BLOC CULTURAL,

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lunes, 27 de agosto de 2018

A LA CARCEL CON Juan Carlos Delgado,./ ESPAÑOLES POR EL MUNDO -Bloqueo a la emigración venezolana,.

TITULO:  A LA CARCEL CON - Juan Carlos Delgado,.

Juan Carlos Delgado - foto.

Juan Carlos Delgado Caballero, más conocido como El Pera (Getafe, Madrid, España; 30 de abril de 1969) era un delincuente juvenil español de finales de los setenta que más tarde se convirtió en un gran ejemplo de superación personal e integración.

Resultado de imagen de el pera ladron de cochesBiografía

Nació en el seno de una familia obrera en el municipio de Getafe. Empezó a delinquir a los 7 años con pequeños robos en supermercados, luego coches y pisos. A los 11 años lideraba una banda de adolescentes que atracaban joyerías y bancos. Había sido detenido por la policía más de 150 veces y se había escapado de varios reformatorios. Todo apuntaba que acabaría muerto en algún tiroteo con la policía o persecución, o en el mejor de los casos en la cárcel. Entonces ingresó en la Ciudad Escuela de los Muchachos (CEMU) donde conoció a Alberto Muñiz quien consiguió hacerle cambiar el rumbo de su vida. Su pericia al volante y pasión por la velocidad pasó de huidas de la policía en coches robados a los circuitos donde llegó a ganar el campeonato de España de la Copa Renault. Actualmente trabaja como probador de coches, especialista de cine, crítico automovilístico y da clases de conducción evasiva a la Guardia Civil. Todo ello lo compagina con su labor como educador en la CEMU donde está muy implicado.
En el año 2006 se estrenó la película Volando voy inspirada en sus años de delincuente. 

 TITULO:  ESPAÑOLES POR EL MUNDO -Bloqueo a la emigración venezolana,.


Bloqueo a la emigración venezolana

Emigrantes venezolanos descansan en la frontera entre Perú y Ecuador. :: Douglas Juarez / reuters/
Emigrantes venezolanos descansan en la frontera entre Perú y Ecuador. / foto.

Perú exige desde ayer el pasaporte y el Gobierno de Ecuador y la defensora del Pueblo se enfrentan por las condiciones del tránsito y la acogida,.

Cruzar de Ecuador a Perú era hasta el año pasado un trámite de minuto y medio. El carné de identidad era suficiente para los ciudadanos de la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y del Mercosur. El paso más seguro y transitado era el de Huaquilla y Tumbes, a razón de 500 personas al día. Pero el éxodo de venezolanos ha trastocado la logística. Desde ayer Perú les exige pasaporte. Y en Ecuador, el Gobierno y la defensora del Pueblo, Gina Benavides, mantienen un pulso sobre las facilidades de acceso a los emigrantes.
Para frenar la avalancha de familias que buscan refugio allí huyendo a la escasez y la inflación el presidente ecuatoriano, Lenin Moreno, impuso el pasaporte el 18 de agosto. Benavides apeló a la justicia, que el pasado viernes dio una moratoria de 45 días mientras el Ministerio de Exteriores prepara un plan de contingencia humanitaria.
De inmediato, un comunicado del Gobierno explicó que ya no hacía falta pasaporte, pero sí «un certificado de validez de la cédula de identidad, emitido por un organismo regional o internacional reconocido por el Gobierno de Ecuador o emitido por las entidades autorizadas al efecto por el Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, debidamente apostillado».
LA CLAVEDiosdado Cabello afirma que las imágenes de la emigración venezolana son parte de una campaña
Un trámite engorroso para los miles de venezolanos que agarran lo que pueden cargar en el coche familiar, si lo tienen, o en la espalda y en las maletas que llevan en sus manos, si huyen en autobús o a pie de las medidas económicas de Nicolás Maduro. La suerte de los cerca de 3.000 que llegan diariamente a la frontera colombo-ecuatoriana estará ligada a la respuesta de la justicia a un nuevo recurso que la defensora interpondrá esta próxima semana. Para Benavides, a estas personas «se les colocó en situación de irregularidad al momento en que el Estado no aceptó la cédula como documento de ingreso».
Y se multiplican las imágenes de familias enteras, con rostros cansados, abrigados contra el frío de esta época del año en esa parte de Sudamérica, apelotonados en los puentes fronterizos que cruzan a pie, con temor por la incertidumbre y la xenofobia, conscientes de que, aunque sean profesionales, los trabajos que les esperan serán no cualificados. Pese a todo, la mayoría prefiere quedarse en esos nuevos destinos de acogida que regresar para intentarlo de nuevo en su país, donde las nuevas medidas económicas contra la crisis se aplican con determinación e inciertos resultados.

Subidas astronómicas

Ayer, en varias localidades había colas delante de los supermercados y de los cajeros para sacar dinero y comprar alimentos. Nicolás Maduro, evitando los actos multitudinarios, había anunciado la víspera por televisión los nuevos precios de medicinas y ropa y calificaba de «regalito» que el precio del transporte público sea 0,50 bolívares soberanos y 1 en los privados, aunque en realidad representa una subida de 1.000.000%, ya que de cuatro bolívares ha pasado a 50.000.
Los medios oficialistas no muestran el éxodo, tampoco la protesta de ayer del opositor Frente Amplio contra las medidas económicas. En cambio, mostraron al presidente recibiendo al primer ministro de Trinidad y Tobago, bien arropado por la guardia de honor del Palacio de Miraflores. Y a Jorge Rodríguez, ministro de Comunicaciones, invocando a la confianza y al regreso de sus compatriotas porque las medidas, aunque tomará un tiempo, «pronto empezarán a dar frutos».
También a Diosdado Cabello dirigiendo el congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela, que evalúa este fin de semana la nueva política económica. El número dos del chavismo no dudó en afirmar: «¿No les parece sospechoso que hay fotos de venezolanos en Perú, Ecuador y Colombia caminando por la orilla de la carretera? Parece que eso fuera luces, cámara y acción. Los bajan de los autobuses y esa es la toma, esa es la campaña que hay contra nosotros», dijo a los militantes.

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