fotos - LOS SEÑORES DEL GOLFO HACEN SUS APUESTAS,.
Esta en juego Oriente Medio. La batalla entre Arabía Saudí e Irán vive una nueva crisis. Catar, aliado de Teherán, es acosado por sus vecinos. La crisis es altamente explosiva. ¿Qué intereses esconde? ,.
La embajadora estadounidense en Catar, Dana Shell Smith, vio venir la tormenta y trató de minimizar los daños a través de Twitter. «Esfuerzos positivos por parte de Catar en la lucha contra la financiación del terrorismo». «Estados Unidos valora el papel de Catar como socio de la coalición contra el Estado Islámico». «Avances reales, #Katar».Sus tuits, sin embargo, cayeron en saco roto. Arabia Saudí, Bahréin y los Emiratos Árabes Unidos, todos ellos vecinos de Catar, anunciaron al mismo tiempo un bloqueo por tierra, mar y aire contra el díscolo emirato. La razón (o la excusa, depende del punto de vista): el supuesto apoyo de Catar a grupos terroristas en Oriente Medio.
A los tres estados del golfo Pérsico pronto se sumaron Egipto, Yemen, Maldivas y Libia en la ruptura de relaciones diplomáticas. Los ciudadanos cataríes fueron conminados a abandonar estos países en 14 días. Las oficinas locales de Al Jazeera, el canal catarí de noticias vía satélite, se han clausurado. Los viajes a Catar han quedado prohibidos. Incluso se ha amenazado con penas de hasta cinco años por declarar simpatías hacia el emirato. «Para los árabes del Golfo -ha escrito The Economist-, este anuncio es más impactante que una declaración de guerra».
Trump eligió Arabia Saudí para su primera visita a un país extranjero como presidente. Todo un gesto hacia un país al que calificó como su gran aliado en Oriente Medio y con el cual firmó un contrato de venta de armas de 110.000 millones de dólares
El rey saudí nombró como heredero al trono a su hijo Mohamed, de 31 años, cerebro del cambio de modelo económico que vive el país
En Catar, el país más rico del mundo, sede del Mundial de Fútbol de 2022, a principios de junio la gente compraba productos de primera necesidad y hacía largas colas en los supermercados, mientras el mundo todavía intenta comprender qué ha llevado al frente liderado por los saudíes a tomar medidas tan radicales contra un país hermano.Cerrar Al Jazeera
Las noticias llegadas desde Irán han aumentado esa inquietud. Comandos suicidas del Estado Islámico atacaron el Parlamento de Teherán, la capital. Es la primera vez que ISIS golpea a los ayatolás. La Guardia Revolucionaria no lo dudó y atribuyó los atentados al régimen saudí. En paralelo, Teherán ya ha ofrecido a Catar tres de sus puertos para la carga y descarga de mercancías. Los saudíes tampoco se han quedado atrás y han exigido a Catar que cumpla con un plan de diez puntos, el primero de ellos. romper relaciones con Teherán. Además, debe entregar a los líderes de Hamás y de los Hermanos Musulmanes, instalados en Doha, la capital, y cerrar Al Jazeera.En menos de 48 horas, las desavenencias entre los estados del Golfo, suníes que siempre se han considerado ‘hermanos’, han subido un peldaño. Una nueva guerra del Golfo, posibilidad planteada por el ministro alemán de Exteriores, Sigmar Gabriel, se consideraba alarmismo exagerado hace solo unas semanas. Ahora, el peligro de que Catar sea víctima de la lucha por el poder y la influencia entre saudíes e iraníes ha subido muchos enteros.Una nueva guerra del Golfo se consideraba una posibilidad exagerada hace unas semanas. Ahora, el peligro ha subido muchos enteros
Semejante opción, supondría el final de la meteórica carrera vivida por el pequeño pero poderoso emirato catarí. A finales de los ochenta, Catar -el estado menos poblado del Golfo- era una península yerma habitada por los descendientes de un humilde pueblo de pescadores de perlas. En unas pocas décadas, sin embargo, Doha se ha convertido en una opulenta metrópolis en cuyo barrio de negocios, el West Bay, los coches de lujo forman atascos entre enormes torres de acero y cristal. Al sudeste de la ciudad se alza el gigantesco aeropuerto, base de Qatar Airways, que ha hecho de Doha un nudo clave del tráfico aéreo mundial. Con 129.000 dólares per cápita, Catar tiene la renta media más alta del mundo. Según un periódico local, entre sus poco menos de tres millones de habitantes se cuentan 28.000 millonarios.
Buena parte de esta conversión en estado del bienestar versión Las mil y una noches se debe al jeque Hamad, padre del joven emir Tamim al Zani, que se hizo cargo del Gobierno en 2013. Bajo el liderazgo del jeque, el país -que comparte con Irán el mayor campo de gas del mundo- se convirtió en uno de los principales exportadores de gas licuado. Y en un actor global.
Poco después del 11-S, Hamad acogió a la Fuerza Aérea de Estados Unidos, que construyó al sur de Doha la mayor base de apoyo de toda la región, centro neurálgico de la lucha contra el ISIS y, antes, de la guerra en Afganistán. Dicho de otro modo, Catar no desaprovecha ninguna oportunidad para convertir su dinero en objetivos tangibles. El Mundial de 2022 es un punto más en esta estrategia de relaciones públicas. Ya sea en Harrods o Valentino: cuando Catar invierte, lo hace a lo grande. Los cataríes solo compran inmuebles en los mejores sitios: los Campos Elíseos de París, Grosvenor Square en Londres…
Apoyo a las primaveras árabes
Tras el inicio de las revueltas en el mundo árabe, Catar intentó consolidarse como un pionero del cambio. El jeque Hamad mandó a su Fuerza Aérea contra las tropas de Gadafi en Libia junto con franceses, británicos y estadounidenses, mientras apoyaba con armas y dinero a los cada vez más pujantes islamistas, desde Túnez hasta Siria. El emir fue el primer jefe de Estado en visitar al régimen de Hamás en la Franja de Gaza. Los líderes de este movimiento en el exilio, de hecho, residen desde entonces en Doha. Y la emisora vía satélite Al Jazeera, que se ganó un gran prestigio como voz independiente desde su puesta en marcha en 1996, comparte cada vez con más frecuencia el punto de vista de los islamistas.Es esta ascensión lo que tanto ha irritado a Arabia Saudí. Ya lo advirtió en 2009 el senador John Kerry: «Catar no puede ser un aliado de Estados Unidos el lunes y entregar dinero a Hamás el martes». No obstante, cuando más tarde, recién nombrado secretario de Estado de la Administración Obama, Kerry tuvo que poner fin al enésimo enfrentamiento entre Israel y Hamás, aceptó los servicios de Catar como mediador.
Por el camino, sin embargo, la ira de los saudíes iba creciendo año tras año. El apoyo de Doha al gobierno de los Hermanos Musulmanes en El Cairo, encabezado por Muhammad Mursi, al que Catar había apoyado con muchos miles de millones de dólares, llevó la situación a un nivel de tensión desconocido en las relaciones entre los estados del Golfo. De hecho, el derrocamiento de Mursi ha sido hasta hoy el mayor revés sufrido por el emirato. Su sucesor al frente de Egipto, el general Al Sisi, cuenta desde entonces con el apoyo también multimillonario de los vecinos de Catar.Hace tiempo que los saudíes querían poner a Catar en su sitio. Lo hicieron en cuanto Trump los confirmó como su principal aliado en la región
Así las cosas, la casa real de Riad llevaba tiempo esperando el momento para poner en su sitio a su vecino. Una oportunidad servida en bandeja durante la reciente visita de Trump, después de que el presidente estadounidense confirmara a los saudíes como sus principales aliados en Oriente Medio. Fue dejar Trump el país, y el jefe de un lobby saudí en EE.UU lanzó este tuit al emir de Catar: «Te has puesto del lado del régimen extremista iraní e insultado al rey saudí. No lo olvides: Mursi hizo lo mismo. ¿Y dónde está ahora? En una celda».
TITULO:REVISTA XL SEMANAL PORTADA ENTREVISTA - BARCELONA 92,.
fotos - BARCELONA 92,.
Barcelona 92: la medalla que cambió mi vida, foto
En Barcelona 92, logramos un éxito olímpico que no se ha vuelto a repetir. En total. 22 medallas. Así son ahora aquellos deportistas que nos emocionaron hace 25 años en los Juegos Olímpicos al son inolvidable de ‘Amigos para siempre’.
PEDRO GARCÍA AGUADO: PLATA WATERPOLO “Fue muy emocionante ser medallista, pero al mismo tiempo frustrante porque no conseguimos ganar la final. Sentí que habíamos fallado a todas las personas que nos habían seguido y animado. De aquello lo que aprendes es el espíritu de sacrificio, a afrontar la frustración y a trabajar bajo presión”
FERMÍN CACHO: ORO 1500 “Me puse mucho más nervioso al saludar al rey que al correr. Para mí fue lo máximo. Aunque no me paré ahí. Tenía solo 23 años. Me dijeron que el Rey Juan Carlos quería saludarme y me puse muy nervioso. Además, eso fue 15 minutos después de correr, que todavía estás empapado en sudor. y llegué al palco y el Rey me dio un abrazo y dijo. ‘Bueno, pues ya hemos roto el protocolo’. Ahora trabajo en una empresa deportiva. Sigo corriendo, pero sobre todo juego al fútbol”.
Juegos Olímpicos de Barcelona 1992,.
Barcelona 1992 | |||||
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XXV Juegos Olímpicos de Verano | |||||
Localización | Barcelona España |
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Participantes • Países • Deportistas |
169 países 9364 atletas |
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Eventos | 257 de 24 deportes | ||||
Lema | Amigos para siempre (en catalán: «Amics per sempre») |
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Ceremonias | |||||
Apertura | 25 de julio de 1992 | ||||
Clausura | 9 de agosto de 1992 | ||||
Inaugurado por | Juan Carlos I de España | ||||
Juramentos • Deportista • Juez |
Luis Doreste Blanco Eugeni Asencio |
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Llama olímpica | Juan Antonio San Epifanio y Antonio Rebollo | ||||
Estadio olímpico | Estadio Olímpico de Montjuïc | ||||
Cronología | |||||
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La mayor parte de los eventos deportivos se disputaron en instalaciones de Barcelona ciudad y su provincia si bien otras provincias de la comunidad autónoma catalana como Lérida (piragüismo en aguas bravas en la Seo de Urgel) y Gerona (remo en el lago de Bañolas) también acogieron eventos olímpicos. Las ciudades de Zaragoza (Estadio de La Romareda) y Valencia (Estadio de Mestalla) acogieron partidos del torneo de fútbol.7
Antes de 1992, Barcelona había sido candidata para los Juegos Olímpicos de 1924, 1936 y 1940.8 El proceso de la candidatura olímpica de Barcelona comenzó el 30 de mayo de 1981 cuando el entonces alcalde de la ciudad Narcís Serra solicitó al rey Juan Carlos I autorización para organizar los Juegos de verano de 1992.9 10 Con la llegada a la alcaldía de Pasqual Maragall en 1982 el proyecto continuó con mayor fuerza y en 1984 se creó la Oficina Olímpica de Barcelona. Desde el gobierno de la Generalitat presidido por Jordi Pujol también se dio un intenso apoyo a la organización de los Juegos. Desde un primer momento la candidatura de la ciudad contó con un gran apoyo institucional y social, prueba de ello es que antes incluso de la designación como ciudad organizadora de los Juegos se había alcanzado la cifra de 60 000 voluntarios.11 Finalmente el 17 de octubre de 1986 en la ciudad de Lausana y dentro del marco de la 91.ª sesión del Comité Olímpico Internacional, Barcelona fue elegida como ciudad organizadora de los Juegos de la XXV Olimpiada por delante de París a la que derrotó en la tercera votación por 47 votos a 23.12
Tras la elección se creó el COOB (Comité Olímpico Organizador de Barcelona 1992), cuyo presupuesto ascendió a mil millones de dólares estadounidenses. La financiación de dicho capital provino de la venta de derechos de televisión (33,3 %), donaciones de los patrocinadores (27,7 %), títulos en venta de billetes de lotería, monedas y sellos conmemorativos (18,6 %), venta de entradas (5,5 %), y licencias de uso de la imagen gráfica de los Juegos (2,1 %). El 9 % restante provino de financiación pública.13 Entre 1986 y 1992 el impacto económico directo de los juegos superó los 7000 millones de euros (a precios corrientes de esos años).14
El 25 de julio de 1992,15 tras una ceremonia inaugural en la que participaron entre otros la soprano Montserrat Caballé (quien había grabado en 1988 la canción Barcelona junto al fallecido Freddie Mercury), los tenores José Carreras, Plácido Domingo y Alfredo Kraus, y el grupo de teatro La Fura dels Baus. El rey Juan Carlos I declaraba inaugurados los Juegos Olímpicos. La antorcha hizo su entrada en el estadio olímpico portada por el piragüista Herminio Menéndez, quien la cedió a Juan Antonio San Epifanio Epi, quien sería último relevista de la misma.16 Epi procedió al encendido de una flecha que fue lanzada por el arquero paralímpico Antonio Rebollo, encendiendo el pebetero al pasar por encima del mismo. La flecha no fue disparada realmente hacia el interior del pebetero, aunque televisivamente se logró dicho efecto óptico mediante un estudiado ángulo de visión de la cámara.17
Durante los Juegos se batieron un total de 32 récords mundiales y 73 olímpicos.18 El Equipo Unificado encabezó el medallero y el país anfitrión logró trece medallas de oro cuando en toda su historia tan solo había logrado cuatro.2 Tras la finalización de los Juegos el entonces presidente del COI, Juan Antonio Samaranch, consideró que los de Barcelona habían sido los mejores Juegos Olímpicos de la historia., etc.
TITULO:EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - MI TIO LORENZO,.
foto - reloj - MI TIO LORENZO,.
Mencionaba la semana pasada a un personaje del que hace mucho me apetece contar algo; sobre todo en estos tiempos demagógicos y confusos, cuando jóvenes poco informados e historiadores sectarios –Ángel Viñas o Pío Moa, verbigracia, uno en cada punta– se empeñan en contarnos historias de buenos buenísimos y malos malísimos, como si una guerra civil no fuera (se lo dice a ustedes quien cubrió, entre otras, siete de ésas cuando era repórter Tribulete) un complejo territorio donde trazar líneas y adjudicar etiquetas resulta una osadía arriesgada.
Permítanme, por tanto, hablarles de mi tío Lorenzo Pérez-Reverte, a quien nunca conocí. Como mi abuelo Arturo, que estaba en la Armada, o mi padre, que al empezar el conflicto tenía 18 años, el tío Lorenzo hizo la guerra con la República. La diferencia es que mi abuelo estaba en el Arsenal de Cartagena y sólo tuvo que sufrir los bombardeos; y que mi padre, cuando iba camino del matadero con la manta y el fusil al hombro, fue sacado de la fila –«¿Sabes escribir a máquina, camarada?»– por un comisario político que necesitaba alguien con estudios en una batería de defensa antiaérea donde casi todos eran analfabetos. La historia del tío Lorenzo, sin embargo, fue distinta. A él le iba la marcha.
Lorenzo –Chencho, para la familia y los amigos– era lo que antes se decía un chico de buena familia: acomodada y republicana, viajada, educada, liberal. De tener inquietudes políticas, como tantos jóvenes de su tiempo habría militado, tal vez, en alguna de las organizaciones de la época. Pero no las tenía. Lo que lo atraía era la aventura. Así que con 16 años se alistó en una unidad de choque con mandos comunistas, yéndose a la guerra. Cuando yo era pequeño leí sus cartas, que mi abuela conservaba, y en ellas sostenía que estaba en retaguardia, en la seguridad de unas oficinas. Pero cuando todo acabó, mis abuelos descubrieron que había estado combatiendo en primera línea, en las más duras batallas de la guerra.
Sólo tuvo un permiso en aquel tiempo: veinte días en casa de sus padres. Apareció con 18 años recién cumplidos y los galones de sargento ganados en el frente. Y por suerte estaba en casa con mi abuela, sola esos días con otro hijo más pequeño, cuando tres milicianos de los que no vieron la guerra ni en fotos se presentaron una noche para hacer un registro y robar lo que pudieran, dándole a Chencho la satisfacción de ponerse su camisa con galones, meterle a uno de ellos una Astra del 9 largo en la boca y decirles que o se iban a jiñar a una alcantarilla como las ratas que eran, o les pegaba un tiro a cada uno.
Volvió a combatir, acabó la guerra, y tras pasar por un campo de internamiento regresó a casa. Mi padre y mi otro tío continuaron sus estudios, pero a él no le iba eso. Guapo, elegante, era más de tangos, novias y amigotes. Algo más tarde, en plena recluta de la División Azul, a mi abuelo lo llamó un amigo militar: «Arturo, tu hijo está aquí y se acaba de apuntar para Rusia». Mi abuelo salió zumbando para el cuartel. «Es menor de edad», dijo, agarrándolo de un brazo y sacando de allí al ex sargento republicano que había estado, entre otros lugares, en Belchite y en el cruce del Ebro, pero aún no había cumplido los 21. «Sólo sé combatir, papá. No tengo nada que hacer en esta España de miedo y hambre», dijo. Pero mi abuelo se mantuvo firme y logró que lo rechazaran para Rusia. Unos meses después, saliendo de un baile, mojado de sudor, Chencho agarró una neumonía y se murió en pocas semanas. Al entierro, en contra de lo acostumbrado en la época, asistió una docena de chicas. «Los pulmones estaban débiles por la vieja herida», dijo el médico. «¿Qué herida?», preguntó mi abuelo, sorprendido. «La de bala».
Dos años después, yendo mi abuela por la calle, se encontró con un compañero de armas del hijo, su mejor amigo. «Cuánto me acuerdo del pobre Chencho –dijo éste, rompiendo a llorar–. Sobre todo el día que me lo tuve que echar a la espalda, en Belchite, y llevarlo al hospital de sangre, con un tiro en el pecho». Mi abuela comentó que su hijo nunca contó que lo hubieran herido, y entonces recordó que entre sus cosas, al morir, encontraron una bala y un trozo de madera. «Claro –dijo el amigo–. La bala que le sacaron, y el trozo de madera que mordía mientras lo operaban porque no teníamos anestesia».
Ése era el tío Lorenzo. Soldado de la República. E imagino que, de seguir vivo, hoy sonreiría, guasón, al oír contar ciertas historias de buenos y malos.
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