BLOC CULTURAL,

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domingo, 11 de enero de 2015

DESAYUNO-- CENA--DOMINGO, Juan Luis Guerra: CANTANTE,./ ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ !, Raoul Dufy, el artista que solo pintó cuadros alegres,.

TÍTULO: DESAYUNO-- CENA--DOMINGO,  Juan Luis Guerra: CANTANTE,.

 DESAYUNO-- CENA--DOMINGO,

-foto--Juan Luis Guerra: "En Nueva York he hecho muchos cursos de aceite, y los españoles mandan"

El cantante Juan Luis Guerra. (Fotografía: Javier Ocaña)Nací en la República Dominicana en 1957. Mi nuevo trabajo, 'Todo tiene su hora', es muy romántico y muy bailable, porque es hora de alegría. El próximo verano estaré con él de gira por España. 

XLSemanal. No lo hacía tan alto...
Juan Luis Guerra. Mi padre jugaba al básquet. Yo mido 1,92 m, y mi hijo es aún más grande que yo. A veces tenemos problemas con los vaqueros...
XL. Este es su CD número 12; pero, por mucho que se esmere, siempre será el de Que llueva café en el campo.
J.L.G. No me molesta en absoluto: aquel merengue marcó mucho mi carrera, tanto en España como en otros países. 
XL. Cuenta que le gustaría grabar una bachata con Paul McCartney. ¿Se hace el interesante el Beatle con usted?
J.L.G. Sería mi sueño; sé que es muy bachatero y, me dicen, muy abierto y simpático. Así que, si viene, ¡estupendo!
XL. Sello de la casa: al menos una canción religiosa en todos sus discos.
J.L.G. Sí, en mis canciones hablo del Señor: el horno no está para galleticas. También trato de que siempre haya una parte de denuncia social.
XL. Dice que, con su música, da gloria a Dios. Sorprende esta forma de predicar el Evangelio. 
J.L.G. Yo debo hacerlo. Si tengo esa buena noticia, ¿por qué no darla? Mi relación con el Señor es para darle las gracias por lo que he recibido.
XL. ¿Conoce al Papa Francisco?
J.L.G. No tengo la dicha. Nunca he pedido audiencia; pero me gustaría.
XL. Pues seguro que eso es más fácil de conseguir que cantar con el Beatle...
J.L.G. ¡Jajaja! ¡Qué bueno está eso! Lo tendré en cuenta.
XL. Dice que evita las tentaciones alejándose de ellas.
J.L.G. ¡Hay que hacerlo! A algunos les cuesta más que a otros, pero yo lo tengo clarísimo. No me gusta jugarme 30 años de matrimonio [sonríe].
XL. ¿Es verdad que solo baila cuando su mujer lo obliga?
J.L.G. Me gusta que otros bailen, pero no yo. Aunque, si hay que hacerlo, lo hago: presionado, bailo; solo así [ríe].
XL. ¿Va a resultar serio y aburrido?
J.L.G. En los conciertos, no. Tengo mucho ritmo y me gusta hacer brincar a la gente. En una fiesta... me suelo quedar sentado, disfruto tranquilo. 
XL. Dice que es tiempo de alegrías, pero en España...
J.L.G. Pues yo veo que es un país muy alegre y muy bonito, como siempre. No tengo mucho tiempo de investigar más.
XL. ¿Lo enamora aún el aceite de oliva?
J.L.G. ¡Síííí! En Nueva York he asistido a muchos cursos de aceite, y los españoles mandan, siempre están en los primeros lugares. En esta visita he comprado ya tres tipos diferentes para llevarme.

Su desayuno: Ojalá que llueva aceite. «Me levanto a las 5:30. Bebo un café y voy a caminar un rato. Al volver, tomo unos huevos hervidos con una tostada integral. ¿El aceite? Lo reservo para el mediodía».

  TÍTULO: ¡ QUE TIEMPO TAN FELIZ !,Raoul Dufy, el artista que solo pintó cuadros alegres,.

Cómo mirar un cuadro...fotos,.

Raoul Dufy, el artista que solo pintó cuadros alegres,.

El Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid recupera la figura del creador francés Raoul Dufy a través de su obra más personal.

Raoul Dufy (El Havre, 3 de junio de 1877 - Forcalquier, 23 de marzo de 1953). Fascinado por la luz de la Riviera. Su obra fue influida por Van Gogh y los impresionistas hasta que descubrió a Matisse en 1905 y se entregó al fovismo, corriente que exalta el color y a la que permanecería fiel toda su vida. Durante un tiempo breve, a raíz de su relación con Braque, experimentó con el cubismo. Dufy, además de pintor, fue también ilustrador y diseñador de textil, con un importante peso en el mundo de la moda. Durante más de 40 años pintaba escenas de la Riviera Francesa, el único lugar según él que ofrecía esta luz tan especial.

1. El casino: un emblema de la época
El lado izquierdo del cuadro es dominado por un gran edificio que parece una catedral con su cúpula dorada. Se trata del casino de Niza, proyectado para entretener a la jet durante la Belle Époque. Fue construido en 1882 y desmantelado por las tropas alemanas en 1944 para reutilizar los materiales férreos, como los del muelle, pintado por Dufy con rápidas pinceladas en azul marino.
2. Las pinceladas: gran variedad
Un gran baile de diferentes pinceladas domina el lienzo: desde las más veloces sobre el mar, conocidas como taquigráficas, hasta las más gruesas que recrean a los paseantes con sus abrigos. Las pinceladas sueltas y finas se convierten en palmeras, hamacas o caballos; las más onduladas dibujan la montaña en el horizonte; otras, a modo de garabato, envuelven el casino.
3. La composición: abierta y simétrica
El espíritu fovista de Dufy rebosa en esta composición que muestra una vista panorámica de la bahía de los Ángeles de Niza, uno de sus motivos favoritos, recreando una idílica y animada tarde de otoño en la cálida Costa Azul, con carruajes y paseantes. Todo ocurre en la primera mitad del lienzo, mientras que la parte superior abre el horizonte hacia un infinito y difuminado cielo.
4. La luz: origen de los colores
Según Dufy, la luz es el alma del color. Sin luz, el color no es nada. A pesar de tratarse de un atardecer, Dufy consigue dotar el cuadro con alegría e iluminar cálidamente toda la composición a su propia manera, colocando dos focos de luz en cada lado del lienzo: la puesta de Sol a la derecha y el casino iluminado a la izquierda.
5. El color: un sentimiento
La paleta es luminosa, de colores puros, intensos y con fuertes contrastes cromáticos. Su intención no era interpretar de forma realista el color, sino buscar la libertad y la fuerza expresiva. La imitación directa de la naturaleza y de su colorido no le interesa en absoluto. Prefiere recrear el paisaje siguiendo sus sentimientos. Aquí, el resultado es el cielo que se funde con el mar, y el mar invade el paseo, creando un gran lienzo azul.
6. La perspectiva: imaginaria
El empleo de contornos generalmente sugiere un allanamiento del espacio, pero Dufy logra mantener un sentido inequívoco de profundidad a través de la representación de una arquitectura teatral. Al pintar desde lo alto, el artista amplía su visión a través de la extensión del mar, por la que crea una perspectiva imaginaria en la que resalta algunos elementos siguiendo sus propios criterios.

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