduzca, entusiasme e impida la fuga de votos, y más bien abunda la figura del Pemán –el peluquero ideológico de Franco– que intenta redactar un discurso convincente... sin demasiado éxito, visto el auge con que las tropas de la extrema derecha se lanzan al galope a recorrer el país y van cazando a lazo a miles de votantes, asustados por la otra extrema derecha de los supremacismos. En España, las huestes de Abascal se ven espoleadas por la incapacidad de los demás partidos para resolver la esclerosis del problema de una Cataluña astillada, para el que no se encontrará una solución mientras se mire a los catalanes como enemigos y al mismo tiempo se les exija que sean amigos tuyos.
Enfrente, tampoco parece factible la estrategia de la izquierda de basar todos sus méritos en el gasto social, sabiendo de antemano que los presupuestos no pueden llegar a todos lados, aunque se rompa la hucha a martillazos. Es su intento de ganar votos, tan necesarios en Unidas Podemos tras su imparable caída comicios tras comicios. A Pablo Iglesias, cada día más envuelto en problemas, se le han vuelto en contra su agresividad y su conocimiento de la dañina capacidad de los megáfonos. Pero al menos hay que reconocer que se han implicado al entrar en el Gobierno y al quemarse en la práctica de la política real y en la toma de decisiones, abandonando la cómoda postura de una izquierda retórica que nunca se manchaba las manos en la gestión pública, para mantener así la opción de criticar desde fuera y de reprochar los fracasos argumentando que no se habían hecho como ellos indicaban.
En este mediados de agosto en que empezamos a desear que llegue el otoño con una regadera en las manos para apagar las últimas brasas del verano, con el país devastado por la pandemia y la economía por los suelos, cuanto más necesarios son el diálogo y la estabilidad política, más lejanos parecen.
Con la actual distribución de escaños en el Parlamento, se necesitan al menos tres partidos para configurar una mayoría responsable que nos saque de esta catástrofe, dispuestos a trabajar machihembrados para lograr un poco de estabilidad eliminando los nudos, lijando las asperezas. ¡Pero ni se ve la madera ni se ve a los carpinteros!,.

 

TITULO: Noche Sexo - Monica y el sexo -   Sangre, sexo y espías en la Medina,.

 

El viernes -14- Agosto 0.40 / Cuatro, foto,.

 

Sangre, sexo y espías en la Medina,.

Fotografía facilitada del escritor Arturo Pérez-Reverte. /Efe
Fotografía facilitada del escritor Arturo Pérez-Reverte.

Arturo Pérez-Reverte lleva a Falcó, su amoral mercenario, al Tánger de entreguerras en 'Eva', la segunda entrega de la serie,.


«Ni es una novela políticamente correcta ni lo es su protagonista», reitera Arturo Pérez-Reverte (Cartagena, 1951) sobre 'Eva' (Alfaguara) y Lorenzo Falcó. El 'halcón' espía de Reverte se mete en líos y es acosado por los malos a los que degüella y tortura en el Tánger de entreguerras, en su nueva novela. El escritor y académico la presentó ayer sobre el terreno, paseando por las callejas de la Medina, el puerto, el Zoco chico y sus decadentes cafés y hoteles. Como el añoso Continental, de 1870, donde él se hospeda hoy, como antes Paul Bowles, Tennesse Williams, Truman Capote, Jean Genet y tantos otros creadores seducidos por la libérrima ciudad marroquí.
«Casablanca, la película, iba a ser Tánger», aclara el escritor ante un suculento cuscús y rememorando lo que fue aquel Tánger fascinante y cosmopolita que recrea y conoce al dedillo. «Un nido de víboras y lobos», en el que Falcó vuelve a jugársela, a «seducir, amar, matar e intrigar». Y a vérselas con la agente rusa que le debe la vida, Eva Neretva, que apareció en la novela inaugural de la serie y la única capaz a agrietar su pétreo corazón.
No niega Reverte ser «un buen amigo» de Lorenzo Falcó, «el amoral e implacable» mercenario y extraficante de armas surgido hace un par de años de su magín. Tomó el nombre de un tío suyo y el apellido del ibicenco cabo Falcó, que avista desde su barco cuando navega esa zona del Mediterráneo. De la primera entrega ha vendido 300.000 ejemplares y espera repetir éxito con la segunda de la que se editan 250.000.
Estamos en marzo de 1937. Mientras la Guerra Civil desangra España, su nueva misión lleva a Falcó al Tánger internacional, libre y canalla, refugio de espías, encrucijada de traficantes y asesinos, de conspiraciones y negocios turbios. Paseando por su callejas y cafés, como el republicano 'Central' y el nacional 'Fuentes', donde ambos bandos la emprendieron a sillazos y casi a tiros, recuerda el escritor que Falcó «es únicamente leal a su propia causa». Aun así, debe lograr que el capitán de un barco cargado con oro del Banco de España cambie de bandera en un mundo salvaje en el que todos quieren sacar tajada de la carnicería ajena.
Se desliza Falcó como una serpiente en ese laberinto tangerino el que bullen fascistas, comunistas y buscavidas. Se suceden las traiciones, se pagan asesinatos, se soborna y se compran voluntades. Un papel de fumar delimita la frontera entre la vida y la muerte, entre el lujo de un hotel fastuosos y el acre hedor de un mugriento calabozo.
Al jerezano «guapo, peligroso, mujeriego y sinvergüenza» no le temblará el pulso «ni para matar, ni para torturar o seducir las mujeres más bellas». Sabemos que «es un lobo, un depredador sin escrúpulos y que tiene el sexo fácil», de modo que con ellas se comporta como «un cazador». La incorrección política de Falcó es uno de los aspectos que más agrada a su creador, que le presta «mi memoria y rasgos de mi carácter». «Es más sencillo construir un héroe sin defectos que respete a las mujeres que no torture ni mate. Pero no es el caso», dice de un Falcó «que asesina y tortura como recurso técnico».
«He vuelto a fumar para comportarme como él; leo que leía, como o que comía y pienso lo que pensaba», explica Reverte, que no quiere saber nada de un presente «vulgar» ni de los espías tecnificados tipo Bond. «No me interesan, como no me interesa el presente, que es de una vulgaridad terrible de la que me evado escribiendo a partir de mi vida, que ha sido movida, de mis amigos y mis odios», asegura.
Tan seductor y elegante como canalla, Falcó trabajó para la República. Pero ahora le paga el SNIO, el Servicio Nacional de Información y Operaciones, tapadera de las alcantarillas del espionaje franquista. Si en su primera aventura debía liberar a José Antonio Primo de Rivera de su cautiverio en Alicante, ahora debe lograr que regresen a la España franquista treinta toneladas de oro del Banco de España que la marina republicana retiene en un barco cargado en el puerto de Tánger. Tela.
Para lograrlo se las verá con un caterva de atrabiliarios personajes entre los que brilla Eva Neretva, alias 'Eva Rengel', y que se trasmuta esta vez Luisa Gómez, «una mujer capaz tanto de matarlo como de salvarle la vida». Fría y dura como el diamante, pasional y endiabladamente inteligente, es capaz de agrietar el marmóreo corazón de Falcó. «Es tan peligrosa como él, el obstáculo más peligroso de su misión», dice. «El es un héroe amoral, un descreído. Ella un héroe íntegro, una comunista de buena fe, no fanática. Ella mata y tortura para cambiar el mundo a mejor y le reprocha a él que lo haga por aventura, Sin un objetivo noble que lo justifique», explica.
El lector sabe que a pesar de que le jugó una terrible pasada, Falcó le salvó la vida tirando de Browning y matando a tres sicarios de Lisardo Queralt, el cruel policía franquista y su acérrimo enemigo. «El malo de vedad. Un verdadero hijo de puta con el que no me tomaría una copa».
Falcó se mueve en los bordes de la fratricida guerra que se libra al norte del Estrecho y cuyo eco percibe el lector. «Es un marco, un escenario para estas novelas que no son de la Guerra Civil y responden aun esquema canónico con un estilo cortado, breve y ágil».
Juegan un papel crucial los marinos y conceptos a los que le dan valor «como respeto, lealtad, dignidad, coraje y orgullo». «La admiración por esas palabras salva a Falcó de ser un perfecto hijo de puta», dice su creador. «Alatriste era una amoral despojado de creencias, Falcó no las ha tenido jamás», dice espejeando a sus dos legendarios personajes.
Ya está con la tercera entrega. Solo desvela que la titulará con una sola palabra «un sustantivo» y que Falcó estará fuera «en Biarritz». «Si me lo sigo pasando tan bien y el lector lo acepta» persistirá en serie «quizá durante los próximos diez años». Tiene, pues, cuerda para rato y le sobran argumentos para estas «novelas en blanco y negro» que «de momento no cederé al cine». «Se que Falcó llegará a viejo», anticipa. Calcula que tras un golpe de suerte, y con el riñón cubierto «quizá se jubile en Buenos Aires». «Puede que lleve un vida regalada en el hotel Alvear, que frecuente el café La Biela y que conozca a Remil», dice aludiendo al personaje de su colega y «compadre» argentino Jorge Fernández Díaz, escritor de novela negra. «Lo héroes como Falcó siempre envejecen solos», apostilla.

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