Me niego a que se recuerde a mi hermana Sharon por los últimos 20 minutos de su vida,.
El brutal asesinato de Sharon Tate conmocionó
Hollywood. 46 años después, su hermana quiere reivindicar su memoria.
Hablamos con ella sobre la icónica actriz, su relación con Polanski y
sus asesinos.
A la mañana siguiente, el ama de llaves encontró los cuerpos sin vida de la actriz, sus tres amigos y Steven Parent, un amigo del vigilante de la casa. Fue un crimen brutal: Tate recibió 16 puñaladas y los asesinos utilizaron su sangre para escribir cerda en la puerta. La actriz, que tenía 26 años, fue enterrada una semana después con su hijo en brazos.
Aquel brutal crimen conmocionó a Hollywood, y eclipsó la historia de una de las actrices más prometedoras y bellas de su generación. "Ella era mucho más que esos últimos 20 minutos de su vida. Me niego a honrarla, o a deshonrarla, reduciendo su legado y su recuerdo a esos últimos instantes. No es justo", explica su hermana, Debra Tate. Por eso, decidió publicar el libro 'Sharon Tate. Recollection', un homenaje a su hermana en el que no se mencionan ni los asesinatos ni a los autores de los crímenes.
- La hermana mayor
Era una niña preciosa que ganó su primer concurso de belleza infantil con apenas seis meses. Mientras la familia residía en Italia, Sharon empezó a trabajar como extra en películas y seguía participando en certámenes de belleza. "Recuerdo que me nombró responsable de sus enaguas. Tenía que meterme debajo de su vestido y asegurarme de que estuvieran bien estiradas. Lo hizo para que no me sintiera excluida. Sharon era muy buena y atenta. Siempre estaba pendiente de los sentimientos de los demás".
Pero Tate sabía que, si quería ser actriz, tenía que probar suerte en Hollywood. Después de hacer pequeños papeles en televisión y de presentarse a decenas de castings, consiguió un papel en 'El ojo del diablo', junto a Deborah Kerr. Luego, vendrían 'El valle de las muñecas', que se convertiría en una cinta de culto, y 'El baile de los vampiros', donde conoció al director polaco Roman Polanski.
Se casaron en Londres pocos meses después. El director le fue infiel desde el principio. Él quería tener un matrimonio abierto; ella aspiraba a que su marido le guardara fidelidad. "Tenemos un buen acuerdo. Roman me miente y yo hago como que le creo", le llegó a confesar al productor Peter Evans.
Debra Tate vivió su relación en primera fila. "Claro que escuché los lamentos de Sharon, pero también lo mucho que le quería. Estaba muy enamorada de Roman. El principio de una relación nunca es fácil. Además, eran los 60, con la revolución sexual y esas cosas... Las mujeres Tate somos cariñosas y leales, fuimos educadas en el catolicismo y estoy convencida de que Sharon hubiese trabajado para resolver sus problemas. Sentía un amor profundo y muchísima admiración por Roman: le gustaba su intelecto y su sentido del humor", explica. Llevaban un año y medio casados. "Los que pasé con Sharon fueron los mejores años de mi vida", escribió el director en su biografía.
Después del crimen, Polanski vivió acechado por la paranoia: sospechaba de todos a su alrededor. Finalmente, tras meses de investigación y de que se especulara incluso sobre su propia implicación, la policía detuvo a cinco personas. Todos eran seguidores de Charles Manson, un músico frustrado que quería desencadenar una guerra racial y que dijo encontrar la inspiración para los crímenes escuchando la canción de los Beatles 'Helter Skelter'. "Sharon pedía y suplicaba, y suplicaba y pedía, y me harté de oírla, así que la apuñalé", confesó ante el juez Susan Atkins, una de las seguidoras de Manson que en el momento de crimen estaba bajo los efectos del LSD.
- Los derechos de las víctimas
Aunque fueron condenados a muerte en 1971, cuando el Tribunal Supremo ilegalizó la pena capital un año después durante un breve periodo de tiempo, la condena se sustituyó por la cadena perpetua. Susan Atkins murió en prisión en 2009 por un cáncer. Las peticiones de libertad condicional de Manson, que tiene 80 años, han sido rechazadas 12 veces. Pero lo que más le indigna es la mitología creada alrededor de los asesinos. El año pasado, sin ir más lejos, Manson solicitó una licencia matrimonial para casarse con una seguidora de 27 años.
Debra tenía 16 años cuando asesinaron a Sharon. El crimen marcó su vida. "Cuando algo así te ocurre, el tiempo se detiene indefinidamente y altera el rumbo de tu existencia... No sé adónde me hubiera llevado la vida". Su hermana iba a ser madre, era una actriz prometedora, un icono en ciernes... "A veces pienso qué hubiera sido de ella... Creo que hubiera hecho carrera en la comedia. Le habría gustado hacer reír a la gente".
- El renacer de un icono
"Me di cuenta de que, de pronto, había nuevos fans de Sharon de entre 15 y 25 años. Y sentí que quería proporcionarles más información acerca de ella. Eso es lo que me empujó a publicar el libro", explica Debra Tate, hermana de la actriz. 'Sharon Tate. Recollection' es una recopilación de fotografías de la estrella, así como de testimonios de gente como Jane Fonda, Joan Collins o el propio Polanski (que le escribe una carta de amor a su mujer).
TÍTULO: SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO - SOY ESCORPIO,.
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Y es que mostrar simpatía por los horóscopos es tan peligroso como hablar de bolsos bonitos. Es una de esas cosas que casi todo el mundo practica en la intimidad pero pocos confiesan en público. Como las revistas y programas del corazón. A nada que escarbes, descubres, por supuesto, que no hay una sola persona que desconozca su signo del horóscopo, y, sobre todo, que apenas los hay indiferentes a la supuesta influencia de los astros en nuestra personalidad y en nuestra vida. Incluidas las mentes más científicas.
Yo misma me considero como tal. De hecho, el aval de los datos me parece esencial en cualquier afirmación profesional, en mi trabajo periodístico y universitario. ¿Y los datos que sustentan esa teoría? Es una de las preguntas que más repito a mis alumnos como introducción a la reiterada y machacona explicación sobre las reglas de la ciencia.
Y, sin embargo, y fuera de mi trabajo, leo el horóscopo, me intereso por el signo de mis amigos y de mis parejas y hasta me fijo estos días en que Saturno está haciendo no sé qué cosa en mi signo que parece inquietante y, desde luego, completamente inapropiado para este mes de vacaciones en el que pretendo relajarme.
Y no solo me divierto, al menos cuando no está Saturno cerca, sino que lo considero una concesión a la imaginación y al misterio. Una forma de reconocer que la ciencia no lo aclara absolutamente todo, que lo inexplicable, el azar y lo irracional están en nuestras vidas por mucho que deseemos controlarlo todo y entender a través de la razón cada una de las cosas que nos ocurren. Una manera de ser un poco menos insoportablemente racional en todo.
Dicen que las mujeres nos interesamos más que los hombres por el horóscopo y lo cierto es que ningún hombre me ha preguntado jamás por mi signo y yo sí que me he interesado por el de ellos. Lo que no quiere decir que sean más científicos o serios que nosotras. Simplemente, les da más vergüenza hacer alardes de irracionalidad. Casi más que confesar el uso de una hidratante.
Otra cuestión cultural y no de diferencias de naturaleza. Y en el que los hombres pierden más que nosotras. Y no por la capacidad explicativa del horóscopo, claro está, sino por lo que la imaginación y la mente abierta nos ayudan a descubrir, a preguntar, a cuestionar. O, simplemente, a divertirnos.
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