TITULO: Comando actualidad - 'Tirar de la Lengua': el auge del español , Jueves - 6- Abril ,.
'Tirar de la Lengua': el auge del español ,.- Jueves -6- Abril , 23.40 - después de ‘Néboa’, en La 1 / foto,.
'Tirar de la Lengua': el auge del español ,.
Aprender español nunca tuvo tanto éxito dentro y fuera de nuestras fronteras. Mueve 235 millones de euros en el mundo al año y da de comer de manera directa a 7.000 familias en España, las que reciben, alojan, trasladan, enseñan o realizan actividades para los más de 900.000 extranjeros que llegan anualmente a nuestro país con ese objetivo. ‘Comando Actualidad’ acompaña a algunos de ellos, este miércoles en ‘Tirar de la Lengua’.
Emilia y la ciudad del español
Desde hace 20 años, Emilia prepara tortillas de patatas y paellas gigantes para dar la bienvenida a los jóvenes que llegan a su casa, en Salamanca, a aprender español. Esta semana, las siete camas y las tres habitaciones de su vivienda están ocupadas por franceses e italianos.
El 80% de los que aprenden en Salamanca son acogidos por familias y dejan una media de 800 euros semanales en la ciudad. Al año suman un total de 25.000 estudiantes. “Salamanca es la ciudad pionera, se inauguraron los primeros cursos de español para extranjeros en el año 29. En nuestra ciudad se vive mucho del idioma, llegan estudiantes de unas 40 nacionalidades y queda todo en la ciudad, en familias, apartamentos, hoteles, en las escuelas…”, asegura Miguel, director del colegio Delibes, acreditado por el Instituto Cervantes para enseñar nuestra lengua.
Embajadores del español en el mundo
“Me gusta Shakira, Bad Bunny, Rosalía…”, afirman los alumnos que llegan al Centro Internacional del Español de la Universidad de Málaga. Los profesores utilizan su música y letra en sus clases. “En Brasil estudio en una escuela de letras y hago negocios con latinos, por eso es importante aprender español, para seguir creciendo en el mundo de los negocios”, asegura una estudiante brasileña. Después de la teoría, practican con los comerciantes en el mercado de abastos.
Un Silicon Valley en La Rioja
En San Millán de la Cogolla se esconden los Monasterios de Yuso y Suso. Lugar en el que se escribieron las primeras palabras del castellano. Además de ser Patrimonio de la Humanidad, la zona ha sido elegida para convertirse en el futuro Valle de la Lengua. “Sólo el Monasterio de Yuso lo pueden visitar en una mañana 200 personas. Al año vienen 250.000”, asegura el padre José Ramón, prior de Yuso. “El valle está bastante despoblado, así que esta iniciativa viene muy bien”, cuentan las vendedoras de dulces rodeadas de turistas. Raúl tiene el restaurante lleno de gente: “He contratado a diez personas, todos indefinidos a jornada completa”. El sector mueve, según FEDELE, la Federación Española de Escuelas de Español como Lengua Extranjera, unos 235 millones de euros cada año.
TITULO: LAS GAFAS ROJAS - Hay lío: escamotean un gol a Cristiano ,.
LAS GAFAS ROJAS - Hay lío: escamotean un gol a Cristiano ,. , fotos,.
Hay lío: escamotean un gol a Cristiano,.
El primer tanto de Portugal rozó en Cristiano antes de entrar, pero la UEFA se lo dio a Cancelo. Hubiera sido su hat-trick y el 121 con la selección portuguesa.
Todo fue felicidad en torno a Cristiano Ronaldo en su vuelta a la selección de Portugal: récord de partidos internacionales (197) y doblete ante Liechtenstein con el que recuperar la sonrisa tras un Mundial turbulento. Sin embargo, el primer gol de los portugueses, el que el árbitro y la UEFA atribuyeron a Cancelo, no se le fue concedido cuando claramente fue Cristiano el último en el que tocó el balón.
Después de un disparo del lateral desde el borde del área, la pelota tropezó en un defensa y después en el mito portugués. Una repetición trasera aclaró que, antes de entrar, le da en el tacón. Pese a ello y a la reclamación que él mismo hizo sobre el césped y también la afición en redes sociales, la autoría del tanto no cambio. Hubiera supuesto que en vez de un doblete se coronara en el encuentro con un hat-trick. Y, lo más importante, hubiera dejado en un gol más, 121, el récord de tantos internacionales que en estos momentos ostenta.
Aunque Messi, el tercero en la lista, lleva 99 y parece lejos, no es lo mismo un gol arriba que abajo en esta particular competición que ambos manejan por ser el futbolista de la historia con más goles con la selección. El año pasado Cristiano desbancó al iraní Ali Daei de dicha clasificación. El exjugador del Bayern se mantiene segundo en la lista, aunque con la amenaza de Messi cercándole. Más lejos y destacado está la gran estrella portuguesa, que suma 120 cuando deberían ser 121. No parece relevante, pero puede tener su importancia en la historia.
TITULO: EN PORTADA CRONICAS MUJERES VIAJERAS - La olla de los ferroviarios , Jueves -6- Abril,.
El Jueves - 6- Abril a las 23:30 en La 1,./ foto,.
La olla de los ferroviarios,.
Fruto del hambre, el frío y el ingenio técnico, este plato nació hace un siglo en los trenes que enlazaban La Robla con Bilbao | Hoy se conserva la tradición para rememorar a quienes hicieron de este artilugio parte de sus vidas,.
Cincuenta y tres estaciones, 129 años, 335 kilómetros. Esas son las cifras de la línea de ferrocarril de vía estrecha más larga de Europa, la que en 1894 unió la localidad leonesa de La Robla con la vizcaína de Balmaseda. Años más tarde el tramo se extendió hasta Bilbao por un lado y hacia León por el otro, pero la línea siempre se conoció como la de La Robla. La del tren hullero, la que alimentaba los Altos Hornos con carbón extraído de las montañas leonesas y palentinas. Fue la urgente necesidad de combustible de la industria metalúrgica vasca lo que espoleó la construcción de esta vía férrea, financiada con capital español y cuyo último raíl se colocó el 11 de agosto de 1894.
En la inauguración del trazado, celebrada en su punto intermedio y bendecida por los monjes del santuario de Montesclaros (Valdeprado del Río, Cantabria), no hubo cocido para comer: la presencia de políticos, inversores y otros atildados señores probablemente requería de platos más elegantes. El potaje era pasto de humildes, de gentes sencillas con mucha hambre y pocas pretensiones. Así eran los viajeros de tercera clase que siempre constituyeron más del 90% del pasaje del tren de La Robla, y así eran también los trabajadores ferroviarios, desde el maquinista hasta el guardafrenos pasando por revisores, fogoneros u obreros de vía. Querían comer caliente y poco más. Desgraciadamente, ese modesto deseo no era fácil de cumplir.
El hullero nunca sobrepasó los 50 kilómetros por hora (ni siquiera décadas después) y tardaba con suerte doce horas en hacer el recorrido completo. No había vagón-restaurante y tampoco servicio de cocina para los operarios, que hacían largas jornadas de trabajo físico y alternaban el calor asfixiante de la locomotora con las gélidas temperaturas del invierno montañés.
El hullero
Por entonces ya se habían ideado distintos sistemas para cocinar dentro de un tren en marcha. En Inglaterra y EE UU los fogoneros utilizaban la pala con la que echaban carbón en la caldera como sartén improvisada: una vez limpia y puesta sobre las brasas servía para freír filetes, salchichas o huevos. Otras veces metían cazuelas de hierro en la caja de humos de la locomotora y dejaban que su contenido se asara allí lentamente. En España y Portugal, y a tenor de las piezas existentes en diversos museos del ferrocarril como los de Águilas, Azpeitia o Entroncamento, se había ideado un artilugio que aprovechaba el vapor de la máquina para calentar o guisar el menú. Los portugueses lo llamaban 'panela de pressão' y los españoles olla de vapor, pero era prácticamente el mismo invento: una carcasa de metal con una espita que se conectaba directamente al circuito de la locomotora. Dentro se encajaba un puchero en el que se iba cocinando la pitanza mientras el tren seguía viaje.
Marmita mágica
Aunque alguna vez se ha dicho que la olla ferroviaria de vapor se creó en la línea de La Robla, la existencia de algunas piezas antiguas pertenecientes a otras empresas (como una que de Graciliano Díez, maquinista de los Caminos de Hierro del Norte, tiene el Museo Vasco del Ferrocarril) no permite asegurarlo. Lo que sí inventaron los sufridos trabajadores del hullero fue la olla ferroviaria de carbón, también conocida como puchera o 'putxera'. Esta marmita mágica, compuesta por un recipiente metálico para la combustión de carbón y una cazuela que se encaja dentro del mismo, es una verdadera cocina portátil. Con patas de sujeción, asa para transportarla, tiro y salida de humos, permite guisar en cualquier sitio siempre que se tenga carbón vegetal a mano. Sin necesidad de locomotora.
Fue esta versión de la olla ferroviaria la que nació en el ferrocarril de La Robla y se popularizó en las regiones que éste recorría. León, Palencia, Cantabria, Burgos, Vizcaya... A todas llegó aquel ingenioso aparato y en todas persiste, aunque surge a veces la duda de en dónde se creó. Esa historia la contó mucho mejor que yo don Julio García García, nacido en la estacio?n palentina de Vado-Cervera y empleado del tren de La Robla entre 1949 y 1992. Sus recuerdos familiares y su experiencia de 43 años de servicio le permitieron escribir un texto sobre el origen de esta olla que hoy nos ocupa, en el que inequívocamente señaló a Mataporquera (Cantabria) como cuna de la puchera ferroviaria.
Mataporquera
La estación de Mataporquera era un importante nudo de comunicaciones a mitad de viaje del hullero y contaba con instalaciones en las que podía dormir, comer o descansar su personal. Según García la primera olla ferroviaria de carbón fue fabricada en torno a 1930 «en Mataporquera por el Sr. Esteban García, hojalatero del Ferrocarril de La Robla, y fue utilizada [...] hasta aproximadamente el añoo 1.935. Esta olla era sin puchero y estaba hecha toda ella de chapa de hojalata, de una capacidad de dos litros, cilíndrica con la chimenea en el centro y el fuego se hacía en el interior de la chimenea cociendo la comida alrededor de la misma».
El modelo de dos cuerpos nació poco después y se utilizó a diario en los correos León-Bilbao y Bilbao-León entre 1940 y los años 80: cuando arrancaba el tren se encendía la olla, «colocándola en el departamento de equipajes para que se hiciese la comida, normalmente cocido de legumbres con carne, chorizo, tocino, morcilla, etc.» que disfrutaban el guardafrenos, el mozo de cola y el jefe del tren durante la marcha o en alguna parada breve.
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