ENREDATE - DESAYUNO - CENA - SABADO - 10 CLAVES PARA HIPSTERIZAR TU VIDA, foto,.
Probablemente ninguna otra década haya contribuido más en el
desarrollo del camión que la de los cincuenta. Los motores de gasolina y
los rudimentarios motores diesel con cámara de precombustión se
sustituyeron por eficaces motores diesel de inyección directa. La
necesidad imperiosa de ofrecer motores más fuertes y eficaces contribuyó
también a conseguir combinaciones de camiones más pesadas.
Uno de los camiones Volvo más famosos de la historia ha sido el
modelo "Titan", que se creó en el año 1951 y desempeñó un papel
precursor. En 1954 fue uno de los primeros camiones que incorporó un
motor turboalimentado y el resultado fue espectacular: con un incremento
de peso de tan solo 25 kg, la potencia del motor experimentó un
aumento de 35 CV(de 150 a 185 CV).
El desayuno cafe con leche y galletas María,.
Tiene nombre, claro. Se llama LAT –siglas de 'living apart together', vivir separados juntos– y hasta hace poco era la última tendencia entre las parejas con vocación de modernas.
Pero dicen que la tendencia, como el amor, en realidad no dura mucho.
Lo cierto es que este tipo de acuerdo no es nada novedoso. Aquejadas de
falta de libertad muchas personas se han empecinado durante décadas en mantener un espacio independiente de sus parejas con la esperanza de que ello anule los conflictos propios de una relación.
Hay algunas, pocas, historias de éxito. Por ejemplo Truman Capote y Jack Dunphy, que estuvieron juntos durante 35 años e incluso llegaron a vivir en casas gemelas, una frente a otra. Nunca estuvimos juntos como la mayoría de las parejas –diría Dunphy años después–; esa cercanía nos habría matado. Un caso más cercano es el del escritor Javier Marías quien en una entrevista confesó que, para que una pareja funcionara para él, no le bastaba con vivir en casas separadas sino que era mejor "en ciudades separadas, incluso países separados". Y parece que al autor de 'Los enamoramientos' le resulta. Pero no es la norma.
La reciente ruptura de una de las parejas más aparentemente simbióticas del cine, Tim Burton y su musa Helena Bonham Carter, ha puesto nuevamente sobre el tapete rojo la no necesariamente exitosa fórmula LAT: 10 años juntos, carreras complementarias, sintonía artística, independencia doméstica... En una entrevista con Mujerhoy ella decía: "Hemos conseguido la fórmula perfecta. Vivimos juntos, pero cada uno tiene su espacio. Mi casa está decorada estilo 'country' francés y la de él tiene sofás de terciopelo, luces de extraterrestres... Él ronca y yo hablo dormida. Tim padece de insomnio y necesita la tele para quedarse dormido, y yo, silencio absoluto". Él compró la casa de al lado de la suya y abrieron un hueco en la pared que se convirtió en un pequeño túnel. Parecía la fórmula ideal, pero el resultado ha sido... divorcio.
Pero hay otras parejas legendarias que apostaron por la dichosa fórmula con resultados aún más catastróficos. Woody Allen y Mia Farrow mantuvieron una relación de 12 años durante los cuales la norma eran los continuos viajes entre sus dos apartamentos. Él se levantaba temprano para ir a la casa de Mia, cruzaba Cenral Park y llevaba al colegio a la hija de ambos. Esa niña, Dylan, sería años después el epicentro de la denuncia por abusos sexuales que aún les mantiene en pie de guerra.
Cuestionando el sentido del hogar
Nada tan truculento parecía ensombrecer la relación de los guapísimos Monica Bellucci y Vincent Cassel. Ella, italiana; él, francés, eran la quintaesencia del amor y el glamour mediterráneo. Pero cuando las cosas empezaron a ir mal, la pareja decidió recurrir a la fórmula LAT para intentar salvar el típico matrimonio de estrellas que, siempre "por motivos de rodaje", es incapaz de compartir espacio y tiempo. De esta manera, Bellucci y Cassel se empeñaron en buscar en el aire fresco y en la libertad –ella ya había dicho públicamente, por ejemplo, que creía en el amor pero no en 'la fidelidad'– esa tabla de salvación que a veces no llega. En su caso, la decisión fue no vivir juntos todo el año. Tampoco fue suficiente y se acabaron separando hace unos meses.
Para muchas de las parejas que optan por esta forma de vida, la razón es tan sencilla como engañosa. ¿No te gusta el fútbol, hasta el punto de no soportar que él acapare el salón dos horas a la semana con sus gritos y sus latas de cerveza? Para qué pasar por ese martirio si puedes tener tu propio espacio. ¿No soportas el desorden de su ropa o de sus libros? Para eso tienes tu propia casa. No hay cifras definitivas, pero se calcula que en torno a un 10% de las parejas europeas (y solo un 7% en Estados Unidos, curiosamente) optan por esta fórmula. Los más aficionados al doble hogar son los treintañeros (y, después, los 50 o más). Los más jóvenes siguen prefiriendo el nidito de amor único.
Juntos, separados
Para Carmen Torrado, psicóloga especialista en problemas de pareja, estos acuerdos olvidan una parte fundamental de las relaciones amorosas, que es el aprendizaje de la tolerancia. Para Torrado, "aunque la fórmula de vivir en lugares independientes puede funcionar para algunas personas, si uno se embarca en un vínculo de pareja la convivencia es un paso más en la relación".
Porque es la convivencia, sostiene la psicóloga, la que "enriquece la vida en común y la de cada persona como individuo". Otro de los factores que harían recomendable vivir juntos es "el desarrollo de la comunicación y de la idea de compartir". Según su experiencia con parejas que han decidido optar por la fórmula LAT, por lo general es una de las partes la que arrastra a la otra. "Siempre hay una persona que quiere vivir de esa manera y otra que preferiría mantener un solo domicilio".
También hay casos en los que mantener residencias separadas es indicio de crisis y no alarde de independencia espacial. Alberto y Charlene de Mónaco, por ejemplo, rompieron hace unas semanas la convivencia en el palacio de Montecarlo. Charlene se ha instalado en el sur de Francia. ¿Será el preludio de una separación definitiva o un 'arreglo' para una pareja que siempre ha estado bajo la sombra de la duda? Solo ellos lo saben.
Crisis de pareja
Pero hay otro factor a tener en cuenta: el económico. Si durante los primeros años del nuevo milenio, el supuesto estado de bienestar fue el caldo de cultivo ideal para desdoblar hogares, en plena recesión no está muy claro lo práctico del acuerdo. Así, muchas parejas LAT han acabado prefiriendo reducir gastos y convivir. ¿Retorno a la fórmula tradicional o cuestión de austeridad?
10 ventajas de una relación a distancia
1. ¡Forever young! Nada como una relación de novios para sentirte joven.
2. Doble fantasía: ahora puedes hacerlo en cada rincón de tu casa... y de la suya.
3. Si tenéis hijos, siempre viene bien que se puedan quedar con el otro para tener una noche de soledad.
4. Puedes ser tú misma, con todas tus manías.
5. Y, claro, no tienes que tolerar las del otro.
6. El universo tiene un orden, el tuyo. ¿Para qué arriesgarte a tener que expulsar a alguien del paraíso?
7. Tienes un refugio al que largarte después de una pelea monumental.
8. Puedes seguir enviándote emoticonos románticos con él hasta la madrugada.
9. ¿Y si todo va mal? Nada de repartirse los libros y los muebles de Ikea: cada uno a su casa y en paz.
10. Vivir en constante movimiento, quedar en sitios intermedios, decidir a última hora a qué casa volver Desterrarás del diccionario común la palabra rutina.
El desayuno cafe con leche y galletas María,.
La cena una pesuga de pollo con patatas fritas, beber agua, lechuga y tomate, postre una manzana,.
TÍTULO: QUE HAY DE NUEVO, CUANDO LA DISTANCIA NO ES SUFICIENTE,.
foto
Los enamorados que viven en distintos hogares creen
que su modelo es ideal. Pero ellos también acaban con el corazón roto.
¿Por qué se separan las parejas que ya viven separadas?
Hay algunas, pocas, historias de éxito. Por ejemplo Truman Capote y Jack Dunphy, que estuvieron juntos durante 35 años e incluso llegaron a vivir en casas gemelas, una frente a otra. Nunca estuvimos juntos como la mayoría de las parejas –diría Dunphy años después–; esa cercanía nos habría matado. Un caso más cercano es el del escritor Javier Marías quien en una entrevista confesó que, para que una pareja funcionara para él, no le bastaba con vivir en casas separadas sino que era mejor "en ciudades separadas, incluso países separados". Y parece que al autor de 'Los enamoramientos' le resulta. Pero no es la norma.
La reciente ruptura de una de las parejas más aparentemente simbióticas del cine, Tim Burton y su musa Helena Bonham Carter, ha puesto nuevamente sobre el tapete rojo la no necesariamente exitosa fórmula LAT: 10 años juntos, carreras complementarias, sintonía artística, independencia doméstica... En una entrevista con Mujerhoy ella decía: "Hemos conseguido la fórmula perfecta. Vivimos juntos, pero cada uno tiene su espacio. Mi casa está decorada estilo 'country' francés y la de él tiene sofás de terciopelo, luces de extraterrestres... Él ronca y yo hablo dormida. Tim padece de insomnio y necesita la tele para quedarse dormido, y yo, silencio absoluto". Él compró la casa de al lado de la suya y abrieron un hueco en la pared que se convirtió en un pequeño túnel. Parecía la fórmula ideal, pero el resultado ha sido... divorcio.
Pero hay otras parejas legendarias que apostaron por la dichosa fórmula con resultados aún más catastróficos. Woody Allen y Mia Farrow mantuvieron una relación de 12 años durante los cuales la norma eran los continuos viajes entre sus dos apartamentos. Él se levantaba temprano para ir a la casa de Mia, cruzaba Cenral Park y llevaba al colegio a la hija de ambos. Esa niña, Dylan, sería años después el epicentro de la denuncia por abusos sexuales que aún les mantiene en pie de guerra.
Cuestionando el sentido del hogar
Nada tan truculento parecía ensombrecer la relación de los guapísimos Monica Bellucci y Vincent Cassel. Ella, italiana; él, francés, eran la quintaesencia del amor y el glamour mediterráneo. Pero cuando las cosas empezaron a ir mal, la pareja decidió recurrir a la fórmula LAT para intentar salvar el típico matrimonio de estrellas que, siempre "por motivos de rodaje", es incapaz de compartir espacio y tiempo. De esta manera, Bellucci y Cassel se empeñaron en buscar en el aire fresco y en la libertad –ella ya había dicho públicamente, por ejemplo, que creía en el amor pero no en 'la fidelidad'– esa tabla de salvación que a veces no llega. En su caso, la decisión fue no vivir juntos todo el año. Tampoco fue suficiente y se acabaron separando hace unos meses.
Para muchas de las parejas que optan por esta forma de vida, la razón es tan sencilla como engañosa. ¿No te gusta el fútbol, hasta el punto de no soportar que él acapare el salón dos horas a la semana con sus gritos y sus latas de cerveza? Para qué pasar por ese martirio si puedes tener tu propio espacio. ¿No soportas el desorden de su ropa o de sus libros? Para eso tienes tu propia casa. No hay cifras definitivas, pero se calcula que en torno a un 10% de las parejas europeas (y solo un 7% en Estados Unidos, curiosamente) optan por esta fórmula. Los más aficionados al doble hogar son los treintañeros (y, después, los 50 o más). Los más jóvenes siguen prefiriendo el nidito de amor único.
Juntos, separados
Para Carmen Torrado, psicóloga especialista en problemas de pareja, estos acuerdos olvidan una parte fundamental de las relaciones amorosas, que es el aprendizaje de la tolerancia. Para Torrado, "aunque la fórmula de vivir en lugares independientes puede funcionar para algunas personas, si uno se embarca en un vínculo de pareja la convivencia es un paso más en la relación".
Porque es la convivencia, sostiene la psicóloga, la que "enriquece la vida en común y la de cada persona como individuo". Otro de los factores que harían recomendable vivir juntos es "el desarrollo de la comunicación y de la idea de compartir". Según su experiencia con parejas que han decidido optar por la fórmula LAT, por lo general es una de las partes la que arrastra a la otra. "Siempre hay una persona que quiere vivir de esa manera y otra que preferiría mantener un solo domicilio".
También hay casos en los que mantener residencias separadas es indicio de crisis y no alarde de independencia espacial. Alberto y Charlene de Mónaco, por ejemplo, rompieron hace unas semanas la convivencia en el palacio de Montecarlo. Charlene se ha instalado en el sur de Francia. ¿Será el preludio de una separación definitiva o un 'arreglo' para una pareja que siempre ha estado bajo la sombra de la duda? Solo ellos lo saben.
Crisis de pareja
Pero hay otro factor a tener en cuenta: el económico. Si durante los primeros años del nuevo milenio, el supuesto estado de bienestar fue el caldo de cultivo ideal para desdoblar hogares, en plena recesión no está muy claro lo práctico del acuerdo. Así, muchas parejas LAT han acabado prefiriendo reducir gastos y convivir. ¿Retorno a la fórmula tradicional o cuestión de austeridad?
10 ventajas de una relación a distancia
1. ¡Forever young! Nada como una relación de novios para sentirte joven.
2. Doble fantasía: ahora puedes hacerlo en cada rincón de tu casa... y de la suya.
3. Si tenéis hijos, siempre viene bien que se puedan quedar con el otro para tener una noche de soledad.
4. Puedes ser tú misma, con todas tus manías.
5. Y, claro, no tienes que tolerar las del otro.
6. El universo tiene un orden, el tuyo. ¿Para qué arriesgarte a tener que expulsar a alguien del paraíso?
7. Tienes un refugio al que largarte después de una pelea monumental.
8. Puedes seguir enviándote emoticonos románticos con él hasta la madrugada.
9. ¿Y si todo va mal? Nada de repartirse los libros y los muebles de Ikea: cada uno a su casa y en paz.
10. Vivir en constante movimiento, quedar en sitios intermedios, decidir a última hora a qué casa volver Desterrarás del diccionario común la palabra rutina.
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