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sábado, 18 de junio de 2016

UN PAIS PARA COMERSELO - UTOPIA: COMER SIN RUIDO,. / TAPAS Y BARRAS - HE HECHO UN CASTING REGULAR EN EL AMOR,.

TITULO: UN PAIS PARA COMERSELO -UTOPIA:  COMER SIN RUIDO,.

UN PAIS PARA COMERSELO -  UTOPIA:  COMER SIN RUIDO, fotos.

Imagen para el resultado de noticiasUtopía: comer sin ruido,.

  • Solo un restaurante extremeño se une a la red de comidas silenciosas,.

    Resultat d'imatges de un pais para comerseloRuido, ruido, tanto ruido... No es Sabina. Es un restaurante. Uno cualquiera de Extremadura. Entras y no hay nadie. Todo es silencio. Pero allí está el camarero. Solícito, eficiente, siempre dispuesto a satisfacer al cliente. ¿Cómo, que va a comer usted en silencio?, de eso nada. Enseguida le enciendo la tele, voceo la comanda a la cocina, abro la puerta del bar para que llegue con nitidez el estruendo de la cafetera... ¡Pero si yo no quiero que ponga la tele, si estoy solo! Es lo mismo, es la costumbre, no es bueno que el hombre extremeño coma en silencio. Ruido, ruido, tanto ruido...
    ¿El hombre extremeño? Qué demonios. ¡El hombre europeo y el hombre africano! No sé cómo se come en Asia, Oceanía ni América porque nunca he comido en esos continentes, pero desterremos ese lugar común de que solo los extremeños, que es lo que nos toca, y los españoles, que es lo que nos rodea, comemos rodeados de ruidos. En Europa y Marruecos no es muy diferente. Bueno, corrijo. Es diferente al principio. Quiero decir que cuando entras en un restaurante portugués, holandés o francés, al principio se habla quedo y no hay contaminación acústica desagradable. Es más, los portugueses, que también entienden que si tienen televisión es para enseñarla, la encienden, pero en muchos restaurantes dejan solo la imagen, nada de sonido.
    Pero todo esto que les cuento es al principio porque luego, a medida que la comida avanza, en Amsterdam, en París y en Évora, los comensales se desinhiben y el ruido acaba siendo un fragor tan estridente e insoportable como en el de cualquier restaurante del pueblo extremeño más chillón.
    Hace años, leyendo Le Figaro, que me parece el gran periódico conservador europeo, uno de esos medios que lo lees y disfrutas independientemente de tu ideología... Encontré, digo, en Le Figaro, una crítica de restaurantes que me gustó mucho porque no solo puntuaba la calidad de los productos, el servicio o el precio, sino que se fijaba en aspectos tan importantes como el ruido, los olores, el estado de los baños... Tomé nota y desde entonces destaco el encanto de los pocos restaurantes silenciosos que encuentro en mis recorridos por Extremadura, el Alentejo y la Beira Baixa.
    Mi preocupación no es original, sino que está bastante extendida. Tanto que desde 2013 está en marcha una iniciativa de diferentes chefs españoles de gran prestigio llamada 'Comer sin ruido'. Se han unido a este movimiento silencioso y gastronómico cocineros premiados con estrellas Michelín como Martín Berasategui, Ramón Freixa, Pepe Solla, Carme Ruscalleda, Mario Sandoval... Y así hasta 43 cocineros de renombre, entre ellos, solo un restaurante extremeño: Palacio de los Golfines de Cáceres.
    Estiman los chefs del silencio que, para disfrutar de sus creaciones culinarias, es imprescindible gozar de un entorno silencioso que permita al comensal apreciar cada matiz, cada detalle. Aunque el reto fundamental no es conseguir que en un restaurante con estrellas Michelín se coma sin ruido, sino que el silencio y la armonía se extiendan a los bares, tabernas y casas de comidas de toda la vida, donde el ruido del exterior se mezcla con el del local en un cóctel de decibelios que aturde y convierte el placer de comer en un ejercicio estresante: masticas alterado por voces y altavoces y no sabes si te atragantas con calamares a la romana o con chorizo de Pamplona.
    Según la organización Mundial de la Salud, España es el segundo país más ruidoso del mundo después de Japón así que el empeño de comer hablando en voz baja va a resultar complicado. Para ayudar a quienes se apunten a este movimiento, la web comersinruido.com aconseja diversas medidas como separar las mesas adecuadamente para no escuchar al de al lado, no encender aparatos audiovisuales, al menos no encender dos a la vez, acondicionar acústicamente los locales, procurar que los camareros no den voces. En fin, todo un reto en el país del ruido, ruido, tanto ruido,.

 TITULO:  TAPAS Y BARRAS - HE HECHO UN CASTING REGULAR EN EL AMOR,.

Cristina Rodríguez puede presumir de sus 47 años.TAPAS Y BARRAS - HE HECHO UN CASTING REGULAR EN EL AMOR, fotos.

He hecho un casting regular en el amor»,.

Cristina Rodríguez puede presumir de sus 47 años. 
  • Cristina Rodríguez, la estilista más pasional, celebra un año en ‘Cámbiame’. Nominada tres veces al Goya, espera no recogerlo «con un andador», bromea,.

    Resultat d'imatges de fotos tapas y barras Celebran el primer aniversario. ¿Qué tiene de especial ‘Cámbiame’?

    – Toda la gente que viene tiene una historia detrás. Y, aunque sea pretencioso decirlo, cambiamos sus vidas. Nos escriben diciendo que han encontrado trabajo, novio, que han perdido unos kilos... ¡Es alucinante!
    – Ejercen más de psicólogos que de estilistas.
    ¡Sí! Si solo cambiáramos la ropa, el programa sería un poco frívolo: hablamos con ellos, les aconsejamos... A veces un extraño te puede ayudar más que la gente de tu entorno. Somos muy feministas, guerreros, nos gustan los frikis...
    – Uno de los programas que más polémica generó es el del incesto, dos hermanos que eran pareja. ¿Por qué les eligieron?
    – Estamos abiertos a todo e intentamos no tener prejuicios. Hay cosas que, desde nuestro prisma, son extrañas, pero pasan. No podemos darles la espalda. Es un tema delicado, ¡no teníamos ni idea de su repercusión! No sé si nos equivocamos o no.
    – Es extremadamente responsable: fue a trabajar tras una operación de menisco. ¿Sigue pensando que la pueden despedir?
    – ¡Siempre! Hoy empiezo las pruebas de vestuario de una película con Javier Cámara y no he dormido nada; cuando la estrenen tampoco; siempre llevo algo rojo en estos casos, como hoy... ¡Que llevo unas braguitas rojas! (Risas) Y después de 60 películas como jefa de estilismo sigo con la misma emoción. Por las mañanas hago ‘Cámbiame’ y por la tarde esto. Ayer me fui a las diez de la noche con remordimientos. ¡Espero que no se me quiten nunca esas mariposas! Por el amor o por el trabajo.
    – Ha vestido a Salma Hayek y a Santiago Segura. ¿Con cuál fue más difícil?
    ¡Con ninguno! A Salma le preocupaba el personaje y le daba igual estar guapa o más fea. Interpretaba a una chica de clase baja, le llevamos todo tipo de ropa, alguna muy cara, y prefirió la barata. Y ‘Torrente’ ha sido la película más difícil que he hecho, pero no por Santiago, que es de los tíos más talentosos, pinta, escribe, dirige, ¡y lo hace bien!, sino porque era la quinta peli y ya estaba todo creado. ¡Se me cayó hasta el pelo! Y le preguntaba a Santiago, que es listo como el hambre, cómo hacerlo y me decía: ‘¡Qué se te ocurran cosas!’ Y a mí cuando se me reta, ¡malo! No duermo si hace falta.
    – Iba al instituto con pelucas y brillos. ¿Causaba sensación?
    – ¡Es curioso! Cuando empecé en el cine, me decían que con ese look no iba a conseguir nada. En cambio, ahora, mi estilismo me da credibilidad. ¡Y me llaman por él! En el cine, las de vestuario, son mucho más discretas que yo. ¡Yo soy la más loca del cine español!
    Ambiciosa y cuidadora
    – Ha estado nominada tres veces al Goya. ¿Llevárselo es su sueño?
    – Sí (lo dice con una sonrisa). Desde que estudiaba ‘Vestuario y espectáculo’ sueño con ello. Todas mis metas me han costado, pero las acabo consiguiendo. ¡Soy tan cabezota...! Soy Tauro y soy como un toro... ¡Espero no subir a por el Goya con un andador! ¡Y estar monísima y buenísima! (Risas).
    – «Tengo éxito laboral, pero mi vida nunca ha sido maravillosa». ¿Por qué?
    – No he tenido suerte en el amor, aunque ahora estoy muy enamorada... He hecho el casting regular con los hombres, no he priorizado lo importante. Siempre he salido con chicos con poder, no para obtener nada, pero como yo soy tan trabajadora y tan ambiciosa, curro 20 horas si hace falta, he querido a mi alrededor gente que también lo fuese. Pero a veces no han sido majos. ¡Y nunca le di mucha importancia a si eran buenas personas! Y es lo más importante. Lo ponía en tercer o cuarto lugar, y no han sido malos, ¡pero me han cuidado poco! Mi exmarido era muy cuidador, muy buena persona, pero no era el momento.
    – Le da miedo todo lo definitivo. ¿También en el amor?
    – Sí, por eso no he tenido hijos, tengo un trabajo en el que cambio cada tres meses de empresa... Pero estoy un poco cansada del casting. Espero que este chico sea el definitivo y si no, ¡no pasa nada!,.

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