Patrimonio", por Espido Freire
Lo más probable es que yo no visite nunca Medina Azahara, porque estoy en un momento en el que viajar es un incordio...
Lo más probable es que yo no visite nunca Medina Azahara, porque estoy en un momento en el que viajar es un incordio,
y yo llevo una vida ordenada: dormir unas 20 horas al día, comer
equilibradamente de todo lo que me gusta, estirarme un poco, cazar a mi
perrita Trudi y dormir de nuevo. Pero en fin, de monumento a monumento,
quiero transmitir mi calurosa y felina enhorabuena a esa preciosa ciudad de Córdoba, que ha sido nombrada Patrimonio de la Humanidad.
Qué racha lleva Córdoba: ya son Patrimonio la Mezquita, su Casco
Histórico, la Fiesta de los Patios, con sus tiestos reventando de flores
y de colores, y la ciudad califal que llevan excavando más de un siglo y
que apenas ha comenzado a mostrar sus bellezas.
Si no hubiera logrado esa distinción, no habría pasado nada. Aquí estoy yo, sin que nadie me haya nombrado; pero en mi interior sé que soy una de las modernas maravillas del mundo. No del mundo felino. Del mundo, en general. De autoestima ando bastante bien, y de pelo, ni os cuento.
Pero no ha sido así: en Baréin, la jequesa que preside el comité ha declarado lo que todo el mundo sabía, que merece la pena que ese patrimonio sea conocido y reconocido, que hay que cuidarlo como si fuera un ser vivo y que ya va siendo hora de que los que aquí vivimos apreciemos lo que otros valoran como extraordinario.
Me habría gustado estar en Baréin como representante de mi especie. Al fin y al cabo, alguien debería hablar por los gatitos en el yacimiento de Medina Azahara, que salen a la luz de Luna para contemplar las estrellas y maullar las leyendas de las que hemos sido testigos.
Ah, si nosotros habláramos. Ya había gatos cuando los omeyas edificaron esa ciudad en el siglo X, con sus jardines y sus fuentes, las calles y las casas, los palacios y esos arcos de herradura tan exquisitos y característicos, pintados de blanco y de ese rojo intenso que se llama almagra.
Aunque no lo recoge el Corán, la tradición oral cuenta que Mahoma tenía una gata a la que quería mucho, y que una vez que se había quedado dormida sobre él, se cortó un trozo de túnica para no despertarla. En el siglo X, movíamos nuestras colas sobre almohadones de seda, o nos colábamos por los callejones en busca de aventuras, exactamente igual que ahora, aunque la seda sea poliéster. Es lo que tiene vivir con una escritora y no con una sultana.
Si yo hubiera estado allí, con un pequeño turbante, como una jequesa en miniatura, habría alabado con toda mi elocuencia las virtudes de Medina Azahara. Habría dicho, por ejemplo, que sobre su noche se vuelca la plata de Luna rajada en el cielo. O que el naranjo apenas presta parte de su aroma a su nombre. Soy un poco poeta, y un mucho maravilla.
Las recetas preparadas a base de carne de cordero, se encuentran habitualmente en la gastronomía mediterránea.
Para esta deliciosa receta donde te voy a enseñar cómo preparar Chuletas de Cordero preferiblemente vas a necesitar ingredientes frescos, los cuales preparados de forma sencilla nos darán como resultado un delicioso plato. Además con carne de cordero podemos preparar una variedad de ricas recetas entre ellas destaco dos de mis preferidas: Cordero a la miel y Cordero lechal asado.
En uno de los tazones para mezclar, agrega la ½ taza de harina y ¼ de taza de agua agitando continuamente hasta lograr homogeneidad.
En otro tazón para mezcla, prepara una combinación uniforme con la menta, el romero, la miga de pan y el coco.
2. Seguido debes calentar una sartén con aceite y seguidamente debes sellar las chuletas.
3. Luego sácalas y báñalas con la mezcla de agua y harina de trigo.
4. Siguiendo el proceso debes pasar las chuletas por la mezcla de miga de pan, el romero, la menta y el coco, realizando una adición uniforme, después debes llevar las chuletas de nuevo a la sartén con el aceite y dorar por ambos lados al gusto.
Es evidente la facilidad y rapidez con que se prepara este plato, una recomendación personal es servir inmediatamente el plato, lo puedes acompañar con arepas o con arroz y ensalada.
Si no hubiera logrado esa distinción, no habría pasado nada. Aquí estoy yo, sin que nadie me haya nombrado; pero en mi interior sé que soy una de las modernas maravillas del mundo. No del mundo felino. Del mundo, en general. De autoestima ando bastante bien, y de pelo, ni os cuento.
Pero no ha sido así: en Baréin, la jequesa que preside el comité ha declarado lo que todo el mundo sabía, que merece la pena que ese patrimonio sea conocido y reconocido, que hay que cuidarlo como si fuera un ser vivo y que ya va siendo hora de que los que aquí vivimos apreciemos lo que otros valoran como extraordinario.
Me habría gustado estar en Baréin como representante de mi especie. Al fin y al cabo, alguien debería hablar por los gatitos en el yacimiento de Medina Azahara, que salen a la luz de Luna para contemplar las estrellas y maullar las leyendas de las que hemos sido testigos.
Ah, si nosotros habláramos. Ya había gatos cuando los omeyas edificaron esa ciudad en el siglo X, con sus jardines y sus fuentes, las calles y las casas, los palacios y esos arcos de herradura tan exquisitos y característicos, pintados de blanco y de ese rojo intenso que se llama almagra.
Aunque no lo recoge el Corán, la tradición oral cuenta que Mahoma tenía una gata a la que quería mucho, y que una vez que se había quedado dormida sobre él, se cortó un trozo de túnica para no despertarla. En el siglo X, movíamos nuestras colas sobre almohadones de seda, o nos colábamos por los callejones en busca de aventuras, exactamente igual que ahora, aunque la seda sea poliéster. Es lo que tiene vivir con una escritora y no con una sultana.
Si yo hubiera estado allí, con un pequeño turbante, como una jequesa en miniatura, habría alabado con toda mi elocuencia las virtudes de Medina Azahara. Habría dicho, por ejemplo, que sobre su noche se vuelca la plata de Luna rajada en el cielo. O que el naranjo apenas presta parte de su aroma a su nombre. Soy un poco poeta, y un mucho maravilla.
LA BUENA NOTICIA
El conjunto arqueológico de la ciudad califal de Medina Azahara (Córdoba) ha sido recientemente declarada Patrimonio Mundial de la Unesco. Lady Macbeth, la gatita de Espido Freire, nos lo cuenta.TITULO,. CON UN TOQUE ESPECIAL - COCINA - costillas de cordero con costra de hierbas,.
Chuletas de cordero con costra de hierbas y miga de pan
fotos.
Ingredientes
- 3 libras de chuletas de cordero
- 2 tazas de miga de pan
- ½ taza de coco deshidratado
- ½ taza de harina de trigo mezclada con ¼ de taza de agua
- 2 cucharadas de ajo picado
- 2 cucharadas de menta picada
- 2 cucharadas de romero picado
- Sal y pimienta al gusto
- 4 cucharadas de mostaza
- ½ taza de aceite vegetal
Para esta deliciosa receta donde te voy a enseñar cómo preparar Chuletas de Cordero preferiblemente vas a necesitar ingredientes frescos, los cuales preparados de forma sencilla nos darán como resultado un delicioso plato. Además con carne de cordero podemos preparar una variedad de ricas recetas entre ellas destaco dos de mis preferidas: Cordero a la miel y Cordero lechal asado.
Qué necesitas para preparar chuletas de Cordero
Adicional a los ingredientes para elaborar esta receta, vas a necesitar utensilios comunes de tú cocina, entre los cuales necesitas 2 sartenes, tazones para mezclar y unas buenas pinzas.Consejos:
Antes de ponerte manos a la obra, debes preparar las mezclas para bañar las chuletas.En uno de los tazones para mezclar, agrega la ½ taza de harina y ¼ de taza de agua agitando continuamente hasta lograr homogeneidad.
En otro tazón para mezcla, prepara una combinación uniforme con la menta, el romero, la miga de pan y el coco.
Procedimiento.
1. Para empezar, condimenta las chuletas con sal, pimienta, mostaza y ajo al gusto.2. Seguido debes calentar una sartén con aceite y seguidamente debes sellar las chuletas.
3. Luego sácalas y báñalas con la mezcla de agua y harina de trigo.
4. Siguiendo el proceso debes pasar las chuletas por la mezcla de miga de pan, el romero, la menta y el coco, realizando una adición uniforme, después debes llevar las chuletas de nuevo a la sartén con el aceite y dorar por ambos lados al gusto.
Es evidente la facilidad y rapidez con que se prepara este plato, una recomendación personal es servir inmediatamente el plato, lo puedes acompañar con arepas o con arroz y ensalada.
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