Primero fue mediocentro, donde juega habitualmente. Después, lateral derecho. Más tarde, central. Al final, volvió de nuevo al centro del campo. Y todo en poco más de 90 minutos en los que también le dio tiempo para ser el goleador y el héroe del Cacereño en la victoria ante Las Palmas Atlético. Casi nada. «Ni me lo creía», confesaba eufórico Sergio Bermúdez, Bermu, solo unos minutos después de marcar el tanto de la victoria en el último segundo.


El venezolano (Caracas, 13 de junio de 1997) fue la temporada pasada una de las piezas clave del CPC y este año va camino de volver a serlo. La competencia en el centro del campo es mayor, pero eso no le importa y los cuatro últimos partidos los ha jugador de principio a fin. 

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«Me considero un jugador que puede jugar en varias posiciones», decía Bermu, que le restaba importancia a sus prestaciones individuales para centrar todo el mérito en el trabajo del equipo. «Quedarse con nueve y ganar es complicadísimo, esto es gracias al esfuerzo de todos».

Pero el primer y el tercer gol fueron obra suya, ambos tras pase de Yael («el centro de mi amigo Yael fue un caramelo y no podía fallarla», decía en referencia al tercer tanto del CPC) y Bermu ya es, junto a Solano, el pichichi del conjunto verde: ambos llevan tres goles. «No soy mucho de meter goles, pero ya había marcado dos en un mismo partido», explicaba él, que rememoraba que una temporada en Tercera División, antes de llegar a Cáceres, había hecho 22 tantos

«Había que arriesgar; pensaba que éramos nueve, que no teníamos una referencia arriba, que había que coger el balón y hacer algo, tirar para delante como pudiéramos», dice Bermu recordando esa última acción del partido ante el filial canario. La última falta antes del gol, esa que Yael convirtió en un caramelo, la provocó el venezolano. 

La fiesta en el vestuario fue una locura («cuanto más cuesta la victoria más lo celebras»), pero ya toca pensar en el Panadería Pulido, último rival del año este sábado. «Hay que seguir», añade Bermu. «Ni hoy somos muy buenos ni antes éramos muy malos», dice el polivalente pichichi del Cacereño, quizás el futbolista más feliz esta semana.