BLOC CULTURAL,

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jueves, 21 de julio de 2022

Cartas Olvidadas -Tambores de guerra ,. / Cartas en el Cajon - Feijóo: «En Cataluña hay un apartheid lingüístico»,. / REVISTA TENIS - Ivanisevic: “No entiendo los abucheos por tirar una raqueta”,.

      TITULO: Cartas Olvidadas -Tambores de guerra,.

 Tambores de guerra,.

 

foto / Por habitar en democracias es como hemos conseguido dar la vuelta al destino que nos venía acompañando como especie,.

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Después de la pandemia solo nos faltaba una guerra, los dos azotes de la humanidad uno detrás de otro, o, mejor, a la vez. Y con el cambio climático en el cogote. Todavía estamos a tiempo de evitarla, pero no hay que excluirlo, un perturbador recordatorio de que nuestro orden social pende de un hilo. Como ya vimos con la crisis del coronavirus, eso que siempre hemos dado por hecho, la “normalidad”, no es más que un eufemismo o una situación transitoria. Hemos pasado de hablar de cosas como el consumo de carne o quién va a apoyar la reforma laboral a especular sobre las intenciones bélicas de Putin y la reacción de la OTAN. Normalidad democrática por un lado, realpolitik, por otro. Aunque, no nos equivoquemos, lo raro es que hubiéramos sido capaces de desterrar a la categoría de excepcionalidad algo que siempre ha acompañado a la humanidad. Quizá por eso mismo se llama “política real”; las otras dimensiones de la política serían lo extraordinario. Quizá, como dice John Gray, porque “matar o morir por ideas sin sentido es como muchos seres humanos han dotado de sentido a sus vidas”.

Sin embargo, hay hechos que son tozudos y permiten albergar alguna esperanza. Por ejemplo, que nunca se ha producido ningún conflicto bélico entre países democráticos, algo que hoy por hoy sigue siendo una ley de hierro, quizá la única que se mantiene incólume en la ciencia política y confirma esa gran intuición de Kant en La paz perpetua. Por eso mismo, por habitar en democracias, es como hemos conseguido dar la vuelta al destino que nos venía acompañando como especie. Por decirlo en otros términos, estar a favor de la democracia en cierto modo es estar también en contra de la guerra, aunque hayan entrado en ella contra otros regímenes y a veces por motivos espurios.

No me sorprende la afirmación radical de pacifismo emitida por Unidas Podemos, sí, en cambio, que se dirija únicamente a la guerra como mal absoluto, algo que creo que compartimos todos, salvo algún desequilibrado. ¿Por qué no hacia quien la quiere provocar? ¿Acaso no fue esto lo que se produjo cuando las guerras del Golfo? Entonces atacamos a quienes la incitaron tanto como a la conflagración bélica en sí. Y esto muestra hasta qué punto sigue presente el automatismo de la vieja distinción entre bloques ideológicos geopolíticos. Hoy no hace falta posicionarse del lado de Putin, basta con no hacerlo del lado de Estados Unidos y Europa. Pero para eso necesitamos algún argumento, no el impecable pronunciamiento a favor de la paz. Ojalá bastaran las declaraciones buenistas para conseguir la reconciliación del mundo. La política “real” —e incluso la “normal”— es otra cosa. Y quien mejor lo sabe es el propio Putin. Si ha podido permitirse el lujo de llegar hasta aquí es precisamente porque conoce bien las debilidades de los sistemas democráticos, esas divisiones internas que siempre trata de fomentar, o su animadversión a la guerra.

 

Por lo ya dicho, la moraleja es bien simple, solo conseguiremos alcanzar un orden internacional pacífico promoviendo la democracia. Lo malo es la situación en la que esta se encuentra, en plena recesión en muchos países e incluso insegura de sí misma allí donde sigue siendo estable. En cierto modo, Putin las está poniendo a prueba, abocándolas a afrontar sus muchas contradicciones. Aunque quizá sirva para lo contrario, para que tomemos nota de su fragilidad y del privilegio que suponen y actuemos por fin en consecuencia. De los votantes depende.

 

 

TITULO: Cartas en el Cajon - Feijóo: «En Cataluña hay un apartheid lingüístico»,.

 

Feijóo: «En Cataluña hay un apartheid lingüístico»,.

El líder del PP reclama al Gobierno que impugne el decreto del Govern al Constitucional,.

 El presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. /efe

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijoó, ha elevado este jueves el tono contra la Generaltat y contra el Gobierno central en plena polémica por la negativa del Govern a cumplir la sentencia sobre el 25% de español en las clases y ha calificado la situación que viven los castellanohablantes en Cataluña de «apartheid lingüístico». Una acusación muy dura que hace referencia a la que sufrieron los negros en Sudáfrica bajo los regímenes racistas durante la segunda mitad del siglo pasado. «Hay un apartheid lingüístico de los niños y niñas catalanas, que no pueden tener conocimiento del castellano en las aulas», ha criticado en Onda Cero, a cuenta del modelo de inmersión catalán, que el Govern trata de blindar con un decreto ley, con el que además intenta sortear el cumplimiento de la sentencia que le obliga a impartir el 25% de las clases en español. El castellano en la escuela catalana está presente únicamente como una asignatura más, y se imparte entre dos y tres horas a la semana por alumno. El idioma vehicular para la enseñanza de las materias es el catalán. El decreto aprobado por la Generalitat reconoce, eso sí, al español como curricular.

Feijoó ha reclamado al Gobierno que impugne el decreto aprobado por el Govern al Tribunal Constitucional. Solo el Ejecutivo tiene la posibilidad de dejar este decreto en suspenso, si así lo requiere de manera cautelar al Constitucional, mientras aborda el fondo de la impugnación. De momento, el Gobierno central no ha mostrado su intención de tumbar la iniciativa legal de la Generalitat, que no cuenta con el apoyo del PSC, pero sí de ERC, Junts y los comunes. La ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, ha señalado desde Jerez que el Ejecutivo nacional está haciendo un «esfuerzo sin precedentes para, en el ámbito de las relaciones entre las administraciones públicas, llegar a acuerdos y no generar conflictos».

«Parece que no lo va hacer» (presentar el recurso de inconstitucionalidad, ha dicho Feijoó. Y ha acusado al Gobierno de sentirse «cómodo» de que en «una parte del territorio nacional se incumpla la ley«, ha declarado. A su juicio, Pedro Sánchez mira haca otro lado en matera lingüística para no molestar a sus socios de ERC y poder alargar la legislatura. El PP, junto a Ciudadanos y Vox, tienen previsto llevar el decreto al Tribunal Constitucional. También al Consejo de Garantías Estatutarias de Cataluña. Esto mismo ya lo hicieron con la ley del catalán, impulsada por PSC, ERC, Junts y los comunes. «En Cataluña se incumplen las leyes y el PP se ve en la obligación de presentar un recurso de inconstitucionalidad», ha afirmado. «Volver a las andadas y volver a hacer un procés lingüístico en Cataluña es inadecuado», ha insistido.

El presidente del PP, que causó revuelo por la posición de la nueva cúpula popular en el debate sobre las nacionalidades de España, en concreto de su número 3, Elías Bendodo, ha vuelto a defender lo que él llama «bilingüismo cordal», aplicado durante sus mandatos como presidente de la Xunta de Galicia, que consiste en que el 50% de las asignaturas se imparten en gallego y el 50% en español. Va más allá de lo que exige el TSJC al Govern catalán, que fija el porcentaje de castellano en el 25%. El Govern se niega a aplicar porcentajes, así se lo ordena a los centros escolares en la circular enviada el martes y que es deriva del decreto aprobado por la administración catalana.

El consejero de Educación de la Generalitat, Josep González-Cambray, en el ojo del huracán, ha vuelto a defender el decreto aprobado. El consejero se ha mostrado dispuesto a defenderlo hasta las últimas consecuencias. Desde ayer, hay querellas penales que apuntan ya directamente contra Cambray. Ciudadanos le ha denunciado por desobediencia y prevaricación en la Fiscalía y entidades que abogan por el bilingüismo han reclamado al TSJC que abra una investigación penal por esos dos mismos delitos. Cambray no cree que los directores de los centros escolares corran riesgo de ser inhabilitados si ignoran la sentencia y no aplican el 25% de español y solo cumplen el decreto ley. El consejero ha asegurado en Catalunya Ràdio que no se plantea «demasiado» si se está jugando la inhabilitación y ha remarcado que el departamento asume la responsabilidad legal de los proyectos lingüísticos que valide. Ha afirmado que está dispuesto a llegar «donde haga falta» en la defensa del catalán en la escuela.


    TITULO : REVISTA TENIS - Ivanisevic: “No entiendo los abucheos por tirar una raqueta”,.

 

 

Ivanisevic: “No entiendo los abucheos por tirar una raqueta”,.

El croata, preparador de Djokovic y ganador del grande británico con el ‘ranking’ más bajo, recuerda para EL PAÍS su histórico triunfo en 2001 y su perfil volcánico,.

 Wimbledon 2022: Ivanisevic: “No entiendo los abucheos por tirar una raqueta”  | Deportes | EL PAÍS

  Ivanisevic - foto,.

La anchura de espalda, su 1,93 de estatura y el subconsciente, que conduce hacia ese violento golpeo que atemorizaba a los rivales cuando él levantaba el brazo y ellos se disponían a restar, conceden un aire fiero a Goran Ivanisevic (Split, Croacia; 51 años). Sin embargo, el croata charla distendido durante una conversación en la que aparca el traje de entrenador –tras la salida de Marian Vajda, dirige a Novak Djokovic en solitario desde esta temporada– y rebobina hacia sus orígenes; también hacia ese jovenzuelo que irrumpió en Wimbledon y desafío a los Agassi Sampras y compañía. Cedió una final contra el primero (1992), dos contra el segundo (1994 y 1998) y, cuando ya nadie daba un duro por él, por fin, elevó el cetro en 2001. Tenía 29 años y 9 nueves –es el sexto más veterano en ganar su primer grande– y entonces jugó invitado por la organización, convirtiéndose en el único tenista que ha triunfado bajo esa condición. Ningún hombre ha ganado el torneo con un ranking (125º) tan inferior.

Pregunta. De niño, usted quería ser barrendero. ¿Por qué?

Respuesta. Sí, así es, pero al final cambié de trabajo [sonríe]. Cuando era pequeño admiraba a las personas que barrían las calles y mantenían limpias nuestras ciudades, pero no era fácil eso de trabajar desde las cuatro de la mañana hasta las tres de la tarde. Después cambié de opinión. Quería agarrar una raqueta y ser un buen tenista. Y lo hice. A veces los sueños no se cumplen, pero el mío sí se cumplió.

 

P. En su día dijo que en su etapa como jugador había tres Goran: el bueno, el malo y el loco. ¿De dónde viene la tricefalia?

R. No lo sé. Si pudiera volver atrás, probablemente cambiaría muchas cosas de mi vida y de mi carrera, pero es lo que le gustaba a la gente de mí: nunca sabían qué esperar cuando estaba en la pista. Yo tampoco sabía si Goran iba a mostrar demasiadas ideas o si se iba a pelear consigo mismo. Perdí demasiados partidos, algunos de ellos muy importantes, pero así era yo. Lo podía hacer mejor o peor.

P. De algún modo, ¿era autodestructivo?

R. En ocasiones sí. Cuando compites en lo más alto contra los mejores jugadores, en las semifinales y las finales de los torneos grandes, son cosas que no puedes hacer. A veces me marchaba de los partidos mentalmente, se me metía ese Goran del que hablábamos en la cabeza y hay que estar centrado, preparado para terminar el partido, para competir. A veces me hacía daño, porque no es que me ganase el otro: era yo quien perdía. Esperaban pacientemente, a ver si se me iba la olla; esperaban, esperaban, y yo acababa haciendo lo que ellos querían.

 

P. ¿Echa en falta a jugadores como usted o McEnroe, de fuerte personalidad?

R. Los echo de menos. Hoy ves que cada vez que alguien lanza su raqueta al suelo todo el mundo abuchea, que es algo que no entiendo. Lo único que puedes tirar al suelo durante el partido es la raqueta. Me gustaría ver más emociones, más peleas, todo está cambiando. Hay gente que dice que ahora es aburrido. Yo no diría aburrido, pero sí es diferente.

P. En ese sentido, Nadal o Federer son la antítesis.

R. Sí, pero quieren ganar, pelean. Rafa es como un toro, lo tienes que matar diez veces. Es educado, todo el mundo es educado, pero en la pista no hay educación, solo quieren ganarte. Así son los grandes campeones: te quieren ganar. Después podéis ser amigos, pero en la pista no hay amigos.

P. ¿Prefiere el juego de su generación o el de ahora?

R. Ha cambiado. Probablemente ahora mismo tengamos a los tres mejores jugadores de la historia del tenis, con Novak, Rafa y Federer. Era bueno antes, es bueno ahora, pero está cambiando.

 

P. ¿Y qué opina de los jóvenes? Con frecuencia se les asocia a los móviles y, en bastantes casos, a otra ética de trabajo.

R. Sí, porque les dan todo. En mi época teníamos que luchar por todo. Hoy a un chaval de 12 años le hacen un contrato. ¿A quién se le ocurre hacerle un contrato a un chico de 12 años? Cuando firmé mi primer contrato tenía 17. Ya era bueno. A ellos les dan todo demasiado rápido, demasiado fácil, y se piensan que son mejores de lo que son. Ojalá empiecen a hacer las cosas bien. No vas a ser un buen jugador porque te hagan un contrato. Tienes que sufrir, tienes que practicar, practicar, practicar; perder, ganar, perder, ganar... Ellos se piensan: ‘Ahora que tengo un contrato, voy a ganar partidos’. Necesitan querer ser mejores cada día, necesitan querer mejorar, el deseo de ganar. El tenis es un deporte de uno contra uno. No te pueden sustituir. Si tienes un mal día te van a ganar y luego llegas a casa y a nadie le importa si dormiste mal... Cuando saltas a la cancha tienes que querer ser mejor, tienes que ganar al rival. Echo de menos esas ganas de pelear. Tienen que tener más hambre para pelear.

P. Si Ivanisevic compitiera hoy día, ¿sería capaz de ganar a jugadores tan fuertes como Nadal?

R. Te adaptas. Los jugadores buenos son buenos, en esta generación o en el futuro. Si eres bueno te adaptas. Es lo mismo en todos los deportes. Si yo tuviera la oportunidad, me gustaría jugar contra Borg o McEnroe. A los de mi generación les gustaría jugar contra Federer o Rafa. ¡Claro que podría jugar contra ellos!

P. En 2001, muchos pensaban que estaba acabado. ¿Cómo lo hizo?

R. Sí. Cuando eres el 125º del mundo, no piensas que vas a ganar un Grand Slam. Pero ocurrió algo. Aún no sé qué, ni cómo, ni por qué. Lo que sí sé es que fueron los 15 mejores días de mi vida. Nunca más va a haber un ambiente así. Ahora hay un techo, así que no hace falta acabar el partido el lunes, se puede terminar en domingo. El tenis no fue el mejor, pero el ambiente era increíble, como en un partido de fútbol. Cada día fue diferente. El partido de semifinales [contra Tim Henman] se jugó en tres días. A veces, cuando pienso en esa final [ante el australiano Patrick Rafter, a cinco sets], tengo la sensación de que la voy a perder, pero fueron 15 días mágicos.

 

P. ¿Quién fue el adversario más duro al que se enfrentó?

R. ¿En mis tiempos? Perdí muchos partidos importantes con Sampras, porque nunca pude jugar contra él en las primeras rondas. Solo me lo encontraba en semifinales o finales. Perdí dos finales de Wimbledon, perdí en semifinales contra él [12-6 en los cruces, a favor del estadounidense]… Sí, definitivamente, Pete Sampras era mi peor pesadilla.

P. Lo de Roland Garros [derrota en los cuartos contra Nadal] supuso un duro golpe para Djokovic. ¿Confía en que se levante aquí?

R. Sí. Novak tiene esa forma de pensar de los Balcanes, de los croatas, de los serbios; somos balcánicos. Tengo buenos presentimientos. Es un perfeccionista y hay días en los que lo que para mí es perfecto, no lo es para él. Es un genio con una mentalidad diferente a la de los demás y necesita menos tiempo que el resto para rehacerse. Ha superado derrotas duras en el pasado y estoy convencido de que está listo.

P. ¿Y qué me dice de Nadal?

R. Es un luchador, nunca se rinde. Y ahora está ahí arriba. Me quedo con la cantidad de energía que es capaz de generar en cada partido. Nuestro juego es diferente, pero me gustan los zurdos. Yo también lo soy.


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