LA CHICA LUNES -9- DOMINGO -15- OCTUBRE - PLANETA CALLEJA - DOMINGO -8- OCTUBRE - Tessa Thompson Actriz,./ EN PORTADA CRONICAS MUJERES VIAJERAS - LA ISLA HUMANA, LUNES -9- OCTUBRE,..
TITULO: LA CHICA LUNES -9- DOMINGO -15- OCTUBRE - PLANETA CALLEJA - DOMINGO -8- OCTUBRE - Tessa Thompson Actriz,.
PLANETA CALLEJA - DOMINGO -8- OCTUBRE,.
Planeta Calleja es un programa de televisión de España que se emite cada domingo a las 21:30, en Cuatro de Mediaset España. Jesús Calleja enfrentará a rostros conocidos a
vivir experiencias únicas e irrepetibles fuera de su contexto habitual y
en los lugares más remotos y fascinantes , etc.
LA CHICA LUNES -9- DOMINGO -15- OCTUBRE - Tessa Thompson Actriz,. Tessa Thompson Actriz, foto.
Thompson nació en Los Ángeles, California. Hizo su debut teatral cuando cursaba el quinto grado de la escuela, interpretando a un lobo claqué, frente a la actriz Amber Tamblyn.
Asistió a la Escuela Secundaria de Santa Mónica y participó en diversas
producciones de teatro de dicha isntitución. Thompson es la hija del
cantante y compositor Marc Anthony Thompson, de la banda neoyorquina
Genius Chocolate, Inc.
Carrera
Televisión
Thompson,
que comenzó en el teatro profesional de Los Ángeles, puede ser mejor
conocida por su papel de Jackie Cook, en la serie dramática neo-noir de
UPN / CW Veronica Mars, interpretando a un personaje regular de la
segunda temporada. Algunas apariciones adicionales en televisión
incluyen un punto de la huésped en los Cold Case episodio "mejores
amigos", como Wilhemenia "Billie" Ducette, y como Camille, la sobrina
del Dr. Richard Webber, en el drama médico de la cadena ABC, Anatomía de
Grey. En 2007, ella fue parte del elenco de la CW de teatro de corta
duración Hidden Palms, retratando Nikki Barnes. Recientemente trabajó en
papeles como estrella invitada en Life y Private Practice. También
apareció en la cuarta temporada de Héroes . En 2010, ella tuvo un papel
de invitada como la esposa de un detective de Detroit 187. En 2012, tuvo
un papel como invitado como la hija de Gavin Doran, Sasha, en 666 Park
Avenue.
Cine
La primera
aparición de Thompson en un largometraje fue en la remake de la película
de terror de 2006 "Cuando llama un extraño", en el papel de Scarlet.
Thompson actuó junto a Mary Elizabeth Winstead
en la película de baile "Make it Happen" de 2008, e hizo otras dos
películas ese año: "The Human Contract" y "Periferia". En 2009, Thompson
apareció en rojo y azul Mármoles y Mississippi Damned.
Ella apareció en de Tyler Perry For Colored Girls en 2010, seguido
por Justin Simien 's 2014 de cine independiente Queridos gente blanca .
Más recientemente, interpretó a activista de derechos civiles Diane Nash
en Selma, lanzado en 2014.
Teatro
Thompson
fue nominado para un Premio NAACP Image por su actuación en el escenario
como Julieta en Romeo y Julieta: Antebellum Nueva Orleans 1836 con el
teatro en Boston Court en Pasadena, California , que fue su debut
profesional y su primera producción profesional Shakespeare.
Posteriormente, ella ha aparecido en muchas más obras de teatro en Los
Ángeles.[cita requerida]
Música
Thompson
trabajó con el compositor y productor Jesse Nolan y Stephen Edelstein
titulado Caught un fantasma. Ella aparece en la página de biografía de
la página web de la banda como proporcionar "voces y percusiones
sensuales". El sonido del grupo se explica en su página web a "elementos
funcionales que ofrece composiciones voltios Motown y Stax clásicos con
influencias de dubstep, 90 de rap, y la electrónica contemporánea"., etc.
TITULO: EN PORTADA CRONICAS MUJERES VIAJERAS - LA ISLA HUMANA, LUNES -9- OCTUBRE,..
El lunes -9- octubre a las 23:30 por La 2, fotos.
Ons es actualmente la única isla habitada del litoral gallego.
Desde 2.002 forma parte del Parque Nacional de las Islas Atlánticas,.
Es un ecosistema extraordinario. Presenta especies únicas y alberga
importantes colonias de aves marinas además de unos fondos marinos de
gran biodiversidad,.
La historia de la isla es una sucesión de poblamientos y
despoblamientos. La huella del hombre se extiende hasta el Paleolítico,.
A lo largo de los siglos Ons ha tenido distintos dueños hasta que fue
expropiada por el Estado en 1940. En 1982 fue transferida a la Xunta de
Galicia,.
A mediados del pasado siglo llegó a superar los 500 habitantes. Ahora sólo vive de forma permanente un matrimonio de isleños,.
Los isleños vivían de la pesca -fundamentalmente del pulpo-, la
agricultura y la ganadería. Integraban una comunidad con fuertes lazos
solidarios,.
La isla recibe 100.000 visitantes anuales. El turismo es ahora el principal sostén económico,.
Cuando el otoño va tomando la isla y los bares han cerrado, cuando los
turistas del verano ya han regresado a sus rutinas y, tras la algarabía,
el rumor del mar y las gaviotas vuelve a las veredas y a las ventanas,
en la casa de Cesáreo y Victoria la cocina de leña se despereza de su
letargo estival. Llegan los días cortos, días de frío y cocido. Así ha
sido siempre.
Son los últimos. Cesáreo y Victoria no abandonan su casa isleña en todo
el año. No hay sitio mejor para ellos, lejos de coches y ruidos. Viven
tranquilos, con su huerta, su pesca… Nadie les moverá de ahí, del lugar
donde nacieron. Donde ellos se sienten aislados es en tierra,
en la península, en Bueu. Su descendencia llega hasta tres biznietos.
Todos llevan la isla en los genes y en cuanto pueden acuden a la casa
madre.
Pepe de Miro, el hijo de Ramiro el del faro, también pasa
ahora la mayor parte del tiempo en la isla. Antes vivía en Bueu, pero
desde que se jubiló por enfermedad ha regresado al paisaje de su
infancia, a las casas de sus padres y sus abuelos. Pepe conoció los
buenos tiempos. Cuando él era niño en Ons vivían más de quinientas
personas; trabajaban la tierra y pescaban, y eran bastante felices.
Luego, como otros muchos, tuvo que salir hacia la península porque allí
había un puerto seguro para los barcos, había médico, había escuela
reglada…Su mujer, Isabel, una moza de Bueu que conquistó bailando una de
Caco Senante, se ha hecho también isleña, pese a que le costó. Ahora
los dos disfrutan de los días tranquilos de Ons; de vez en cuando ella
va a Bueu para ventilar la casa y hacer alguna compra y vuelve junto a
Pepe. Ya son abuelos.
Cuando llegan los días cortos, Cesáreo, Victoria, Pepe e Isabel pasean su sosiego de uno a otro barrio (Pareiró, Canexol, O Caño, O Curro…).
Por los caminos suelen encontrarse con el agente medioambiental y los
dos guardas que integran el equipo del Parque Nacional de las Islas
Atlánticas permanentemente destinado en la isla. A veces también se
cruzan con alguno de los tres fareros que se turnan, cada 15 días, para
mantener viva la llama fotovoltaica del faro que desde 1865 alumbra la
noche desde el Alto do Cucorno.
Cesáreo, Victoria, Pepe… son descendientes de los últimos colonizadores
de Ons, los que llegaron de la península del Morrazo cuando arrancaba
el siglo XIX. La historia de la isla es una sucesión de poblamientos y
despoblamientos, con una constante: la lucha entre el hombre y los
elementos. Vivir en Ons, no ha sido fácil. Si la mar se pone furiosa y
el temporal azota con fuerza, más vale buscar resguardo seguro. Esos
días se hace imposible llegar a la península.
Ya sea por la abundancia de manantiales, por su posición estratégica,
por la riqueza pesquera de su litoral, o por todo ello unido, Ons ha
atraído a lo largo de los siglos a diversas comunidades humanas. Excavar
en su historia es adentrarse hasta el Paleolítico en un recorrido
jalonado de castros, restos romanos, reyes medievales y obispos,
batallas y asedios, germanos, godos, normandos y piratas. Es también
hablar de los Riobó (los últimos propietarios), de los secaderos de
pulpo, de las dornas, de la expropiación de comienzos de los 40, de la
Obra Social del Movimiento, de la Xunta, del Parque Nacional…
Hablamos en realidad de un archipiélago formado por unos cuantos
islotes, una pequeña y redondeada isla, Onza, y la isla mayor, Ons (6 km
de largo, 1’5 de ancho), la única que mantiene un mínimo núcleo de
habitantes en la costa gallega. A poco más de dos millas está la
península. El archipiélago protege la entrada de la ría de Pontevedra de
los fuertes temporales atlánticos. Esos temporales han marcado la vida y
el carácter de los isleños.El Parque
Desde 2.002 Ons forma parte del Parque Nacional de las Islas
Atlánticas, un parque eminentemente marítimo (85% de mar, 15% de
tierra), integrado además por las Cíes y las islas de Sálvora y
Cortegada. Un ecosistema de extraordinario valor enriquecido en Ons por
especies únicas como las salamandras vivíparas y la cytisusinsularis, un vistoso arbusto que colorea en amarillo las lomas que se quiebran en los acantilados. Sólo pueden verse en la isla.
Como ocurre con toda la red de Parques Nacionales, Ons es una gran
estación biológica, un territorio para la investigación. En los días que
estuvimos en la isla encontramos a Ignacio y Pancho en plena labor de
control de las colonias de aves marinas (cormoranes, gaviotas
patiamarillas y las muy escasas gaviotas sombrías); encontramos también a
Cristina y Sara estudiando sobre el terreno, en las rocas que emergen
con la marea baja, los efectos que la recolección de la mejilla - la
semilla del mejillón que los mejilloneros recogen para cultivar en la
bateas- tiene sobre otras especies.
La población, los isleños, su modo de vida tradicional, su cultura, es
un valor que los rectores del Parque destacan y potencian. La
convivencia hoy es armoniosa, pero no siempre ha sido así. Al comienzo
había ciertos recelos, seguramente porque la pertenencia al Parque
supone algunas restricciones para los vecinos, por ejemplo a la hora de
hacer obras en las casas, o de tener mascotas. Hay un férreo control
sobre las especies alóctonas, introducidas. También sobre la pesca,
aunque se consienten las capturas para autoconsumo de los isleños.
José Antonio Fdez.Bouzas / DIRECTOR-CONSERVADOR PARQUE NACIONAL ILLAS ATLÁNTICAS - CUIDAR Y GESTIONAR
La propiedad
A lo largo de los siglos los colonos han pagado rentas a los distintos
propietarios de la isla por el uso de las casas y las tierras. Así
sucedió hasta que en los 80 Ons fue transferida a la Xunta de Galicia.
Se abrió entonces un periodo de incertidumbre durante el cual los
isleños plantearon sus derechos de propiedad sobre las casas que habían
edificado y las tierras que habían hecho productivas. No hubo acuerdo.
La solución llegó con la declaración de Parque Nacional. Se reguló que
los vecinos pasaban de ser colonos a ser concesionarios,
se les otorgaba la concesión de las casas y terrenos por un periodo de
75 años. Deben abonar un canon por metro cuadrado que varía según sea
vivienda, terreno o establecimiento hostelero. -¿Y cuando la concesión termine? Ya se verá-. Eso dicen todos.
La vida entre temporales
Los ingresos llegaban de la pesca. Era la actividad fundamental,
ocupaba a todos los hombres y a buen número de mujeres. Y el mar en Ons
es agradecido; más aún antes que ahora. Había de todo, sargos, lubinas,
maragotas, congrios…y pulpo, sobre todo pulpo. En los tiempos de los
Riobó (1919-1936), los isleños estaban obligados a vender todo el pulpo
al dueño, primero a don Manuel y después a su hijo y heredero Didio.
Tras pasar por el secadero lo comercializaban a través de Isla de Ons S.L.,
la sociedad mercantil que habían creado para la explotación pesquera.
Era un negocio rentable; las capturas anuales superaban los 70.000
kilos.
Eran los años de las dornas, embarcaciones pequeñas, livianas, que
había que manejar con energía y destreza. Acabada la faena las dornas se
varaban en las playas, en la parte más elevada, por si la mar
enfurecía.
Didio Riobó, republicano radical y progresista, se suicidó al poco de
comenzar la guerra civil al verse acosado por los sublevados. A
comienzos de los 40 el Estado expropió la isla aduciendo razones de
Defensa (nunca se realizó instalación militar alguna que justificara tal
decisión). A partir de ese momento los pescadores isleños pudieron
diversificar las capturas y vender por su cuenta la pesca en los
cercanos puertos de la península. Sus ingresos mejoraron pero además
ganaron independencia; se hicieron dueños de su futuro.
La pesca traía los ingresos, la tierra y el ganado, la subsistencia.
Cultivaban maíz, centeno, trigo, habas, patatas…Los hórreos estaban
siempre bien surtidos. Además tenían vacas, cerdos y gallinas. Y nunca
faltaba el pescado y el marisco.
El aislamiento reforzó los lazos de solidaridad entre los vecinos. La
de Ons era una comunidad que actuaba como un organismo especialmente
dotado para resistir -todos a una-, sobre todo en los momentos duros,
que no eran pocos.
Nunca hubo médico. Lo peor era caer enfermo cuando los temporales
azotaban la isla durante semanas. No había forma de acercarse a la
península para recibir atención. Entonces había que echar mano de
remedios naturales, de hierbas y ungüentos, de curanderos o de parteras
cuando era el caso.
Aún no había llegado la electricidad a Ons. Por las noches, a la luz de
velas y candiles, surgieron numerosas leyendas que conectaban la vida
con el más allá. En O Burato do Inferno se escuchaban los lamentos de las almas en pena, por Punta Centolo entraba en la isla la Santa Compaña, a veces difuntos se aparecían… Unos lo creían, otros no.Esplendor y éxodo
Los 60 fueron años de cambios. Llegó la luz eléctrica. Un generador la
facilitaba desde el anochecer hasta medianoche. Con la luz llegaron los
primeros televisores, los frigoríficos…A veces, si había alguna
defunción, algún parto, o alguno de aquellos combates de Carrasco o de
Cassius Clay televisados de madrugada, había horas extra de generador.
Aún hoy en la isla se raciona la corriente: diez horas diarias, en dos
tandas.
Fue en aquellos años cuando se realizaron distintas obras en el barrio de O Curro,
donde está el muelle. Se levantó una nueva escuela que apenas llegó a
utilizarse, también se construyó una iglesia moderna para honrar a San
Xaquín y a Santa Ana… Todo estaba a punto de cambiar.
Con el incremento de los ingresos de la pesca se vivieron tiempos de
mayor bienestar, la población creció hasta superar los quinientos
habitantes, se mejoraron las casas… y las dornas dieron paso a los
barcos a motor. El pequeño muelle de la isla no era un refugio seguro
para las nuevas embarcaciones, cualquier temporal podía causar estragos
en los pesqueros amarrados, así que comenzaron a acudir a puertos de
abrigo (Portonovo, Bueu…) mientras la familia, la mujer y los hijos,
quedaba en la isla. Cuando llegaban los temporales fuertes esa
separación podía alargarse semanas o meses. Al final, acabaron comprando
piso en la península y dejando la isla. Ons comenzó a languidecer; se
cerró la escuela y se marchó el cura. Podría haberse evitado si hubieran
construido un puerto en condiciones, pero eso nunca pasó de promesa.
Susi Otero Acuña / PTA. ASOCIACION DE VECINOS ILLA DE ONS - NI ESCUELA NI MISA
El sueco de Ons
Hubo un testigo de excepción de aquellos años felices en los que las
últimas dornas convivían con los primeros barcos de motor, un joven alto
y rubio, un antropólogo sueco que apareció por la isla para estudiar
las embarcaciones tradicionales, y echó raíces. Staffan Mörling llegó en
el 64. Se casó con Josefa, una isleña más guapa que su admirada Audrey
Hepburn. Acaban de celebrar las bodas de oro.
Su experiencia vital queda reflejada en varios libros y en una
extraordinaria colección de fotografías que retienen aquellos días en
blanco y negro. A comienzos de los 70, su hermano Mikael llegó con una
pequeña cámara de 16 mm y rodó unas imágenes de un valor excepcional
para entender como vivía aquella comunidad alejada en el espacio y el
tiempo. Staffan y Josefa vuelven cada año a su casa de Bueu. Y nunca
dejan de visitar la isla.
El turismo
El pulpo que sirven en Casa Acuña y Casa Checho ha atraído durante
décadas a gente a la isla. Para no pocos es el mejor que puede comerse
en Galicia. El pulpo sigue siendo un imán, pero desde que Ons forma
parte del Parque Nacional los atractivos se han multiplicado; también
los turistas.
Cuando el tiempo comienza a mejorar y los días se estiran, los barcos
de línea aumentan servicios y el muelle se convierte en una pasarela por
la que no dejan de desfilar personas ávidas de tranquilidad, o de
playa, o de senderos, o de pulpo… Turistas. Ya son 100.000 cada año,
diez veces más que hace sólo dos décadas.
Muchas de las viejas casas de los isleños, las 80 casas repartidas por
la isla, han sido rehabilitadas y remodeladas para el alquiler
turístico. Hay también una amplia oferta de habitaciones por parte de
los negocios hosteleros y un camping. En verano todo está lleno.
Los gestores del Parque tratan de impulsar alternativas para que las
visitas no se concentren exclusivamente en los meses estivales,
alternativas dirigidas a mantener el adecuado equilibrio entre la
protección del ecosistema y el impacto económico que supone la afluencia
de turistas.
Lo cierto es que durante todo el año el cielo nocturno de Ons es un
espectáculo, durante todo el año el visitante puede perderse por sus
senderos y tumbarse relajado en sus playas, puede charlar con sus gentes
y conocer sus historias… Y, a nada que lo intente, podrá escuchar la
respiración profunda y antigua de esta isla humana.
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