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España casi duplica el número de matriculados en Formación Profesional desde el comienzo de la crisis
Durante el mismo periodo ha aumentado el porcentaje de alumnos de la universidad y ha bajado el abandono escolar prematuro, según un informe de la OCDE.
El número de matriculados en las distintas modalidades de
Formación Profesional se ha multiplicado por dos desde 2007. Entonces lo
cursaban unas 462.000 personas. Durante el curso en vigor (2014-2015),
792.000 han optado por esta educación. Según la secretaria de Estado de
Educación, Montserrat Gomendio, el aumento se debe a la crisis y la baja
empleabilidad de los que abandonaron sus estudios de forma prematura.
Según Simon Field, experto de la OCDE en evaluación de
sistemas nacionales de Formación Profesional, dos de cada tres nuevos
empleos que se generen en Europa en la próxima década requerirán las
habilidades que nacen de este tipo de educación. «Ha sido un tipo de
formación muy repudiada durante años», ha explicado en una presentación,
junto a Gomendio, de un informe sobre la situación en España. «Existía
la sensación de que en las economías avanzadas hacían falta, sobre todo,
habilidades intelectuales y no de trabajo manual. Pero es falso», ha
aclarado.
Aun así, ha asegurado, países -especialmente europeos-
todavía tienen retos a los que enfrentarse para implementar un sistema
eficaz de Formación Profesional. Ha destacado dos: convertirlos en una
opción educativa prestigiosa e integrarlos más con las empresas. «El
aprendizaje en el lugar de trabajo es fundamental, es el corazón de la
formación profesional», ha argumentado Field. «Que sea la manera de
aprender más antigua no significa que sea primitiva. También los
neurocirujanos aprenden así».
Gomendio, por su parte, ha insistido en las dificultades a
las que se enfrenta el sistema español, que lleva dos décadas estancado
en su capacidad de enseñar más y mejores habilidades. «Somos el segundo
peor país [de la OCDE] en comprensión lectora», ha asegurado. «Y el peor
en matemáticas». «Son competencias básicas, que están directamente
relacionadas con la capacidad de conseguir un trabajo», ha explicado.
En la actualidad, ha afirmado la secretaria de Estado,
siete de cada diez alumnos que deciden continuar más allá de la
educación secundaria obligatoria optan por cursar bachillerato. Solo un
tercio, por tanto, elige Formación Profesional de grado medio. Aun así,
ha explicado, cada vez es más frecuente esa opción, sobre todo en
algunas regiones como Cantabria, donde las dos opciones están casi al
50%.
También ha insistido en la fórmula que ideó el Gobierno
para vincular este tipo de educación con los puestos de trabajo a los
que está destinada. La Formación Profesional Dual, ha explicado
Gomendio, ha crecido «de manera exponencial» desde su puesta en marcha
en 2012. «De 513 empresas implicadas el primer año hemos pasado a más de
5.000», ha afirmado. «Esto refuerza la idea de que alumnos y empresas
estaban demandando un tipo de formación que antes no existía». Según
Field, esta clase de educación es un «regreso al futuro», y la única
manera de que las economías desarrolladas afronten con garantías «la
competitividad intensa que llegará de las economías emergentes en los
próximos años».
TÍTULO: EL AMOR, ALGO FALLA SI SOMO EL CUARTO PAIS EN DIVORCIOS,.
El 'best-seller' Jesús Sánchez Adalid publica 'La mediadora', donde retrata la incipiente figura jurídica del mediador familiar,.
madrid. El exjuez, párroco y escritor de éxito Jesús Sánchez Adalid cambia totalmente de registro literario en 'La mediadora', donde se aleja de las novelas históricas que le dieron la fama para trazar el perfil de una novedosa figura jurídica, la del mediador familiar, una herramienta para aliviar el colapso judicial en el contexto actual de una sociedad en permanente conflicto. El escritor extremeño reflexiona sobre la necesidad de llegar a acuerdos para perdonar, requisito imprescindible cuando se quiere vivir en paz.La obra, galardonada con el Premio Abogados de Novela 2015, analiza la sociedad actual a través de los ojos de su generación, los nacidos en torno a los años 60, que vivieron el «desarrollismo» de los años 80, los cambios, las libertades y la democracia. «Y ahora de golpe nos vemos con 50 años, estamos un poco despistados y, en cierto modo, nos sentimos inmaduros». Una generación que, explica Sánchez Adalid, sufre de «ceguera óntica», un fenómeno sociológico que incapacita para ver la realidad del conflicto humano. «Que España sea el cuarto país del mundo en divorcios hace pensar que algo está fallando en nuestra sociedad», reflexiona el escritor.
Su experiencia como juez le permitió observar el gran número de personas que llegan al juzgado tras una situación de estrés familiar por el envejecimiento de un progenitor, una enfermedad en la familia, el síndrome del nido vacío o por la incapacidad de asumir la propia edad y que, lamenta el escritor, «en lugar de afrontar juntos esas circunstancias, optan por el camino más fácil, que es entrar en una nueva relación que a veces no va a solucionar nada e incluso va a empeorar las cosas».
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