ALCACHOFA CON JAMÓN,.foto
Ingredientes: 9 alcachofas, 2 dientes de ajo, media cebolla, 75 g de jamón en tacos, cebollino picado, agua, aceite de oliva virgen, sal y pimienta. Elaboración: se pica la cebolla y se pocha bien en aceite de oliva virgen. Se limpian las alcachofas aprovechando el tallo, se cortan en cuartos y las vamos colocando en un bol de cristal con agua, sin ningún otro aditivo. Una vez limpias y cortadas todas, las sacamos del agua y las colocamos en una cazuela de acero inoxidable. Se cubren con agua y se acercan al fuego.Cuando hierva, se baja el fuego y se mantiene el hervor 15 minutos. De las alcachofas cocidas, se toman ocho porciones y se ponen en un recipiente con un poco del caldo de las mismas (200 g) y 50 g de aceite. Se tritura esta mezcla en frío y se añade un poco de sal y pimienta. En una cazuela se echan un poco de aceite, el ajo picado, la cebolla bien pochada, el jamón y se dora ligeramente. Se incorpora después el batido de alcachofas que habíamos preparado antes. Acabado y presentación: cuando rompa a hervir, se incorpora el resto de las alcachofas bien escurridas. Se hierve, se rectifica de sal y pimienta y, si hiciera falta, se añade un poco de caldo de alcachofa. Se sirve bien caliente y con un poco de cebollino picado por encima. Mis trucos
Para no equivocarte al comprar las alcachofas, asegúrate de que estén bien tiesas al apretarlas. Abre la palma y cierra; si el fruto está duro como una piedra, la alcachofa es de categoría. Si no ofrecen resistencia y dan sensación de blandurrias, es mejor dejarlas.
TÍTULO: SILENCIO POR FAVOR, LAS UVAS DULCES,.
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Van para cinco los años que hace que nos dejó José
Antonio Labordeta, aquel cantor que podía hacer poesía con la aridez de
la tierra, con la despoblación de las comarcas o con la búsqueda
permanente de la libertad. Guardaba en su voz de trovador
arenoso y coñón una indudable acumulación de ternuras disimuladas y un
firme propósito de llaneza con el que llegar a todos. Y por aquí andan
sus canciones, siguen sonando en la memoria de quienes le seguimos con
precisión: nos gustaban sus melodías, sus letras y buena parte de su
significado. A mí, particularmente me gustaban sus maneras de
antiestrella, de maestro rural, de discursista ilustrado y a la vez
popular. María José Hernández es, a su vez, otra aragonesa con voz de
perla que ha demostrado largamente su encanto escondido en los pliegues
de la interpretación.
Y a la que yo conocía poco; hasta que José Luis Campos, sultán de Calamocha, me regaló sabiéndolo un tesoro sonoro, como muchos de los otros que me ha realizado con su amistad de años, el vino de Cariñena o el aceite del Bajo Aragón: Las uvas dulces, el disco que en homenaje a Labordeta ha grabado una delicada y soberanísima María José en estado de gracia. Hernández ha tomado prestadas canciones de Labordeta que pudieran representar una trayectoria y les ha inyectado la vitamina de su juventud y su preciosismo. El resultado son unos cuantos minutos bellísimos de los mejores arrullos de una tierra excepcional y sufriente. Aragón y sus cuitas inspiraron siempre a un Labordeta en constante guardia por las reivindicaciones ante la soledad de páramos, desiertos y vegas, ante el desarraigo de moradores que emigran, de pueblos que se desangran por abandonos seculares, de auroras permanentes en defensa de libertades soñadas e igualdades de manual. En sus canciones, y particularmente en estas, están las claves de la ensoñación constante de José Antonio: María José Hernández las ha elegido bien, las ha arreglado primorosamente, con sencillez deslumbrante, y las ha interpretado con una lealtad casi fraternal.
Labordeta fue diputado en Cortes y de su trayectoria se recuerdan no pocas intervenciones particularísimas, despegado de absurdas vanidades en virtud de esa naturalidad suya resaltable ante tanta afectación general. Hoy, me duele recordar un artículo que le dediqué del que no me siento especialmente orgulloso. Se abstuvo en la votación que aprobó la ilegalización de Herri Batasuna acogiéndose a una excusa de argumentación jurídica un tanto débil. Lo consideré una pequeña traición de aquel apacible hablador tan en búsqueda siempre de la justicia. Fui duro con él, olvidando los muchos años en los que me acompañó como andariego observador por la vida y por las cosas. Él mismo se dolió de aquella contundencia: «Coño, pero si este es amigo mío», le dijo a Pepe Núñez, compañero de escaño y amigo común, entre dolido y sorprendido. No sé si fui justo; sí sé que hice tabla rasa empatando un desliz político con muchos años de recorrido insobornable, y hoy es el día en que lo sigo lamentando. Me ha hecho volver a ello este disco casi proverbial, titulado como una de las canciones que sembró en un álbum delicioso titulado Las cuatro estaciones, mi favorito a la postre de todos los del aragonés bigotudo. José Antonio decía de ese disco que al único al que le había gustado era a mí, lo cual era una exageración, pero sí contenía una verdad: ha sido el trabajo que más me ha conmovido de los muchos suyos. La Sanjuanada, sin ir más lejos, me resulta una pieza dolorosamente conmovedora en lamento por el calor que arrasa en los campos por el San Juan pobre de los adentros. Y así lo demás.
Por este disco y por aquello que cantó («Haremos el camino / en un mismo trazado / uniendo nuestros hombros / para así levantar / a aquellos que cayeron / gritando Libertad»), me venzo a su recuerdo y a su reivindicación. Gracias, María José, por darme la oportunidad de ajustarme cuentas a mí mismo.
Y a la que yo conocía poco; hasta que José Luis Campos, sultán de Calamocha, me regaló sabiéndolo un tesoro sonoro, como muchos de los otros que me ha realizado con su amistad de años, el vino de Cariñena o el aceite del Bajo Aragón: Las uvas dulces, el disco que en homenaje a Labordeta ha grabado una delicada y soberanísima María José en estado de gracia. Hernández ha tomado prestadas canciones de Labordeta que pudieran representar una trayectoria y les ha inyectado la vitamina de su juventud y su preciosismo. El resultado son unos cuantos minutos bellísimos de los mejores arrullos de una tierra excepcional y sufriente. Aragón y sus cuitas inspiraron siempre a un Labordeta en constante guardia por las reivindicaciones ante la soledad de páramos, desiertos y vegas, ante el desarraigo de moradores que emigran, de pueblos que se desangran por abandonos seculares, de auroras permanentes en defensa de libertades soñadas e igualdades de manual. En sus canciones, y particularmente en estas, están las claves de la ensoñación constante de José Antonio: María José Hernández las ha elegido bien, las ha arreglado primorosamente, con sencillez deslumbrante, y las ha interpretado con una lealtad casi fraternal.
Labordeta fue diputado en Cortes y de su trayectoria se recuerdan no pocas intervenciones particularísimas, despegado de absurdas vanidades en virtud de esa naturalidad suya resaltable ante tanta afectación general. Hoy, me duele recordar un artículo que le dediqué del que no me siento especialmente orgulloso. Se abstuvo en la votación que aprobó la ilegalización de Herri Batasuna acogiéndose a una excusa de argumentación jurídica un tanto débil. Lo consideré una pequeña traición de aquel apacible hablador tan en búsqueda siempre de la justicia. Fui duro con él, olvidando los muchos años en los que me acompañó como andariego observador por la vida y por las cosas. Él mismo se dolió de aquella contundencia: «Coño, pero si este es amigo mío», le dijo a Pepe Núñez, compañero de escaño y amigo común, entre dolido y sorprendido. No sé si fui justo; sí sé que hice tabla rasa empatando un desliz político con muchos años de recorrido insobornable, y hoy es el día en que lo sigo lamentando. Me ha hecho volver a ello este disco casi proverbial, titulado como una de las canciones que sembró en un álbum delicioso titulado Las cuatro estaciones, mi favorito a la postre de todos los del aragonés bigotudo. José Antonio decía de ese disco que al único al que le había gustado era a mí, lo cual era una exageración, pero sí contenía una verdad: ha sido el trabajo que más me ha conmovido de los muchos suyos. La Sanjuanada, sin ir más lejos, me resulta una pieza dolorosamente conmovedora en lamento por el calor que arrasa en los campos por el San Juan pobre de los adentros. Y así lo demás.
Por este disco y por aquello que cantó («Haremos el camino / en un mismo trazado / uniendo nuestros hombros / para así levantar / a aquellos que cayeron / gritando Libertad»), me venzo a su recuerdo y a su reivindicación. Gracias, María José, por darme la oportunidad de ajustarme cuentas a mí mismo.
TÍTULO: A FONDO, Las mejores opciones para financiar el gasto de la comunión,.
Las mejores opciones para financiar el gasto de la comunión
Recurrir a préstamos personales para financiar una comunión es la alternativa que necesitamos para hacer frente al gran desembolso económico que supone. Las comuniones se han convertido en esperados acontecimientos sociales que suponen para las familias un gasto de casi 2.500 euros por hijo,
según un estudio de la Federación de Usuarios y Consumidores
Independientes (FUCI), donde el banquete se lleva la mitad del
presupuesto, seguido por el reportaje fotográfico y los obsequios.
Muchas familias que quieren celebrar este día se encuentran con que no cuentan con los ahorros o la liquidez suficientes. Por suerte existen soluciones para no tener que renunciar al esperado acontecimiento, como recurrir a un préstamo para financiar una comunión.
Gracias a los préstamos para comuniones podemos afrontar el gran día sin preocuparnos por el presupuesto y pagar los gastos de la comunión en cómodas cuotas.
Las mejores alternativas de financiación para las comuniones
Existen varios tipos de financiación para comuniones. Elegir entre uno u otro dependerá de cada situación económica y los gastos a los que se quiera hacer frente. A continuación las mejores alternativas para cada caso:
Minicréditos
Si los gastos nos han pillado desprevenidos o son más elevados de lo que esperábamos y necesitamos dinero rápido para pagar todos los gastos relacionados con la comunión nuestra solución es un préstamo rápido. Sus plazos para devolver el dinero no suelen sobrepasar el mes, conceden hasta 800 euros y tendremos el dinero en nuestra cuenta prácticamente de inmediato. Es perfecto para un gasto imprevisto que debemos solventar de inmediato. Sus condiciones son un poco más laxas a las de los préstamos personales bancarios, incluso podemos solicitar minicréditos sin aval y sin nómina.
Préstamos rápidos
Si necesitamos una financiación total para la comunión y un minicrédito no es suficiente para la liquidez que necesitamos, la mejor opción serán los préstamos personales rápidos. Es la clase de préstamo con más ofertas. Nos concederán una cantidad más elevada a la de un minicrédito y un plazo más amplio para devolverlo. Tanto los bancos como las entidades privadas conceden préstamos personales. Si no disponemos de demasiado tiempo para todo el papeleo que conlleva solicitar un préstamo, los prestamistas privados tienen muchas opciones de préstamos personales totalmente online y con el dinero en nuestra cuenta en menos de 48 horas.
Anticipos de nómina
Si todavía nos queda mucho por planear y vemos que los pagos se van acumulando, otra alternativa es un anticipo de nómina. Ofrecen anticipar hasta tres veces tu nómina, dependiendo de nuestra condición económica y nuestro historial. Nos permite recibir una cantidad más elevada a la de un minicrédito, pero sólo las personas que tengan una cuenta nómina vinculada al banco pueden acceder a este tipo de préstamos.
Muchas familias que quieren celebrar este día se encuentran con que no cuentan con los ahorros o la liquidez suficientes. Por suerte existen soluciones para no tener que renunciar al esperado acontecimiento, como recurrir a un préstamo para financiar una comunión.
Gracias a los préstamos para comuniones podemos afrontar el gran día sin preocuparnos por el presupuesto y pagar los gastos de la comunión en cómodas cuotas.
Las mejores alternativas de financiación para las comuniones
Existen varios tipos de financiación para comuniones. Elegir entre uno u otro dependerá de cada situación económica y los gastos a los que se quiera hacer frente. A continuación las mejores alternativas para cada caso:
Minicréditos
Si los gastos nos han pillado desprevenidos o son más elevados de lo que esperábamos y necesitamos dinero rápido para pagar todos los gastos relacionados con la comunión nuestra solución es un préstamo rápido. Sus plazos para devolver el dinero no suelen sobrepasar el mes, conceden hasta 800 euros y tendremos el dinero en nuestra cuenta prácticamente de inmediato. Es perfecto para un gasto imprevisto que debemos solventar de inmediato. Sus condiciones son un poco más laxas a las de los préstamos personales bancarios, incluso podemos solicitar minicréditos sin aval y sin nómina.
Préstamos rápidos
Si necesitamos una financiación total para la comunión y un minicrédito no es suficiente para la liquidez que necesitamos, la mejor opción serán los préstamos personales rápidos. Es la clase de préstamo con más ofertas. Nos concederán una cantidad más elevada a la de un minicrédito y un plazo más amplio para devolverlo. Tanto los bancos como las entidades privadas conceden préstamos personales. Si no disponemos de demasiado tiempo para todo el papeleo que conlleva solicitar un préstamo, los prestamistas privados tienen muchas opciones de préstamos personales totalmente online y con el dinero en nuestra cuenta en menos de 48 horas.
Anticipos de nómina
Si todavía nos queda mucho por planear y vemos que los pagos se van acumulando, otra alternativa es un anticipo de nómina. Ofrecen anticipar hasta tres veces tu nómina, dependiendo de nuestra condición económica y nuestro historial. Nos permite recibir una cantidad más elevada a la de un minicrédito, pero sólo las personas que tengan una cuenta nómina vinculada al banco pueden acceder a este tipo de préstamos.
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