BLOC CULTURAL,

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sábado, 11 de febrero de 2023

EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO -CENA - DOMINGO -LUNES - EL ARBOL DE TU VIDA - Martes- 28- Febrero - Mario Vargas Llosa ,. / LUNES - 27 - Febrero - Imprescindibles - Fallece Sinisa Mihajlovic ,. / ELLA & - Los productores españoles son otra pelicula ,. / EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - PESADILLA EN LA COCINA -Jueves -23 - Febrero - Turismo cultural memoria literaria en el desayuno ,.

 

 TITULO:  EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO -CENA - DOMINGO -LUNES - EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES - 28 - Febrero - Mario Vargas Llosa ,.

EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES -  28 - Febrero   ,. 

 
 Conducido por Toñi Moreno, el espacio investiga el árbol genealógico de los personajes más queridos de nuestro país. El martes-  28 - Febrero 
, a las 22:30 por antena 3, etc.


 
 EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - LUNES - Mario Vargas Llosa   ,.

  EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - LUNES -  Mario Vargas Llosa  .,fotos.

 Mario Vargas Llosa,.

La experiencia se vivió y ya está. Vuelvo a estar en mi casa, rodeado de mis libros,.

 Mario Vargas Llosa, en la biblioteca de su casa, en Madrid, el 20 de enero.

Mario Vargas Llosa, en la biblioteca de su casa, en Madrid, el 20 de enero.

 Nacho Dean: «La gente cree que el inodoro es un cubo de basura: el mar está  lleno de bastoncillos de orejas» - XL Semanal

Desayuno,.

A sus 86 años, Mario Vargas Llosa (Arequipa, 1936) afronta una nueva etapa de su vida. Ha vuelto a su piso en el centro de Madrid, tras poner fin a su relación con Isabel Preysler, y ultima, rodeado por su colección de hipopótamos, una novela sobre la música peruana que 

 

 

 Salteado de verduras con huevo - Familia Sana & Organizada

 Cena,.

verá la luz en otoño. Estos días están siendo frenéticos con los preparativos de su ingreso, el 9 de febrero, en la Académie Française, la casa de Los Inmortales, fundada en 1633. Su incorporación culmina una relación intensa con Francia, que definió su vocación literaria, le dio los primeros reconocimientos y le nutrió intelectualmente, como detalla su inminente libro 'Un bárbaro en París'. El escritor está feliz. Derrocha energía y salpica la charla con sonoras carcajadas.

MARIO VARGAS LLOSA


Es el primer autor que entra en la Academia sin haber escrito directamente en francés, algo histórico.
Jamás se me pasó por la cabeza presentarme a la Academia. Pero en un viaje reciente a París, con motivo de la salida de mi última novela, me llama, como saliendo del fondo de los siglos, Daniel Rondeau, al que conocí en mi época parisina y uno de los primeros descubridores de la novela latinoamericana. Tomamos un café y ahí me entero de que era miembro de la Academia, y ante mi sorpresa me dice que me presente. 'Hemos hecho una votación, no ha habido ningún voto en contra, solo dos abstenciones. Hay un ambiente magnífico y mañana te invita a almorzar la secrétaire perpétuelle'. ¡Perpetua, nada menos!
...la historiadora Hélène Carrère d'Encausse.
Sí. Tiene un departamento precioso sobre el Sena. Ella es experta en Rusia, y me contó, por cierto, que los rusos le habían vetado sus libros porque había criticado la invasión de Ucrania. El caso es que ella ya tenía mi carta de candidatura escrita y me dijo: 'tienes que decidirte ahora'. Y así fue cómo de la noche a la mañana me encontré con que era miembro de la Academia Francesa.
También es usted el primer extranjero que ingresó en la biblioteca de la Pléiade.
Yo dije que entrar en la Pléiade era más importante para mí que el Premio Nobel, y es la pura verdad. De joven, cuando vivía en París, compraba una vez al año un ejemplar de la Pléiade, y mi sueño era poder entrar algún día en esa colección. Cuando Carmen Balcells me enseñó en su casa la carta de Antoine Gallimard [su editor], que le decía: 'es hora de que traigamos a Mario a la Pléiade', me quedé maravillado.
¿Y va a tener tiempo de pulir y dar esplendor al francés, como hace con el español?
Las dos academias se reúnen los jueves. La española se fundó a imitación de la francesa, tres años después. Mi idea es dividir el mes y asistir dos jueves allí y dos jueves aquí. En realidad puedes faltar cuando quieras: hay muchos académicos que no van, porque están viejitos.
Sus primeros contactos con la cultura francesa se remontan a su juventud, en Lima.
Sí. Ya de adolescente leía a Dumas, a Julio Verne, a Víctor Hugo... Entonces la cultura francesa predominaba en prácticamente todos los países de América Latina. Y yo tenía la idea de ser un escritor francés. En esa época en Lima no había editoriales. Los poetas de moda eran abogados que trabajaban de lunes a sábado y escribían el domingo. Parecía imposible ser escritor en un país así. Y me metí en la Alianza Francesa, un local pequeñito en la avenida Wilson.
Su profesora, Madame del Solar, a quien usted tanto recuerda, estaría hoy orgullosa.
Era una francesita encantadora, casada con un peruano, que a mí me ayudó muchísimo. Cuando me matriculé en la Alianza había diez chicas, todas niñitas bien, un muchacho que estudiaba arquitectura y yo. El otro solo aguantó seis meses, porque las chicas eran matadoras y se reían de nuestra pronunciación. Al final me adapté a ellas y estuve cuatro años, pero comencé a leer en francés a los seis meses.

Decidí ser escritor en Francia. Flaubert me confirmó que la literatura era una forma de vida

Y su primer viaje a Francia fue en 1958, con 22 años, con un premio en un concurso de cuentos en la Revue Française.
En la Revue, sí. Pasé un mes maravilloso en París. Luego regresé después de hacer el doctorado en Madrid. La noche misma que llegué a París compré en La Joie de Lire, una librería que estaba en el Barrio Latino, un ejemplar de Madame Bovary. Oye, me pasé la noche entera leyendo. El deslumbramiento que me produjo ese libro... tanto que me convertí en un flaubertiano frenético. Y entonces decidí ser escritor. Decidí eso en Francia. Flaubert me confirmó que la literatura era una forma de vida.
Ni el padre de Flaubert ni el suyo querían que sus hijos fueran escritores.
Mi padre era enemigo de la literatura y yo creo que me metió al Colegio Militar con la idea de que los militares me iban a liberar de la vocación. Pero lo divertido es que me hice escritor profesional, porque les escribía a los compañeros las cartas a las enamoradas.
¿Guardará alguien alguna? Porque se han revalorizado.
No me ha llegado ninguna, ja, ja, ja. El padre de Flaubert era ingeniero y tampoco quería que él se dedicara a la literatura. Yo creo que la epilepsia de Flaubert era en realidad un invento suyo. De la noche a la mañana se desmaya y empieza a ver luces. No me digas que no es sospechoso. Entonces, el padre, asustado de que se pueda morir su hijo, al que quería mucho, lo manda al campo, a Croisset, y ahí él ya puede dedicarse a escribir.
Tampoco el padre de Balzac quería que escribiera. Y Balzac tuvo otra enfermedad...
Se inventaban enfermedades para convencer a la familia y entonces la familia los mantenía. En ese tiempo no había derechos de autor, ja, ja, ja.
Francia le confirma su vocación literaria y le descubre la confrontación de las ideas. Puede decirse que la cultura francesa sentó las bases de su formación intelectual.
Absolutamente. Desde siempre. Mira, yo estuve un año en el Partido Comunista en el Perú. Los partidos comunistas eran absolutamente totalitarios. Y lo que me defendió a mí del sectarismo fue leer a Sartre, que tenía unos ensayos en los que atacaba muchísimo a Stalin. Con las miserias que ganaba, mientras estaba en la universidad, me aboné a dos revistas francesas: Les Temps Modernes, de Sartre, y Les Lettres Nouvelles, de Maurice Nadeau, y podía seguir más o menos la actualidad literaria francesa. Es curioso porque en todas las polémicas yo estaba con Sartre.

Leer a Sartre me defendió del sectarismo del Partido Comunista, en el que milité durante un año en Perú

Luego ya vino la decepción.
Lo que rompió mi relación con Sartre es una entrevista en la que le preguntan por dos escritores africanos, y él dice que primero deben hacer la revolución para crear un país donde sea posible la literatura. Me sentí enormemente frustrado. Sartre nos había enseñado que se podía ser escritor en cualquier parte, y denunciar los horrores del Tercer Mundo, y ahora resulta que había que hacer primero la revolución para ser escritor. Yo ya estaba muy avanzado en mi vocación literaria como para creerle.
Pero además Sartre nunca se comprometió a la hora de la verdad. En la guerra mantuvo perfil bajo mientras Albert Camus y André Malraux se jugaban la vida en la Resistencia.
Se dice que Sartre ocupó la cátedra de un judío al que habían echado de un liceo. No sé si era verdad. Pero Sartre no creía en la política. Se concentró en los estudios filosóficos. Y a los 50 años entra de una manera muy militante y ya fue un hombre exclusivamente político, y se dedicó a escribir esos ensayos... Le communiste et la paix... Camus era de menos vuelo que Sartre, pero estaba más en la realidad, más parado sobre la tierra, y nos identificamos más con él. Sartre no hace prácticamente literatura. Hace esas novelas que quedan inconclusas. Dijo que iba a escribir una cuarta novela que nunca escribió, y después dijo que iba a escribir un ensayo sobre la moral que nunca escribió... Siempre, siempre dejó incompletos sus proyectos.
Descartada la teoría del compromiso, ¿sigue creyendo que la literatura puede cambiar la vida? ¿La sigue considerando como un acto de rebelión?
Sí, lo creo. Creo que la literatura es una invención de los seres humanos para defenderse de la muerte. Es una manera de, digamos, esconderse. Por eso va a sobrevivir. La literatura es una defensa contra la muerte. Ahí, en la novela, encuentras una eternidad que es ficticia, pero que permite protegernos de eso que nos da mucho miedo, sobre todo cuando ya estamos viejos, que es la proximidad de la muerte.
Además de Flaubert, Sartre y Camus, le marcó Malraux...
Malraux era el único escritor que hablaba tan bien como escribía. Sus discursos eran maravillosos. Yo me acuerdo del que pronunció en 1964 cuando trasladaron al Panteón las cenizas de Jean Moulin, el jefe de la Resistencia. Estaba De Gaulle ahí, pero habló solamente Malraux. Los franceses lloraban al escucharlo. Yo tenía que cubrir la información... Qué cosa tan bella. Era un extraordinario orador. Y un gran escritor.
Y después Raymond Aron y Jean-François Revel.
Yo al principio compraba Le Figaro los sábados, que era cuando escribía Raymond Aron, y me escondía. Ja, ja, ja. Me daba vergüenza comprarlo. Pero lo leía porque me parecía increíble que defendiera tanto el liberalismo. Era un completo solitario. Y Revel creo que es el francés que conoció mejor América Latina. Sus ensayos sobre Argentina o México son brillantísimos.

El socialismo está muerto. Nadie puede creer en él después de Cuba

Como usted, evolucionó del marxismo al liberalismo.
Era un liberal. Era muy amigo de Sartre en la universidad. Mira, ahora estaba yo leyendo a Hayek y cuenta que cuando aparecen en Inglaterra los primeros liberales utilizan palabras que no existían en el mundo político, como progresista o universalismo. Oye, y de todo eso se apropia la izquierda y lo desnaturaliza completamente para defender el socialismo. Bueno, el socialismo está muerto. Nadie puede creer en él después de Cuba.
Su vínculo literario con Francia lo es por partida doble. Por un lado, usted descubre la literatura francesa y, por otro, Francia descubre la literatura latinoamericana. Francia reafirma su vocación de escritor y luego lo reconoce como tal.
Absolutamente. Mis dos primeras novelas las publico en Francia, escribo cantidad de artículos, novelas, cuentos... muchísimo. Mi gran sorpresa fue el éxito que tuvo La ciudad y los perros. Lo que nunca he sabido es si era por la novela misma o porque fue quemada por los militares en mi colegio de Lima.

MARIO VARGAS LLOSA

MARIO Y EL CENSOR

Tras el éxito de La ciudad y los perros en Francia, Vargas Llosa mandó el libro a Carlos Barral. Dos meses después, el escritor y el editor catalán se reunieron en París. "Me dijo que le había gustado muchísimo mi novela y quería publicarla en España". Empezaron entonces los trámites con la censura, que se prolongaron un año. Y Barral invitó a Vargas Llosa a almorzar con el responsable, cuñado de Manuel Fraga.

P. ¿Y cómo fue la cosa?

R. Pues había un historiador ahí sobre América Latina que no entendía nada, porque no había leído la novela y preguntaba: '¿Pero qué pasa? ¿Qué pasa?'. Y entonces el jefe de la censura le dice: '¿Qué pasa? ¡Los cadetes se tiran una gallina!' [imita el acento castizo] Ja, ja, ja. El tipo quedó demudado.

P. Aquí somos más de ovejas.

R. Ja, ja, ja. Era maravilloso. El jefe de la censura me dice: 'Mire. Hay un solo coronel en su novela. El coronel es el jefe de cuartel. Entonces, o usted le pone más coroneles o ese coronel no puede ser ridiculizado como aparece en su libro'. ¡Esos argumentos me daba! Y entonces yo le decía 'no estoy de acuerdo con eso'. Al final salió la novela con siete cambios.

P. ¡Creí que con siete coroneles!

R. Y también el detalle del cura que iba al prostíbulo. Me dice el jefe de la censura: 'Mire, yo sé que los curas no son siempre respetuosos, pero solamente hay un cura en su novela y ese cura va a burdeles, entonces no puede ser. Meta más curas o sacamos el burdel'. En la segunda edición, Carlos Barral coló la novela restaurada. Era una lucha espantosa de Carlos con cada libro un poquito atrevido. Bueno, pues 20 o 30 años después, estoy dando una conferencia y aparece un viejecito... ¡El jefe de la censura! que me cuenta que él ha publicado un libro y añade: 'En ese libro digo que gracias a mí se publicó aquí La ciudad y los perros'! Ja, ja, ja. Qué simpático, ¿no?

Que quemaran La ciudad y los perros seguro que ayudó a su éxito, pero supongo que algún mérito tendría... Usted ha dicho que la forma en la que ejerce su libertad como escritor viene de Flaubert.
Claro, Flaubert inventa esa figura del narrador invisible, que es como el Dios que no se ve, que deja aparente libertad a sus personajes, sin mostrarse.
Frente al narrador omnisciente de Victor Hugo.
Victor Hugo es lo contrario. Ahora bien, Los miserables es una grandísima novela, la última novela clásica. Y después viene Madame Bovary, que es la primera novela moderna. Flaubert no fue consciente de la importancia de su invento, de esa figura que narra desde el silencio, desde la invisibilidad. Fue la gran revolución en la novela. [El escritor se levanta y trae de su biblioteca un libro antiguo]. Mira qué bonito. La primera edición de Madame Bovary. Me lo han regalado unos amigos.
Ha dicho que Emma Bovary es el mayor amor de su vida, que con ninguna persona de carne y hueso ha tenido una relación tan pasional.
Ja, ja, ja, es cierto, es la pura verdad.
La define como rebelde frente a la mediocridad que la rodea, un espíritu superior. Me va a odiar, pero a mí me parece una obsesiva trastornada.
¡No, no, obsesiva trastornada no!
Es una persona que lleva la semilla de la infelicidad.
Lo que pasa es que el marido es un pobre diablo. Completamente aburrido. Y entonces ella cree que la vida es como las novelitas que lee. Y empieza a explorar...
Pero tiene aspiraciones irreales. Persigue espejismos, y hace infelices a los que le rodean. Y ella misma es infeliz.
Bueno, sí, ella acumula una gran infelicidad. Pero su rebeldía tiene que ver con el amor. ¡Con el amor! No con la ideología. Es una ideología personal, absolutamente personal. Y es la defensa del amor.
Sí, pero es un amor ideal. Por eso todos los amantes la decepcionan.
Claro. Los amantes son de una mediocridad espantosa. Y entonces ella busca alguien superior y no lo encuentra en ese pueblito. Cuando queda completamente frustrada, se suicida. El suicidio de Madame Bovary es uno de los episodios más brillantes de la literatura. Son tres páginas, en las que traga el arsénico, empieza a sentir los dolores y las angustias y la desesperación... Terrible. Está escrito de manera impersonal, porque lo que quería Flaubert era la impersonalidad. Es una descripción maravillosa. En las cartas a Louise Colet, Flaubert le decía: siento el veneno en mi boca... Flaubert siempre buscó las cosas más extraordinarias.
¿Usted también corrige mucho, como él?
Corrijo mucho, rehago, hago cuadros sinópticos. Sí, mucho.

Los 'mensajes' en el cuento 'Los vientos' son absurdos. Jamás se me hubiera ocurrido ridiculizar a Isabel

¿Y también lee en voz alta?
No, eso no, porque yo no creo que la música tenga la última palabra en el estilo. Flaubert sí lo pensaba. Yo no. Los grandes prosistas no son músicos.
Le tengo que preguntar por el cuento Los vientos, que salió en octubre de 2021 en la revista Letras Libres.
Pasó completamente desapercibido y ahora está en todas partes. El otro día la persona que se ocupa de mis libros, me dijo: 'De pronto hemos empezado a recibir cartas que quieren Los vientos'. Pero bueno, ¿por qué es esta historia?
Porque se interpreta que incluye mensajes...
Mensajes absurdos y disparatados. Nunca jamás en la vida se me hubiera ocurrido ridiculizar a Isabel. En esa época yo me llevaba muy bien con ella. Ni siquiera recuerdo cuándo escribí yo esos episodios que han sacado en los periódicos, ¡incluso en Francia, en un artículo de Le Monde!
El cuento es divertido y a la vez trágico. Es una distopía muy verosímil.
Es un cuento sobre la vejez. Lo escribí para Letras Libres y ahora está saliendo en muchos países como librito.
La vejez tiende a considerarse una edad gris, inmune a las vivencias, al goce. Pero usted ha demostrado que no es así. En el trabajo, y en su vida personal, sigue siendo un espíritu inconformista.
86 años son muchos años, ¿no? Trabajo mucho. A la edad hay que combatirla. Hay que tratar de seguir adelante escribiendo hasta el final. Lo ideal es morirse con una pluma en la mano.

El covid fue terrible. La falta de oxígeno es lo peor que me ha pasado. Tuve la impresión de que me moría

Tuvo una experiencia muy dura con el covid.
Fue horrible. Yo estaba trabajando y me empezaron a temblar las piernas. Y tenía algo en la garganta y no podía respirar. Isabel llamó a un médico, y cuando llegó yo le oía decir: 'Le está subiendo mucho la fiebre. Hay que llevarlo a la clínica'. La espera era angustiosa, me ahogaba. Me metieron desde la ambulancia directamente a una especie de tubo donde salía el oxígeno. Entonces comencé a respirar. Creo que la experiencia más dramática que he tenido ha sido esa falta de oxígeno.
¿Llegó a pensar que no iba a superarlo?
Sí, tuve la impresión de que me moría. Que me moría ahí. Sí.
Su vida ha tenido siempre una parte pública, que en los últimos años se ha intensificado. Ha estado en el epicentro de una burbuja que puede resultar irreal. ¿Cómo definiría esa vivencia? ¿Se sentía un poco entomólogo?
No, no, yo estaba muy enamorado de Isabel. Pero digamos, ese mundo no es mi mundo.
Y ahora se ha visto bajo asedio.
A las siete de la mañana, que yo salía a caminar, ya estaban los periodistas en la puerta. ¡¡A las siete!! Así un mes. Ahora ya hace días que no están. Qué maravilla.
Ha estado en Perú investigando para su nueva novela. ¿La salida de la presidencia de Pedro Castillo abre una puerta a la esperanza?
Sigue siendo complicado. La vicepresidenta estuvo presentada por las mismas fuerzas, se ha declarado marxista leninista.
¿Tiene la impresión de que Perú ahora se jodió más?
Tengo la impresión de que Perú se ha jodido mucho más. Bueno, América Latina en general. América Latina, con excepción de Uruguay y Ecuador. El Brasil, jodido; Argentina, jodida; todo Centroamérica, jodidos. ¡Y Colombia, con Petro, que ha mandado un mensaje feroz contra el Perú, porque dice que la derecha tiene secuestrado a Castillo!
Y México...
López Obrador es un manipulador. Quiere cambiar la Constitución para ser presidente otra vez, pero dudo que lo consiga. Qué siniestro personaje.
Usted es peruano, y español, y académico francés; latino y cosmopolita... ¿Cuál es su sentido de pertenencia?
Bueno, la literatura es eso, justamente eso. Las fronteras no existen para mí. Mira, yo estoy en España, leo los periódicos y me irrito espantosamente, exactamente como en el Perú. Y estoy en Francia y me irrito exactamente como en el Perú. Yo me muevo con mucha libertad, y donde estoy me intereso en lo que está ocurriendo.
¿Pero se ha imaginado la retirada en algún sitio concreto? ¿Ha pensado volver a Perú?
No, lo veo muy difícil en estos momentos. En España yo me siento en mi casa.
 
 

LOS ILUSTRES OCUPANTES DEL SILLÓN NÚMERO 18

Mario Vargas Llosa ocupará el sillón 18 de la Académie, vacante tras la muerte del filósofo Michel Serres. Sin duda, un guiño del destino. El primer titular, entre 1634 y 1650, fue Jean Baudoin, traductor al francés de Los comentarios reales de los incas, del peruano Inca Garcilaso, publicado en Francia en 1633. Entre los 16 ocupantes, además, ha habido arqueólogos, escritores, políticos, diplomáticos y mariscales (entre ellos, el heroico Foch y el colaboracionista Pétain, que entró en 1929 y fue apartado en 1945). También un obispo y un cardenal, presuntamente envenenado por los revolucionarios. Y dos connotados liberales: Alexis de Tocqueville y Henri Lacordaire, fraile y abogado de la Ilustración, partidario de la separación Iglesia-Estado. Y un personaje pintoresco como Honoré de Villars, aristócrata y filántropo, gobernador de Provenza, al que Casanova conoció como un anciano con las mejillas cubiertas de colorete, los labios carmesí y la dentadura tan postiza como el pelo. "Me han dicho que de joven amaba a las mujeres, pero que en la vejez había dado el modesto paso de convertirse en esposa de tres o cuatro favoritos que tenía a su servicio", escribió. Un elenco muy variopinto,.

 

  • TITULO:  Lunes - 27 - Febrero  - Imprescindibles - Fallece Sinisa Mihajlovic   ,.




    LUNES -  27 - Febrero - Imprescindibles ,.

    Imprescindibles, serie de documentales sobre los personajes más destacados de la cultura española del siglo XX cada semana en La 2, el lunes -  27 - Febrero
     , a las 21:00, foto ,.
      Fallece Sinisa Mihajlovic ,.

    El fútbol llora la muerte de Sinisa Mihajlovic

    El exjugador de Roma, Lazio e Inter, entre otros, ha fallecido a los 53 años tras una larga lucha contra la leucemia.

    El mundo del fútbol está de luto. Esta tarde ha fallecido a los 53 años Sinisa Mihajlovic. El histórico exfutbolista y entrenador llevaba luchando con la leucemia desde julio de 2019, y, como subraya el ‘Corriere dello Sport’, “lo hizohasta el último minuto sin conseguir la hazaña de salvar su vida”.

    La última aparición pública del serbio tuvo lugar a principios de diciembre, para la presentación de un libro. Como futbolista, vistió las camisetas de Borovo, Vojvodina, Estrella Roja, Roma, Sampdoria, Lazio e Inter. Fue un gran defensa, pero son imborrables sus goles (muchos de los cuales, de falta). Marcó casi 100 en sus 563 partidos como profesional y el 13 diciembre de 1998 hizo historia en la Serie A, convirtiéndose en el primer jugador capaz de marcar un hat-trick de falta directa, durante el Lazio-Sampdoria (5-2).


    Comenzó su carrera de entrenador en 2006 en el Inter, como segundo, y estuvo en los banquillos de Bolonia, Catania, Fiorentina, Serbia, Sampdoria, Milan, Torino, Sporting de Lisboa y otra vez Bolonia, que le despidió el pasado 6 de septiembre tras haber cosechado tres empates y dos derrotas en las primeras cinco jornadas de Serie A. En 2015, tuvo la valentía de lanzar a un jovencísimo Gigio Donnarumma (apenas tenía 16 años) en la portería del Milan, comenzando así la carrera del portero.

    Desde que empezó su batalla con la leucemia, estuvo entrenando al Bolonia desde lejos durante varios meses. La enfermedad regresó fuerte en el pasado mes de marzo, como el técnico había reconocido públicamente: “Estas enfermedades son bastardas, hay señales de que pueda volver”.

    La familia confirmó la triste noticia con un comunicado: “La mujer Arianna y los hijos Viktorija, Virginia, Miroslav, Dusan y Nikolas, la nieta Violante, la madre Vikyorija y el hermano Drazen, anuncian en su dolor la muerte injusta y prematura de su marido, padre, hijo y hermano ejemplar, Sinisa Mihajlovic. Hombre único y profesional extraordinario, disponible y bueno con todos. Con valentía luchó en contra de una terrible enfermedad, le damos las gracias a los médicos y a las enfermeras que le siguieron en estos años, con amor y respeto, en particular a Francesca Bonifazi, el doctor Antonio Curti, el profesor Alessandro Rambaldi y el doctor Luca Marchetti. Sinisa siempre estará con nosotros, vivimos con el amor que nos regaló”.

    TITULO:  ELLA & - Los productores españoles son otra pelicula,.

    Los productores españoles son otra pelicula,.

    Jóvenes y maestros de la producción. De izquierda a derecha, Nahikari Ipiña (Sayaka Producciones), Eduardo Villanueva (Caballo Films) y Álex Lafuente (BTEAM), con la misma ropa que en la imagen anterior; Jaume Roures (sentado; Mediapro), con su propia indumentaria; Mariela Besuievsky (Tornasol), con chaleco de Mirto, camisa de Intimissimi, falda de Max Mara y botas de Tod’s; José Antonio Félez (Atípica Films), Gerardo Herrero (Tornasol) y Fernando Bovaira (sentado; Mod Pictures), con su propia ropa; María Zamora (Elástica Films), que lleva traje de Emporio Armani, collar y pendiente de Uno de 50, y sus propios botines. y Álvaro Longoria (Morena), con su propia ropa.

    foto / Jóvenes y maestros de la producción. De izquierda a derecha, Nahikari Ipiña (Sayaka Producciones), Eduardo Villanueva (Caballo Films) y Álex Lafuente (BTEAM), con la misma ropa que en la imagen anterior; Jaume Roures (sentado; Mediapro), con su propia indumentaria; Mariela Besuievsky (Tornasol), con chaleco de Mirto, camisa de Intimissimi, falda de Max Mara y botas de Tod’s; José Antonio Félez (Atípica Films), Gerardo Herrero (Tornasol) y Fernando Bovaira (sentado; Mod Pictures), con su propia ropa; María Zamora (Elástica Films), que lleva traje de Emporio Armani, collar y pendiente de Uno de 50, y sus propios botines. y Álvaro Longoria (Morena), con su propia ropa.Javier Salas,.

    El negocio de hacer buenas películas en España

    Cuatro de los cinco largometrajes candidatos a mejor película en los Goya de este año han sido impulsados por una nueva generación de productores decididos a hacer cine de calidad y comprometido. Junto a cinco veteranos hablan de las claves para convertir un proyecto cinematográfico en éxito,.

    Cuando Javier Salas disparó la fotografía que ocupa las páginas centrales de este reportaje, retrató un legado y unas trayectorias que suman 183 premios Goya para sus filmografías, cuatro Oscar de Hollywood, dos Globos de Oro y diversos premios en los festivales de Cannes, Venecia, Berlín, San Sebastián… Es parte de la cosecha de todos los productores de cine a los que citó EL PAÍS Semanal para rendir cuenta de un trabajo primigenio, constante y fundamental a la hora de construir una película. Muchas veces prenden el germen,.

    TITULO: EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - PESADILLA EN LA COCINA -Jueves -23 - Febrero - Turismo cultural memoria literaria en el desayuno     ,.

    Jueves -23- Febrero - Pesadilla en la Cocina es un programa de televisión español de telerrealidad culinaria, presentado por el chef Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves a las 22:30 en La Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina vuelve Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos, etc.

    EL BAR ESQUINA -  REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO -  LA COCINA DOMINGO - LUNES   -  Turismo cultural memoria literaria en el desayuno  ,.

    EL BAR ESQUINA -  REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO -  LA COCINA DOMINGO - LUNES   -  Turismo cultural memoria literaria en el desayuno  . , fotos .

     

     Turismo cultural memoria literaria en el desayuno ,.

     

    «Cada vida es un archivo lleno de experiencias que la mayoría de las veces se pierde». Quizás, por eso, necesitamos recordar hoy quiénes fuimos para no olvidar nunca quiénes queremos ser. 

     Alimentos | Recetas de huevos revueltos perfectas para desayuno o cena

    La historia que Ester Cruzado nos narra en su primera novela, La herencia de los recuerdos, comienza en 1904. A través de sus páginas, la autora nos brinda un canto a la memoria de varias generaciones, que conforman la rama paterna de su familia, y en especial, un emotivo homenaje a su padre. Un viaje apasionante por el ayer y el hoy de Málaga, eterna ciudad del paraíso, refugio de sueños y reencuentros, en un invierno cálido e inolvidable para nosotras. 

     

    - Ester, ¿nuestros recuerdos son tan reales como los imaginamos?

     

    Desde mi punto de vista, los recuerdos son una realidad selectiva de momentos vividos, que nos dan información de quiénes fuimos en etapas pasadas. Son las piezas del puzle, que conforman la existencia de una persona, y que solo unidas dan sentido a nuestra vida. 


    - ¿Qué legado te ha dejado tu padre, Tomás?

    Mi padre fue un ejemplo a seguir en numerosas facetas de la vida, por eso me gustaría ser una continuidad de él. Sus aciertos son mis patrones. Sus actitudes, su conducta, su cordialidad… han sido y son mis ejes cartesianos.

    - Un cuento de leñadores y princesas, que, relatado por tu padre, te recuerde a tu infancia.

    No tengo ningún título, porque él se los inventaba, pero el leñador de sus cuentos era un ser tan bondadoso, que los animales del bosque lo ayudaban y lo acompañaban a diario. Siempre empezaban así; después, variaba la trama hasta llegar al deseado final feliz en el que la princesa y él se enamoraban y conseguían casarse.

    - Tu novela se inicia con María, quien, ante la desgracia de perder a su marido y al bebé que esperaban, se ve obligada, para sacar adelante a sus dos hijas, a emigrar a Málaga, donde va a ejercer de ama de cría de una familia de la burguesía malacitana. Observamos la evolución de una ciudad industrial, que transcurre, de manera paralela, a la reconstrucción personal de esta carismática mujer. «Jamás olvidó su llegada a Málaga. La encontró como a sí misma; en cambios, en metamorfosis, en obras… Se sintió arropada nada más llegar, como si el mismo aire la embriagara dulcemente con su marisma y sus biznagas. Le resultó acogedor el sonido desenfadado de los seres que iban y venían. La ciudad en sí le pareció una gran máquina en funcionamiento: vital, rebosante de gracia y activa por los cuatro costados». ¿Cómo es esa Málaga de más de cien mil habitantes de principios de siglo que nos presenta la novela?

    Fue una de las primeras ciudades industriales de España, que permaneció en continuo auge, en el sector siderúrgico, textil y cervecero. Varias familias de la alta burguesía, como Larios, Heredia, Loring, Rein o Castel, con influencia en la política nacional, se afincaron en Málaga en el XIX y se convirtieron en las grandes protagonistas de la transformación que sufrirá la urbe en el siglo siguiente. Atraídos, seguramente, por el clima y las posibilidades mercantiles del lugar, abrieron sus propias fábricas, dando al malagueño trabajo y a la ciudad, esplendor.

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    - Gracias a la generosidad de esta familia, que proporciona a María un presente y un futuro, esta pudo disponer de una vivienda propia, en la que, junto con su madre, vio crecer a sus dos hijas, Mariquilla y Teresa. «La casa a la cual os venís ya la he visitado. Lo primero que me gustó de ella es el nombre de la calle donde se ubica. Está en la calle Madre de Dios. Lo segundo que me encantó es la localización de esta; desemboca en una de las plazas de Málaga». La Plaza de la Merced, la iglesia del mismo nombre, el teatro Cervantes… Ester, traza para nuestros lectores un recorrido para perdernos una mañana por esta hermosa parte de la ciudad…

    La Alameda malagueña se inauguró en el año 1785, aprovechando los terrenos resultantes de la retirada de las aguas del mar. En los últimos años del siglo XVIII, se inicia en Málaga una serie de mejoras urbanísticas que se verán realizadas durante los primeros años del XIX, pero que serán hitos fundamentales en el trazado de la ciudad que hoy conocemos. Por ello, sugeriría comenzar admirando las viviendas de la Alameda Principal, los hermosos edificios decimonónicos, construidos por estas familias acaudaladas. Por ejemplo, el Archivo Municipal fue vivienda de los Larios. Luego, subiría por la calle Marqués de Larios, más conocida simplemente como calle Larios, hasta llegar a la plaza de la Constitución. Allí se encuentra un antiguo edificio, construido por orden de Carlos III, denominado Sociedad Amigos del País, aunque nosotros lo conocemos como la Económica. Seguiría por la calle Granada, que desemboca en la plaza de la Merced. En ella os invito a entrar en El Pimpi, una antigua taberna, que deleita tanto al visitante como al malagueño, y visitaría la Iglesia de Santiago, de torre mudéjar, y la más antigua de Málaga. En el centro de la Merced está el monumento a Torrijos y a los que fueron fusilados con él en la playa malagueña de San Andrés, en 1831. También allí se puede visitar la casa natal de Pablo Ruiz Picasso, aunque lo que ya no existe es, desgraciadamente, la iglesia de la Merced, incendiada por los republicanos, en 1931. El teatro Cervantes está cerca para visitarlo. También recomendaría un paseo por la calle Alcazabilla, con vistas a la Alcazaba y al Teatro Romano, la Catedral, el Parque, el Muelle Uno, la Farola, el Castillo de Gibralfaro, el Museo de Artes Populares…

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    Imagen antigua de la Catedral de Málaga.

    - En multitud de ocasiones, es palpable en el relato ese agradecimiento y ese amor infinito que la familia y María se profesan, pero estos sentimientos adquieren un sentido memorable cuando, pasado el tiempo, Ruth, bisnieta de María, recuerda el encuentro acaecido con aquel hombre criado por su bisabuela. «La visita hace comprender a Ruth las anécdotas que su padre y su tía le cuentan sobre su bisabuela María y la familia para la que trabajó, así como el cariño recíproco que mantuvieron siempre». ¿Cuánto hay de ti en esta voz que cuenta y da cuenta del vínculo que une a diferentes generaciones?

    He de confesar que hay mucho de mí en el personaje de Ruth. Y, concretamente, en esa visita he recogido mis propios recuerdos.

    - Las fiestas populares de tu ciudad y las tradiciones forman parte de la historia de tus recuerdos como en este pasaje: «La Alameda ya comenzaba a bullir. Si bien eran los primeros transeúntes del día y los primeros vehículos, pronto se sumarían más y más, abarrotando las calles y plazuelas, los mercados y las tiendas. Al cotidiano ajetreo se añadiría el aliciente de engalanar las calles para la velada de San Juan, así como con la preparación de los Júas». Explícanos qué son y qué significan los Júas.

    Los Júas son representaciones humanas a escala natural. Muñecos de trapo, generalmente rellenos de petardos y serrín, que representan a personajes populares, caracterizados de forma burlesca. Se ponen en la puerta de la casa para que se divierta el que pase viéndolos y allí se tienen la víspera de San Juan. Luego, a las doce de la noche, se echan a las hogueras. El sentido es quemar lo viejo para dar paso a lo nuevo, como símbolo de algo que se debe purificar y que no quieres que vuelva a tu vida. Pero, lamentablemente, es una tradición que se está perdiendo.

    - En 1917, la familia pasa las vacaciones de verano en las propiedades que posee en Churriana y en la Caleta. Precisamente, el desarrollo urbanístico de la zona este de la ciudad tuvo sus inicios a finales del siglo XIX. De entonces datan algunos de los edificios señoriales situados en esta parte de la ciudad. Así, el edificio de la actual sede de la Subdelegación del Gobierno en Málaga del Paseo de Sancha, en el número 64, fue, en realidad, el primer hotel de sol y playa expresamente construido con este destino, el primer alojamiento, con clara vocación turística, en la Costa del Sol. Entre los huéspedes ilustres del renovado Hotel Hernán Cortés, que a partir de 1925 se denominó ya Caleta Palace, estuvo Federico García Lorca. De esta manera nació la amistad del poeta con los malagueños Emilio Prados y Manuel Altolaguirre. Federico escribió a Falla en una carta con membrete del Hernán Cortés: «Málaga es maravillosa y ahora lo digo dogmáticamente. Para ser un buen andaluz hay que creer en esta ciudad, que se estiliza y desaparece ante el mar divino de nuestra sangre y nuestra música». Háblanos de la Málaga literaria y pictórica, que tu padre conoció. Háblanos de esos personajes ilustres de la cultura malagueña, que todavía hoy son necesarios destacar y rescatar del olvido.

    Además de Antonio Montiel, del que soy amiga gracias a mi padre, porque siendo alumno de la Escuela de San Telmo le encargó, en 1981, que nos hiciera a mi hermana y a mí dos retratos, destacaría a otros muchos pintores malagueños como Luis Bono, Félix Revello de Toro, Chicano, Mari Pepa Estrada, Torres Mata, Béjar, Pepe España, Bernardo Roquero, Sierra… Precisamente, a través de su profesor y amigo, Luis Bono, mi padre conoció también al poeta Alfonso Canales y mantuvo relación con José Luis Estrada, abogado, escritor, poeta, alcalde de Málaga, desde 1947 hasta 1952, y presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, institución fundada en 1849. Era un abogado tan excelente, que en Málaga había un dicho que decía: «Mata al rey, vete a Málaga, y que te defienda Estrada». Al poeta Bernabé Fernández Canivell, hijo del farmacéutico que inventó el Ceregumil, también lo trató mientras estuvo restaurando los barros malagueños en la Económica. Allí nos lo presentó a mi hermana y a mí, siendo niñas. Su porte y su exquisita educación me causaron una grata impresión. Asimismo, mi padre conoció a Baltazar Peña Hinojosa, abogado, poeta y escritor, de quien guardo un buen recuerdo, y a la poetisa María Victoria Atencia, a la que tuve el gusto de saludar en la presentación de un libro de Antonio Gómez Yebra. En cuanto a una mujer ilustre de la cultura malagueña, no puedo dejar de mencionar a María Zambrano. Nacida en Vélez Málaga, en 1904, es quizás la poetisa más reconocida de la provincia y una de las voces más relevantes del panorama filosófico del siglo XX. De hecho, cuando reformaron la estación de Málaga, con la llegada del AVE, le pusieron su nombre.

    - «María… alegró a su hija con la noticia de la consecución para ellos de una vivienda con un amplio patio comunitario en La Aurora de los callejones del Perchel, cercana a la estación de ferrocarril. En sus alrededores, hacia la actual avenida de la Aurora, se extendía una amplia zona ajardinada, con un majestuoso invernadero en el que crecían numerosas plantas exóticas de la que aún queda como testimonio parte de los Jardines de Picasso… Entre los jardines de Picasso y el jardín contiguo al edificio de los ministerios, había ubicada una casa solariega de dos plantas perteneciente a los Larios, para uso y disfrute de la familia». Esta estampa hogareña se refleja en uno de los cuadros de tu padre, imagen que forma parte no solo de la portada de tu obra, sino que enmarca también el libro. En el cuadro vemos a tu padre, a tu tía Anita, a tu abuela, a la perrita la Chica y a tres caballos, que pertenecieron a la familia Larios. ¿Qué significado tiene para ti este cuadro y por qué debía formar parte del libro?

    Además de ser un bello cuadro costumbrista en el que se muestran un lugar y unos personajes de la novela, quería que el nombre de mi padre estuviera presente en la novela. Él me transmitió gran parte de los hechos que narro en La herencia de los recuerdos. Por tanto, ha sido mi manera de hacerle también a él partícipe de la obra.

    - Tu padre, ferroviario y profesor de la Escuela de Arte de San Telmo, también fue pintor de un cuadro donde se aprecia la ermita de Zamarrilla. Sobre el personaje real, Cristóbal Ruiz Bermúdez, alias Juan Zamarrilla, cuyo apodo le venía por una flor blanca, abundante en los extramuros de Málaga, aromática y de tallo leñoso, circula una hermosa leyenda. ¿Puedes dárnosla a conocer?

    Mi padre pintó ese cuadro tras restaurar los antiguos barros malagueños, que se hallan en el Museo de Artes Populares, donde varias de estas figuras representan a bandoleros. Cuenta la leyenda que Juan Zamarrilla, perseguido por las autoridades, por sus numerosos delitos, vio la ermita de la Amargura y entró. No supo dónde esconderse y, nervioso, se refugió bajo el manto de la Virgen. Allí permaneció sigiloso, mientras los guardias civiles registraban el templo. Cuando se dio cuenta de que estos se alejaban, agradeció a la Virgen que lo hubiera salvado. Tomó una flor blanca y se la puso en el pecho. Dicen que para sujetarla la clavó con su puñal en el vestido y, para su sorpresa, la Virgen tiñó de rojo sangre la flor prendida por el sanguinario bandolero. La leyenda nos dice que Zamarrilla, arrepentido de sus fechorías y sintiéndose perdonado por la Virgen de la Amargura, se entregó e ingresó en un convento, pero que cada año acude a la ermita a dejar ante la Virgen una rosa roja.

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    Fotografía del pintor Tomás Cruzado, procedente del archivo personal de su hija Ester.

    - La guerra ocupa un capítulo importante en la novela, en el que se detallan «días de fusilamientos, de chivatazos y condenas», así como la utilización bélica de la antigua fábrica de La Aurora. Recientemente, el investigador Carlos Hernández de Miguel ha recogido en su libro, Los campos de concentración de Franco (2019), que, oficialmente, existieron 296, repartidos por toda España, por donde pasaron entre 700.000 y un millón de españoles y españolas. Uno de ellos fue la fábrica textil de La Aurora, que, a finales de los años treinta, cambió los hilos por los alambres de espino, convirtiéndose en un centro de reclusión de prisioneros republicanos. El propio autor ha reconocido que lo que hoy es el Centro comercial Larios fue una de las cinco instalaciones malagueñas de represión más cruentas de la Dictadura, tanto por su duración en el tiempo, como por el número de prisioneros, que por allí pasaron. ¿Forma parte esta historia de la memoria colectiva de los malagueños?

    Creo que no. Yo lo sé por mi padre, pero no he conocido a nadie de mi generación que lo supiera. Lo que sí es sabido por muchos malagueños es la huida de los republicanos por la carretera de Almería, cuando las tropas nacionales vencieron en Málaga. Los túneles de la Cala del Moral, transitados por esas fechas, por ser parte de la carretera hacia Almería, fueron atacados desde la costa. Alguno conserva en su pared el orificio por donde entró la bomba. También los fusilamientos en la Plaza de Toros La Malagueta. Y previo a la guerra, la quema de numerosas iglesias en las que se perdió un patrimonio escultórico de gran valor. En la memoria colectiva de esta ciudad, con gran tradición cofrade y una espectacular Semana Santa, permanece la suerte que corrió la imagen del Cristo de la Buena Muerte y Ánimas, obra de Pedro de Mena y Medrano, tras los sucesos de mayo, de 1931.

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    - Los veranos en la casa de la Axarquía saben a pan cateto, a moras, a patatas fritas de Casa Paco; huelen a geranios, a jazmines, a mulos o a cabras y vuelves a la niñez cada vez que evocas la voz de Elena Francis, la música de aquella orquesta, los fuegos artificiales de las Ferias o aquel beso tímido en la mejilla al finalizar la carrera de cintas. «Luego vemos que nunca fuimos más libres, más felices, ni estuvimos más seguros que cuando éramos unos niños que jugaban a ser adultos». ¿Qué permanece en tu memoria de esos veranos?

    La niñez, la adolescencia y la juventud tienen fuertes registros en nuestra memoria. Cuando un estímulo sensorial abre las puertas del pasado se cuelan múltiples y gratos recuerdos. Más de los que puedo llegar a imaginar. Y solo diré que todos son bellos.

    - El tren es otro de los grandes protagonistas de la novela, unido a todas las vivencias de esta saga familiar. «Nunca se romperá el vínculo de su infancia con el tren… todos esos recuerdos hacen que Ruth no pueda desvincularse afectivamente de las raíces ferroviarias que tiene». El economato, el kilométrico, los viajes a Álora, Sevilla, la estación de El Chorro… forman parte de tu ayer y del ayer de tu ciudad. Ester, un recuerdo asociado al tren… Un viaje en tren por la provincia de Málaga, que no podemos perdernos…

    Uno de los parajes más hermosos de Málaga es el Caminito del Rey, aunque no resulta apto para quien tenga vértigo a las alturas. En las laderas del desfiladero de los Gaitanes se construyó un camino para controlar el Pantano de El Chorro, un prodigio de la ingeniería hidroeléctrica del siglo pasado, llamado desde 1953, Embalse del Conde de Guadalhorce. La obra, que surgió de la mente del «ingeniero poeta» Rafael Benjumea Burín, gozó, ya en la época, de tales alabanzas, que el propio rey Alfonso XIII, en su vista oficial, en 1921, quedó tan impresionado con lo que vio, que ese mismo año, concedió a Rafael el título de Conde de Guadalhorce, «para él, sus hijos y sucesores». Para conocer este enclave mágico, recomiendo subir en tren hasta la estación del Chorro, hacer noche en el hotel que hay allí, en plena naturaleza, y apuntarse allí mismo para realizar la visita al Caminito. Por supuesto, hay que hacer la gestión previamente. Otra opción interesante puede ser coger el tren de cercanías e ir a Torremolinos. Es un placer pasear por la calle San Miguel o bajar hasta la playa del Bajondillo, comunicada por un paseo marítimo muy agradable, con la playa de la Carihuela.

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    El Conde de Guadalhorce visitado los talleres de Renfe, en Málaga.

    - Si en Málaga no se toman cafés con leche, sino nube, sombra, solo, largo, semi largo, solo corto, mitad, entre corto o corto, los churros con los que se acompañan esos cafés y chocolates llevan desde hace años la marca de la Casa Aranda. Tomarse un chocolate con churros, en Málaga, pasa inevitablemente por esta casa de desayunos y meriendas desde hace más de ochenta años, en concreto, desde el 2 de febrero de 1932. Ester, ¿un café literario tradicional de Málaga para desayunar o merendar y añorar el pasado?

    Los cafés tuvieron un gran protagonismo en la vida de mi ciudad, desde finales del siglo XIX. Locales como La Loba, El Chinitas, El Senado, El Munich o la Marina fueron importantes centros de reunión y actividad social. De todos aquellos, el único que aún se mantiene abierto es El Café Madrid, que data de 1892. Al igual que Casa Aranda, también ofrece chocolate con churros y el salón de arriba posee ese sabor a nostalgia, que suele gustar al visitante. Otro espacio con mucho encanto y vistas a la Catedral, que sirve desayunos y meriendas, es El Jardín, situado en un edificio del siglo XIX. El interior de grandes techos y decoración antigua es muy acogedor y los fines de semana tiene música en directo. Además, destacaría una cafetería, que está en la parte nueva de la ciudad, concretamente, en la zona universitaria, llamada Librería Café Q Pro Quo.

    -La Casa del Consulado es, desde el siglo XIX, la sede de la Sociedad Económica de Amigos del País de Málaga, institución fundada en 1789. Su nombre se compatibiliza con el de La Económica, con el que los malagueños la conocen. ¿Qué papel juega esta institución actualmente en la vida de la ciudad? ¿Y la Escuela de Arte de San Telmo?

    La Económica es la institución cultural y económica más antigua de Málaga. Su biblioteca cuenta con más de 12.000 volúmenes. Posee dos salas de exposiciones temporales en su planta baja, que se pueden visitar gratuitamente, mientras que el salón de actos de la planta alta se utiliza para charlas y presentaciones. A su lado está el Ateneo, en un edificio que fue durante años la Escuela de San Telmo y que pertenece a un complejo arquitectónico del siglo XVII, poseedor de un gran valor histórico. En él también disfrutamos de numerosas actividades y ha sido testigo mudo de la presencia de los más ilustres escritores, historiadores, artistas o pensadores. Recientemente, me dijo el secretario del Ateneo que están preparando la parte superior del edificio para destinarla a museo, ya que Picasso estudió allí. Por lo que respecta a la actual Escuela de San Telmo, ofrece una gran variedad formativa y también se realizan exposiciones de los distintos talleres.

    - Para finalizar, nos gustaría que nos comentaras estos dos pasajes de la novela, que hemos seleccionado:

    «Aquellos cuentos y juegos transmitidos que heredó de él ahora eran suyos y con el mismo amor que le llegaron a Ruth, los regalaría a sus nietos. Esa continuidad mantendría viva a los seres queridos que habían partido ya y quién sabe, algún día serían esos mismos tesoros familiares los que harían que su memoria perdurase»

    La Historia siempre fue una de mis asignaturas favoritas, pero con los años he comprendido que conservar y transmitir lo que me han aportado mis familiares es mantener vivas mis raíces para las siguientes generaciones. Creo que, mientras ellos sean recordados, vivirán en nosotros y nos seguirán acompañando en el camino.

    «Había entendido con los años que a lo largo de una vida se sumaban las experiencias propias con las de los seres queridos. Sabía que, aunque solo fuera un eslabón de la cadena familiar estaba engarzado al anterior y el posterior y que la suma de todos constituía la familia».

    En las generaciones de una misma familia, a veces, los hechos se repiten y la experiencia de nuestros antepasados nos sirve para orientarnos. Aunque se dice que nadie aprende por experiencia ajena, en mi caso, no es cierto. Mis mayores me han servido de referente para modelar mi personalidad. Al final, soy un cóctel de genética e imitación, y también mis genes, junto con el legado recibido, dejarán mi esencia en las nuevas generaciones. Sin duda, esta herencia es el sello de nuestra identidad familiar.

    Agradecemos a Ester los recuerdos compartidos con nosotras y animamos a nuestros lectores a descubrir la herencia de esta pequeña joya literaria. Quedan, como diría el poeta Manuel Altolaguirre: «En mis labios los recuerdos. / En tus ojos la esperanza. / No estoy tan solo sin ti. / Tu soledad me acompaña».

    - La herencia de los recuerdos. Ester Cruzado. Málaga. Ediciones Algorfa. 2021. 206 páginas.

    Imagen tomada de @estercruzadooficial.

     

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