BLOC CULTURAL,

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jueves, 11 de diciembre de 2025

España a ras de cielo - Joaquín Montero ,. - PLANETA CALLEJA - Domingo - 21 - Diciembre ,. / Centenarios - Anthony Hopkins ,. / Aquí la tierra - Los Flamenquitos' ganan el X Concurso de Migas ,. / Tramoyista - La revista ‘Cahiers du cinéma’ elige ‘Tardes de soledad’ de Albert Serra como la mejor película de 2025,.

 

TITULO: España a ras de cielo - Joaquín Montero ,. - PLANETA CALLEJA -Domingo - 21 - Diciembre ,.

 

España a ras de cielo  ,.

 

España a ras de cielo es un programa de televisión emitido por TVE y se estrenó el 17 de septiembre de 2013. Desde el primer programa, está presentado por Francis Lorenzo Martes a las 22h30,.
 El programa permite conocer lugar de España desconocidos y ya conocidos desde otro punto de vista., etc,.


PLANETA CALLEJA - DOMINGO - 21 - Diciembre ,.
 

   Planeta Calleja es un programa de televisión de España que se emite cada domingo a las 21:30, en Cuatro de Mediaset España,. Jesús Calleja enfrentará a rostros conocidos a vivir experiencias únicas e irrepetibles fuera de su contexto habitual y en los lugares más remotos y fascinantes ., etc.

 

 Joaquín Montero,.

 

 Joaquín Montero en su exposición del 'Mataderino'

foto - Joaquín Montero abre 'Luces' en su nuevo espacio expositivo 'El Mataderino',.

El artista zafrense abre al público de este espacio expositivo con el que quiere contribuir a la vida cultural de Zafra y crear un espacio accesible para todos,.


El artista zafrense Joaquín Montero inauguró con gran éxito el viernes 21 de noviembre una nueva exposición pintura: 'Luces', compuesta por 19 cuadros en los que predominan principalmente los juegos de luces artificiales y naturales y las distorsiones. Calles de Zafra desiertas, en silencio, largas y nítidas y, sin embargo, pobladas de inquietud y de misterio en las que el artista invita a adentrarse. «La verdadera imagen no es la que aparece en el lienzo sino la que cada observador cree al adentrarse en ellas», asegura el autor.

El Mataderino

Esta muestra sirvió también para inaugurar su nuevo espacio de trabajo y exposición, que ha querido llamar 'El Mataderino', en la calle Las Monjas, un proyecto personal con el que el artista soñaba hace tiempo y que por fin se ha hecho realidad.

Con la apertura al público de este espacio Joaquín Montero quiere contribuir a la vida cultural de Zafra y crear un espacio accesible para todos y todas. «Mi objetivo es crear un lugar donde no solo se exhiba el arte, sino que se sienta, se discuta y se celebre», dice Montero que también abrirá El Mataderino a otros artistas y propuestas artísticas.

En este sentido, durante su inauguración, a la que asistieron unas 150 personas, el artista explicó que cuando imaginó 'El Mataderino', no solo pensaba en un espacio físico con paredes blancas para presentar su trabajo. «Visualizaba un punto de encuentro, un espacio para la creatividad y un puente entre el artista y el público», indicó.

'Luces' es la primera exposición que se realiza en este espacio. A través de estos trabajos, exploramos algunas calles de Zafra que cuentan su propia historia, y es que el artista se ha inspirado en sus paseos diarios y su día a día, buscando momentos de las imágenes oníricas y silenciosas, que le recuerda a las pinturas metafísicas italianas de principios del siglo XX.

El horario de apertura del Mataderino son los martes y jueves de 19 a 20.30 horas, los miércoles y viernes de 18 a 20.30 horas, y los sábados y domingo de 11 a 13 horas (lunes cerrado),.

TITULO: Centenarios -  Anthony Hopkins  ,.


Anthony Hopkins ,.

 

 

fotos - Anthony Hopkins, retratado en la fiesta de Vanity Fair en los Oscar de 2022 - las memorias descarnadas de un asperger exalcohólico y ganador de dos Oscar,.

A los 87 años, el actor galés repasa su vida en ‘Lo hicimos bien, chico’, donde confiesa que solo ha sido feliz en los últimos tiempos,.

 

El director Jonathan Demme fue a verle a Londres, donde Anthony Hopkins actuaba en el teatro, en M. Butterfly. Al acabar la representación de aquel sábado, ambos salieron a cenar. Los dos sabían que aquel guion titulado El silencio de los corderos albergaba algo especial. Ya estaba contratada la coprotagonista, Jodie Foster, y Demme quería a Hopkins para encarnar al villano, Hannibal Lecter. ¿Cómo lo interpretaría? “Como la supercomputadora HAL en 2001, una odisea del espacio. Silencioso e íntimo”, recuerda Hopkins (Port Talbot, Gales, 87 años) en sus recién publicadas memorias Lo hicimos bien, chico (Libros Cúpula, traducción de Eva Raventós). Con aquel thriller, Hopkins, a sus 53 años, devino de actor de prestigio a estrella mundial “y encima para todos fue uno de los mejores rodajes de nuestras vidas”.

Actor superlativo, héroe de la interpretación galesa crecido en las callejuelas de Port Talbot, alcohólico durante décadas y experto en Shakespeare. El mismo Hopkins es consciente de que su carrera contiene numerosos paralelismos con la de Richard Burton (la anterior enumeración sirve para ambos), al que conoció cuando él tenía 15 años y Burton, con 27, ya era popular, aunque no la estrella en que se convirtió posteriormente. Es curioso: ambos siempre se compararon con sus padres, y en algún momento de su vida los dos renegaron de sus progenitores. Burton, porque de él heredó su borrachera sin fin; Hopkins, porque además del alcoholismo, recibió como legado su carácter: “Yo estaba hecho de un material duro. Mi padre era así: sin tonterías, sin imprecisiones”.

La historia de Hopkins es la de un niño al que apodaron “Daniel, el zoquete”, porque no valía para nada, y “Cabeza de elefante”, porque “parecía algo inapropiada pegada en lo alto de un cuerpo enclenque”. También se daba “bien hacer el payaso”, aunque en general repite que ni sus padres ni sus profesores sabían qué hacer con él. Por eso, le enviaron a dos internados, y en el primero, un sábado por la noche, con 11 años, vio Hamlet, de Laurence Olivier. “Me quedé embelesado hasta la última línea del soliloquio”.

A los 17 años, sentado con sus padres en la cocina de detrás de la panadería que regentaban (donde dos años antes había conocido a Burton, por entonces novio de una vecina), y ante un enésimo boletín de notas que le tildaba de fracasado, “algo hizo clic” en su cabeza (expresión que repite varias veces en el libro). “Una voz tranquila y equilibrada me salió de la boca: ‘Un día os demostraré que estáis equivocados”. Pero aún no sabía que lo lograría sacando provecho de lo único que se le daba bien: recitar.

Eso pasó cuando un vecino le llevó al YMCA (los clubes de jóvenes cristianos) de su ciudad y se coló en el salón de actos, donde el grupo de teatro ensayaba. Su primera —y única— frase en su debut en una representación de Pascua fue: “Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra”. Así comenzó su ascenso por escuelas (fue becado en el Cardiff College of Music and Drama, y ese honor salió en el periódico local en la misma página, justo al lado, que la muerte de James Dean) y compañías de teatro, en giras por provincias y en todo tipo de locales. Y viendo muchas otras representaciones: además de la huella de Burton, Hopkins confiesa la impresión que le produjo en julio de 1957 Peter O’Toole en Mirando hacia atrás con ira. También es tiempo en que su alcoholismo (“Aunque en solitario, en los bares me mantenía apartado”) y su amor por la hostilidad (“Disfrutaba de las peleas a puñetazos”) rigen y lideran su vida. Era actor, sí, aunque también el “joven matón de Gales”.

Hay una característica que Hopkins ha dejado en Hollywood, la de su interpretación calma de los villanos. La clave la encontró la primera vez que dio vida en un escenario a Yago, de Otelo. “Respiré hondo, me relajé y algo hizo clic en mi cabeza. La ansiedad que había sentido solo unos minutos antes se convirtió de repente en algo que supe que era universal. Yo no era el único. No estaba solo en mi obsesión egocéntrica. Todo el mundo experimentaba ansiedad y vacío. Yago la sentía. El comportamiento humano estaba más allá del bien y del mal. Nada era blanco o negro. Y así, interpretaría a uno de los personajes más crueles de Shakespeare sin un atisbo de mala intención”.

En ese ascenso (con alcohol) hacia el estrellato pasó por el National Theatre (dirigido entonces por Olivier, y con actores como Maggie Smith, Albert Finney o Derek Jacobi) desde octubre de 1965, o el Old Vic, y debutó en el cine en 1968 a lo grande, con O’Toole y Katharine Hepburn, en El león en invierno. También son años de enormes curdas —“La mayoría de los actores en aquella época se conocían como ‘artistas de la borrachera”— y homéricas peleas, con o sin razón, con compañeros y directores. En la década de los setenta, gracias a su talento y prestigio, trabajó muchísimo en teatro, cine y televisión, de rodajes y representaciones en Los Ángeles y Nueva York. El 29 de diciembre de 1975, a las once de la mañana, en Beverly Hills, dejó de beber. No recordaba dónde había dejado el coche ni cómo había llegado a la cama. Su miedo a morir o a matar a alguien por conducir ebrio le empujó a la sobriedad.

Sin embargo, no todo el mundo aceptó sus disculpas por comportamientos pasados. En 1977 se puso en contacto con su primera esposa, Petronella, y su hija Abigail, entonces de nueve años, “para intentar arreglar las cosas”. No lo logró. Hasta el día de hoy, Abigail “nunca ha parecido capaz de perdonarme por haber abandonado a la familia cuando ella era un bebé. Tenía sus razones. No puedo culparla por ello”. Su inexistente relación con su única descendiente “sigue siendo una tremenda fuente de dolor”.

Hopkins habla maravillas del rodaje de El hombre elefante y de David Lynch, en un año, 1980, en que acompañó a su padre en sus últimos meses de vida. Esa década acaba con otro éxito en el cine, La carta final (1987), y tras ocho meses representando en Londres M. Butterfly, muerto de aburrimiento e irritado por ello, recibió la llamada de su agente: había un guion interesante para él titulado El silencio de los corderos, de Ted Dally, que ya contaba con director, Jonathan Demme, y coprotagonista, Jodie Foster. Eso sí, su personaje era pequeño, un tal Lecter.

Hopkins dejó el teatro por hastío. “En cambio, el cine... Muy poca repetición. Viajes. Bien pagado. Y lo disfruto. Te mantienes activo, moviéndote siempre”. A sus 54 años cogió aquel libreto, y en la página 15 devolvió la llamada a su agencia: si había oferta en firme, la aceptaba. Hannibal Lecter le proporcionó gama y prestigio mundiales, incluso su primera estatuilla de los Oscar. Gracias a que sabía cómo urdir a Hannibal, el caníbal: “Llevo al diablo en mi interior. Todos tenemos al diablo dentro. Sé que eso asusta a la gente. La clave es encarnar a la vez dos actitudes internas que no suelen coexistir, estar ‘distante’ y ‘alerta’ al mismo tiempo”.

Y rememora un susto que se llevó de crío, al encender una luz y descubrir al lado del interruptor una araña negra enorme, “paciente e inmóvil, pero a la vez completamente alerta [...]. Ese era el efecto que quería conseguir”. Por cierto, el sonido de los labios procede de su lectura, décadas antes, de Drácula, cuando Jonathan Harker se corta en Transilvania en el castillo ante un sediento conde, y este emite “una combinación muy particular de sisear y sorber”. Foster y él se mantuvieron alejados en el rodaje, y solo el último día se sentaron juntos a comer, para acabar confesándose que cada uno había pasado “miedo” con el personaje del otro.

 

Con el Oscar, recuerda, le dio una alegría a su madre y superó su ansiedad. Se mudó a California, le llegaron proyectos de más peso (Regreso a Howards End, Nixon, Lo que queda del día, Leyendas de pasión, Sobrevivir a Picasso, Amistad, La máscara del Zorro, ¿Conoces a Joe Black?). En 2000 le nombraron alcalde honorario de la ciudad en la que residía, Pacific Palisades, y así conoció a Stella Arroyave, una anticuaria y galerista, que se convirtió en su tercera esposa. Con ella, que es la primera que le señala que posee “rasgos asperger” (“Y vista mi tendencia a la memorización y a la repetición, es cierto”, escribe), ha alcanzado por fin la tranquilidad y la felicidad.

Ahora, Hopkins elige guiones por su interés interpretativo, porque le obliguen a un viaje exótico o por dinero. A estos últimos (vamos, el universo Marvel) los denomina NAR, porque Gregory Peck los bautizó así en el rodaje de El hidalgo de los mares: NAR, no acting required; con sacar porte, cumple. En las páginas postreras confiesa que el mejor papel que ha interpretado es el del rey Lear, y que el segundo Oscar (por El padre) le pilló durmiendo, de visita en Gales, porque no se lo esperaba. Disfruta pintando, baila en divertidos TikToks, da conferencias a actores jóvenes... Aunque antes de despedir el libro con varios de sus poemas favoritos, el galés apunta: “Los sueños pronunciados en alto se han hecho realidad”. Y de su profesión, escribe: “Cuanto menos se piensa, mejor. [Sin embargo] cuanto mayor me hago, menos cosas sé”.

TITULO : Aquí la tierra -  Los Flamenquitos' ganan el X Concurso de Migas,.

Los Flamenquitos' ganan el X Concurso de Migas,.

'Chicas guays' y 'Las chicas del pádel' completaron el podio,.

 Los Flamenquitos, flamantes ganadores

 fotos - Los Flamenquitos, flamantes ganadores,.

El Concurso de Migas previo a la Navidad va camino de ser una tradición arraigada en Talayuela. No en vano ha cumplido diez años, siempre con buena aceptación.

El desapacible clima reinante en la mañana del sábado, Día de la Constitución, no fue razón de disuasión para que los vecinos no participaran en este evento culinario.

 

Los fogones y el olor a migas inundaron el pueblo. Huevos fritos, pimientos ahumados crujientes y patatas fueron protagonistas en una mañana en un ambiente distendido, lleno de risas, convivencia, música y por supuesto, una degustacion de migas extremeñas.

Hasta una docena de peñas concurrieron en esta edición, siendo el primer premio para Los Flamenquitos, el segundo para las Chicas Guays y el tercero para otras chicas, las del Pádel.

      TITULO:  Tramoyista - La revista ‘Cahiers du cinéma’ elige ‘Tardes de soledad’ de Albert Serra como la mejor película de 2025,.

La revista ‘Cahiers du cinéma’ elige ‘Tardes de soledad’ de Albert Serra como la mejor película de 2025,.

El filme, un documental sobre el torero peruano Andrés Roca Rey, ganó la Concha de Oro del festival de San Sebastián. En la lista le siguen películas de Paul Thomas Anderson o Nadav Lapid,.

 

foto - El cineasta Albert Serra retratado el 23 de septiembre de 2024 en San Sebastián.

La mítica revista de cine francesa Cahiers du cinéma ha elegido la película Tardes de soledad, del catalán Albert Serra, como mejor película de 2025. Le siguen Una batalla tras otra, de Paul Thomas Anderson, y Yes!, de Nadav Lapid, además de otras nuevas obras de Kleber Mendonça Filho (El agente secreto), Richard Linklater (Nouvelle Vague) o Christian Petzold (Mirrors nº 3). Serra ya había liderado esa lista en 2022 con el filme Pacifiction.

Tardes de soledad es un documental sobre el torero peruano Andrés Roca Rey, ganador de la Concha de Oro del festival e San Sebastián. Serra rodó durante tres años distintas faenas taurinas de los matadores Andrés Roca Rey y Pablo Aguado, aunque al final las apariciones de este segundo se cayeron del metraje. En el filme se muestra la sangre y la arena, los estertores y agonías de los morlacos, pero también la vida íntima del toreo, la preparación del traje de luces, los momentos previos a las faenas o los viajes en el minibús con la cuadrilla. Por su implicación con el toreo al director le fue concedido el Premio Nacional de Tauromaquia.

“Soy aficionado a los toros”, dijo Serra en una entrevista con este periódico, donde además señaló su gusto por el libro de Manuel Chaves Nogales sobre Belmonte y obras sobre toros de otros autores como Michel Leiris o Georges Bataille. “Aunque mi opinión importa poco cuando se hace un filme como Tardes de soledad”, añadió, ante esas protestas que pedían la retirada del filme, pienso que es infantil y ridículo. Es una obra de arte. La película es una obra cerrada en sí misma y todo tiene su razón de ser desde el punto de vista estético. No me interesan las causas ni la ideología, solo el cine. También sé que el cine amplifica la realidad. Yo construyo desde la honestidad”.

Hasta ahora, a juicio de Serra, mostrar la tauromaquia en el cine era “imposible” por la falta de la tecnología adecuada, como micrófonos inalámbricos con baterías de larga duración. “Todo lo anterior ha sido demasiado esquemático o superficial. O grotesco. Con estas cámaras, con esta búsqueda de algo interesante, al menos encontramos algo. A mí en el fondo la realidad no me importa. Me interesa cuando con las imágenes de la corrida, de Roca Rey y de su cuadrilla, el espectador acaba un poco hipnotizado. Cuando la imagen provoca fantasía y hace soñar”, dijo Serra.

No le quiere quitar Serra la crueldad a las corridas. “Es que forma parte de ello. Mostrar este equilibrio era necesario. A mí, esa muerte, que provoca mucha controversia, me parece hasta poética”, aseguraba.

Cahiers du cinéma, uno de los medios de referencia del cine mundial de autor, fue creada en 1951 por, entre otros, el influyente crítico André Bazin, y pocos años después se convirtió en la biblia del cine de autor y el caldo del cultivo de la Nouvelle vague, el movimiento de vanguardia liderado por algunos autores como François Truffaut o Jean-Luc Godard, que habían pasado previamente por su redacción. Desde 2010, en sus listas anuales de las 10 mejores películas han entrado otros cineastas españoles además de Serra: Jonás Trueba, en tres ocasiones; Almodóvar, en dos, y Víctor Erice, por Cerrar los ojos.

 

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