TITULO: UN PAIS PARA COMERSELO - BALONCESTO - PRESTIGIO CON SUFRIMIENTO,.

UN PAIS PARA COMERSELO - BALONCESTO - PRESTIGIO CON SUFRIMIENTO, fotos.

LEB ORO

Prestigio con sufrimiento,.

El Cáceres, con un Víctor Serrano mayúsculo, logró batir al líder Palencia pese a desperdiciar una renta de 16 puntos en el último cuarto,.
Victoria tan prestigiosa como sufrida. El Cáceres consiguió batir ayer al líder Palencia (82-78) en un encuentro en el que los hombres de Ñete Bohigas ligaron en algunas fases del partido minutos de muy buen baloncesto, con especial atención al papel jugado por hombres como Álvaro Frutos y Víctor Serrano. Especialmente fue este último quien más brilló en su duelo particular con Lamont Barnes, dando ese ya famoso «paso hacia adelante» del que el técnico cacereño ya habló durante la semana.

CÁCERES - PALENCIA 82 78

Bohigas tiró de la 'vieja guardia', concediendo poco protagonismo a las nuevas adquisiciones, como Toledo, Rigo, que estaba tocado, y Thomas. «Estoy seguro de que en los próximos partidos tendrán más minutos», dijo en sala de prensa.

Cáceres: Marco (10), Frutos (12), Parejo (7), Jakstas (15) y Serrano (20) - cinco inicial - Pérez (10), Corrales (6), Rigo (0), Thomas (2) y Toledo (0).

Palencia: Dani Rodríguez (19), Roma (7), James (8), Urko Otegui (14) y Barnes (21) - cinco inicial - Pérez (4), Noguera (5), Olayinka (0) e Ikechukwu (0).

Parciales: 23-20, 38-37 (descanso), 65-53 y 82-78 (final).

Árbitros: Palomo Cañas y Sánchez Sixto. Eliminaron por faltas personales al local Thomas y a los visitantes Olayinka y al exverdinegro Dani Rodríguez.

Incidencias: Algo menos de 1.000 espectadores en el Multiusos en el mediodía de ayuda al club

El pívot Víctor Serrano firmó el que quizás haya sido su mejor encuentro de la temporada. Mantuvo un espectacular duelo con Lamont Barnes y ligó acciones importantes cuando el Cáceres estaba en la cresta de la ola. El jugador verdinegro acabó con 20 puntos y 27 de valoración.

El triunfo, excelentemente comandado por José Antonio Marco en la dirección, no estuvo exento de sufrimiento, pues el Cáceres casi llegó a tirar por la borda una renta de 16 puntos en el último cuarto, cuando Palencia, por obra y gracia de su base Dani Rodríguez, logró situarse a tan solo un punto en los segundos finales.
- «Me quedo con compartir esta alegría con la afición y club»
Arrancó el partido con un amplio porcentaje de acierto en el tiro por parte de ambos conjuntos con unos primeros compases con la igualdad por bandera (7-7) en los dos primeros minutos y medio de partido. A base de buenas defensas y paciencia en ataque hasta encontrar la mejor posición de tiro, el Cáceres logró tomar ventaja con un triple de Frutos a falta de poco más de tres minutos (18-13). Un inicio prometedor, en el que los locales llegaron a contar con hasta ocho puntos de diferencia, aunque Palencia no dejó irse al Cáceres, llegando al primer parcial con un 23-20.

Segundo acto
En el segundo acto, pese al juego roto y a una técnica en contra, el Cáceres no perdió la compostura y continuó llevando la iniciativa en los minutos siguientes. Víctor Serrano, por mediación de dos tiros libres, dio una renta de cinco puntos (32-27) a falta de cuatro minutos y medio para el descanso. No obstante, las hechuras de un equipo diseñado para el ascenso, como es el caso de Palencia, salieron a colación para, en algo más de un minuto, dar la vuelta al electrónico (32-33). En este escenario, gracias en parte a un gran Frutos especialmente motivado y dando un paso hacia adelante, los extremeños lograron llegar al tiempo de asueto con una mínima renta de un punto (38-37).
Tras el descanso, después de más de tres minutos sin anotar, lo que generó una renta de más cuatro para Palencia, una buena acción en la pintura de Victor Serrano ante Lamont Barnes y un posterior triple del timonero José Antonio Marco devolvieron el entusiasmo a la grada del Multiusos, con un 43-42 a poco más de seis minutos para el cierre del parcial. Y posteriormente, otra vez Víctor Serrano volvió a hacerse fuerte con un dos más uno para poner tablas a 46. Todo ante un Palencia que por entonces no apretaba el acelerador. Serrano continuó en su línea, ligando sus mejores minutos consecutivos de la temporada. Suyo fue un espectacular mate más tiro adicional que logró convertir para llevar al Cáceres cinco arriba. Un posterior robo de Frutos con certera culminación levantó al respetable de sus asientos. La hazaña era posible con el 55-48 a falta de casi tres minutos para cerrar el tercer parcial.
Coincidiendo con los mejores momentos del Cáceres, regresó a cancha Ibrahim Thomas, hasta entonces con dos faltas personales. Sus dos tiros libres anotados dieron a los verdinegros su mayor renta hasta el momento. Fue entonces cuando tuvo lugar un duelo de triples, con un par de misiles de Corrales por parte cacereña y otro par por obra de los palentinos, hasta el 65-53 a falta de los 10 últimos minutos.
En el último cuarto, Jakstas, con una gran jugada individual en la pintura, y posteriormente Parejo, a la contra, pusieron los mimbres para la victoria cacereña, elevando la diferencia a 16 con el 69-53. Posteriormente, un arreón del equipo visitante hizo que los palentinos llegasen vivos a la recta final, situándose en menos once (71-60) a falta de cinco minutos y medio para el final.
Los castellanoleoneses siguieron creyendo en sus posibilidades, hasta tal punto de que, con un Dani Rodríguez estelar, Palencia logró situarse tan solo uno abajo (79-78) en los últimos segundos. José Antonio Marco se mantuvo firme en la línea de tiros libres para el 81-78 y con una posesión de Palencia bien defendida por el Cáceres, el triunfo se quedó en casa con el 82-78 final.

TITULO: TAPAS Y BARRAS - UN CAFE EN EL BAR DEL CAMPING,.

TAPAS Y BARRAS - UN CAFE EN EL BAR DEL CAMPING, fotos.

Un café en el bar del camping

Los aficionados del Cacereño muestran su alegría en el bar del cámping de Cáceres.
Se mascaba la tragedia, pero el Cacereño ganó y vibramos un rato,.
Se mascaba la tragedia en el bar del camping. Los aficionados tomaban café y parecía como si fuera la última voluntad de un condenado a la silla eléctrica. «¿Qué desea hacer antes de morir?», había preguntado el verdugo. Y los viejos aficionados habían pedido un café para atemperarse y un carajillo para olvidar el mal trago que les esperaba en el patíbulo del Príncipe Felipe.
La mañana pintaba fúnebre y negra. Nunca habíamos estado tan abajo en la clasificación en los últimos años y nos visitaba uno de esos equipos con nombres extraños que siempre nos ganan: el Lealtad de Villaviciosa. Un club que se estrenaba en el Príncipe Felipe, ese estadio adonde da gusto venir por primera vez porque siempre te regalan algún punto.
Para completar la panoplia de presagios negros, durante la semana habíamos fichado a un holandés que habla español mejor que nosotros y que jugaba en un equipo hindú. El fichaje había sido muy pedagógico pues así nos habíamos enterado de que en Bombay no solo se juega al críquet. También hay futbolistas y uno de ellos acudía a salvarnos. Tras los fracasos americanos, ahora buscábamos el Santo Grial del gol en Asia y los cacereños, aficionados viejos que ya han visto mucho, empezaban a tener complejo de Phileas Fogg: 'La vuelta al mundo en 80 jugadores' y un solo gol desde enero.
Con este panorama, tenía su lógica que nos diéramos a la bebida. Así que faltaba media hora para que comenzara el partido y la barra del bar del camping tenía más público que la Tribuna del Príncipe Felipe. Ahogábamos nuestros miedos en café caliente como el infierno, negro como el diablo, puro como el ángel y dulce como el amor, que decía Cunqueiro tras pedírselo prestado a Talleyrand.
De todas las frases de Talleyrand, la que más fortuna ha tenido es esta sobre el café. También dijo aquello de que lo que no puede ser, no puede ser, y, además, es imposible, que muchos se lo atribuyen a Alfonso Guerra, pero es de Talleyrand, político y diplomático francés que vivió a caballo de los siglos XVIII y XIX.
Escribir amparándose en frases célebres es considerado por muchos el ideal supremo del columnismo. A mí me parece tramposo y aburrido. Pero como me daba miedo el partido, prefería entregarme al café caliente, negro, puro y dulce y a las divagaciones aforísticas: ¿no puede ser y además es imposible que nos salvemos; la próxima temporada volverán los medio día del club de rivalidad fratricida contra el Amanecer y el Coria; nos salvará un señor calvo recién llegado de la India?
Como la revista especializada 'Heart', partiendo de una investigación de científicos coreanos, recomienda tomar tres tazas diarias de café para prevenir el infarto, acabé mi solo triple y me fui al estadio, mascando la tragedia, pero con el corazón a prueba de goles.
El camping de Cáceres está situado frente al Príncipe Felipe. En su bar (café a 1.10, buenos bocatas y mejores arroces), los aficionados viven los prolegómenos de los partidos y celebran las victorias o digieren los puntos perdidos. Ayer, en el trayecto de la barra a la grada, hablábamos poco y nos resignábamos mucho, como si una maldición ¿mejicana, brasileña, hindú? nos hubiera sentenciado. Un aficionado, tan ebrio de café y premoniciones como yo, se me acercó y me conminó a reaccionar: «Escriba usted algo a ver si arreglan esto». Eché balones fuera: «Como no lo arregle el indio».
Pero el indio no estaba. Le faltaban los papeles. Menos mal. Nos libramos de la maldición de jugador exótico nuevo, derrota segura. Ganamos. Jugamos bien. Vibramos un rato y volvimos al camping a celebrar la victoria con un arroz... Y con un café muy dulce.