UN PAIS PARA COMERSELO - TENDREMOS UN DÍA ELECTORAL MUY VERANIEGO, fotos.
TENDREMOS UN DÍA ELECTORAL MUY VERANIEGO,.
Brasero, el hombre del tiempo de Antena 3, pronostica que este domingo los políticos no podrán buscar excusas en la meteorología,.
A un hombre del tiempo no le basta con bajar las persianas para desconectar de su trabajo. «Es como aquello de ‘¿hay algún médico en la sala?’», reconoce Roberto Brasero (Talavera de la Reina, Toledo, 1971), el presentador de ‘Tu tiempo’ en Antena 3 (lunes a viernes, a partir de las 16.00 y a las 21.00 h.). Este periodista metido a meteorólogo recomienda dejar a mano el edredón, sobre todo en el norte, pese a que ya estamos a finales de junio.
– ¿Los meteorólogos aprovechan bien el tiempo?
– No sé cómo, pero se me escapa. Esta mañana he pensado que ya hemos
llegado a mitad de año y que se me ha pasado volando. De repente, ya
estamos a finales de junio.
– ¿Ya podemos quitar el edredón sin miedo?
– Hay que quitarlo pero dejarlo cerquita, sobre todo si vivimos en el
norte de España. En Haro (La Rioja) no han bajado de los 20 grados de
noche, pero mañana en el norte van a pensar que este calor ha sido un
espejismo, porque bajan de nuevo las temperaturas.
– Parece que el verano y el invierno cada vez se alargan más.
– Este año hemos tenido primavera como debe ser: lluviosa y con
temperaturas propias de la estación. Aunque es cierto que cada vez el
otoño y la primavera, que son estaciones de ajuste, duran menos y los
cambios son más bruscos.
– ¿Qué panorama vamos a encontrar este domingo electoral?
– El tiempo este año no va a dar excusas a los políticos. A veces, si
fallan las encuestas, lo achacan a que con la lluvia ha ido a votar
menos gente. El tiempo de la jornada electoral va a ser muy veraniego,
con cielos despejados en toda la península, excepto en el extremo norte,
donde habrá nubes.– ¿La excusa será irse a la playa en esta ocasión?
– (Risas) Sí, ahí sí que puedes tener razón. Pero votar es un ejercicio democrático sano y días de verano calurosos vamos a tener muchos más.
– Es más difícil predecir si habrá Gobierno que el tiempo de mañana, ¿no?
– ¡Efectivamente! Aunque parezca mentira. Pero tal y como está el panorama electoral…
– En plena era de interne, ¿sigue recibiendo cartas de espectadores o solo las del banco?
– Las recibo aún, y me hace mucha ilusión, pero me da rabia porque no
puedo responder a todas. Algunas están manuscritas, otras escritas a
máquina, y a veces me mandan hasta
fotos para que las saquemos en el programa. Me da mucha ternura porque
seguramente no tengan acceso a internet.
– ¿Ya tiene pensado donde va a ir de vacaciones?
– Las fechas sí, pero no sé dónde iré. En los últimos años estoy
yendo a Santander y Almería, pero este año creo que me voy a quedar en
uno de los dos sitios solamente. Este verano quiero estar con la familia
y los niños, con la que he estado muy poco tiempo este año.
– Para desconectar del trabajo tendrá que bajar las persianas…
– Sí, es muy difícil. Además cuando vas siendo más popular hasta en
plenas vacaciones me preguntan por el tiempo. Es como aquella frase de
‘¿hay algún médico en la sala?’, pues lo mismo pero con el hombre del
tiempo. Si te juntas con los amigos y planeas una barbacoa todas las
preguntas van hacia mí. Estoy de guardia hasta en vacaciones.TITULO: TAPAS Y BARRAS - VOLAR A BARCELONA,.
TAPAS Y BARRAS - VOLAR A BARCELONA, fotos,.
Volar a Barcelona,.
Una infame carretera al aeropuerto y hoteles de lujo sin bidé,.
¿Cuándo llegará el día en que viaje desde el aeropuerto de Badajoz y nada me inspire una columna? ¿Cuándo llegaré al aparcamiento de la terminal por una carretera ancha y cómoda, cuándo habrá transporte público entre el aeropuerto y Badajoz, cuándo podré escoger entre varios vuelos y cuándo los extremeños de Plasencia, Cáceres o Don Benito entenderán que el aeropuerto de Badajoz es de toda la región y es competitivo? Supongo que la última pregunta tendrá una respuesta positiva cuando se responda a todas las anteriores.El caso es que tenía que volar a Barcelona y todo iba bien desde que salí de Cáceres hasta que cogí la carretera de Talavera a la terminal. Ahí, como siempre, empezó el cachondeo. Primero, la carretera estrechísima, sin arcén y con curvas sin peralte, siempre a punto de irte al sembrado si pasas de 50. Después, un tractor al que hay que adelantar midiendo al milímetro. Y, para rematar, cuando ya crees que lo has visto todo, te encuentras un camión parado, cruzado en la carretera y con las puertas de la cabina abiertas. El conductor y su ayudante estaban en un sembrado cercano. Parecía como si negociaran.
El caso es que sorteé el obstáculo pasando a diez por hora, con medio coche por el maizal y el otro medio por el asfalto, y alegremente seguí camino de la terminal, no sin preguntarme si habrá algún aeródromo caribeño o amazónico donde uno pueda encontrar un camión estacionado en la carretera de acceso salvo si se trata del rodaje de una peli de Indiana Jones.
El caso es que llegamos al aparcamiento, magnífico por ser gratuito y estar cubierto del sol, y nos reconciliamos con el mundo de la aviación civil. ¡Me gusta nuestro aeropuerto! No estresa, no hay largas esperas, no te agobias en la cola al quitarte el cinturón y vaciar los bolsillos, todo está limpio, los funcionarios son amables, la pista es segura y amplia, sin accidentes orográficos que te pongan el alma de corbata.
Sin embargo, siempre sucede algo que provoca risa. Esta vez fue que volábamos a Barcelona y la megafonía, que es un ente abstracto y autónomo, se empeñaba en anunciar que el vuelo iba a Madrid, lo que provocaba la desazón de algunos viajeros, que empezaron a ponerse nerviosos y a denunciar que ellos habían pagado un vuelo directo. Por fin se arreglo el entuerto y la megafonía anunció lo que debía. Pero los viajeros ya se habían puesto nerviosos y preguntaban qué fila era la de Madrid y qué fila era la de Barcelona. Y en esto llegó el avión, pequeño y blanco como la leche, sin ningún anagrama de compañía aérea grabado en el fuselaje. 'Viajaremos en un avión de marca blanca', anunció un cachondo y los viajeros rieron nerviosos.
El vuelo iba completo y yo me pregunto por qué hay tan pocos vuelos si los aviones se llenan. Un misterio. Igual es porque ese día todos los aviones llegaban completos a Barcelona, donde coincidían los 100.000 asistentes al Gran Premio de Cataluña de Motociclismo con los 200.000 participantes en el Primavera Sound. Resultado de tanto vuelo completo: hoteles carísimos y lleno hasta en los kebab.
Ada Colau ha impuesto una moratoria a la instalación de nuevos hoteles en Barcelona, pero lo que se debería imponer es una exigencia de calidad: no pueden presumir de cuatro estrellas hoteles con habitaciones de 12 metros cuadrados, luces fundidas, baños sin bidé ni productos para el aseo y todo por el módico precio de 200 euros la noche sin desayuno. El caso es que el avión de marca blanca aterrizó sin problemas, dejé las maletas en el hotel y aquí me tienen, dispuesto a recorrer Barcelona y a fijarme en los detalles.
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