BLOC CULTURAL,

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lunes, 8 de diciembre de 2014

LOS LEONES, JENNIFER CONNELLY--ACTRIZ CINE,./ NOCHE SEXO,TENGO PSICOLOGO,.

TÍTULO: LOS LEONES, JENNIFER CONNELLY--ACTRIZ CINE,.

Jennifer Connelly.-fotos- los leones,.

Jennifer Connelly
Jennifer Connelly 2012.jpg
Connelly en 2012
Nombre de nacimiento Jennifer Lynn Connelly
Nacimiento Bandera de los Estados Unidos Cairo, Nueva York, Nueva York,
Estados Unidos
12 de diciembre de 1970 (43 años)
Ocupación Actriz
Años activo/a 1984-presente
Características físicas
Estatura 1,69 m
Familia
Cónyuge Paul Bettany (2003-presente)
Pareja Billy Campbell (1991–1996)
David Dugan (1996-1997)
Josh Charles (1999-2002)
Hijo/s Kai Dugan (1997)
Stellan Bettany (2003)
Agnes Lark Bettany (2011)
Premios
Premios Óscar Mejor actriz de reparto
2001 A Beautiful Mind
Globos de Oro Mejor actriz de reparto
2002 A Beautiful Mind
Premios BAFTA Mejor actriz de reparto
2001 A Beautiful Mind
Otros premios Premio de la Crítica Cinematográfica a la mejor actriz de reparto
2001 A Beautiful Mind
Ficha en IMDb
Jennifer Lynn Connelly (Cairo, Nueva York, 12 de diciembre de 1970) es una actriz estadounidense ganadora del Óscar y el Globo de Oro por su papel en A Beautiful Mind. Asimismo, es reconocida por sus interpretaciones en películas como Casa de arena y niebla y Requiem for a Dream.

Biografía

Inicios

Hija única de un comerciante textil y de una marchante de antigüedades, creció en el barrio de Brooklyn, en la ciudad de Nueva York, de ascendencia irlandesa, noruega, rusa y polaca. Estudió en el colegio privado Saint Ann's School.
A los diez años, unos amigos de la familia sugirieron a sus padres enviarla a una selección de modelos infantiles. Fue así como Connelly inició una carrera como modelo publicitaria. Pronto comenzó a aparecer en las portadas de revistas y más tarde en anuncios de televisión, la mayoría de éstos en Japón.
En 1979 le ofrecieron intervenir en una serie de televisión británica. A partir de entonces fue alternando su actividad como modelo con algún papel en producciones televisivas.
Unos años más tarde, en 1984, tuvo su debut en el cine. Un director de casting la presentó al director Sergio Leone, que buscaba una actriz joven que supiera bailar para su película Érase una vez en América. A pesar de que Connelly no apareció más que unos minutos en pantalla, fueron suficientes para poner de manifiesto su talento como actriz.
En 1985 consiguió su primer papel principal en Phenomena o Creepers, de Darío Argento; la película cosechó mucho éxito de taquilla en Europa, pero desafortunadamente fue distribuida en Estados Unidos en una versión censurada.
En 1986, con tan sólo 16 años pero ya con mucha carrera a sus espaldas, protagonizó la que es una de sus películas más emblemáticas y por la que muchos la recuerdan, dando vida a la joven Sarah, en Labyrinth (Dentro del laberinto), junto al enigmático David Bowie, dirigida por Jim Henson.
Su lanzamiento a la fama lo logró en 1991 con el filme The Rocketeer, junto a Timothy Dalton, donde destacó su belleza y capacidad escénica y donde conoció al que sería su pareja durante cinco años, Billy Campbell.
En los años siguientes continuó obteniendo papeles en el cine, algunos en películas poco relevantes, pero otros en películas que tuvieron buena acogida por el público. De esta forma, Connelly se fue convirtiendo en una actriz conocida y apreciada por los directores.

Carrera reciente

Jennifer Connelly en Toronto International Film Festival 2009
Corría el año 2000 cuando se cruzó en su camino el joven director Darren Aronofsky y la eligió para coprotagonizar su segunda película, Requiem for a Dream (Requiem por un sueño), donde daba vida a Marion, una joven drogadicta, convirtiéndose con el tiempo en un filme de culto sobre la temática tratada.
En 2001 recibió el reconocimiento por su trabajo cuando ganó el Óscar a la mejor actriz de reparto, un Globo de Oro y un premio de la Academia Británica de Cine por su interpretación como Alicia Nash en A Beautiful Mind (en español Una mente maravillosa o Una mente brillante).
Su trabajo en la película que protagonizó junto a Ben Kingsley, Casa de arena y niebla (2003) fue uno de los más aclamados de su carrera y el que terminó de consagrarla, a pesar de no obtener la nominación al Óscar como se esperaba.
Tras ello ha intervenido, en los últimos años, en diversas películas de gran éxito en taquilla, como Diamante de sangre, con Leonardo Dicaprio, y Little Children, con Kate Winslet. También participó en la película He's Just Not That Into You (conocida como ¿Qué les pasa a los hombres? en España y Simplemente no te quiere en Hispanoamérica), una comedia romántica donde interviene un elenco de actores de renombre, como Drew Barrymore, Jennifer Aniston y Scarlett Johansson. Puso su voz al personaje femenino de la película de animación Número 9, y volvió a trabajar junto a su marido, Paul Bettany, en Creation, dando vida a la esposa de Charles Darwin. Se la pudo volver a ver a las órdenes de Ron Howard en la comedia The Dilemma. En Virginia (película aún pendiente de esteno en las salas de cine) cambió su imagen personal tiñéndose de rubia para interpretar el papel principal de la película, dando vida a una madre soltera que mantiene una relación oculta con el sheriff de la ciudad, papel interpretado por Ed Harris.
Entre sus próximos proyectos pendientes de estreno se encuentran títulos como la esperada nueva película de Darren Aronofsky, Noah, compartiendo cartel con Russell Crowe, entre otros film de corte dramático.

Vida privada

Su primer hijo, Kai, nació el 6 de julio de 1997 fruto de su relación con el fotógrafo David Dugan. Desde enero de 2003 está casada con el también actor Paul Bettany, a quien conoció en el rodaje de A Beautiful Mind, con el que ha tenido dos hijos: el 5 de agosto de 2003 nació Stellan Bettany (nombrado así por el actor Stellan Skarsgård, amigo de Paul Bettany); en diciembre de 2010 su representante confirmó a la revista People que esperaba su tercer hijo, el segundo para su marido.1 El 31 de mayo de 2011 dio a luz a una niña, que recibió el nombre de Agnes Lark.2

María Byk  TÍTULO: NOCHE SEXO, TENGO PSICOLOGO,.

foto,.

No tengo novio, tengo psicólogo”. Así, tal cual, se lo solté a Natalia, una vieja amiga que sigue muy interesada mis desventuras amorosas, cuando nos encontramos para tomar una copa y reírnos de la vida y de nosotras mismas. Natalia estalló en carcajadas, y yo también. Lo malo es que es verdad. En lugar de novio, en estos momentos, tengo psicólogo. Y no por mis genes argentinos, que algo habrán infl uido, no lo niego. Al fin y al cabo, todas mis amigas de la infancia van al psicólogo como aquí vamos al dentista.
Hasta mi amiga Elke, una de las personas más equilibradas que conozco y con pareja estable y feliz, practica psicólogo desde que era jovencita, y con muchísima más fidelidad que el gimnasio. Pero yo soy mucho más española y lo del psicólogo ha sido una respuesta expeditiva, y un poco desesperada, a mis últimos desastres amorosos. Llevo varios este año y he llegado a la conclusión de que necesito un experto.
¿Y sirve de algo un psicólogo para arreglar los problemas del amor? Bueno, no te da grandes soluciones pero te explica lo que haces mal, que es lo que hacen los expertos. En su caso, te explica tus condicionantes infantiles, que son algo así como los genes. Al menos, a juzgar por la obsesión que tienen los psicólogos con la infancia.
Todo viene de la relación con tu padre y tu madre, y no hay manera de sacarlos de ahí. En nuestro caso, en el de las mujeres, de las vinculaciones con el padre. Y por si os puedo ahorrar el diagnóstico, según mi psicólogo, un padre frío y distante da lugar a dos tipos de comportamientos con los hombres. La actitud distante, o la dependiente, que es la mía. La de las mujeres que buscamos en los hombres, me dice, el cariño que nos faltó de nuestro padre y que nos lleva a desarrollar con ellos un comportamiento autocrítico y dependiente para ganar y conservar su amor. O algo así.
Ah! ¿Entonces, el 90% de la humanidad que quiere vivir en pareja y busca el amor ha tenido un problema de padre o madre frío y distante? Le pregunto. ¿Y la cultura no cuenta? ¿El amor como el sentido de la vida? ¿O las difi cultades de las mujeres profesionales para ser aceptadas por hombres incómodos con la igualdad? Insisto. Pero no hay manera de sacar a mi psicólogo de la teoría del padre y de la infancia. El resto de mi vida no cuenta.
Me rindo y le pregunto por la terapia. “Sé menos perfeccionista y autocrítica”, me recomienda. Que es algo así como que el médico te invite a fumar o a comerte todas las galletas de mantequilla que te apetezcan. O sea, que la culpa es de ellos. Que yo soy fantástica y no tengo que justifi carme todo el tiempo. Voy a obedecer a mi psicólogo, a ver si ellos se dan cuenta de que soy maravillosa mientras fumo y me como las galletas de mantequilla. Ya os contaré el resultado.

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