BLOC CULTURAL,

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domingo, 29 de septiembre de 2019

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TITULO: El paisano - Viernes -4- Octubre - Cofrentes. 

Viernes - 4 - Octubre   a las 22:10 horas en La 1, foto.

 


Resultat d'imatges de el paisano tve Cofrentes 2 "Hola, amigos, soy Pablo Chiapella y soy de Albacete,

aunque gran parte de los veranos de mi vida

los he pasado en Ayora, un pueblo de Valencia.

Recuerdo que de pequeño me quería quedar a vivir en el pueblo.

Mis padres salían locos.

Para mí, el pueblo es un mundo sabio, auténtico,

pero, sobre todo, divertido.

Ahora vivo en Madrid, pero el cuerpo me pide pueblo.

Vosotros ya me conocéis

y ahora me toca a mí conoceros a vosotros".

(Música cabecera)

"Ya llevo dos días en Cofrentes.

Un pueblo a 103 km al suroeste de Valencia.

Y hoy me quedo a vivir sus fiestas".

(Música)

Buenas noches, paisanos de Cofrentes.

(Continúa la música)

Mira...

qué bienvenida tiene Cofrentes.

Qué cosa más bonita de castillo.

Bueno, ¿y cómo se vive aquí en este pueblo?

Bien. ¿Se vive bien?

Muy bien. Muy tranquilos y muy bien.

Porque hay mañanas que me he levantado y la puerta abierta.

No me diga. Toda la noche.

¿Ah, sí? Y no pasa la gente... Nada.

Y si pasan, no se echa a ver.

-Este fin de semana tenemos la fiesta de "la maderada".

Fiesta de "la maderada". Sí.

A ver, es una recreación de un antiguo oficio que teníamos aquí,

en Cofrentes, que bajaban por el río en balsas de madera

y con los ganchos, que se les llama los gancheros o madereros,

bajan conduciendo la madera. -Y después, que vamos entonados

con el zurracapote, el zurracapote es una bebida

muy especial.

Te empinas y te dicen: "¿Cómo te llamas?".

"¡Olo!". "¡Olo!". "¡Olo!".

Me gusta la fiesta, vivir la fiesta.

Yo colaboro en las fiestas de mayo, en noviembre, en el "jalogüei"...

¿El "jalogüei"? En el carnaval...

Y para "jalogüei", ¿qué es lo que hace usted?

Pues disfrazarnos de la fiesta típica que hay de "jalogüei",

de drácula, de zombi, o sea que... ¿Se ha disfrazado usted de zombi?

Sí. ¿Cómo hace de zombi usted,

por ejemplo?

Que te como... (RÍE)

Atención, cuando baje a "la maderada", que lo haré,

no me tiréis al agua, no soy un pato, me mojo,

no soy un pato, gracias. (RÍEN)

He aprobado. ¿Has aprobado?

Toma ya. (RÍE)

Ahí.

Ojito, ¿eh?

A ver, que vas a tope, ¿eh? Qué más da.

Para un momento, para un momento, para el coche, para el coche.

Para el coche, Gaby. A ver, sin que se cale.

Gaby, mira, esto se llama freno de mano, y cuando se arranca

hay que quitarlo. Por eso olía a quemado.

Hay que quitarlo. ¿Vale? Yo voy al fútbol, al kárate,

a muay thai no me voy a apuntar, y también voy a inglés

y también voy a catecismo. Toma ya, sí que eres...

¡Catecismo! (RÍE)

¡Catecismo! (RÍEN)

Venga, va. Venga.

(Banda)

Levanta la mano hacia arriba. La mano hacia arriba. Más alta.

Y Jerónimo no para de decirme: "La mano hacia arriba,

la mano hacia arriba".

Yo estuve a punto de decir: "Y la mano hacia abajo.

Como los gorilas, ¡uh, uh, uh!".

(RÍEN)

(Redoble)

Ahora.

(TOCAN)

¡Muy bien! Ahora ya suenan.

Sigue, sigue, sigue. -Muy bien.

Ahora te pones ya derecho para allá.

(TOCAN)

(Música triunfal)

"Este es mi tercer día en Cofrentes,

y ha llegado la hora de la verdad.

Hoy voy a ser un cofrentino más,

y participaré en mi primera 'maderada'".

Me visto. Me pongo los pantalones, la camisa, las esparteñas,

y cuando llega la hora del fajín...

¡Madre mía con el fajín!

(Música triunfal)

(RÍEN)

(Continúa la música)

"¡No había manera!".

Me sentía más torpe que Jesulín de Ubrique

con un cubo de Rubik.

(RÍEN)

(Continúa la música)

Buen día para caer al río, buen día.

Bueno, pues nada, ha llegado la hora...

de encontrarme con Jesús y Polo para ir a "la maderada".

De paso, voy a ver si me enseñan a ponerme el fajín de cofrentino.

A ver qué nos depara el día.

(Música triunfal)

Buenos días. Buenos días.

¿Cómo va eso? Vamos llevándolo.

¿Has visto a Polo y a Jesús? Míralos.

Según llegas a la plaza, a mano izquierda los tienes.

Perdonen, ¿conocen a Jesús...? ¿A Jesús y a Polo conocen? ¿Saben?

Mira, están aquí. ¿Qué pasa? ¿Qué tal, Pablo?

¿Qué tal? Buenos días.

Te buscaba. ¿Cómo vas? ¿Qué pasa?

¿Que no tienes ni puta idea de ponerte el fajín?

Tú lo has dicho. (RÍEN)

Y al primero que veo es a Jesús.

¿Qué tal? Ibas de maderero total.

Llevabas hasta el fajín bien impuesto.

Pero me tienes que decir la verdad, no te lo pusiste solo.

Te lo pusieron. Me enseñaron.

¿Cuántas personas?

(RÍEN)

-Encontramos a Polo, que es el único que lleva una vara.

-¿Lo buscamos? Mira, ya lo veo. Ya lo veo.

¿Qué hay, Polo? Buenos días.

Buenos días. ¿Cómo va eso?

¿Bien? Muy bien.

-Este hombre no sabe ponerse la... -¿La faja?

-La faja. ¿Me enseñáis?

Venga, coge. -No, tira para allá.

A ver, ¿cómo es esto?

Aquí. -Sujeta ahí.

Vale. Y ahora... ahí.

Venga.

¡Pero no te vengas!

Ahora sí, ahora soy cofrentino ya. Ahora ya total.

-Ahora sí. Ya está.

Con el fajín puesto, Polo empieza a buscar

por aquí y por allá botas de zurracapote.

Y a la que pilla una...

¡Va por todos!

(Música tradicional)

¿No decía que bebía y hablaba a la vez?

¡Si me preguntan! Si no, yo trago. Ah, bueno.

Polo, ¿cuánto son dos por dos? ¡Cuatro!

¿Tres por dos? ¡Seis!

¿Cuatro por cuatro? ¡Ocho!

(RÍE) ¿Cuatro por cuatro, ocho?

(RÍE) La tabla del cuatro no se la sabe.

-Es que... ¡16!

(RÍEN)

¿Dos por dos?

Y él: "¡Cuatro!".

¿Tres por dos?

(RÍE) "¡Seis!".

¿Cuatro por cuatro?

"¡Ocho". Que digo: "Vamos a ver...".

O sea, Polo, beber y hablar vale,

pero la tabla del cuatro, ni puta idea tienes.

(RÍEN)

(APLAUDEN)

Bueno, ¿ahora qué faltaría?

Pues ahora falta que nos reunamos todos,

acompañados con el atabal y la dulzaina,

y bajamos en romería hasta el río.

(Música tradicional)

Oye, ¿por qué vamos los primeros?

Porque somos los más guapos.

(RÍEN)

-Porque somos los anfitriones.

(RÍEN)

Y empieza la romería y miro que vamos los primeros,

y pienso: "Mierda, voy a ser el primero en caer al agua".

(RÍEN) Lo tenía claro.

Se lo pregunto a Jesús y me dice: "Vamos los primeros

porque somos los más guapos". (RÍEN)

-Pregúntale a mi madre, joder.

(RÍEN)

(APLAUDEN)

Jesús,

eres muy buena persona,

pero contando mentiras se te ve el fajín, ¿eh?

(RÍEN)

(CANTAN EN VALENCIANO)

¿Qué dice esta letra?

(HABLA EN VALENCIANO)

O algo así, en valenciano.

"La manta en el cuello...

y el 'tabalet'", que es el tambor... (ASIENTE)

"Y se irán de fiesta", o algo así.

(ASIENTE) ¿Vale?

(CANTAN EN VALENCIANO)

Vamos en romería cantando, todos felices,

y al final llegamos al río y nos vamos a desayunar.

A ver... Tres almuerzos.

Tres almuerzos.

Tres tortas. ¡Toma ya!

Venga. Vamos para allá. Venga.

Te cambio del almuerzo por la bota. -Venga.

A ver si eres capaz de cantar la jota bebiendo.

-¡Vamos allá! -Pero la jota cofrentina, ¿eh?

(CANTA) "¡Ay, ay, cuánto me gusta la gente...!".

(RÍEN)

Voy a probar yo. Vale.

¡Pues viva Cofrentes! (CANTA) "¡Ay, ay...!".

(HACE GÁRGARAS) (RÍEN)

-¡Muy bueno!

Coge la bota y empieza a cantar...

(CANTA) "¡Ay, ay, cómo me gusta la gente...!".

Y yo, que lo intento, que casi me ahogo. Normal.

Polo, hay que ver cómo le das al zurracapote, ¿eh?

Que digo: "Como no pare, 'la maderada'

se convertirá en la gran desmadrada".

(RÍEN)

-Vamos a la... Vamos a la balsa.

Vamos allá.

A ver. -Te vas a mojar.

Y llega la hora de tirar las balsas al río, nos acercamos,

y veo que hay un montón de gente...

¿Primero echan la balsa

y después vamos nosotros? Claro.

Vamos a ayudar, Pablo. Venga, vamos.

¡Bueno, bueno!

(RÍE) Ha caído uno.

(RÍE)

Venga, va, esta.

Venga. ¡Vamos!

¡Cuidado, cuidado aquí! (A LA VEZ) ¡Vamos!

(RÍE) ¡Al agua...!

¡Eh! -¡Eh, vamos!

El corazón se me pone a mil por hora,

y en estas sale nuestra balsa...

¡Venga, Polo! Dale.

¡Vamos!

(Música)

Bueno, nos vamos al agua.

Mira, Jesús ya ha subido.

Polo también.

Un palo también.

(VITOREAN)

¡Un palo, un palo!

¡Pablo, Pablo!

(VITOREAN)

-¡Vamos! -¡Venga!

-¡Al agua los tres!

(VITOREAN)

"Y salimos al agua y, oye,

la mar de bien que estábamos los tres".

Ahí, sin hundirnos, en calma...

Vamos, que íbamos tan tranquilos que parecíamos Los Panchos.

(RÍEN) Íbamos fenomenal.

Y como no nos caíamos, veo que se acerca otra balsa,

y de golpe... ¡pam!,

uno nos salta encima...

(Música)

(Gritos)

"Al abordaje.

Nos empieza a tambalear".

Pero ahí resistimos los tres, fuertes, sin caernos todavía.

(Música épica)

"Y veo que otro se lanza por el agua,

viene, me engancha por detrás, otro por delante...

O sea, me empiezan a mover...".

(Música épica)

(Gritos y risas)

(RÍEN)

(APLAUDEN)

Total, que al final nos volcasteis.

(RÍEN)

Yo digo: "Madre mía, a mí me habían dicho

que esto era bajar el río sobre una balsa.

A mí no me habían dicho que esto era el abordaje.

Si lo llego a saber, me pego con Loctite".

(RÍEN)

Por cierto,

¿ha venido el tío que me tiró la balsa?

Sí, está ahí. -Ahí está.

¿Qué? Estarás contento, ¿no?

(RÍEN)

¿Te quieres venir a las fiestas de Albacete un día?

(RÍEN)

Sí, hombre, estás invitado.

Te voy a poner de miguelitos hasta aquí.

(RÍEN)

(Música animada)

Bueno, Polo, ¿cómo ha ido?

A mí, de categoría. ¿Y a ti?

A mí, fenomenal, la verdad.

Ha habido un momento que no estabas. ¿Dónde te has ido?

A la barca me han subido, si no, me ahogada.

(RÍEN)

Mucho zurracapote, ¿o qué?

No, pero está bien, ¿eh? Ya puedo repetir un traguito.

Al final cumplisteis, me tirasteis al agua,

caímos abrazados... Muchas gracias, Pablo.

Has bebido zurracapote... Ya sabes...

Fantástico. Me lo he pasado... ¡mua!

(Música animada)

(RÍEN)

Como veis, todavía está llegando gente.

No se ha salvado ninguno, ha caído todo el mundo al agua.

Pero bueno, estaba buenísima, he disfrutado como un enano...

Sobre todo, hay una cosa, me tirado al agua abrazado de Jesús.

Nuestra primera "maderada", y los dos abrazados al agua.

Eso ha sido muy bonito. Cofrentes, os quiero de verdad.

Me lo he pasado teta. ¡Teta!

(Música)

"'Maderada' superada, pero esto solo acaba de empezar.

Cofrentes está de fiestas, y yo con las pilas a tope.

Hoy no me pierdo ni una".

Salí de casa con la sonrisa puesta.

Hoy me he levantado contento de verdad.

El sol de la mañana...

Pero vamos a ver. A ver, de verdad. O sea, esto no es posible.

¿Qué pasa en este pueblo? De verdad. Pero...

¿Qué es esto? ¿Qué es esto en medio de la calle?

Mira, por favor.

(RÍE) Un dromedario en Cofrentes.

Que pensé: "Vaya resaca mala que tiene el zurracapote".

(RÍEN)

"¡Salta! Salta conmigo".

Digo: "¡Salta!...".

Esto es increíble.

¿Cómo te llamas? Curro.

Curro, vaya mascota, ¿no? Sí, ¿has visto?

(RÍEN)

¿Qué pasa en Cofrentes, que pasan cosas rarísimas?

¿Hace dos días no había nada,

y ahora encuentro dromedarios por la calle?

Sí. ¿Y eso cómo puede ser? ¿Qué es esto?

Mira, un mercado medieval.

¿Hay alguien con quien pueda hablar que esté encargado del asunto?

Pues creo que sí, Vicente, que estará por...

Vicente. Sí.

Vicente. Hay que encontrar a Vicente.

¿Cómo se llama? Aladdín.

¿Aladdín? Aladdín.

¿Aguantaría mi peso?

Yo creo que... que sí.

¿Sí? Sí.

¿Por dónde se sube? Porque es alto...

Sí, ahora lo tiramos al suelo y...

¡Ah, él se agacha! Se agacha para que montes.

¡No me digas! Sí, claro.

Aladdín, ¿me dejas montarte?

Sí. Te está diciendo que sí.

Te ha mirado así... Mira los ojos. Ay, ay, ay,

me he enamorado de Aladdín. Qué guapo.

¿Cuántas ferias llevas, Aladdín?

Unas cuantas ya, ¿eh? (BERREA)

¿Desde cuando eres medieval?

¡Uhm!

¿Qué te parece Cofrentes? ¿Bien?

¿Cuántos años tienes?

Nada, es tímido. Curro, ¿dónde estás?

Hola, Curro, ¿qué tal? ¿Qué? ¿Te has traído a Aladdín?

No. No, ¿no?

¿Qué tal está? ¿Está ya más parlanchín?

Porque vaya eh...

Que Yo le hice unas preguntas y no me dijo ni mu.

(RÍEN)

También te digo que si me llega a decir mu, lo ordeño.

(RÍEN)

(APLAUDEN)

-Te subes y haces tres movimientos para subir, ¿vale?

Te coges bien atrás, te echas bien atrás

y te da la sensación de que te vas a caer.

Pero no te vas a caer. Vale, vale.

Y entonces me subo al dromedario y madre mía vaya subida.

Entonces dices que me suba y... Te echas para atrás.

(RÍEN)

Vas a subir despacio, vas a subir tranquilo,

vas a notar como un balanceo... Joder, un balanceo, macho.

Casi acabo con la cabeza metida en el culo.

(Música)

A ver si veo a Vicente desde aquí aunque no lo conozca.

(Música)

Y la bajada de Aladdín es verdad que fue bastante más tranquila,

se nota que ya me había cogido cariño,

así que bajo del dromedario y me pongo a buscar a Vicente.

(Música)

Madre mía, ¡qué barbaridad! ¿Qué ha pasado aquí de repente?

Ven.

¿Qué tal, caballero? Pues ahí vamos.

¿Sabe dónde está Vicente?

Le he visto pasar, pero no te puedo decir por dónde anda.

Va con su traje bonito y todo. Le vi pasar para allí arriba.

Gracias.

Iba preguntando y me decían:

"A Vicente lo puedes encontrar por aquí".

¡Vicente! ¡Vicente!

"Lo puedes encontrar por allí o por allí arriba".

Pero vamos a ver, ¿qué pasa en este pueblo?

Hola, buenas. Hola.

Perdona, ¿ha visto a Vicente? ¿A Vicente?

Pues creo que iba por ahí, ¿eh?

¿Qué tal estás? ¿Estás cómoda? Claro, muy cómoda.

¿Te queda sangre en los pies? Algo.

Venga, gracias. Adiós.

Llegué a preguntarle a una chica que estaba boca abajo,

a ver si tenía una perspectiva diferente.

(RÍEN)

Perdonad, ¿habéis visto a Vicente? ¡Sí!

¿Dónde está? Está en el castillo.

Está en el castillo. Sí, creo que lleva una túnica verde.

Gracias. Voy a ver si lo encuentro.

Oye, ¿dónde está Vicente?

Hombre. ¿Tú eres Vicente? Yo soy Vicente.

Pablo. Encantado. ¿Qué tal todo?

Te llevo buscando todo el día.

Ya me habían dicho que ibas guapo y verde.

Guapo y verde. Sí.

Oye, ¿y ahora a dónde ibas?

Ahora íbamos a hacer la inauguración, el pregón inaugural.

Lo que pasa que...

Necesitaríamos un buen caballero para hacer el pregón inaugural

y viéndote, si te atreves, yo creo que podríamos ponerte un trajecillo

y lanzarlo, ¿no? ¿Sí?

¿Te animas o qué? Me animo.

Pues venga. Vamos, vamos.

¿Dónde está Vicente? ¿Qué tal, caballero?

A ti te puedo decir: "Qué tal, caballero" sin ningún problema.

¿Qué pasa, Vicente? ¿Qué pasa?

¿Qué me viste? ¿Porte medieval? ¿Elegancia de la época?

¿O cara de tonto directamente?

(RÍEN)

Si quieres prepararse para la inauguración,

lo que tenemos que hacer como hacíamos en aquella época

es pasear dentro de una de las tiendas de tropa

y vestirte. Vamos para allá, claro que sí.

(Música medieval)

Ahora vengo, ¿vale?

(Música medieval)

Pablo, no hay moros en la costa. Vamos.

(Música medieval)

Buenas gentes

venidas de todos los rincones del reino,

se le concede a esta localidad

permiso para realizar feria y mercado

en el que los artesanos venidos de todos los rincones del reino

puedan mostrar su quehacer de manera perpetua

y de año en año.

¡Viva la Plaza de Armas de Cofrentes!

(TODOS) ¡Viva!

¡Y viva las fiestas de la maderara! (TODOS) ¡Viva!

(APLAUDEN)

Doy el pregón y va Vicente y me pone un halcón en mi brazo.

Y yo: "¡Qué pasada, qué nobleza!"

Con él nos vamos a dar un paseo por el mercado medieval.

(Música)

Primero de ganchero por el río, ahora de caballero medieval.

A este paso, voy a parecer el Mortadelo de Cofrentes.

(Música)

Pero ya que estamos, que no pare la fiesta.

(Música)

Pues nada, a grosso modo, aquí tienes lo que es el evento,

la recreación. Luego, si quieres, vemos un poco los artesanos y demás,

pero... Mira, te llaman.

Muy buenas. Vamos a ver la mascletà, tío.

Ahora mascletà. Esto va a ser la bomba, ya verás.

Y entonces llega por detrás Jesús, y me dice:

"Pablo, Pablo, que vamos a la mascletà".

Macho, me volviste al siglo XXI de un plumazo.

(RÍEN)

De un plumazo de halcón, concretamente.

(Música medieval)

Bueno, Jesús, ¿qué pasa? Pues nada.

¿Llegamos a tiempo? Llegamos. Vamos por aquí.

Por aquí. Vamos.

Vamos a la mascletà.

Parece ser que me van a dejar encenderla,

no lo sé si voy a llegar a tiempo. Vamos.

Vamos.

(Música)

¿Qué se enciende, desde aquí? Sí, con un botón.

Que es un botón, yo creía que era mechero.

No, no, no.

¿Cómo os llamáis? Yo me llamo Boro Armengol.

Boro, y eres el encargado de la mascletà.

Exactamente, soy, aparte del encargado, el propietario.

Y vamos a hacer aquí una mascletà de estas de poncho y sierra.

¿Va a ser buena o qué? Va a ser buena, no, buenísima.

Bueno, a ver, ¿dónde está la mascletà?

Aquí tenemos la mascletà

y empezará con una sección aérea, muy bonita,

que será a base de descargas de truenos zumbadoras.

Luego pasará una volcanada que hará la bandera, la señera,

de aquí, de Valencia,

y luego ya pasará directamente a la mascletà.

La mascletà es una mascletà de cinco retenciones mecanizadas

con un final de terremoto doble y luego ya lleva

lo nuestro de siempre... Final de terremoto doble.

Doble, exactamente.

Y luego, el final aéreo será el doble que lo que hay en el terremoto,

que es el final extremo.

Va a ser una mascletà muy buena, muy buena.

Aparte, van acompañada todas las secciones

por trueno y silbatos.

Lleva la melodía normal, más aparte la melodía que lleva aéreamente.

Usted es como un compositor, como quien dice.

Compositor de petardos. Exactamente.

Boro, ¿qué tal? Bien.

Buenas noches.

Zumbadoras, volcanada, terremoto. Doble final extremo.

Todo esto irá acompañado de truenos y silbidos,

truenos de aviso, traca doble, terremoto extremo,

doble extremo, final extremo.

Bueno, que estabas ahí que digo:

"Este está preparando aquí la Tercera Guerra Mundial, macho".

Lo que es la mascletà es como si fuera música al compás,

porque hace todo de menos a más y luego hay veces

que podemos ponerle que haga música también.

¿Pero usted a llegado a bailar a base de petardazos?

Claro, en cuanto ponemos, toda la gente, todo el público baila.

Te lo cuento aquí, bailas tú también.

¿De verdad que haces música con los petardos?

Toma ya, que eres el Luis Cobos de los petardos.

Me dijiste que has llegado a bailar con tus petardazos.

(RÍEN)

La verdad, ahora que lo pienso, no es tan raro.

Ya lo hacen en "Mira Quién Baila" y no pasa nada.

(RÍEN)

Pues vamos a verlo, a ver cómo funciona. Cómo arranca esto.

Apretarás el número uno y te saldrá un trueno de aviso,

que en Valencia es para empezar la mascletà.

Se tiran tres truenos de aviso. Uno, dos y tres.

Y luego te pondré el cuatro que ya empieza toda la mascletà.

Con el cuatro, ya arranca todo.

El cuatro es una traca clásica doble.

Empezará pum, pum, pum y ahí ya la mascletà va sola.

Este sería... (IMITA UN COHETE)

El número cuatro. Sin silbato.

¿El uno cómo es? El uno es un trueno de aviso.

¿Qué ruido hace? Bum.

¿El dos? El dos, bum.

¿El tres? Bum.

¿Y el cuatro? Y el cuatro empieza, tacata tacata.

Bueno, cuando queráis empezamos. Vamos a ponerlo ya en marcha.

Entonces, vamos a disparar la mascletà

y qué emoción, qué poder,

nunca había sentido tanto poder en un solo dedo.

Ahora sé cómo se siente Donald Trump, de verdad,

con el botón nuclear.

(RÍEN)

Aquí pone prueba y disparo. Vamos a poner disparo.

Uy, uy, uy, que esto arranca.

Vale. ¿Le doy?

Dale al uno.

(Petardo)

Esto es increíble, que subidón.

Ahora vas a apretar el dos, que te va a hacer otra vez pum.

¿Le doy? Vale, dale al dos.

(Petardo)

¡Vamos!

Ahora vas a dar al tres. ¡Tres!

Va a hacer pum otra vez.

(Petardo)

¡Toma!

Ahora es una día el cuatro que es... Empezará tacatá tacatá.

Ahí empezará zumbadora, trueno y color.

El ruido con silbato y con descargas de trueno.

Maravillosamente, lo vas a ver, que te va a gustar mucho.

(HABLA EN CATALÁN)

(Mascletà)

Estas son las de color, ¿no?

Exactamente, está haciendo la señera.

(Mascletà)

¡Vamos!

(Continúa la mascletà)

(Música)

¿Cómo te has quedado? ¿Qué

¿Cómo te has quedado? ¿Eh?

Que no oyes. ¿Cómo ha quedado esto? ¿Te ha gustado o no?

Esto... Me he quedado sordo. Yo también.

Pero es una cosa normal aquí, en Valencia.

¿A usted le queda oído? A mí me queda poco ya.

Ha sido impactante, ¿no? Ha sido impresionante.

Oye, muy contento yo que hayas venido y hayas visto la mascletà,

una de las mejores que has visto. En mi vida. Gracias, ¿eh?

Perdona si el grito, pero me he quedado un poco tenient.

Es normal, es normal, porque ha sido una mascletà mucha caña.

Me he quedado absolutamente Beethoven.

Muy bien, hasta la próxima.

Venga, vale, gracias.

Boro, qué pasada vivir la mascletà en primera línea contigo.

Eso sí, al lado de la mascletà el heavy metal es como...

Como una balada de Alejandro Sanz, ¿no?

(RÍEN)

¿Cuando recogiste aquello no encontraste por ahí mi oído?

No te oigo. No, no me oyes.

(RÍEN)

Es el mejor chiste de la noche.

(APLAUDEN)

(Música)

"No hay nada como las fiestas.

Vivir las de Cofrentes me ha transportado

a esos veranos de mi adolescencia en que esperaba las de mi pueblo

y cuando llegaban, eran lo mejor.

Si habéis vivido alguna, ya sabéis de lo que os hablo".

(Música)

"El pueblo lentamente vuelve a la normalidad,

y yo necesito un café y parar un ratito

para así continuar".

(Música)

Un cortadito puede ser. Ahora mismo.

-Hola. Hola.

¿Qué tal? Yo nada, aquí tomándome un café.

¿Cómo te llamas? Maika.

Hola, Maika.

Soy Pablo. ¿Eres de aquí, del pueblo?

Sí, soy de aquí, del pueblo. ¿Nacida aquí?

No nací aquí, nací en Barcelona.

Nací y viví un poquito allí, en Barcelona,

pero mis padres son de aquí de toda la vida.

Son de aquí ellos. De aquí, de aquí.

¿A qué te dedicas?

Pues trabajo en la oficina de turismo y hago un poquito de todo.

Si yo vengo a Cofrentes para disfrutar de todo,

¿cuánto tiempo me tendría que quedar aquí?

Por lo menos un par de semanas conmigo y te lo enseñaría todo.

Un par de semanitas contigo. Sí.

¿Qué tal, Maika? Guapa.

Así que necesito dos semanas contigo para conocer bien el pueblo, ¿no?

Alguna más. Algunas más, ostras, Maika.

Si en tres días he hecho más cosas que en un campamento de verano.

(RÍEN)

Por cierto, llevo aquí un rato ya, en este pueblo,

y eres la más moderna en cuanto a pelo que lo que he visto.

A ver, cuando yo llegué aquí, a Cofrentes, te cuento una historia.

Yo cuando llegué aquí, a Cofrentes,

todavía el pueblo no estaba tan avanzado

y yo llevaba lo que era una cresta y llevaba una tabla de ajedrez.

Yo era modelo de peluquería. ¿Cómo? ¿Qué es...?

Tabla de ajedrez. ¿Qué es eso?

Tintada. ¿Aquí?

Sí. Y arriba pelo largo.

Una cresta. ¡Una cresta!

Una cresta, era punky. Eras punky, no me digas.

De hecho, yo me acuerdo, que cuando llegue aquí, a Cofrentes,

una vez a mi madre, cuando llegó a la panadería,

llegó a decir: "Tenemos que cerrar las puertas de la casa,

porque llegado un personaje un poco extraño".

Dice: "Perdona, nena, que es mi hija".

No me digas, no me digas.

Fuiste la primera punky, toma ya.

La primera punky del pueblo que la gente te veía y decía:

"Uy, uy, uy, tenemos que cerrar las puertas".

(RÍEN)

Bueno, tú no te preocupes,

que la de Justi y Jesús siempre está abierta.

¿Y cómo? He sido buena estudiante,

lo que pasa es que a mí me han matado un poco las pintas,

pero ha sido una manera, a lo mejor, de escudo.

Ha sido escudo hacia... Sí.

¿Hacia qué?

A los que ahora es bullying, se llama.

¿Ah sí? Sí.

¿Porque lo has llegado a sufrir? Sí, claro.

¿Sí? Sí.

Tímida, tímida, sí, pequeñita, gordita.

Entonces, era una manera de que se metieran conmigo.

Entonces, llegó un momento, que cuando tuve el desarrollo,

me explayé e hice ese cambio.

¿En aquel momento eras consciente de que todo eso

era una especie de táctica tuya para afrontar la vida?

Sí, causando miedo, por lo menos no se acercarían.

Y me llegó a gustar. Lo hiciste de forma consciente.

Sí. ¿Y se acabó el bullying?

Siempre está, pero llega un momento que tu personalidad es tan fuerte

que te da lo mismo todo.

Tú te hiciste fuerte gracias a eso. (AFIRMA)

¿Qué has aprendido del tema este del bullying?

¿Qué le dirías alguien que lo está sufriendo

que en este momento, por ejemplo?

Pues que tiene que ser más fuerte,

que el bullying ha existido, existirá

y no hay que darle ya tanta importancia

como se está dando.

Que tienes que tirar para adelante y que son el día a día, simplemente.

El día a día, que eso te hace más fuerte.

No hay que achantarse para atrás.

Sé que es difícil, porque sé que es difícil,

pero si hace falta ponerte una chupa de cuero

o montar a caballo o a hacer una actividad o jardinería,

te tiene que dar lo mismo,

tienes que ser ante todo tú mismo.

Es complicado, pero te tienes que buscar,

si no puedes tú, buscarte aliados.

Oye, ha sido un placer hablar contigo.

Se me ha enfriado el café, ¿eh? (RÍE)

Maika me contaste que contra el bullying

lo más importante es ser uno mismo y tirar para adelante

y conseguir que tu personalidad valga más

que todas las tonterías y todas las memedeces

que te dicen los demás.

Maika, de verdad, muchísimas gracias por contármelo

y deseo que nadie en el mundo jamás tenga que pasar

por los que sufriste tú. Muchísimas gracias, Maika, de verdad.

(APLAUDEN)

(Canción en inglés)

"Maika se ha sincerado y se lo agradezco mucho.

Me ha dicho algo que parece muy evidente,

pero de lo que muchas veces nos olvidamos.

En la vida se trata de aceptarnos, querernos y ser siempre,

aunque a veces cueste, nosotros mismos".

(Música)

Un hombre con un árbol en la mano.

¿Qué tal? Hola, qué hay.

Buenas tardes. Antonio García, encantado.

Antonio García. Sí.

Yo soy Pablo, encantado. Encantado, Pablo.

Es un bonsái que has hecho tú ¿o como?

Normalmente se compran menos evolucionados

y con el tiempo y con la aplicación de las técnicas de bonsái,

lo vas evolucionando, ramificando.

¿Por qué te ha dado por los bonsái?

Una afición que tengo ya desde hace 30 años.

Yo me voy a mi umbráculo, aquí tengo un montón.

¿Qué es un umbráculo?

En este caso es una construcción que tienen los laterales libres.

Son de mallas torremidal y el techo de malla de sombrero.

Qué curioso. ¿Te puedo acompañar para verlo?

No. ¿No?

(RÍEN)

¿Y eso?

No, no, porque eso es un sitio mío íntimo, medio secreto.

Si te enteras dónde está, tendré que matarte.

Así es que o te vendo los ojos o no hay trato.

Prefiero vivir e ir con los ojos vendados, desde luego.

Desactiva la ubicación del móvil. Vale, vale, ok.

(RÍEN)

Antonio, buenas noches, ¿donde estás?

Antonio, Antonio, que te visto por ahí.

Ahí, ¿qué tal, Antonio?

Me tenías que llevar con los ojos vendados

y con la ubicación del móvil apagada.

Porque si no tendrías que matarme.

(RÍEN)

Yo no sabía si estaba en Cofrentes o en un capítulo de "Narcos".

(Música suspense)

Venga, vamos. Aquí.

Ahí iba yo con los ojos vendados, el teléfono en modo avión,

y con el culo en modo apretado.

(RÍEN)

-Bueno, ahora estamos a unos 300 m, el último tramo lo vamos hacer a pie.

Sigues siendo tú, ¿no? ¿Te puedo tocar?

Vamos llegando, 5 m. Parecemos Gala y Dalí, ¿no?

Bueno, sí. ¿Quién es quién?

Tengo que decirte una cosa,

estar con los ojos cerrados se potencia el oído

y, por ejemplo, este ruido me acojona.

Oigo cadenas, oigo una llave, veo que no hay nadie alrededor.

Entonces, empieza un ruido como de cadenas

y digo: "Ojo, cadenas, estos son cadenas,

aquí es cuando la cosa se convierte

en las "Cincuenta sombras del bonsái".

(RÍEN)

-Ahora, un murete. Oh, qué frescor se nota aquí.

Lo que vas a ver ahora, no es nada del otro mundo,

pero son mis árboles y les tengo mucho aprecio.

Entonces, esto no se lo enseño a todo el mundo.

¡Guau!

Ha merecido la pena. ¿Sí?

Qué pasada, qué pasada.

O sea, pero bueno.

Estos son más que bonsáis. ¿Cuál es al que más cariño le tienes?

Este olmo, por ejemplo, este lleva casi 20 años conmigo.

Cada poco hay que ir pinzándolo.

De hecho, aquí, mira, esta tiene unas zonas verdes definidas

y hay brotes, brotes de este año, ves que se salen de fondo.

Lo que hay que hacer con este tipo de brotes

es que se le hace un pinzado.

Entonces, imagínate, con todo lo que hay aquí,

el tiempo que tienes que invertir.

Además, cada dos semanas tienes que hacerlo,

porque crecen con locura.

Pero sí que es verdad que tiene un punto relajante, ¿no?

Estás tú aquí solo...

Ahora, si nos quedamos en silencio, lo único que oyes

es los pajarillos cantando

y el agua de la acequia.

Entonces, aquí vienes y te relajas.

No sé, una forma de pasar el tiempo.

Ha sido un placer conocerte. Encantado, Pablo.

Muchísimas gracias. Venga, hasta luego.

Oye, Pablo. ¿Qué?

Ven aquí. Has venido con los ojos vendados

y te tienes que ir con ojos vendados.

Vaya por Dios.

Entonces, ¿qué gracia tiene?

(Música)

Me acercarás al pueblo, por lo menos.

Te voy a poner en el camino y luego ya hablaremos.

Espera que me despida. Adiós, amigos bonsáis, adiós.

Este es el camino de tierra por el que hemos venido.

A unos 800 m tienes la carretera y a unos 2 km el pueblo, ¿vale?

(RÍE)

Venga, campeón, que te vaya bien, tío.

Muchas gracias por todo, eres un tío cojonudo.

No te quites la venda. No, hombre, no.

Te estaré vigilando. Vale.

Antonio, muy guay los bonsáis...

Pero eres un poco cabrón.

Las cosas como son, que me hiciste volver al pueblo a ciegas,

que eso con los ojos vendados, qué mal rato pasé,

que fue como jugar a la gallinita ciega mucho rato

sin pillar a nadie.

(RÍEN)

(Música)

Oigo agua, voy a seguir el agua, que seguro que va hacia el pueblo.

(Música)

Vaya, no sé si para ir al pueblo era por aquí...

Menos mal que me gustan los bonsáis y ha merecido la pena,

porque esto está siendo un poco incómodo, la verdad.

Vale.

Por aquí no es.

(Música)

No sé ni por dónde pasé, pero crucé campos,

vagué por carreteras, me arrastré por montañas.

(Música)

Asfalto. Civilización.

Cofrentes.

A suertes.

(Música)

E, N, T. Dime que es una E,

dime que es una S, dime que es una S.

Cofrentes.

(Música)

Cofrentes, Cofrentes.

¡Bien! ¡He llegado!

(RÍEN)

Había llegado a Cofrentes, qué maravilla, Antonio.

Mira, te voy a devolver la venda.

Te voy a devolver la venda, así, cuando vayas a Madrid,

te voy a enseñar yo una colección de orquídeas enanas que tengo.

(APLAUDEN)

(Música)

Vaya con Cofrentes.

Esta mañana sol, agua y esta tarde más agua.

Menos mal que soy un pato y no un gato.

(Canción en inglés)

Más adelante voy andando y veo a un hombre

tocando los platillos.

(Platillos)

Me paro y conozco a Felipe.

Hola. Hola, buenas tardes.

¿Qué estaba tocando entonces? Un acompañamiento para el rock.

¿Y en concreto este rock como es? Este rock es el rock del Barrancazo.

El rock del Barrancazo, vale.

Esto nació en el Barrancazo,

que es un sitio que dicen El Barrancazo.

Entonces, he puesto un poco del perro, de la oveja...

Todo esto eran ruidos de animales. Sí.

A ver, entonces, ¿esto qué es?

Este es un picote que...

Lo mismo lo puede llevar una oveja que una cabra.

Yo voy caminando... (BALA)

Yo, por ejemplo, si quiero atraer los gatos...

(MAÚLLA)

¿El perro cómo?

El perro grande hace... (LADRA)

Luego viene el otro más pequeñín que hace...

(LADRA)

(RÍEN)

Felipe, buenas noches.

Usted sabe imitar el sonido de todos los animales

habidos y por haber.

Felipe, tiene usted un zoo metido en su cabeza.

A usted le dejan solo y en un rato se monta solito

toda la granja de Playmobil.

(RÍEN)

-¿Ves? Por ahí van dos perritos. A ver, a ver.

(LADRA)

Le he hecho el gato y ya se ha ido.

(RÍEN)

En plena conversación vemos que pasan dos perritos

y al principio el perro se paró y le prestó atención.

Algo increíble. Yo me quedé flipado.

Digo: "No, si va a ser verdad que habla con ellos".

(RÍEN)

Y ahí ladrando y el perro atendiendo.

Va usted y me dice: "¿Lo ve? Le he hecho el gato y se ha ido".

(RÍEN)

(APLAUDEN)

Felipe, es usted más impredecible que Boro detonando una mascletà.

Oiga, ¿terminamos con el rock este que me dijo que sabía?

Primero...

Espere, espere un momento, que voy a...

(HACE SONIDOS DE ANIMALES)

(LE IMITA)

Felipe, usted tiene que respirar de miedo,

porque tiene, de verdad, tiene una nariz

que tiene ahí dos trompetas más grandes que las de Louis Armstrong.

Ha creado escuela, se lo he copiado.

Yo llevo el fin de semana entero....

(HACE SONIDOS DE ANIMALES)

(HACE SONIDOS DE ANIMALES)

(APLAUDEN)

Al final, para rematar, el colofón final,

por fin llegamos al rock.

Y qué rock.

Para bailar el rock, el rock del Barrancazo.

Te pega un tropezón, te caes de un porrazo,

te pinchas en una liana, te la quitas de un zarpazo.

Y así se baila el rock, el rock, el rock del Barrancazo.

(IMITA SONIDOS DE ANIMALES)

Y al llegar a la solana, baila en pantalones y la tozana,

el rock, el rock, el rock, el rock del Barrancazo.

(RÍEN)

Dígame usted la verdad.

¿Cuántos litros de zurracapote le hicieron falta

para escribir esa letra?

Menos mal que Elvis ya no vive, madre mía.

Porque llega a oír su versión y de un golpe de cadera

se va de nuevo a la tumba.

(RÍEN)

Por cierto, ¿cómo sería adiós en ovejo?

(BALA)

(RÍEN)

(Canción en inglés)

Hombre, Polo, ¿qué tal? Bien, dando un paseo.

Ya estás seco por lo que veo. Ya me he secado.

Seco y bien guapo.

Yo me voy ya, que me habéis destrozado.

Vaya con el pueblo. ¿Destrozado?

Entre "la maderara", entre la piragua, entre el pregón...

El año que viene tú aquí, ¿eh?

El año que viene yo aquí, claro que sí.

Oye, ¿nos damos un abrazo de zombis?

(Canción en inglés)

"Después de estos días tan intensos, voy a echar de menos a Cofrentes.

Sus fiestas y, sobre todo, a sus paisanos.

Polo me ha dicho que me espera en la maderara del año que viene.

Seguro que volveré, tengo todo un año para recuperarme.

(Música)

Paisanos de Cofrentes, he pasado con vosotros

tres días y me lo he pasado genial.

Así que, de verdad, y es muy sincero,

ya puedo decir que me siento vuestro paisano.

Paisanos de Cofrentes, sois muy buena gente.

(APLAUDEN Y VITOREAN)

¿Te vas a venir a ver mis orquídeas enanas entonces?

Me lo voy a pensar, porque yo soy más de...

De árboles que de plantas y flores, pero bueno.

El momento batuta ha sido increíble. ¿En casa también la llevas?

¿En casa? A medias.

(RÍEN)

El rock, el rock del Barrancazo, te pega un tropezón,

te caes con un porrazo,

te pinchan una liana, te la quitas de un zarpazo

y así se baila el rock, el rock del Barrancazo.

Así cierra el rock del Barrancazo. Muchas gracias.

Un momento que perdiste el fajín y todo.

Bueno.

Tú eres tan cofrentino que hasta sin fajín

se nota que eres cofrentino. De pura cepa.

De pura cepa, ¿eh?

¿Qué catapum papum, haríamos para cerrar el programa?

Haríamos un final muy extremo.

Muy extremo, ¿que sería cómo? Sería lo que viste, pero doble.

El doble. ¿Puedo hacer yo unos ruidos y tú otros?

A ver si combinando hacemos algo chulo.

(HACEN RUIDOS)

(Canción en inglés)

Cómo te gusta una fiesta, ¿eh?

Yo, lo que más me gusta, hay que vivirla.

Hay que disfrutarla y hay que animar a la gente.

Vamos a acercarnos a la cámara los dos, si quieres, si te parece,

diciendo: "El paisano" en plan zombie.

(AMBOS) El Paisano. 



TITULO:  VACACIONES - EUROPA DE PELICULA -La revolución de las fresas,.

 La revolución de las fresas,.

Resultat d'imatges de la revolucion de las fresas el pais 

foto / El viento de la libertad nace de un sentimiento íntimo: uno hace lo que cree que tiene que hacer, así en el campo como en la bodega.
La familia Amoreau (en la actualidad al frente está Jean-Pierre) es propietaria de viñedos desde 1610. No se han movido de Saint-Cibard, al noreste de Burdeos, en unas laderas bien conocidas por la bondad de sus tierras y sus uvas. Siempre han hecho lo mismo: máximo respeto hacia el viñedo en un entorno protector de bosques, almendros e higueras; mínima intervención y un ojo que mira a la luna. El tantas veces maltratado clarete alcanza su apogeo en Rose-Marie 2016. Huele a margas y a arcillas rojas, llenas de lluvia. Tiene ternura y acidez, amabilidad y sapidez. Es la fuerza y la tensión de la fresa cogida y mordida al instante. El vino regala la sensación del punto justo de crianza y madurez combinado con una tersura que tiene sabor. Penetra pero no invade, es amable y no empalaga. Es fino y grande en su sencillez. Los Amoreau llevan siglos sabiendo qué piden la tierra y sus uvas para llevar a la copa la realidad de su lema: “Expresión original del terruño”. 

 

TITULO:  Lazos de sangre -  La saga Preysler ,.


Lazos de sangre - T2 - La saga Preysler - ver ahoraEl miercoles -2- Octubre   a las 21:30 por La 1, foto,.


¿Cómo es de puertas para adentro Isabel Preysler? ¿Cuáles han sido las grandes alegrías y tristezas en la vida de la mujer que más portadas ha protagonizado en los últimos años? Sus hijos, Tamara Falcó y Julio Iglesias Jr., cuentan para Lazos de sangre lo que no se ve de su madre en las exclusivas de las revistas y descubren a una mujer enigmática que también ha vivido momentos delicados.

TITULO: VUELTA AL COLE - Una noche en la ópera. 

Una noche en la ópera. 

Resultat d'imatges de una noche en la opera

Es la del camarote, la de la parte contratante… Cada espectador tiene su gag favorito entre los 175 de este clásico de los Marx, foto,.


Es la del camarote, la de la parte contratante de la segunda parte, la de los dos huevos duros… Y así podríamos seguir y seguir porque cada espectador tiene su gag favorito entre los 175 que atesora. Eso sí, pocos aficionados se resisten a identificarla también como la mejor película de los hermanos Marx.
Con Una noche en la ópera los hermanos Marx, que eran hasta entonces un cuarteto, se convirtieron en trío después de que Zeppo dejara el grupo. No fue el único cambio. Por primera vez trabajaban para la Metro y por primera vez alguien ponía un poco de orden en la anarquía creativa de aquella familia. “Supongo que por entonces existiría cierto número de genios, pero yo sólo conocí a uno, su nombre era Irvin Thalberg”, diría años después Groucho refiriéndose al mítico productor. En sus películas los hermanos Marx se habían dedicado hasta entonces a atacar y mofarse de cuanto personaje tuviera la mala suerte de toparse en su camino. Esto –decía Thalberg– podía hacerles antipáticos a ojos de buena parte del público. Nadie dudaba de la genialidad de aquellos chicos pero, al fin y al cabo, las tramas de sus películas no habían sido hasta entonces más que meras excusas para encadenar una sucesión de gags. Una noche en la ópera, en cambio, tenía que ser diferente: el ritmo más medido, la historia más coherente. Partiendo de las ideas de los protagonistas, el guion lo escribieron George S. Kaufman y Morries Ryskind con el apoyo de algunos colaboradores de la Metro, entre los que figuraba nada menos que Buster Keaton. Pero todo eso no era garantía suficiente para Thalberg que, antes de empezar a rodar, embarcó a los hermanos en una gira teatral con la que, atendiendo a las reacciones del público, pretendía afinar al milímetro cada situación, cada chiste y diálogo. A pesar de todo, cuando una vez terminada la película hicieron un preestreno, la respuesta de los espectadores fue demoledora: nadie se rió. Thalberg se encerró durante varios días con un guionista en la sala de edición, remontaron toda la cinta y consiguieron darle el ritmo que la ha hecho célebre.
Una noche en la ópera fue un gran éxito. El tiempo la convirtió en una referencia, hasta el punto que esta obra cumbre de la iconoclasia fuera elegida en 1993 para ser preservada en la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos como “película cultural, histórica o estéticamente significativa”. Pero, por encima de eso, lo más importante es que casi 80 años después sigue siendo una deliciosa gamberrada que recoge algunas de las mejores de escenas de la Historia de la Comedia: la del camarote, la de la parte contratante… En definitiva, la que prefiera cada espectador.


En la tuya o en la mía  - Miercoles -9 - Octubre,.
 





 En la tuya o en la mía', presentado por Bertín Osborne, acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en La 1 a las 22:30, el miercoles - 9 -  Octubre,, etc.







EN PRIMER PLANO - A FONDO - REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - Dolores Redondo,.

Dolores Redondo,.

Dolores Redondo - foto,.
Dolores redondo.jpg
Información personal
Nombre de nacimiento Dolores Redondo Meira Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacimiento 1969 Ver y modificar los datos en Wikidata
San Sebastián (España) Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Española Ver y modificar los datos en Wikidata
Educación
Educada en
Información profesional
Ocupación Escritora Ver y modificar los datos en Wikidata
Género Novela negra Ver y modificar los datos en Wikidata
Distinciones
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Sitio web
Dolores Redondo Meira (San Sebastián, 1969) es una escritora española de novela negra, autora de la trilogía del Baztán1​ y ganadora del Premio Planeta 2016 y del 66.° Premio Bancarella 2018 por la novela Todo esto te daré.

Biografía

Escribe desde los catorce años. Empezó a estudiar la carrera de Derecho en la Universidad de Deusto (aunque no la acabó), y Restauración gastronómica en San Sebastián. Trabajó en varios restaurantes y tuvo uno propio, antes de dedicarse profesionalmente a la literatura. Reside en la localidad de la Ribera Navarra de Cintruénigo desde el año 2006.23
Comenzó en la literatura escribiendo relatos cortos y cuentos infantiles. En 2009 publicó su primera novela, Los privilegios del ángel, y en enero de 2013 publicó El guardián invisible, primer volumen de la Trilogía del Baztán, seguido en noviembre del mismo año por la segunda parte, titulada Legado en los huesos, y terminada en noviembre de 2014 con Ofrenda a la tormenta. La trilogía ha conseguido vender más de 700.000 copias y ha sido traducida a más de quince idiomas.4
El productor alemán Peter Nadermann, responsable de las películas de la Saga Millennium de Stieg Larsson, adquirió los derechos para su adaptación al cine casi inmediatamente después de publicarse la primera novela. En 2017 se estrenó la película El guardián invisible, basada en la primera de las novelas de la trilogía, dirigida por Fernando González Molina.56
Es ganadora del Premio Planeta 2016 por el manuscrito de Todo esto te daré, presentado a concurso bajo el seudónimo de Jim Hawkins y bajo el título falso de Sol de Tebas.7​ En 2018, en Pontremoli, es ganadora del 66.° Premio Bancarella por la edición italiana Tutto questo ti darò.

Obras

Trilogía del Baztán

El guardián invisible

Es el primer título de la trilogía.8​ Se inicia con el descubrimiento, en los márgenes del río Baztán (Bidasoa), del cuerpo desnudo de una adolescente (Ainhoa Elizasu). La inspectora de homicidios de la Policía Foral de Navarra Amaia Salazar será la encargada de dirigir la investigación que le llevará a regresar a Elizondo, el lugar donde nació y del que siempre quiso huir.
Dolores Redondo y Esteban Navarro en Zaragoza en marzo de 2014.
La historia se mueve entre dos frentes, el profesional centrado en la resolución de una serie de asesinatos, y el personal, que en este caso pasa a ser tan importante y sorprendente como el desenlace de la investigación, la cual supone una carrera contrarreloj para dar con un asesino que puede mostrar el rostro más aterrador de una realidad brutal, al tiempo que convocar a los seres más inquietantes de las leyendas del Norte.9​ Salió en 2012.

Legado en los huesos

Aunque el primer volumen cerró la trama de la investigación, la segunda entrega comienza con el juicio contra el padrastro de la joven Johana Márquez. Amaia es reclamada por la policía, ya que el acusado acaba de suicidarse en los baños del juzgado y ha dejado una nota dirigida a la inspectora, una nota con un solo mensaje: «Tarttalo». Amaia Salazar deberá descubrir su significado y al mismo tiempo conoceremos detalles inquietantes de su pasado.

Ofrenda a la tormenta

Es la última entrega de la trilogía. Se presentó al público el 25 de noviembre de 2014.10
La autora adelantó que, durante la presentación, confesaría el germen que inspiró toda la historia para que los lectores comprendieran que por más elementos mágicos que puedan aparecer, la novela es muy real y muy actual.

Todo esto te daré

En el escenario majestuoso de la Ribeira Sacra, Álvaro sufre un accidente que acabará con su vida. Cuando Manuel, su marido, llega a Galicia para reconocer el cadáver, descubre que la investigación sobre el caso se ha cerrado con demasiada rapidez. El rechazo de su poderosa familia política, los Muñiz de Dávila, le impulsa a huir pero le retiene el alegato contra la impunidad que Nogueira, un guardia civil jubilado, esgrime contra la familia de Álvaro, nobles mecidos en sus privilegios, y la sospecha de que esa no es la primera muerte de su entorno que se ha enmascarado como accidental. Lucas, un sacerdote amigo de la infancia de Álvaro, se une a Manuel y a Nogueira en la reconstrucción de la vida secreta de quien creían conocer bien.
La inesperada amistad de estos tres hombres sin ninguna afinidad aparente ayuda a Manuel a navegar entre el amor por quien fue su marido y el tormento de haber vivido de espaldas a la realidad, blindado tras la quimera de su mundo de escritor. Empezará así la búsqueda de la verdad, en un lugar de fuertes creencias y arraigadas costumbres en el que la lógica nunca termina de atar todos los cabos.

Tortas de txantxigorri

Una de las peculiaridades de las novelas de Dolores Redondo es que en ellas aparece un postre típico navarro, las tortas de txantxigorri (la autora escribe txatxingorri), muy popular en Navarra, y que estas novelas han dado a conocer fuera del territorio foral., etc.

TITULO: EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - VIERNES - 11- Octubre -«Los rojos no usaban sombrero» ,.


 



MI CASA ES LA TUYA - VIERNES - 11- Octubre,.
 
 MI CASA ES LA TUYA -', presentado por Bertín Osborne, 
acerca a los espectadores el lado más desconocido de personajes relevantes de diversos ámbitos. Durante aproximadamente una hora, los telespectadores tienen la oportunidad de conocer mejor al invitado y también al propio Bertín Osborne, en Telecinco  a las 22:00, el viernes - 11- Octubre    , etc.  





EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI CASA ES LA TUYA - VIERNES  -11- Octubre -«Los rojos no usaban sombrero» ,.

«Los rojos no usaban sombrero» ,.

Resultat d'imatges de los rojos no usaban sombrero foto / Lo cierto es que algunos de los culpables de la moda fueron el periódico comunista Mundo Obrero, vocero del Partido Comunista de España. Fue este periódico, de gran influencia, el que publicó un artículo que afirmaba que usar sombrero era cosa de fascistas. Al mismo tiempo, con la llegada de la Guerra Civil, la moda en Madrid y Barcelona fue la imagen obrera y militante, con peto de trabajador, gorra, subfusil naranjero o la célebre pistola STAR de los anarquistas. Al parecer, cuando Mundo Obrero publicó su artículo, un sector de la clase trabajadora (el gremio de sastres y sombrereros) protestó enérgicamente, afirmando que se los estaba enviando a la indigencia. Posteriormente, el periódico comunista rectificó un poco su posición, matizándola, pero ya la moda se había extendido. El sombrero no se volvería a ver hasta el final de la guerra. Es más, en el número 6 de la calle Montera, junto a la Puerta del Sol, en una sombrerería llamada Brave, se acuñó un lema que se hizo famoso «Los rojos no usaban sombrero», que venía a decir justamente lo contrario y que hacía suyas las palabras que había escrito un periodista en el periódico Ya, donde afirmaba que por fin la elegancia había regresado a las calles de la capital. En una España dominada por el puño de hierro del fascismo, no llevar sombrero podía convertirte en un sospechoso disidente.

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