Google X. El laboratorio donde se crea el futuro
En un departamento semisecreto, expertos de todo el mundo trabajan en las innovaciones más sorprendentes.
Pertenece a Google, pero no se dedica a estudiar sistemas
operativos: inventan cucharas, coches, píldoras, globos aerostáticos,
gafas... que hacen funciones insólitas, como evitar los temblores,
circular sin conductor, avisar de que se está generando un tumor,
universalizar el acceso a Internet o aumentar la realidad.
Los gadgets que se fabrican en Google X -el superlaboratorio del gigante estadounidense- parecen creados por Q, el inventor de las películas de James Bond. Algunas de estas curiosas creaciones han logrado convertirse en una realidad, como el coche que funciona sin conductor o los drones que te llevan la compra a casa, que ya están en venta.
Otras ideas no han prosperado. Quisieron fabricar un ascensor espacial: funcionaría con un cable que conectaría la Tierra con un satélite situado fuera de la atmósfera. Lo han desechado. Pero no se rinden. «Aquí buscamos soluciones insólitas, innovaciones que a veces tienen pocas posibilidades de éxito pero que pueden revolucionar el mundo», afirma Astro Teller, el director de Google X.
Google les garantiza un presupuesto generoso, reclutan a los mejores cerebros del mundo de muy distintas disciplinas. ¿Qué inventarán?
Algunos ejemplos.
Plaga de satélites. Google X planifica lanzar 180 satélites para expandir Internet por todo el mundo. El presupuesto de este proyecto es de 180.000 millones de dólares.
Cucharas contra el Párkinson. Esta cuchara absorbe los temblores de las manos. Será una herramienta imprescindible para los enfermos de párkinso
Drones recaderos. Google X desafía a Amazon: sus drones del proyecto Wing se encargan de los portes del servicio a domicilio. Permiten hacer los recados sin salir de casa
Lentillas antidiabetes. Se podrán controlar los niveles de glucosa a través de estas lentillas, que proporcionan la información de quien las lleva puestas
Píldoras contra el cáncer. Cuando están enfermando, las células emiten señales bioquímicas que captarán los sensores de estas píldoras.
Lentillas antidiabetes. Se podrán controlar los niveles de glucosa a través de estas lentillas, que proporcionan la información de quien las lleva puestas.
Globos portadores de WIFI. Google X quiere llevar Internet adonde ahora no llega, utilizando globos aerostáticos que ascienden a gran altura
Los gadgets que se fabrican en Google X -el superlaboratorio del gigante estadounidense- parecen creados por Q, el inventor de las películas de James Bond. Algunas de estas curiosas creaciones han logrado convertirse en una realidad, como el coche que funciona sin conductor o los drones que te llevan la compra a casa, que ya están en venta.
Otras ideas no han prosperado. Quisieron fabricar un ascensor espacial: funcionaría con un cable que conectaría la Tierra con un satélite situado fuera de la atmósfera. Lo han desechado. Pero no se rinden. «Aquí buscamos soluciones insólitas, innovaciones que a veces tienen pocas posibilidades de éxito pero que pueden revolucionar el mundo», afirma Astro Teller, el director de Google X.
Google les garantiza un presupuesto generoso, reclutan a los mejores cerebros del mundo de muy distintas disciplinas. ¿Qué inventarán?
Algunos ejemplos.
Plaga de satélites. Google X planifica lanzar 180 satélites para expandir Internet por todo el mundo. El presupuesto de este proyecto es de 180.000 millones de dólares.
Cucharas contra el Párkinson. Esta cuchara absorbe los temblores de las manos. Será una herramienta imprescindible para los enfermos de párkinso
Drones recaderos. Google X desafía a Amazon: sus drones del proyecto Wing se encargan de los portes del servicio a domicilio. Permiten hacer los recados sin salir de casa
Lentillas antidiabetes. Se podrán controlar los niveles de glucosa a través de estas lentillas, que proporcionan la información de quien las lleva puestas
Píldoras contra el cáncer. Cuando están enfermando, las células emiten señales bioquímicas que captarán los sensores de estas píldoras.
Lentillas antidiabetes. Se podrán controlar los niveles de glucosa a través de estas lentillas, que proporcionan la información de quien las lleva puestas.
Globos portadores de WIFI. Google X quiere llevar Internet adonde ahora no llega, utilizando globos aerostáticos que ascienden a gran altura
TÍTULO : Desayuno--CENA--DOMINGO--
Juan Navarro Baldeweg: "Ver cómo decoran ciertos edificios que he hecho me da ganas de llorar"
Santanderino del 39. En 1990, recibí el
Premio Nacional de Artes Plásticas y, ahora, el de Arquitectura. El
Museo ICO, en Madrid, hace un recorrido por mi obra hasta el 1 de
febrero.
XLSemanal. En estos 40 años, ¿ha cambiado más la arquitectura o usted?
Juan Navarro Baldeweg. La arquitectura resiste bien el paso del tiempo... [Ríe]. Se vive estupendamente en casas antiguas bien acondicionadas.
XL. ¿Cómo es la suya?
J.N.B. Relativamente antigua, de 1935, en la Colonia Residencia, en El Viso.
XL. Lo imaginaba en una casa moderna y grande, construida por usted.
J.N.B. Eso no es frecuente. La mía es más bien pequeña, sencilla, pero es una gozada, una preciosidad vivir en ella.
XL. «La austeridad dice es una buena receta contra el paso del tiempo».
J.N.B. Hay muchas razones para vivir con cierto gozo en situaciones de austeridad; hasta se producen satisfacciones más grandes. Ahora, con la crisis, me gusta aún más pensar en esas posibilidades sencillas.
XL. ¿La crisis le ha parado proyectos?
J.N.B. Claro; sobre todo, en España. Pero he tenido, por suerte, otros proyectos en Suiza, no afectados por la crisis y terminados con generosidad.
XL. Ha hecho grandes obras para la Administración, ¿le han pedido comisión al adjudicarle alguna?
J.N.B. ¡No! Nunca he tenido la más mínima sensación de ese tipo. Además, no es posible porque la ley lo impide.
XL. Pero hay varios en la cárcel por ello.
J.N.B. Pues a mí nunca me ha ocurrido.
XL. Dígame, ¿por qué el presupuesto de las obras se dispara siempre?
J.N.B. Muchas veces, el arquitecto pone el valor real y los constructores lo abaratan hasta un 30 por ciento para ganar el concurso. Es un error. Y la ley está mal: la obra se adjudica al más barato y luego hay grandes conflictos.
XL. ¿Qué es lo primero que mira cuando entra en un edificio?
J.N.B. ¡Buena pregunta! Siempre quiero saber cómo se apreciará justo al entrar. Me gusta tener una impresión global, entender el espacio en su conjunto.
XL. ¿Ha querido llorar al ver cómo decoran algunos de sus edificios?
J.N.B. Sí, sí. Y duele. A veces no puedo volver a un espacio que he hecho porque ha perdido la razón de ser.
XL. ¿Por qué la mayoría de los garajes son tan incómodos y tan feos?
J.N.B. [Sonríe]. Llevas razón. Supongo que por aprovechamiento del espacio, pero deberían cuidarse más: el garaje es la primera y la última impresión que te llevas del edificio. Yo busco cuidarlos.
XL. Y eso que ha vivido sin coche, sin chófer y sin carné... ¿Cómo lo hizo?
J.N.B. Tengo buenos amigos... [Ríe].
Su desayuno: «Me levanto pronto, a las 6:30, y desayuno solo. No suelo tener hambre a esa hora y por eso tomo un zumo de naranja, un té, un yogur y un poquito de bizcocho, muy poco».
La cena, tortilla con queso, pan, beber agua, postre una pera,.
Juan Navarro Baldeweg. La arquitectura resiste bien el paso del tiempo... [Ríe]. Se vive estupendamente en casas antiguas bien acondicionadas.
XL. ¿Cómo es la suya?
J.N.B. Relativamente antigua, de 1935, en la Colonia Residencia, en El Viso.
XL. Lo imaginaba en una casa moderna y grande, construida por usted.
J.N.B. Eso no es frecuente. La mía es más bien pequeña, sencilla, pero es una gozada, una preciosidad vivir en ella.
XL. «La austeridad dice es una buena receta contra el paso del tiempo».
J.N.B. Hay muchas razones para vivir con cierto gozo en situaciones de austeridad; hasta se producen satisfacciones más grandes. Ahora, con la crisis, me gusta aún más pensar en esas posibilidades sencillas.
XL. ¿La crisis le ha parado proyectos?
J.N.B. Claro; sobre todo, en España. Pero he tenido, por suerte, otros proyectos en Suiza, no afectados por la crisis y terminados con generosidad.
XL. Ha hecho grandes obras para la Administración, ¿le han pedido comisión al adjudicarle alguna?
J.N.B. ¡No! Nunca he tenido la más mínima sensación de ese tipo. Además, no es posible porque la ley lo impide.
XL. Pero hay varios en la cárcel por ello.
J.N.B. Pues a mí nunca me ha ocurrido.
XL. Dígame, ¿por qué el presupuesto de las obras se dispara siempre?
J.N.B. Muchas veces, el arquitecto pone el valor real y los constructores lo abaratan hasta un 30 por ciento para ganar el concurso. Es un error. Y la ley está mal: la obra se adjudica al más barato y luego hay grandes conflictos.
XL. ¿Qué es lo primero que mira cuando entra en un edificio?
J.N.B. ¡Buena pregunta! Siempre quiero saber cómo se apreciará justo al entrar. Me gusta tener una impresión global, entender el espacio en su conjunto.
XL. ¿Ha querido llorar al ver cómo decoran algunos de sus edificios?
J.N.B. Sí, sí. Y duele. A veces no puedo volver a un espacio que he hecho porque ha perdido la razón de ser.
XL. ¿Por qué la mayoría de los garajes son tan incómodos y tan feos?
J.N.B. [Sonríe]. Llevas razón. Supongo que por aprovechamiento del espacio, pero deberían cuidarse más: el garaje es la primera y la última impresión que te llevas del edificio. Yo busco cuidarlos.
XL. Y eso que ha vivido sin coche, sin chófer y sin carné... ¿Cómo lo hizo?
J.N.B. Tengo buenos amigos... [Ríe].
Su desayuno: «Me levanto pronto, a las 6:30, y desayuno solo. No suelo tener hambre a esa hora y por eso tomo un zumo de naranja, un té, un yogur y un poquito de bizcocho, muy poco».
La cena, tortilla con queso, pan, beber agua, postre una pera,.
No hay comentarios:
Publicar un comentario