TÍTULO: SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO,..CANCION, A UN MINUTO DE TI',.
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Antes de tres lunas volveria por ti
Antes que me heche de menos
Dejaste viñas,huertas, vidas al pasar
Nunca te he esperado tanto
A un minuto de ti, voy detras de ti
A un minuto de ti, te seguire
El viento se ha calzado sus guantes de piel
Se entretiene con mi pelo
Bebo el agua que viene conmigo, estoy
estancado en tu reflejo
Solamente bebi, gota a gota
Solamente bebi, veneno y hiel
Llegare solo hasta el final
Naaada que puedo perder
Me atrevere cuento un paso mas
Naaada no soy como tu
A un minuto de ti, voy detras de ti
A un minuto de ti, te seguire
Voy hacer braceo en espiral
Naaada me vuelvo a repetir
Saltare planeo en derredor
Naaada no soy como tu
Llegare solo hasta el umbral
Naaada que puedo perder
Me atrevere cuento un paso mas
Naaada no soy como tu,.
TÍTULO: NOCHE AMOR, CORAZONES ( QUE NO QUIEREN SER ) SOLITARIOS,.
Hago un viaje relámpago a una ciudad del norte. En el
avión de vuelta, me toca al lado de una pareja. Cuando llegan, cargados
de bultos, ...foto,.
Hago un viaje
relámpago a
una ciudad del
norte. En el avión
de vuelta, me toca al lado
de una pareja. Cuando
llegan, cargados de bultos,
yo ya me he sentado. Me
hacen un gesto amable.
Me levanto, les ayudo, me
vuelvo a sentar.
Ella no para de hablar,
con un acento raro que
no sé ubicar. Él no tiene
ni tiempo para responder.
Ella no deja de palmotear
ni de reír sus gracias, como
una niña chica, aunque
hace tiempo que dejó atrás
el medio siglo de vida. Él,
que pasa de los 60, lleva
una camisa de cuadros que
no le sienta bien. La mira
con arrobo y con la cabeza
le dice a todo que sí. Que
sí a que desayunarán los
sobaos que ha comprado en
el aeropuerto. Que sí a que
al aterrizar hará calor. Que sí a que ronca mientras duerme,
suavemente, como una gatita. Que sí. A todo.
Pienso que
lleva toda la vida dándole la razón para complacerla.
Yo, que ayer me levanté a las cinco de la mañana para
volar aquí y que hoy me he levantado a las seis para volver a
mi casa, solo quiero dormir, pero me paso el rato oyendo la
vocecita de esta mujer que no puede pasar una semana sin
comprar un bolso y por eso los tiene de todos los tamaños
y colores, y que no tiene otro plan al llegar a su destino que
ponerse morada de marisco, bogavante y langosta, a poder
ser, porque nunca los ha probado.
Le cuenta que tiene un hijo
que trabaja duro, en una
empresa de plásticos, todo
el día a 60 ºC, pobre. Le
dice que tiene que comprar
un regalo para una amiga,
un bolso, porque su amiga,
que se llama Dori, siempre
le trae algún detalle. Él
apenas puede preguntar
quién es la tal Dori.
Como ella le ofrece
tanta información
me doy cuenta
de que hace poco
que están juntos. Por fin
se calla: se ha quedado
dormida. Les miro, con
disimulo. Ella apoya la
cabeza en él, y él mantiene
cogida su mano y la mira
con ternura, hasta que
también le vence el sueño.
Les miro, sin disimulo. Ella
es morena, tiene los labios
gruesos y la cara llena de
arrugas. Él es corto de talla,
le falta pelo y sus dedos son
desproporcionadamente
grandes respecto al resto
de su cuerpo. Pero mientras
duerme, la roza de vez
en cuando con el índice,
tiernamente, y yo me
pregunto cuántas veces les
habrán roto el corazón a
estos dos que prolongan la
caricia incluso dormidos.
El avión toma tierra. Ella
abre los ojos, me sonríe y
aplaude como una niña.
“Aterrisamos”, me dice. Le
devuelvo la sonrisa.
Él le dice: “Sí, vayamos
a comer marisco”.
Inesperadamente, me
pongo contenta. Soy dueña
de la prueba fehaciente de
que la vida regala segundas
oportunidades a los
corazones que no quieren
ser solitarios.
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