TITULO:
Mi casa es la tuya - Edu Moya , Viernes -26- Febrero ,.
Mi casa es la tuya',
Este viernes -26- Febrero a las 22.00, Telecinco emite una nueva entrega de 'Mi casa es la tuya', con Bertín Osborne charlando con Edu Moya , foto.
Edu Moya ,.
De jugar en Maracaná, a la regional extremeña,.
Caras del deporte,.
Edu Moya ficha por el CP Monesterio a sus 40 años y vestirá la camiseta del club de su tierra 25 años después de marcharse,.
Cuando le insinuaban hace unos ocho años que su fecha de caducidad futbolística apremiaba, Edu Moya, «cabezón», con permiso de una envidiable genética y una escrupulosa disciplina física, respondía lo mismo que ahora cuando se le interpela por si su fichaje por el CP Monesterio es el preludio de su retirada: «que digan lo que quieran, etc,.
TITULO: Pekín Express - La mayor anormalidad democrática .
Pekín Express ,.
Cristina Pedroche conduce 'Pekín Express: La ruta de los elefantes', una aventura en mitad del Índico, en la que 10 parejas con perfiles muy diferentes, etc.
La mayor anormalidad democrática .
foto / Ruido y furia ha provocado el encarcelamiento de un contumaz rapero de cuyo nombre no quiero acordarme, un rebelde con causas, demasiadas causas judiciales pendientes, que está lejos de ser el mártir o héroe de la causa de la libertad de expresión en el que lo han convertido su ciega claque de fanáticos rompecristales y los miopes epígonos,.
El vicepresidente segundo del Gobierno ha dicho que «no hay una situación de plena normalidad política y democrática en España». Iglesias pronunció esta frase tras ser preguntado por las declaraciones de Lavrov, ministro de Exteriores ruso, acerca de los presos independentistas catalanes. Sin embargo, el destino ha querido que sus palabras coincidan en tiempo y forma con los últimos coletazos de un caso paradigmático, un caso que da buena cuenta de la escasa calidad democrática de un Estado que, en lugar de perseguir a ciudadanos corruptos –pienso en el enésimo espectáculo de pirotecnia a cuenta de la caja B del PP; o en Paco Sanz, el estafador de los dos mil tumores, que tampoco pisará la cárcel–, se dedica a censurar artistas: hace pocos días la Audiencia Nacional ordenó el ingreso en prisión del rapero Pablo Hásel, condenado por enaltecimiento del terrorismo e injurias contra la Corona.
Pese a todo, y tras un mal año para la libertad de expresión en España –el año del 'decretazo digital', de la ratificación por parte del Tribunal Supremo de la condena a la revista Mongolia por un fotomontaje de Ortega Cano o de las múltiples agresiones a periodistas por parte de la policía–, me gustaría quedarme con la posibilidad, por remota que sea, de que esta tendencia revierta en 2021. Hace poco conocimos la noticia de que el Supremo había tumbado definitivamente la demanda de Bea Gondar, exalcalde de O Grove, contra el autor y los editores de 'Fariña'; y este martes el Gobierno anunció su intención de eliminar la pena de cárcel para los delitos de expresión similares al de Hásel. Con un poco de suerte, la restitución de la normalidad democrática dejará de importar sólo en campaña.
TITULO: UN BUEN PLAN ES IR AL CINE - El Estado contra Pablo Ibar (Miniserie de TV).
- Reparto
- Documental
- Miniserie documental de seis episodios. En 1994 el español Pablo Ibar es arrestado y sentenciado a muerte por un triple asesinato ocurrido en el sur de Florida. El atroz crimen es recogido por una cámara de seguridad oculta en una estantería de la vivienda donde se produjeron los hechos. En las imágenes se puede ver a dos personas perpetrando a sangre fría los asesinatos. El parecido de uno de los asesinos con Pablo Ibar sirve para sentarlo en el banquillo de los acusados, aunque la baja calidad de las imágenes impide asegurar que sea él. En 2016 y tras 16 años en el corredor de la muerte, los abogados de Ibar consiguen reabrir el caso alegando numerosas irregularidades durante el proceso además de la debilidad e inconsistencia de las pruebas. De nuevo en la casilla de salida, Pablo Ibar se prepara para un nuevo juicio en el que la fiscalía continúa pidiendo para él la pena máxima. Esta será su última oportunidad.
- TITULO: Días de cine - Cine - Candela Peña . Viernes -26- Febrero.
- Días de cine' -Candela Peña .Días de cine,.
Viernes -26- de Febrero a las 20:35 horas en La 2 / foto,.
Entrevista completa con Candela Peña
Como todas las semanas 'Días de Cine' os avanza la entrevista completa con la madrina de la semana, la actriz Candela Peña. Una de las más galardonadas de nuestro cine que está de actualidad por su nueva nominación a los Goya a Mejor Actriz Protagonista (La boda de Rosa) y por el estreno de la segunda temporada de la serie 'Hierro',.
TITULO: Saber Vivir - ¿Esperaría media hora a un amigo para comer? ,.
-
¿Esperaría media hora a un amigo para comer?,.
Tardones hay en todas partes, ¡los hay incluso británicos! Y tiene que ver con la genética, con la profesión y con eso de si «mides o vives» el tiempo,.
foto / Habéis quedado para comer, a las 14.30 en la puerta del restaurante; van a dar menos veinte... 'pi, pi', un mensaje de whatsapp: «Estoy ya en el metro, llego en diez minutos. Si quieres, vete cogiendo mesa». Algo así le ha pasado alguna vez hasta al más puntual. Lo de llegar tarde, no digamos ya lo de esperar a los tardones... Y los hay de manual: «Tengo una amiga que siempre, por sistema, llega tarde, así que un día le hice esperar a propósito. Crucé la acera y la observé sin que me viese. Quería comprobar cómo reaccionaba al no verme ya allí. Llegó y dejé que pasaran diez minutos, mientras ella miraba distraída unos escaparates. Entonces aparecí corriendo: 'Lo siento, me he retrasado'. ¿Estaría molesta por mi tardanza, que es lo que me pasa a mí cuando me tiene esperando media hora? '¡Tranquila mujer! No pasa nada'. No le dio la menor importancia y me dí cuenta de que mi amiga no llegaba tarde por fastidiarme». Diferencia Elisa Sánchez, psicóloga que imparte cursos de gestión del tiempo, entre personas que viven el tiempo (su amiga) y personas que lo miden (ella). «Las primeras llegan tarde a todas partes y se pierden cosas, pero, a la vez, disfrutan del tiempo».
Ser de uno u otro grupo tiene que ver con la genética, con la cultura... y hasta con la profesión. «Tenía que dar un curso de coaching a pilotos de avión y uno de los asistentes llegó dos minutos tarde. El hombre se empezó a disculpar y yo no entendía ese agobio por dos minutos. Pero es que en el sector aeronaútico los costes de un retraso, aunque sea de dos minutos, pueden suponer mucho dinero y tener repercusiones que afecten a mucha gente. En la aviación el tiempo es oro y esas personas actúan así también en su vida diaria. Te dicen: 'Paso a recogerte a las tres y veinticinco'. Y no es a y media, es a y veinticinco exactamente. En otros sectores, relacionados con la creatividad sobre todo, no se mide el tiempo igual. ¿O acaso hay algún concierto que empiece a la hora?».
Al margen de que las consecuencias de que un concierto se retrase media hora nada tienen que ver con un vuelo que se demore siquiera cinco minutos, la puntualidad (o la falta de ella) tiene mucho que ver con la personidad de cada uno, sea piloto o vocalista de un grupo de rock. «Hay una parte genética. La cordialidad, la empatía, el tesón, la perseverancia, la precisión, la minuciosidad... Las personas que más puntuan en estos rasgos suelen ser también personas puntuales», explica Enrique García Huete, psicólogo clínico y director de Quality Psicólogos. Y como muchas cuestiones genéticas, el 'ambiente', las influencias externas, puede variar esa predisposición natural, en un sentido o en el contrario. «Aunque todos los niños llegan puntuales al colegio habrá algunos a los que sus padres les dicen siempre: 'Venga, vamos, que llegamos tarde. Apresúrate, que no quiero hacer esperar a tus amigos'. Y otros que, sin embargo, cuando están en casa remolonean, no acaban de sentarse a la hora para cenar... y nadie les apremia».
– ¿El 'tardón' llega tarde siempre o se puede corregir?
– Puedes ser un vago redomado pero seguro que estás a la hora en el médico o en un examen. ¿Por qué? Porque si no lo estás sabes que vas a tener un perjuicio. No vas a poder presentarte a ese examen para el que te has preparado o se te va a pasar la cita del médico. El ser humano se mueve para obtener beneficios o para evitarse problemas o malos ratos. La cita con el doctor es importante, por eso estás a la hora. Pero el amigo, 'bah, que espere, que no es para tanto'. Entonces, ¿qué ocurre? Pues una de estas dos cosas: o el amigo se cansa de esperarte todos los días y acaba no contando contigo para comer, lo que hará cierta mella en tu automatismo de llegar siempre tarde; o termina aceptando que llegues tarde y, al no haber consecuencias negativas, seguirás demorándote.
– ¿Qué 'beneficio' encuentra el puntual al llegar a su hora?
– No generar molestia al otro también supone un beneficio para muchas personas. Es como el que está en un atasco y avisa por teléfono de que llegará diez minutos tarde a la reunión de trabajo. Esa persona se pone en el lugar del que está esperando. Mientras que otros, en ese mismo atasco, ni mandan un mensaje para advertir de la tardanza.
No hacerte sentir vergüenza
La impuntualidad en el trabajo, además de estar «muy mal vista», advierte Elisa Sánchez, «es una de las principales fuentes de conflictos laborales. Sobre todo porque muchas veces que tu compañero llegue veinte minutos tarde implica que tú tengas que hacer su trabajo. Además, siempre suele poner excusas: que si el coche, que si los niños, que si la suegra... Eso quema mucho».
La puntualidad, en el trabajo o fuera de él, se va «flexibilizando de norte a sur», advierte Enrique García Huete. Y remite a la cacareada puntualidad británica. «Allí es un valor. Aunque haya británicos tardones, la cultura marca», sostiene. Confirma Rubén, biólogo vasco emigrado hace casi veinte años a Londres. «Hace años estuve de gerente en un café en la City y abríamos a las siete de la mañana. El primer cliente era todos los días el mismo tipo y entraba en cuanto abríamos la puerta. No sólo eso, si abríamos aunque fuese dos minutos tarde se le notaba visiblemente molesto por la falta de puntualidad. Eso sí, nunca nos dijo nada».
– ¿Ni un reproche?
– No porque chocarían dos aspectos muy importantes de la 'psicología' británica. Por un lado, le dan mucha relevancia a la puntualidad pero, por otro, nunca te van a reprochar la impuntualidad para no hacerte sentir vergüenza por llegar tarde. Para el británico medio, no utilizar malas maneras es, probablemente, más importante todavía que ser puntual. Otra cosa es que por dentro estén pensando: 'Estos españoles siempre llegan tarde'. Y a veces, tienen razón.
Vamos más al norte, a Suecia. Porque cuanto más al norte, más puntuales ¿no? Daniel Palomo, ingeniero bilbaíno y residente en Estocolmo desde hace tres años dice que sí, que allí son «super extra puntuales». «A la oficina todos llegan cinco minutos antes y si vas a demorarte, aunque sean dos minutos, llamas para avisar. Y ahora que todo va por Skype es exagerado. Hoy he tenido una reunión a la que me he conectado cuatro minutos antes. Un minuto antes lo ha hecho la organizadora. Un tercero ha llegado dos minutos después y la organizadora ya estaba diciendo que le parecía raro. El otro, por supuesto, ha pedido perdón. Con amigos es menos extremo, pero también está mal visto llegar tarde a una cita, les parece una falta de respeto. Pero como son tan políticamente correctos, aunque les moleste no te lo dirán». Daniel, que antes de mudarse a Suecia vivió unos años en Reino Unido, asegura que en esto de la puntualidad, «los suecos lo son todavía más que los británicos».
Y los españoles, ¿por qué puesto del ranking andamos? Cristobal Torres, catedrático de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid, sostiene que la impuntualidad que tenemos atribuida «es un estereotipo, igual que cuando decían que en España no se iba a poder dejar de fumar en los bares».
– Entonces, ¿no somos tan impuntuales como nos pintan?
– No. Aunque hay tardones, como en todas partes.
«Te llaman del trabajo, de la tintorería, llega un email...» ¡Imposible llegar a la hora!
La culpa de nuestra impuntualidad... ¡la tiene el móvil! «La digitalización, la capacidad de trabajo que te da un ordenador, la multitarea del teléfono... se ha traducido en un aumento de nuestros ritmos de vida», advierte el sociólogo Cristobal Torres. Y desarrolla esta hipótesis que se revela más que demostrada. «Hoy hacemos muchas más cosas de las que hacíamos hace cuarenta años, y eso se proyecta en las relaciones sociales. Tenemos que entregar un informe, devolver una llamada, recoger a los niños a las cinco en el colegio, cenar a la hora...». Y con semejante lista de tareas, sostiene el experto, la probabilidad de que lleguemos tarde a alguna se incrementa. «¿Cuántas cosas te permite hacer el móvil?» (incluida la de avisar por WhatsApp de que vas a retrasarte), plantea el sociólogo. Y no solo el móvil: «Te llaman del trabajo y a la vez de la tintorería. Entonces llega un email y lo tienes que responder ya. ¡Y meter la pizza al horno sin que se te queme!».
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