BLOC CULTURAL,

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domingo, 13 de noviembre de 2022

España a ras de cielo - Carmen Ponce ,. - PLANETA CALLEJA - Domingo-4 - Diciembre ,. / Centenarios - José Sacristán,. / Un país para reírlo - León compadrea con la risa,. / Aquí la tierra - Protestas en Irán: «La gente lo arriesga todo por el cambio»,.

 

TITULO: España a ras de cielo -  Carmen Ponce  ,. - PLANETA CALLEJA -Domingo-4-Diciembre ,.

 

España a ras de cielo  ,.

 

España a ras de cielo es un programa de televisión emitido por TVE y se estrenó el 17 de septiembre de 2013. Desde el primer programa, está presentado por Francis Lorenzo Martes a las 22h30,.
 El programa permite conocer lugar de España desconocidos y ya conocidos desde otro punto de vista., etc,.


PLANETA CALLEJA - DOMINGO - 4- Diciembre,.
 

   Planeta Calleja es un programa de televisión de España que se emite cada domingo a las 21:30, en Cuatro de Mediaset España,. Jesús Calleja enfrentará a rostros conocidos a vivir experiencias únicas e irrepetibles fuera de su contexto habitual y en los lugares más remotos y fascinantes ., etc.

 

  Carmen Ponce,.

 

 

Carmen Ponce: “Queremos darle un futuro a los jóvenes en la hostelería”,.

Su programa de formación Talento Cruzcampo ha sido merecedor del premio CincoDías a la iniciativa empresarial más innovadora en responsabilidad social empresarial,.

 Carmen Ponce, vicepresidenta de la Fundación Cruzcampo.
foto /  Carmen Ponce, vicepresidenta de la Fundación Cruzcampo,.

Ha desarrollado parte de su carrera profesional en el sector cervecero, en Guinness y actualmente en Heineken España. Carmen Ponce (Sevilla, 1968) ocupa, entre otros cargos, el de directora de relaciones corporativas, así como el de vicepresidenta de la Fundación Cruzcampo.

Llevan 25 años formando a jóvenes para la hostelería.

La Fundación Cruzcampo nació con dos propósitos. Por un lado, impulsar la cultura cervecera, y por otro, generar oportunidades de empleo, mejorar la empleabilidad de los jóvenes. A raíz del Covid, hemos visto a dos colectivos cercanos muy impactados: los jóvenes, ya que España lidera el ranking de desempleo juvenil, y el hostelero. Y con esa finalidad nace Talento Cruzcampo, una plataforma de desarrollo profesional y personal para inspirar y formar a jóvenes, y a través de nuestro programa de becas los ayudamos a formarse. La iniciativa, en la que hemos invertido 6 millones de euros, la hemos creado conjuntamente con los hosteleros, con el fin de transformar la hostelería y aportarle lo que necesita.

¿Cuáles son los logros obtenidos desde la implantación de estas ayudas?

Contamos con un portal de empleo que nace con la ambición de tener el cien por cien de empleabilidad. En la primera edición dimos 40 becas y lo hemos ampliado a 60. Y antes de recoger el diploma el 75% de los alumnos ya tenía empleo. Nuestro objetivo es darles un futuro profesional, como ha venido haciendo la Fundación Cruzcampo con colectivos vulnerables.

¿Qué demanda esa nueva hostelería?

Creemos que el Covid ha evidenciado que se trata de un sector que necesita fortalecerse con gestión interna, con una búsqueda de la eficiencia y con una relación con la clientela más digital, y con este entorno capturar tráfico y fidelizarlos. Se han abierto nuevas líneas de negocio, como ha sido la de la comida a domicilio, que te permite disfrutar de un restaurante como si se estuviera en la propia casa. Era un modelo del que disfrutaba poca gente y ahora se vive un auténtico boom. Esta es la hostelería del futuro.

Este año han inaugurado la sede de la Factoría Cruzcampo.

Se trata de una microcervecería social, en la que los alumnos pueden practicar con el público todo lo aprendido. La formación que ofrecemos tiene un componente de práctica muy importante, y con esta iniciativa abrimos nuestra acción social al público. De hecho, abre con un fin social porque todo se reinvierte. Por cada euro facturado por el visitante, la fundación pondrá 10. El desempleo es un problema estructural y lo que queremos es generar oportunidades en el sector de la hostelería.

¿Qué inquietudes tienen los jóvenes que se acogen al programa de formación?

La verdad es que tuvimos 550 peticiones, de jóvenes de 18 a 30 años, para 60 plazas, por lo que observamos que hay un componente vocacional, de manera que no ven como un sacrificio que tengan que trabajar cuando otros están de ocio. Vemos vocación, ganas, amor por la hostelería, ganas de tener una profesión que les dignifique y les haga crecer. Es una oportunidad. Nosotros les becamos el 90% y ellos pagan un 10%, de forma que sea algo simbólico para que haya también un punto de responsabilidad. Y para aquellos que no son de Sevilla se les conceden 250 euros de ayuda para el alojamiento. El programa tiene una duración de un año y un coste de 15.000 euros, de los que la Fundación Cruzcampo aporta 13.500, y además de las prácticas en la microcervecería les mandamos durante tres meses a formarse a 18 restaurantes, de los cuales 8 tienen estrellas Michelin. Se trata, sin duda, de una gran oportunidad, porque formarse en restaurantes les da otra perspectiva del negocio. El objetivo que tenemos es conseguir la empleabilidad plena.

La hostelería es un sector tocado por la pandemia, ¿cómo se recuperará?

Hay que esperar unos meses para entender los efectos de esta pandemia, aunque entre el 10% y el 15% de los establecimientos no han abierto sus puertas. Hay una importante reducción de la hostelería. Con todas las restricciones que ha habido se ha notado en el volumen de facturación, ahora queda por saber cuál va a ser el precio del Covid en el sector de la hostelería.

¿Qué objetivos tienen como fundación?

Somos una empresa que tiene como eje principal la sostenibilidad, y estamos trabajando en la parte social y medioambiental, donde tenemos una agenda ambiciosa. Queremos ser los cerveceros más verdes, a la vez que queremos dar empleo a los jóvenes. Y trabajamos mucho el tema del agua, desde dos pilares: devolviendo a la naturaleza toda el agua que podamos en nuestras fábricas de Sevilla, Valencia y Jaén, y ahora en el río Jarama, y reduciendo las emisiones de CO2. En el último año y medio hemos inaugurado en Huelva una planta con energía solar. Y en la fábrica de Jaén hemos conseguido ser la primera en cero emisiones de España y de Europa. Es un referente a nivel global, y para el resto de nuestras fábricas queremos que sean de emisiones cero antes de 2025.

 

TITULO:  Centenarios  - José Sacristán,.

 

 José Sacristán,.

 

 José Sacristán, reciente Goya de Honor del cine español, se pasa por 'Gente  de Andalucía'

El actor ( foto ) José Sacristán, reciente Goya de Honor, a sus 85 años sigue pisando platós y tablas de escenarios. De hecho, continúa desde hace más de tres años con la gira de la adaptación teatral de la obra de Miguel Delibes 'Señora de rojo sobre fondo gris' con la que llegará a Atarfe (Granada) los próximos días 24 y 25 de marzo.

Con tal motivo ha atendido la llamada de Gente de Andalucía para desvelar curiosidades de esta obra de Delibes en la que se cuenta "el proceso de la enfermedad y la muerte de su mujer, aunque usando un personaje". No obstante, Sacristán precisa que "de lo que nos habla es del amor que puede vencer a la propia muerte porque aunque suponga un dolor inmenso, mientras somos recordados y amados no desaparecemos del todo".

Y curiosamente, Delibes nunca quiso que esta obra se llevara a escena porque "decía que si ni él le había puesto su cara al personaje, no quería que nadie se la pusiera, cosa del pudor de Miguel". De modo que para que conseguir representarla en el teatro han tenido que contar "con el permiso de sus hijos" tras su muerte.

Pero tras la respuesta "espectacular" del público en estos más de tres años de representaciones, Sacristán está convencido de que "ahora Miguel estaría de acuerdo". Y en este sentido, sintomático fue que "la noche del estreno, uno de sus hijos que se opuso a que se hiciera la obra porque así lo deseaba su padre, vino a darme las gracias porque esa noche había sido como si volviera a ver a su madre".

 

TITULO:  Un país para reírlo - León compadrea con la risa,.


 

martes -6 - Diciembre , a las 22:55 horas en La 2,  foto,.

León compadrea con la risa,.

El Auditorio de León se llena de carcajadas con el espectáculo de humor andaluz 'Compadres para siempre', protagonizado por Alfonso Sánchez y Alberto López,.

 Momento del espectáculo 'Compadres para siempre'. /

 Momento del espectáculo 'Compadres para siempre'.

Los opuestos se atraen y, precisamente por la distancia que separa Andalucía de León, la atracción fue total. Así lo demostró a base de carcajadas el Auditorio de León en el espectáculo 'Compadres para siempre', en el que los cómicos andaluces Alfonso Sánchez y Alberto López ('8 apellidos vascos', 'Allí abajo') ponen sobre las tablas una divertida comedia sobre dos inmaduros amigos cercanos a la cuarentena que han compartido andanzas desde la juventud.

Carmen, la mujer de Rafi, harta ya de tantas tonterías, echa a su marido de una vez por todas de su casa dejándolo en la calle con una mano delante y otra detrás. Así que la única opción que tendrá él para poder sobrevivir será la ayuda de su mejor amigo, de su hermano, de su compañero de fatigas, de su compadre Fali, que ya le ha salvado la vida en numerosas ocasiones.

Fali, por su parte, está atrapado en una jaula de oro desde que hace 12 años dejó preñada a la que hoy es su mujer, Cayetana de Urquijo, una rica heredera madrileña, una noche loca en El Rocío y con la que se casó de penalti. Desde entonces vive con ella y sus dos hijos, Paloma y Bosco, en una mansión de lujo en Simón Verde, una de las urbanizaciones más exclusivas de Sevilla.

Contando sus dramas y encarnando dos antihéroes condenados a quererse, Fali y Rafi, Rafi y Fali hicieron disfrutar de una propuesta divertida sobre dos andaluces que, aunque pudiera parecerlo, terminan cayendo en las mismas situaciones que cualquier vecino de Oteruelo.

Porque al final los opuestos se atraen, pero porque se encuentran en el camino. 

 

TITULO: Aquí la tierra - Protestas en Irán: «La gente lo arriesga todo por el cambio»,.

Protestas en Irán: «La gente lo arriesga todo por el cambio»,.

 La muerte de una joven a manos de la Policía de la moralidad es el fruto más visible de la persecución en Irán. La gente se ha echado a la calle con la sensación de que no hay vuelta atrás,.

 

El impacto en Irán de las protestas por la muerte de la joven Jina Amini y la imposición del velo islámico y el empeño del Gobierno por reprimirlas es tal que en algunas ciudades las autoridades retrasaron el comienzo de curso escolar. Temían nuevas movilizaciones. «Las chicas de mi instituto están llenas de ideas» como hacer carteles, no llevar hijab, gritar consignas en la asamblea matinal… Lo comparte una docente desde Mashad en un testimonio enviado al Centro para los Derechos Humanos en Irán (CHRI por sus siglas en inglés).

«El Ministerio de Inteligencia ha contactado con la familia de tres estudiantes advirtiéndoles de que no las dejen participar», desvela. Una reacción desproporcionada, pero que palidece frente a las cifras de la represión: 133 muertos y cientos de detenidos, entre ellos 25 periodistas y cuatro abogados. «La gente lo está arriesgando todo para hacer oír su voz y pedir un cambio», subraya a Alfa y Omega Jasmin Ramsey, subdirectora del CHRI.

Irán
Población:

86,8 millones de habitantes

Idioma oficial:

Farsi o persa

Gobierno:

El líder supremo controla las Fuerzas Armadas, la seguridad, la justicia y los medios. El presidente es el jefe de Gobierno

A Amini, que era kurda, su familia la llamaba Jina. Mahsa era su nombre oficial en farsi. Según ha relatado su padre, Amjad, a la web Rouydad24, «ni las mujeres de 60 años van tan cubiertas como iba ella» el 13 de septiembre. Aun así, la Policía de la moralidad la detuvo en Teherán por incumplir las leyes sobre vestimenta. «Varias chicas que estaban en el furgón me contaron que la agredieron físicamente». La paliza la dejó en coma, y murió el día 16. «Su muerte ha prendido algo que llevaba tiempo cocinándose a fuego lento», explica Ramsey.

«Muerte al dictador»

Inmediatamente después de la Revolución islámica de 1979, la presión para llevar hijab fue in crescendo. En 1981 se hizo obligatorio, y dos años después se penó el no hacerlo con azotes. Luego, con la cárcel. En 2005 el presidente Mahmud Ahmadinejad creó la Gasht-e Ershad o Policía de la moralidad, que responde directamente ante el líder supremo, el ayatolá Ali Jameini. «Es difícil encontrar a una familia iraní que nunca haya tenido que lidiar» con una de sus patrullas, formadas generalmente por cuatro hombres y dos mujeres, explicaba a Asia News Tara Sepehri, experta en Oriente Medio de Human Rights Watch. La última vuelta de tuerca llegó en verano, cuando el presidente, Ebrahim Raisi, amplió el poder de este cuerpo, introdujo nuevas restricciones e impuso un sistema de cámaras de vigilancia.

Los jóvenes, como estos universitarios de Shiraz, acuden masivamente a las manifestaciones. Foto:

Es un síntoma más del creciente endurecimiento de la persecución a toda disidencia promovido por Raisi, que en 1988 estaba en el comité que ordenó ejecutar a miles de presos políticos. En lo que va de año, se han producido 415 ejecuciones —6.826 desde 2010— y han aumentado las detenciones. «Con su elección, todas las ramas del Gobierno están sólidamente controladas por los aliados ultraconservadores del líder supremo», lamenta Mansour Borji, director de la organización Artículo 18, que promueve la libertad religiosa. Después de «silenciar o eliminar todas las formas de disenso» —partidos reformistas, periodistas, ONG y sociedad civil—, «pueden hacer lo que deseen».

O al menos eso parecía. Porque, según Ramsey, «llevamos años oyendo “muerte al dictador”, pero nunca tan alto como ahora». Ni siquiera en 2019, cuando murieron cientos de manifestantes. Las últimas movilizaciones «son parte de una evolución especialmente desde 2017, cuando las protestas sobre la economía se transformaron en cánticos contra el Estado». A la clase obrera se sumaron los maestros, los pensionistas y más recientemente los jóvenes y las mujeres. La otra consigna que más se escucha estos días en las calles es «mujer, vida y libertad». «No se trata solo de los derechos de las mujeres, sino de todos los derechos fundamentales que el Gobierno ha violado durante décadas».

Mujeres bailan y queman sus velos en una hoguera, el 22 de septiembre en Hormozgan. Foto:

Entre los manifestantes, impera la sensación de que no hay vuelta atrás. Pero piden apoyo a la comunidad internacional. Un activista compartía con el CHRI, desde el anonimato, su miedo de que ahora el régimen «abandone alguna de sus demandas» y se logre revivir el acuerdo nuclear de 2015, a cambio —más o menos implícitamente— de que «el mundo no tome ninguna medida significativa» sobre lo que ocurre en el país. «No es el momento para firmarlo».

Cristianos, un objetivo fácil

El aumento del control por parte del régimen de los ayatolás en Irán no es indiferente para la minoría cristiana del país. En la primera mitad de este año, 58 cristianos fueron detenidos y 25 condenados, frente a los 72 y 15, respectivamente, de todo 2021. Steve Dew-Jones, responsable de comunicación de la organización pro libertad religiosa Artículo 18, explica que la mayor parte son conversos de la mayoría étnica persa. «A los iraníes de ascendencia armenia y asiria», ortodoxos y evangélicos, «se los considera étnicamente cristianos y no se espera que sean musulmanes».

Aunque también algunos de ellos, principalmente de iglesias evangélicas, han sido arrestados por evangelizar a los persas u organizar celebraciones en casas. Precisamente por este cargo han sido condenados a diez años de cárcel Anooshavan y Joseph. Oficialmente, abunda Dew-Jones, los cargos son «propaganda contra el régimen» por propagar el cristianismo, o «acciones contra la seguridad nacional», ya que las iglesias domésticas se consideran grupos ilegales.

«Junto con las jóvenes que rechazan el hijab, las minorías religiosas y los conversos en particular son el objetivo más fácil de reprimir para mantener contentas a sus bases», explica a Alfa y Omega Mansour Borji, director de Artículo 18. Se refiere al «clero de las ciudades más religiosas, como Qom y Mashad», que en vez de por «la corrupción generalizada, la inflación y la mala gestión general o la falta de libertades democráticas» está alarmado por cuestiones como el rechazo a la vestimenta tradicional o que los jóvenes se alejen de la práctica del islam.

Artículo 18, junto con el Consejo Hamgaan de Iglesias Unidas de Irán, se ha sumado con un comunicado a las peticiones de justicia por la muerte de Jina Amini. Alaban el «valor sin precedentes» de los manifestantes y condenan condenan «la opresión sistemática de las mujeres y la violación generalizada de los derechos humanos». «Estamos todos juntos, sin importar etnia, religión, lengua o creencias, en esta lucha contra el dolor compartido de la injusticia, la opresión y la dictadura religiosa».

El impacto en Irán de las protestas por la muerte de la joven Jina Amini y la imposición del velo islámico y el empeño del Gobierno por reprimirlas es tal que en algunas ciudades las autoridades retrasaron el comienzo de curso escolar. Temían nuevas movilizaciones. «Las chicas de mi instituto están llenas de ideas» como hacer carteles, no llevar hijab, gritar consignas en la asamblea matinal… Lo comparte una docente desde Mashad en un testimonio enviado al Centro para los Derechos Humanos en Irán (CHRI por sus siglas en inglés).

«El Ministerio de Inteligencia ha contactado con la familia de tres estudiantes advirtiéndoles de que no las dejen participar», desvela. Una reacción desproporcionada, pero que palidece frente a las cifras de la represión: 133 muertos y cientos de detenidos, entre ellos 25 periodistas y cuatro abogados. «La gente lo está arriesgando todo para hacer oír su voz y pedir un cambio», subraya a Alfa y Omega Jasmin Ramsey, subdirectora del CHRI.

Irán
Población:

86,8 millones de habitantes

Idioma oficial:

Farsi o persa

Gobierno:

El líder supremo controla las Fuerzas Armadas, la seguridad, la justicia y los medios. El presidente es el jefe de Gobierno

A Amini, que era kurda, su familia la llamaba Jina. Mahsa era su nombre oficial en farsi. Según ha relatado su padre, Amjad, a la web Rouydad24, «ni las mujeres de 60 años van tan cubiertas como iba ella» el 13 de septiembre. Aun así, la Policía de la moralidad la detuvo en Teherán por incumplir las leyes sobre vestimenta. «Varias chicas que estaban en el furgón me contaron que la agredieron físicamente». La paliza la dejó en coma, y murió el día 16. «Su muerte ha prendido algo que llevaba tiempo cocinándose a fuego lento», explica Ramsey.

«Muerte al dictador»

Inmediatamente después de la Revolución islámica de 1979, la presión para llevar hijab fue in crescendo. En 1981 se hizo obligatorio, y dos años después se penó el no hacerlo con azotes. Luego, con la cárcel. En 2005 el presidente Mahmud Ahmadinejad creó la Gasht-e Ershad o Policía de la moralidad, que responde directamente ante el líder supremo, el ayatolá Ali Jameini. «Es difícil encontrar a una familia iraní que nunca haya tenido que lidiar» con una de sus patrullas, formadas generalmente por cuatro hombres y dos mujeres, explicaba a Asia News Tara Sepehri, experta en Oriente Medio de Human Rights Watch. La última vuelta de tuerca llegó en verano, cuando el presidente, Ebrahim Raisi, amplió el poder de este cuerpo, introdujo nuevas restricciones e impuso un sistema de cámaras de vigilancia.

Los jóvenes, como estos universitarios de Shiraz, acuden masivamente a las manifestaciones. Foto: AFP / ESN.

Es un síntoma más del creciente endurecimiento de la persecución a toda disidencia promovido por Raisi, que en 1988 estaba en el comité que ordenó ejecutar a miles de presos políticos. En lo que va de año, se han producido 415 ejecuciones —6.826 desde 2010— y han aumentado las detenciones. «Con su elección, todas las ramas del Gobierno están sólidamente controladas por los aliados ultraconservadores del líder supremo», lamenta Mansour Borji, director de la organización Artículo 18, que promueve la libertad religiosa. Después de «silenciar o eliminar todas las formas de disenso» —partidos reformistas, periodistas, ONG y sociedad civil—, «pueden hacer lo que deseen».

O al menos eso parecía. Porque, según Ramsey, «llevamos años oyendo “muerte al dictador”, pero nunca tan alto como ahora». Ni siquiera en 2019, cuando murieron cientos de manifestantes. Las últimas movilizaciones «son parte de una evolución especialmente desde 2017, cuando las protestas sobre la economía se transformaron en cánticos contra el Estado». A la clase obrera se sumaron los maestros, los pensionistas y más recientemente los jóvenes y las mujeres. La otra consigna que más se escucha estos días en las calles es «mujer, vida y libertad». «No se trata solo de los derechos de las mujeres, sino de todos los derechos fundamentales que el Gobierno ha violado durante décadas».

Mujeres bailan y queman sus velos en una hoguera, el 22 de septiembre en Hormozgan. Foto: Twitter @shayan86.

Entre los manifestantes, impera la sensación de que no hay vuelta atrás. Pero piden apoyo a la comunidad internacional. Un activista compartía con el CHRI, desde el anonimato, su miedo de que ahora el régimen «abandone alguna de sus demandas» y se logre revivir el acuerdo nuclear de 2015, a cambio —más o menos implícitamente— de que «el mundo no tome ninguna medida significativa» sobre lo que ocurre en el país. «No es el momento para firmarlo».

Cristianos, un objetivo fácil

El aumento del control por parte del régimen de los ayatolás en Irán no es indiferente para la minoría cristiana del país. En la primera mitad de este año, 58 cristianos fueron detenidos y 25 condenados, frente a los 72 y 15, respectivamente, de todo 2021. Steve Dew-Jones, responsable de comunicación de la organización pro libertad religiosa Artículo 18, explica que la mayor parte son conversos de la mayoría étnica persa. «A los iraníes de ascendencia armenia y asiria», ortodoxos y evangélicos, «se los considera étnicamente cristianos y no se espera que sean musulmanes».

Aunque también algunos de ellos, principalmente de iglesias evangélicas, han sido arrestados por evangelizar a los persas u organizar celebraciones en casas. Precisamente por este cargo han sido condenados a diez años de cárcel Anooshavan y Joseph. Oficialmente, abunda Dew-Jones, los cargos son «propaganda contra el régimen» por propagar el cristianismo, o «acciones contra la seguridad nacional», ya que las iglesias domésticas se consideran grupos ilegales.

«Junto con las jóvenes que rechazan el hijab, las minorías religiosas y los conversos en particular son el objetivo más fácil de reprimir para mantener contentas a sus bases», explica a Alfa y Omega Mansour Borji, director de Artículo 18. Se refiere al «clero de las ciudades más religiosas, como Qom y Mashad», que en vez de por «la corrupción generalizada, la inflación y la mala gestión general o la falta de libertades democráticas» está alarmado por cuestiones como el rechazo a la vestimenta tradicional o que los jóvenes se alejen de la práctica del islam.

Artículo 18, junto con el Consejo Hamgaan de Iglesias Unidas de Irán, se ha sumado con un comunicado a las peticiones de justicia por la muerte de Jina Amini. Alaban el «valor sin precedentes» de los manifestantes y condenan condenan «la opresión sistemática de las mujeres y la violación generalizada de los derechos humanos». «Estamos todos juntos, sin importar etnia, religión, lengua o creencias, en esta lucha contra el dolor compartido de la injusticia, la opresión y la dictadura religiosa».


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