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domingo, 29 de octubre de 2023

DESAYUNO CENA FIN SABADO - La matemática del espejo - Mario Sandoval ,. / CARTAS AL CIELO - Otra guerra ,. / 3 RAZONES CON - Xavi sólo pudo sacar la lengua una hora ,. / POLICÍAS EN ACCIÓN - Interior traslada al garaje de la comisaría de Lanzarote a migrantes llegados en patera,.

 

 TITULO: DESAYUNO CENA FIN SABADO - La matemática del espejo - Mario Sandoval,.

DESAYUNO CENA FIN SABADO  - La matemática del espejo - Mario Sandoval  , fotos,.

 Mario Sandoval,.

Mario Sandoval: "No es el momento de los bandos, sino del sentido común",.

  • Con Coque reabierto y el último proyecto de los hermanos Sandoval, Coquetto Bar, a toda marcha, el chef madrileño analiza la situación de la restauración,.
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     Por qué los churros se han convertido en la estrella culinaria de la  desescalada | Gastronomía | BuenaVida | EL PAÍS

    ( Desayuno )

La primera vez de algo no se olvida, tampoco la última, sobre todo si sobreviene un estado de alarma. Cocido madrileño, pasta al pomodoro y ensalada campera para esa primera vez; caldereta de cordero para la despedida. Y entremedias, muchos, muchísimos más platos cocinados para familias sin recursos. Los hermanos Sandoval, Rafael, Diego y Mario, se metieron -los tres- en los fogones y sirvieron 30.000 comidas durante el confinamiento. "Queríamos ayudar, devolver a Madrid parte de lo que nos ha dado, aportar nuestro granito de arena", explica Mario.

 

 Cocina con Mina: Merluza a la plancha y patatas ahogadas con champiñones

 ( Cena )

Y en ésas están ahora, volcados en el trabajo, en reunir granos de arena, con Coque (Marqués de Riscal, 11. dos estrellas Michelin) y el por fin inaugurado Coquetto Bar (Fortuny, 2) a toda marcha. Para el chef y empresario de Humanes de Madrid (1977) estos tiempos inciertos y extraños son, además de responsabilidad individual, de batallar para salir adelante, de "hacer juntos el camino". Éste es Mario Sandoval. Con "s" de sensato, de sencillo, de sincero, de sólido, de solidario... y un puñado más de adjetivos: agradecido. amistoso, audaz, creativo, cercano, colaborador, comprometido, familiar, innovador, madrileño de pro, reivindicativo, responsable, trabajador... y defensor de un sector -la restauración- muy debilitado por la pandemia y la incertidumbre.

Con la que está cayendo y aterrizan los Sandoval con un nuevo restaurante. Hay que ser muy valiente...
Los empresarios a los que nos ilusiona hacer cosas nuevas siempre tenemos que ser valientes. El 13 de marzo íbamos a inaugurar Coquetto Bar, pero nos pilló el estado de alarma y tuvimos que parar.
... Y la apertura se convirtió en cierre sin ni siquiera haber abierto. ¿Qué pasó por vuestras cabezas ese 13 de marzo?
Teníamos la esperanza de que acabaría pronto. Pero pasaban los días, las semanas, los meses y veíamos que no se iba a inaugurar nunca... Así que tuvimos que pensar en positivo, mirar hacia adelante, reinventarnos y convertir el concepto en un delivery, Coquetto Go, que arrancó el 15 de mayo, el día de San Isidro.
El confinamiento ha revelado nuestra cara más solidaria. En vuestro caso, cocinasteis para familias vulnerables del barrio de San Blas (Madrid). ¿Fue una manera de poner en práctica el lema familiar: "Servir a los demás es una bonita forma de ser feliz"?
Sí. Ésa es la filosofía que nos inculcaron nuestros padres y que queremos trasladar a nuestros hijos. Somos felices sirviendo a los demás, a los clientes y a los que más lo necesitan. Madrid estaba muy afectada por el covid, y mi hermano Diego tuvo una idea que enseguida secundamos: debíamos ayudar. Llamamos al Ayuntamiento y nos contestaron: un colegio, el Ramón María del Valle Inclán, necesitaba ayuda para dar de comer a familias con problemas. Arrancamos con 180 raciones y terminamos sirviendo unas 30.000 comidas en total. Hicimos una cocina de resistencia dentro de Coque. Preparábamos, con el apoyo de nuestros proveedores, ollas grandísimas de cocido, de legumbres, de arroces, de pasta... Al principio éramos Rafa, Diego y yo y no dábamos abasto. Luego llegaron voluntarios, incluso compañeros de Coque que querían colaborar desinteresadamente. Nos organizamos y pasamos a preparar unas 3.000 comidas a la semana. No sabíamos si nos íbamos a contagiar, cuánto iba a durar, entonces apenas conocíamos cosas del virus, pero esas ganas por parte de todos nos llevaron a ocupar mejor el tiempo... Nos vino bien ayudar a los demás, nos hizo más fuertes.
¿Os sorprendió la reacción de la gente?
Sí, se mostraba muy agradecida. En ese sentido fueron días muy bonitos. Con los hospitales llenos, sentíamos que podíamos hacer algo, además de asumir individualmente la responsabilidad de estar casa.
¿Cómo valoras hoy esa experiencia?
Muy gratificante, porque hemos podido devolver a Madrid parte de lo que ella nos ha dado. Es mi ciudad, la ciudad que siempre he defendido, a sus artesanos, sus agricultores, sus ganaderos... Era una manera de poner en marcha el reloj, de poner nuestro granito de arena al servicio del Ayuntamiento de Madrid, que para mí hizo una labor increíble, creo que en el Ayuntamiento, los políticos estuvieron a una altura genial, sobre todo con el hospital que se levantó en pocos días y que fue un ejemplo para el mundo. Mis hermanos y yo sentimos que podíamos ayudar y que la responsabilidad individual de cada uno nos sacaría de esta situación.
Han sido meses duros para todos, con grandes sinsabores y alguna que otra alegría, como el nacimiento de tu cuarto hijo. ¿Cómo emprendedor y cocinero como los afrontas hoy?
La cara empresarial está bastante complicada. Hicimos un ERTE y enviamos a los trabajadores a casa, pero ya están incorporados. Entre julio y agosto les dimos vacaciones, eso sí, sin cerrar el restaurante, porque hemos estado abiertos todo el tiempo para crear empleo, para crear ilusión y para compartir con el cliente. A nivel gastronómico y turístico, Madrid está muy perjudicada, sin embargo, hay que recuperar la confianza para volver a ella, a visitar sus museos, sus calles y sus restaurantes de manera responsable. Aunque existe mucha incertidumbre... hasta que no haya una vacuna que nos inmunice, no nos vamos a sentir seguros del todo, sobre todo en las grandes aglomeraciones y eventos.
De izda. a dcha.: Rafael, Mario y Diego cocinando durante el confinamiento.
 
De izda. a dcha.: Rafael, Mario y Diego cocinando durante el confinamiento.Agradecimiento al restaurante Coque.
¿Vislumbras la recuperación?
En un horizonte lejano, tres meses de parálisis no se recuperan en un año como dicen. Tardaremos más. Los empresarios hemos tenido que acogernos a ERTES, también hemos solicitado un préstamo ICO para paliar estos meses sin los ingresos del turismo, en nuestro caso, entre el 35 y el 40% de la facturación está asociada a él. Nuestro sector está muy tocado y hay muy poca ayuda. El horizonte se ve difícil: compañeros que aún no tienen pensamiento de abrir y otros que cierran de por vida, recursos que se acaban, clientes que ahora son la mitad... La situación es compleja, pero empresarios como nosotros debemos dar ejemplo e ilusión, crear empleo y salir adelante, aunque no es fácil, hay que luchar mucho con los negocios. Nos lo están poniendo complicado.
Hoy, restauración y protocolos anti-Covid forman una pareja inseparable. ¿Cómo transmitís al comensal la sensación de seguridad?
Hemos tomado todas las medidas para que se sienta seguro. Ahora mismo somos espacios libres de covid. Tenemos termómetros, geles hidroalcohólicos, distancias, menos mesas... Todo el equipo sigue un superestricto protocolo de higiene... Todo está muy controlado, pero nadie está totalmente a salvo.
¿Qué piensas cuándo un comedor cierra por covid?
Que nos puede pasar a nosotros en cualquier momento, aunque seamos superhigiénicos.
Y qué sientes cuándo escuchas que la situación en Madrid es alarmante y que está cerca la segunda oleada.
Cierto temor ante la posibilidad de tener que reiniciar otra vez el restaurante, de cancelar las reservas, nosotros teníamos hasta para seis meses y hubo que devolver el dinero a mucha gente. El miedo está ahí, pero hay que ser claros y, sobre todo, responsables. Tiene que haber responsabilidad individual y también transparencia por parte del Gobierno, que nos diga "hay esto de verdad, hay que atajarlo de esta forma y vamos a ser lo más responsable posibles". Sé que es una situación dificilísima, que nunca hemos vivido algo igual y que los políticos no tienen una varita mágica, pero necesitamos más transparencia.
Desde el lunes 7 están en vigor las nuevas medidas restrictivas decretadas por la Comunidad de Madrid. ¿Qué te parecen?
Hay mucha incertidumbre, que debilita aún más al sector. Toda la carga la llevamos los empresarios y necesitamos que se tomen medidas a nuestro favor, como ha ocurrido en otros países de Europa, como la bajada de impuestos para incentivar la restauración. Siento que los empresarios hacemos un gran esfuerzo, que apostamos mucho y necesitamos ayudas para salir. Al final, esto es como todo, si nos ayudan saldremos reforzados. Es el momento de ayudarnos, de salir adelante, de hacer el camino unidos. No es el momento de los bandos, sino del sentido común.
¿Se está estigmatizando a la hostelería como responsable de los brotes, como denuncia gran parte del sector?
Hay otros lugares donde uno se puede contagiar, no sólo en el nuestro. Lo que pasa es que somos un sector de riesgo, estás comiendo y bebiendo y no llevas la protección de la mascarilla, pero hay muchos espacios públicos como playas, piscinas, etcétera que también lo son. Pero si uno no sale, no anda por la calle, no puede tomarse una cerveza..., no vive y entonces se muere de otra cosa, de tristeza. Hay que ir protegidos y ser responsables para doblegar esa curva que ha tenido la economía paralizada. Cuantos más días esté todo parado, más nos costará recuperarnos.
Coque reabierto y Coquetto Bar a toda máquina, ¿cómo ha sido el reencuentro con los comensales?
Muy bonito. Nos decían unas cosas tan bonitas... Que nos agradecían lo que habíamos hecho en el confinamiento, que ahora venían ellos a aportar su granito de arena para que nuestra empresa saliera adelante, que gracias por abrir... Les estamos muy agradecidos por esos gestos, porque hay que tener valor para, en los momentos difíciles, coger y salir con tu pareja o amigos e ir a un restaurante.
El último proyecto en Madrid de los hermanos Sandoval, Coquetto Bar.
 
El último proyecto en Madrid de los hermanos Sandoval, Coquetto Bar.Jose Salto.
-¿Esperabais esa respuesta?
La verdad es que no. Venía una mesa y luego otra, y otra... Eso ha sido constante desde 15 de junio hasta hoy. Así que hemos decidido abrir todos los días, incluso el de Nochevieja, si Dios quiere y no hay que cerrar, para poder salir adelante. Nuestra intención es servir a los demás y eso es algo que nos hace feliz, pero no esperábamos ese calor y ese cariño de los clientes. La verdad es que estamos muy orgullosos.
¿Cómo es ahora la relación con el cliente?
Es algo atípica. Para mí es raro no poder darle la mano, aunque le saludo desde la barra. Espero que pase pronto y que volvamos a sonreír, a vernos de verdad las caras, a disfrutar de la vida, a ir a un estadio o a un concierto. Creo que ahora valoramos más el hecho de estar juntos.
Crisis y menos dinero para el ocio, ¿ha repercutido ya en la alta gastronomía? ¿Hay que modificar el concepto?
Por supuesto que ha repercutido, pero cuando uno tiene una filosofía de restaurante debe seguir con ella; nosotros contamos con otras ofertas que funcionan, como Coquetto o el delivery. Es verdad que todos miramos más el dinero, pero creo que falta ilusión, alegría... para ir a comedores de alta cocina, porque estos sitios son para venir con ganas, pero al no saber cuándo vamos a salir de todo esto, la gente está un poco conservadora, reticente...
Arranca septiembre y se auguran tiempos difíciles, ¿cómo ves el futuro a corto plazo?
Para mí, el futuro es mañana por la mañana, salir adelante, que nadie se contagie y seguir siendo responsables. Creo que lo único que nos va sacar es la unión. Si hay un país agradable, simpático, donde se coma bien y uno pueda divertirse es España. Al final, nuestra filosofía de vida es muy bonita y responsablemente unidos saldremos adelante. Esto pasará y cuando ocurra, tendremos que ser los que éramos.
¿Qué poso ha dejado esta experiencia en tu cocina?
Sobre todo un poso de responsabilidad, de mirar más la parte sostenible y aprovechar más las cosas, de defender y darles más voz a nuestros agricultores y artesanos, que durante el confinamiento nos ayudaron mucho, cuando sus productos no se vendían, nos los llevaban.
Volvemos a tu último proyecto, Coquetto Bar, un grano de arena más para la recuperación. ¿Cuáles son sus vigas maestras?
La cocina que hemos vivido cuando éramos niños: la del producto, del interior, de los escabeches, de los asados. Se trata de un concepto sostenible, desde los materiales empleados en el local y la eficiencia energética hasta las materias primas. Es un formato casual que nace para quedarse, desde las ocho de la mañana hasta la noche, con productos artesanos y ecológicos, en el que acabamos de incorporar The Table Brunch [el domingo carta es sustituida por un brunch disponible en dos horarios: 12.30 y 13 horas.]
Es decir, vuelta a los orígenes, a la sencillez...
Sí, queremos reivindicar esa cocina madrileña, natural, la casa de comidas de siempre, rememorar sus sabores, sus marinadas, el cochinillo, las chuletitas al guisopo a la brasa... Cocina rica con un tícket medio de 40 y 45 euros la comida.
¿Quiénes te acompañan en la aventura?
Mis hermanos Rafa y Diego, por supuesto. Nosotros siempre vamos juntos a todos lados, ni en vacaciones sabemos estar los unos sin los otros.
Un mensaje para el comensal en tiempos de covid.
Gracias por apoyar a la hostelería española y salir con la máxima responsabilidad. Vivir y compartir alrededor de una mesa siempre ha sido importante para ser el humano, hay que hacerlo, sí, pero con responsabilidad. 
 
 

TITULO: CARTAS AL CIELO - Otra guerra,.

Otra guerra,.

Cristianos en Gaza: «Si muero, lo haré con mi familia en la iglesia»,.

A pesar de la muerte de 18 personas en la parroquia ortodoxa de Gaza durante un bombardeo, los cristianos creen que en ningún sitio de la Franja estarán más seguros que allí,.

 La hermana María del Pilar Llerena abraza a una familiar de un fallecido durante el funeral en San Porfirio

fotos / «Sin previo aviso, oímos el bombardeo más ruidoso y escalofriante que nunca habíamos escuchado. El edificio tembló y había humo por todas partes», relata a Alfa y Omega Rami Aj Jeldeh. Este cristiano de Gaza buscó refugio en el complejo de la parroquia ortodoxa de San Porfirio, con su esposa y su bebé de 4 meses, tres días después del inicio del conflicto. La misma idea tuvieron otras 400 personas, todas cristianas. A diferencia de bastantes otras, su casa no había sufrido daños «pero decidí ir a la iglesia para que mi familia estuviera más segura».

Lo ocurrido el 19 de octubre —solo dos días después de la explosión en el hospital anglicano Al Ahli—, acabó con la sensación de protección. Tras el ruido, un hombre que se alojaba en la sede del grupo scout llegó corriendo a la zona en la que estaba la familia de Rami: «¡Todo el edificio se ha caído!». «Corrí fuera, gritando: “¡No!”». Llegaron las ambulancias, voluntarios «y los hombres del barrio. Todos trabajamos juntos para intentar sacar a la gente. Un amigo y yo empezamos a hacer recuento de quién había logrado salir». El balance es de 18 muertos y 14 heridos. «Uno de los fallecidos es mi cuñado, alguien que ayudaba a todos».

 
Búsqueda de víctimas entre los restos.

El Ejército israelí no tardó en sacar un comunicado asegurando que el ataque iba dirigido contra «un centro de mando» de Hamás «implicado en el lanzamiento de cohetes contra Israel» y que «inequívocamente» la iglesia «no era el objetivo». En redes sociales se subrayaba —con alivio o a modo de desmentido de la noticia— que el templo, del siglo XII, apenas había sufrido daños. Pero Rami responde que «ojalá la bomba hubiera caído en la iglesia, porque así no habría muertos». Asegura también que «aquí nadie había oído nada sobre escondites de Hamás» en las cercanías.

Rami y su familia se han quedado en San Porfirio. Él, que trabaja para Christian Relief Services —Cáritas de Estados Unidos—, ayuda para conseguir lo necesario para la parroquia. También pasó buena parte de los primeros días organizando el reparto de ayuda en otras zonas. Otros cien vecinos de San Porfirio y parte de los heridos se trasladaron a la parroquia católica de la Sagrada Familia. Las dos comunidades están muy unidas. El viernes pasado, los católicos asistieron al funeral de las víctimas. «Fue triste y doloroso ver a los hijos despedirse de sus padres, y más aún ver a los padres despedirse de sus hijos», relata sor María del Pilar Llerena, religiosa del Instituto Servidoras del Señor y de la Virgen de Matará.

En su parroquia viven ya 700 personas —incluidos 50 niños con discapacidad— y, en la escuela, 2.500. «La mayoría vino cuando el Ejército dio el aviso de desalojo por los bombardeos» en la zona norte. Ahora, «muchos han perdido por completo sus casas», continúa. En cada aula o sala se aloja una familia entera, con colchones y mantas de la parroquia. Se cocina para todos con las provisiones que tenían y lo que han conseguido comprar. No hay electricidad ni agua corriente, pero la parroquia tiene cisterna. «Lo usamos todo muy racionado».

«Constantemente rezamos»

De los camiones que el sábado empezaron a entrar desde Egipto, «todavía no nos ha llegado ninguna ayuda. Sabemos que han sido poquísimos. Esperemos que pueda entrar lo necesario, todos estamos necesitados». En la Sagrada Familia hay además equipos de limpieza, sanitarios y encargados de los extintores y de dar la orden de desalojo si es necesario. Celebran dos Misas al día «y constantemente rezamos el rosario pidiendo la paz», explica Llerena. «Estoy orando y ayunando y creo que este es el momento para crecer y mejorar mi vocación. La salvación y la seguridad están en manos de mi Señor Jesucristo», ha relatado Suhail, de 18 años, a L’Osservatore Romano.

«Hay bombardeos constantemente, pero a menos de que den aviso de uno muy cercano continuamos la vida normal. Sabemos que no somos objetivo directo del Ejército israelí». Eso sí, cuentan con que les podría ocurrir lo mismo que en San Porfirio. Los niños «tristemente se han acostumbrado y siguen jugando». Ahora también ha llegado allí el aviso de que evacúen la parroquia. Pero la gente no se quiere ir. «¿A dónde?», le preguntan a la religiosa. «¿A kilómetros de aquí, donde no hay nada?». Impera la certeza de que en ningún lugar de la Franja estarán seguros. Tampoco en el sur. «Me quedo y si muero, muero con mi familia dentro de la iglesia», insisten. Al cierre de esta edición, la temida operación israelí por tierra se retrasaba por las presiones de Estados Unidos. «Será muy dura pero no nos moveremos de aquí», afirma la religiosa. Saben que no pueden prepararse para algo así. «Solo rezamos para que no suceda».

Oración y ayuno
El Papa Francisco convocó la semana pasada otra «jornada de ayuno, oración y penitencia» el viernes 27 de octubre, diez días después de la pedida por el patriarca latino de Jerusalén. En Roma habrá una vigilia a las 20:00 horas, y el Santo Padre pidió que «todas las Iglesias particulares se unan» con iniciativas similares. La archidiócesis de Madrid se ha sumado a la cita.

 TITULO: 3 RAZONES CON -  Xavi sólo pudo sacar la lengua una hora,.

 Xavi sólo pudo sacar la lengua una hora,.

 Xavi: "No merecíamos perder este clásico"

foto / Xavi,.

 Un plan perfecto... Xavi sólo le pudo sacar la lengua a Ancelotti durante una hora en el Clásico. El Barça estuvo muy bien en el prepartido, con una guerra psicológica de otra época. Quién jugará, quién no, qué dibujo será, qué sistema no..., con Lewandowski, Raphinha y Koundé en la convocatoria in extremis. Además, empezó de manera primorosa, con el once y el planteamiento que requería el partido; y el 1-0 de Gündogan, que firmó una primera parte espectacular escoltado por la brigada andaluza. Gavi y Fermín se merendaron a Kroos y Tchouameni. Con Valverde empujado hacia su área por la posición de Balde; y Carvajal persiguiendo por todos lados a João Félix, al Madrid sólo le cupo colocarse el traje de supervivencia. Y en esas cuestiones, pocos como el Madrid.

Jude. Pero no es tan fácil burlar a Ancelotti. El italiano descubrió el farol del Barça en la segunda parte y un Clásico puede hacerse larguísimo. El remate al palo de Iñigo fue el canto de cisne de un equipo que empezó a caerse a peso y que no tenía fondo de armario porque futbolistas como Lewandowski no estaban para jugar. El centro del campo perdió frescura, Balde no tiene el vuelo de la temporada pasada; y Xavi, que prácticamente hizo los cambios forzado por las circunstancias, vio cómo su Barça empezaba a perder metros peligrosamente. Así, hasta que el reloj del Clásico llegó a Bellingham, capaz de superar cada semana las expectativas que se generan sobre él. Sant Jude se hizo el amo de la montaña mágica para felicidad del madridismo. En el 1-1, metió para dentro de su portería a Ter Stegen, que ha vuelto a bajar un escalón y no se desplazó lateralmente como enseñan en las academias. Su vuelo a mano cambiada fue un error técnico que se añadió a su mala interpretación del remate del inglés. Como el año pasado, cuando sólo el VAR salvó a los azulgrana en la recordada jugada de Asensio, el partido se volcó del lado del Madrid, pero esta vez no estaba el talismán Kessié. Bellingham volvió a intuir, como sólo los privilegiados saben, la acción del 1-2. El primer Clásico de Montjuïc fue blanco y deja tocado al Barça, que echó de menos cierto instinto asesino en la primera parte; y que luego ya no tenía todas las cartas para jugar. A Xavi le toca levantar a su equipo y esperar a la revancha (tal vez en la Supercopa de Arabia), aunque esta no sea una de esas derrotas que matan. Peor le supo el golpe del año pasado, fuera de la Champions en octubre. Ancelotti, mientras, seguirá poniendo sus huevos en la cesta de ese prodigio que parece Bellingham. Mientras vaya así, mejor no tentar la suerte.

TITULO: POLICÍAS EN ACCIÓN -Interior traslada al garaje de la comisaría de Lanzarote a migrantes llegados en patera,.

 

Interior traslada al garaje de la comisaría de Lanzarote a migrantes llegados en patera,.

Un grupo de migrantes llegados en patera a Lanzarote instalados en el aparcamiento de la comisaría de la Policía Nacional  

Las continuas llegadas de pateras a Lanzarote este fin de semana han llevado a la Policía Nacional a custodiar a los migrantes en el aparcamiento de la comisaría. Después de ser asistidos por Cruz Roja en el muelle, los supervivientes han sido trasladados a un garaje, según ha adelantado El País y ha confirmado este periódico.

La imagen a la que ha tenido acceso Canarias Ahora muestra cómo los agentes han sacado sus vehículos y han extendido algunas esterillas sobre el suelo para que los migrantes pudieran sentarse. Otros, en cambio, tuvieron que permanecer sobre el asfalto.

Desde el Ministerio del Interior aseguran a esta redacción que ''ningún migrante ha pernoctado en las instalaciones habilitadas en el interior de la Comisaría de Arrecife, ni queda ninguna persona en la actualidad“.

No es la primera vez que se desborda el recurso instalado en Lanzarote para que la Policía Nacional custodie a los migrantes. Este centro tiene capacidad para 200 personas, una cifra insuficiente para la isla que más migrantes ha recibido en lo que va de año.

A principios de octubre, la falta de plazas suficientes llevó a instalar en el muelle de Puerto Naos un campamento provisional. Los recién llegados pasaron una noche al raso, acostados sobre colchonetas colocadas en el suelo. En este grupo, según publicó La Voz de Lanzarote, había al menos dos mujeres y un niño.

El 13 de octubre, en plena ola de calor, volvieron a colocarse estas carpas en el puerto para evitar el hacinamiento de personas en el CATE. Sin embargo, los migrantes fueron derivados de forma ágil a otras islas y no llegaron a pasar allí la noche.

Preguntados por la posibilidad de crear más plazas en el CATE, desde el Ministerio del Interior responden que están pendientes de unos terrenos que llevan “años pidiendo” al Gobierno de Canarias. Se trata de los terrenos colindantes a la comisaría, que pertenecen a la Autoridad Portuaria.

El colapso de los recursos policiales también ha sido evidente en Tenerife. En esta isla, a la que llegan principalmente cayucos de colores desde Senegal, 200 personas pasaron la noche en el puerto de Los Cristianos. Estas estampas recuerdan a 2020, cuando las naves industriales eran habilitadas para la filiación de los migrantes.

En Lanzarote, uno de estos recintos fue bautizado como la “nave de la vergüenza”. Apenas había baños, se inundaba con la lluvia, había cucarachas y allí permanecían en el suelo mujeres, hombres y niños. El Defensor del Pueblo ordenó entonces su cierre inmediato, al no reunir las condiciones mínimas de habitabilidad.

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''Hemos tenido que ver cómo se han habilitado carpas a 36 y 38 grados para alojar personas que intentan buscar una calidad de vida mejor. Luego han tratado de solucionarlo metiéndolos en un garaje como si de vehículos se tratara'', lamenta el alcalde de Arrecife, Yonathan de León. El responsable de la capital rechaza la opción de ampliar el CATE: ''Tienen que ser unas instalaciones dignas''

El ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, viaja este lunes a Canarias para presidir una reunión de la Autoridad de Coordinación frente a la Inmigración tras unos meses de llegadas sin precedentes. En lo que va de año, han llegado más de 20.400 personas por mar.

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