BLOC CULTURAL,

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jueves, 25 de mayo de 2017

¡ ATENCION Y OBRAS ! CINE - OTRA TUMBA PARA FRANCO,./ VIAJANDO CON CHESTER - EGIPTO, EN LOS HUESOS,.

TITULO: ¡ ATENCION Y OBRAS ! CINE -  OTRA TUMBA PARA FRANCO,.

¡ ATENCION Y OBRAS ! CINE ,.
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 ¡Atención y obras! es un programa semanal que, en La 2, aborda la cultura en su sentido más amplio, con especial atención a las artes escénicas, la música, los viernes a las 20:00 presentado por Cayetana Guillén Cuervo, etc, foto,.



 OTRA TUMBA PARA FRANCO,.
Capilla del cementerio del Pardo, en cuya cripta está enterrada la mujer de Franco, Carmen Polo. :: alberto ferreras

Otra tumba para Franco,.


Capilla del cementerio del Pardo, en cuya cripta está enterrada la mujer de Franco, Carmen Polo. foto.

  • El cementerio del Pardo es el indicado para acoger al dictador si se exhumaran sus restos. Allí están enterrados su esposa y varios jerarcas del régimen,.

    Si algún día los huesos de Franco son exhumados del Valle de los Caídos, lo más probable es que recibieran sepultura en un cementerio apartado, el de Mingorrubio, en El Pardo, a 15 kilómetros del centro de Madrid. Nadie sabe muy bien qué hacer con los restos del dictador en caso de que fuera desenterrado, pero la lógica dice que descanse entre los suyos. Y en esa necrópolis recóndita, donde apenas dos o tres personas pasean entre las tumbas en un día de mayo, yacen su esposa, Carmen Polo, y varios jerarcas del régimen. No será una empresa fácil encontrar acomodo al cadáver del que fue jefe del Estado después de la Guerra Civil. Pese a las recomendaciones de expertos y de un rosario de proposiciones parlamentarias, pocos se atreven a retirar la lápida de la tumba del general. Tampoco el Gobierno, que considera la petición del Congreso una «mala idea».
    Lo primero que llama la atención al visitar el camposanto son los panteones que se asientan en hilera por el perímetro del lugar. Los hay de arquitectura de inspiración neoclásica y otros de diseño moderno, que juegan con los volúmenes en forma de cubo. Está claro que no estuvo en la intención de sus moradores hacer un ejercicio de ascetismo.
    La capilla del cementerio huye de las estridencias. Es un mausoleo grande, pero nada ostentoso. De hecho no hay ninguna inscripción en él que indique los cuerpos que acoge. En la cripta del templo se halla la tumba de Carmen Polo y Martínez-Valdés, fallecida en 1988, trece años después de la muerte de su marido. La señora de Meirás, título que concedió el rey Juan Carlos a la viuda al poco de morir el hombre que gobernó España con mano de hierro, está inhumada en un piso subterráneo. Sus despojos se alojan en una planta abovedada coronada por pinturas de Santiago Padrós, el autor del gigantesco mosaico que decora la cúpula del Valle de los Caídos. La cripta en cuestión ocupa un espacio de seis metros de longitud por seis de anchura. Podría alojar el féretro del dictador y de otros ocho ataúdes más si hubiera necesidad de ello.
    En este cementerio reposó durante un tiempo un bisnieto del general Franco. El cadáver de Francisco de Borbón Martínez-Bordiú, hijo mayor del duque de Cádiz y de Carmen Martínez-Bordiú, fue inhumado aquí tras el accidente de tráfico que segó su vida a los once años. Ahora descansa junto a su padre, Alfonso de Borbón y Dampierre -aspirante al trono de España-, en el monasterio de las Descalzas Reales.
    La necrópolis está desprovista de los motivos de la arquitectura fascista del Valle de los Caídos. No es un lugar al que peregrinen los afectos al régimen autoritario. La soledad campa a sus anchas. De hecho, descontando unos pocos empleados, el martes pasado apenas una mujer depositaba un ramo de flores amarillas en la tumba de un familiar después de limpiar el mármol con una bayeta.
    Hombres del régimen
    El cementerio no sería una mala morada para Franco. Allí están enterrados dos de sus presidentes del Gobierno: Luis Carrero Blanco, asesinado por ETA en 1973, y su sucesor, Carlos Arias Navarro. La lápida del primero está recubierta de una película de arena y a sus pies crece una planta de hojas frondosas.
    No son los únicos jerarcas del franquismo. Otro hombre con ascendiente en el régimen está presente en el camposanto. Se trata de Francisco Franco Salgado-Araujo, Pacón, primo y colaborador muy cercano del dictador, de quien era confidente. Y muy cerca está la sepultura de Nemesio Fernández-Cuesta Illana, que se ocupó de la cartera de Comercio en los últimos años del franquismo.
    También hay ministros de la Transición, como Juan José Rosón, titular de Interior con UCD; o Francisco Fernández Ordóñez, quien rigió el Ministerio de Justicia con Adolfo Suárez y de Exteriores con Felipe González. Y asimismo se puede ver la tumba de Francisco Tomás y Valiente, presidente del Tribunal Constitucional, asesinado por ETA en su despacho universitario en 1996.
    La votación del Congreso para desalojar a Franco del Valle de los Caídos no es vinculante. El Gobierno no está interesado en ejecutar los deseos del Parlamento. Los fantasmas siguen pesando, casi tanto como la lápida de granito de 1.500 kilos que sella el sepulcro del dictador.

    TITULO:VIAJANDO CON CHESTER - EGIPTO, EN LOS HUESOS,.

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    Viajando con Chester es un programa de televisión español, de género periodístico, presentado por Pepa Bueno, en la cuatro los domingos las 21:30, foto, etc.




      EGIPTO, EN LOS HUESOS,.

     

    Egipto, en los huesos,.

    Un cairota posa junto a la colosal cabeza de un faraón, rescatada hace un poco más de dos meses por arqueólogos en Matariya, un populoso barrio de la capital.
    Un cairota posa junto a la colosal cabeza de un faraón, rescatada hace un poco más de dos meses por arqueólogos en Matariya, un populoso barrio de la capital. / foto.
  • Con la mitad de turistas que en 2010, el país de los faraones exprime su mayor activo: los descubrimientos arqueológicos. Se estima que sólo el 30% de sus tesoros ha salido a la luz,.

     

    Cuna de la vieja civilización que ha engendrado buena parte de la cultura occidental que conocemos, amo y señor de la mitad de los monumentos del mundo en toda la Historia antigua, Egipto se queda en los huesos para mostrar al mundo, prácticamente cada mes, recovecos inéditos de su mastodóntico e insondable esqueleto. El país de Osiris, Nefertiti o Tutankamon saca provecho al fascinante legado de sus antepasados para hacer frente a la hambruna insoportable de visitantes que padece desde que, hace seis años, la ‘primavera árabe’ precipitó el derrocamiento del dictador Hosni Mubarak sin que las esperanzas de libertad y progreso del pueblo cristalizaran. El reguero de ataques terroristas de los últimos tiempos ha terminado por sumergir al país en un brumoso invierno social y económico.
    El turismo, su industria más desarrollada -un 11,4% del PIB en 2015- agoniza. Después de batir su mejor récord en 2010, cuando dio la bienvenida a 14,7 millones de extranjeros deseosos de adentrarse Nilo arriba, en el primer semestre del año pasado apenas contabilizó 2,4 millones, lo que supuso una caída del 51% con respecto al mismo periodo del ejercicio anterior, revelan los últimos datos difundidos por la agencia oficial egipcia de estadísticas (CAPMAS). El avión de Egyptair que los yihadistas abatieron en mayo pasado, cuando volaba desde Sharm El Sheikh, su balneario en el Mar Rojo, a San Petersburgo con 224 personas a bordo, precipitó el desplome, después de que Rusia impusiera el veto a los vuelos con salida o llegada a la república árabe, al que se sumarían el Reino Unido y Alemania, y que hoy sigue vigente.
    Belleza, misterio e I+D
    El declive de la actividad turística, una de las principales causas de su sequía de divisas, ha obligado al Gobierno a aceptar un préstamo de 11.000 millones de euros del FMI y a poner en marcha un plan de austeridad para tratar de atajar la hemorragia financiera. Lejos de tirar la toalla, Mohamed Yehia Rashed, titular de la cartera de Turismo desde hace catorce meses, intensifica la seguridad en las zonas más calientes del país, al tiempo que azuza al Ministerio de Antigüedades a que haga sonar la campana cada vez que sus ancestros regresan del más allá en alguna de las más de doscientas misiones arqueológicas internacionales abiertas en algún rincón de la esquina nororiental de África. Airear los tesoros escondidos bajo la arena caliente del Sahara y las fértiles orillas de su río sagrado es su mejor campaña publicitaria para tentar a los turistas con promesas de un viaje en el tiempo de 4.000 años hasta la gloriosa era faraónica.

    El ministro Rashed se ha marcado el techo de 10 millones de visitantes a saludar antes de la próxima Nochevieja y sabe que, para ello, debe agitar el cetro de Keops y reavivar el hechizo de una civilización que aúna como pocas belleza, misterio y modernidad. La ciencia todavía se pregunta cómo fue posible que crearan la Esfinge de Guiza, la mayor escultura de un solo bloque de piedra del mundo hasta bien entrado el siglo XX; y se maravilla de que alumbraran el sistema decimal, fueran los primeros en aplicar una energía no animal a la locomoción con la navegación a vela, se metieran a cirujanos o se convirtieran en el primer productor de grano del planeta con un sistema de regadío capaz de fertilizar las mismísimas dunas.
    Pero, por encima de su sorprendente departamento de I+D, la magia del Antiguo Egipto, en palabras del afamado egiptólogo francés Christian Jacq, es «la victoria sobre la muerte». Justo ahí, al otro lado de la orilla, es donde escarban para resucitarlos equipos de investigadores procedentes de Cracovia, Hawai, Kyoto, México, Sydney o Tenerife. En total, 211 expediciones de veinticuatro países y cinco continentes, diseminadas, la mayoría, a lo largo y ancho de la cuenca del Nilo; desde Alejandría a Asuán, según el recuento efectuado por la egiptóloga portuguesa de la Universidad de Munich Paula Veiga, y que actualizó por última vez el pasado 22 de abril.
    De las casi treinta misiones que tiene allí Alemania -es el tercer país con mayor presencia, solo por detrás de Estados Unidos (37) y Francia (34)-, la liderada por Dietrich Raue protagonizó hace poco más de dos meses uno de los hallazgos más difundidos por el tamaño y la espectacularidad de las piezas rescatadas. Se trataba de restos del torso y la cabeza de un coloso de más de ocho metros de altura extraídos del subsuelo de Matariya, un populoso barrio de El Cairo. Si bien en un principio las autoridades gubernamentales se apresuraron a atribuirlos a Ramsés II, estudios posteriores apuntan a Psamético I, un faraón con bastante menos glamour y seiscientos años posterior al ‘Julio César del Antiguo Egipto’. Una inscripción encontrada en la escultura desmembrada, en la que se lee ‘Nebaa’, un alias del discreto rey de la dinastía 26, ha desinflado un poco el globo del descubrimiento.
    Aun así, el efecto estimulante de las imágenes distribuidas es indiscutible. Abren de par en par las puertas del apetito por el exotismo polvoriento de la corte de Cleopatra, los jeroglíficos y las momias. Como las ocho de hace 3.000 años que otra expedición, en este caso egipcia, rescató hace tres semanas en los alrededores de Luxor. El enterramiento, que al parecer pertenecía a un noble de la zona, contenía además una decena de preciosos sarcófagos. Sus fotografías han dado la vuelta a mundo. «La aparición de nuevas reliquias del Antiguo Egipto es una importante promoción de nuestro país. Reaviva el interés de los viajeros extranjeros por conocernos», admite a este periódico Tarek Sirag, primer secretario de la Embajada egipcia en España. «Ojalá podamos seguir anunciando descubrimientos importantes que alimenten su curiosidad», agrega. Todo apunta a que sí. El Gobierno egipcio, que ha reanudado las misiones autóctonas que interrumpió por falta de fondos tras la revolución (hoy tiene ya en marcha siete), calcula que solo se han exhumado el 30% de las riquezas subterráneas del país.
    Escasa oferta formativa
    Los expedicionarios españoles tampoco se quedan atrás. Los ocho equipos con autorización para seguir arañando sus respectivos yacimientos -cinco en Luxor, uno en Asuán, otro en El Fayum (a 130 kilómetros al sur de El Cairo) y otro en Minya, (a 250 kilómetros en esa misma dirección de la capital)- llevan varias campañas sucesivas encadenando sorprendentes hallazgos que impresionan a las grandes potencias arqueológicas. Ellos lo atribuyen a que «estamos en racha». Sin embargo, detrás de esos golpes de fortuna otros distinguen el «buen hacer» de los directores de esas misiones, «todos ellos egiptólogos formados en el extranjero y que se han consolidado en España a base de mucho esfuerzo y de vencer muchas resistencias». «Hoy, los jóvenes españoles que desean ser egiptólogos lo tienen más fácil».
    El profesor agregado de Egiptología del Departamento de Ciencias de la Antigüedad y de la Edad Media de la Universidad Autónoma de Barcelona Josep Cervelló habla con conocimiento de causa. No en vano, dirige el único máster oficial en Egiptología que se imparte en el mundo hispánico. Articulado en dos años lectivos, se empezó a ofertar el curso 2009-10. Desde entonces, cerca de un centenar de estudiantes han participado en las cuatro ediciones que lleva organizadas. El próximo septiembre, arrancará la quinta. Mientras se prepara una nueva camada de ‘Indianas’, charlamos con la mitad de los veteranos.

     

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