TÍTULO: REVISTA CAMPO, Volver a la agricultura sería mi último recurso,.
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- Díaz durante una de sus visitas a Losar de la Vera. :: e. g. r.. «Volver a la agricultura sería mi último recurso». Este joven losareño, hijo de .foto,.
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Este joven losareño, hijo de agricultores, eligió buscarse un futuro que no tuviese que ver con la agricultura, que conoció de cerca en la explotación familiar de la finca El Robledo
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Pablo Díaz Correa Trabaja en Logística,.
Como muchos jóvenes hijos de agricultores, Pablo Díaz pudo dedicarse al campo. Sin embargo prefirió estudiar y dedicarse a otro sector. Ahora, en una empresa de logística de Madrid, regresa a Losar de la Vera (Cáceres) regularmente, donde su padre continúa con la explotación familiar en la que él mismo creció.¿Qué recuerda de aquellos pinitos en el campo?Pues fue en la finca El Robledo. Mi padre tiene una explotación de tabaco de unas diez hectáreas, donde produce cerca de 35.000 kilos anuales de tabaco virginia. Allí ayudaba siempre que podía, principalmente en verano porque estaba estudiando. Desde los 14 años he estado fuera, primer estudiando en Cáceres y luego en Salamanca, haciendo Derecho.
¿Cuando tuvo claro que la vida en el campo no era de su agrado?Pues ya a los 14 años de edad. Entonces vi que mi futuro no estaba en el campo. Además de que me considero alguien de ciudad, ya entonces vi que el campo no tenía futuro, que era una vida difícil, complicada. Lo pude ver tanto por mi padre como por mi entorno y mis amigos.¿Alguna vez se ha arrepentido de esa decisión?No. Además de estudiar tuve la oportunidad de viajar a Belfast (Irlanda del Norte) y a Manchester (Inglaterra) para aprender inglés. Después, tras hacer un máster en comercio internacional, comencé a trabajar en la empresa World Duty Free Group. Y ahí sigo. Después de este tiempo, cuando regreso a Losar, puedo constatar que todo sigue igual. Mi padre seguirá con la explotación hasta que se jubile, pero sigue habiendo la misma incertidumbre que entonces, sufriendo precios bajos de compra y sin saber cómo estará el sector dentro de cinco años.Imagine que por circunstancias de la vida tuviera que regresar, y dedicarse a la agricultura. ¿Lo haría?Ufff... Si no tuviese nada más y de verdad me viese obligado a ello... Claro que lo haría. Pero ese sería mi último recurso.Sin embargo, comenta que muchos amigos suyos de la infancia sí han continuado como agricultores...Así es. En buena parte porque se han quedado con las explotaciones de sus padres.¿Y ellos son más optimistas?Bueno, hay de todo. Por lo que yo se trabajan en ello y les da para vivir, pero tienen que vivir con la incertidumbre que comentaba antes. También hay muchos que son muy pesimistas, aunque a decir verdad no conozco a casi nadie que trabaje en el campo y que diga que le va fenomenal.¿Se imagina esta comarca sin plantaciones de tabaco?Desde luego no me la imagino como está ahora mismo, sino que sería totalmente distinta. Los agricultores que ya son mayores se jubilarían y les daría más o menos igual, pero los jóvenes agricultores... ¿A qué se dedicarían? Al final todo el mundo se quedaría sin trabajo.Tal vez si apostaran por algún cultivo alternativo...No creo. Hoy por hoy no creo que haya otro cultivo alternativo que pueda generar tanta riqueza en la zona, tanta actividad y empleo como lo hace el tabaco. O al menos no para tanta gente.TÍTULO: ZAPATILLAS VIEJAS, EL HOY , EN CHANCLAS,.
ZAPATILLAS VIEJAS, EL HOY , EN CHANCLAS,.fotos,.
- Andalucía, en verano, es un inmenso paseo marítimo recorrido por millones de personas que lamen helados de cucurucho. Mientras este ...
Andalucía, un paseo marítimo donde los extremeños comen helados,.
Andalucía, en verano, es un inmenso paseo marítimo recorrido por millones de personas que lamen helados de cucurucho. Mientras este fenómeno paseante se manifieste, España irá. Bien o mal, pero irá. En la parte occidental de ese paseo marítimo interminable, miles de extremeños se reconocen y se saludan. Luego, al regresar a Cáceres o a Badajoz, durante el invierno, posiblemente se crucen por las aceras y ni se miren. Pero en los paseos marítimos, los paisanos necesitan sentirse paisanos y lo demuestran efusivamente.
En los quioscos de pelotas de playa y cremas solares, se apilan los periódicos y el montón del HOY compite en altura con los de correos, diarios, abecés, países y mundos. Solo en los paseos marítimos de Andalucía Occidental los extremeños leen tanta prensa como los navarros o los vascos.
En los paseos marítimos de Andalucía, los extremeños aparcan algunos de sus hábitos tradicionales. Se desinhiben y visten por la mañana de cualquier manera. Al menos, de maneras a las que no acostumbran en sus ciudades. Los varones hacen algo tan inusual como ir a la compra. Lo que el resto del año aborrecen, es su afición primera en el paseo marítimo. Además, se permiten alguna excentricidad como comprar panes de centeno, pescados desconocidos o frutas exóticas, algo que nunca harían en Almendralejo.
Al mediodía, en la playa, los bañistas nativos se distinguen de los de temporada en que llevan unos carritos muy prácticos donde cargan las sombrillas, las sillas, las toallas, las neveras, las raquetas, las pelotas, los flotadores y las bolsas con la ropa, las cremas y los entretenimientos. Los extremeños, como los madrileños o los de Albacete, sufren convertidos en terminales logísticas: uno de Don Benito es capaz de acarrear con sus dos manos lo mismo que uno de Chipiona con un carro.
Al llegar a la playa, comienza la jornada diaria del no a casi todo. El arenal es un mercadillo ambulante e incesante: pasan negros, blancos y amarillos ofreciendo camarones, garrapiñadas, diademas y mostachones de Utrera. Para cada vendedor hay alguien de la familia con un antojo y alguien de la familia con autoridad para decir no. Esas negativas, que salvan la economía veraniega, se repetirán en el chiringuito con las raciones de gambas, en la siesta con la propuesta de visitar un centro comercial, en el atardecer con la petición de baratijas, cacharrería y bisutería variada. Solo al caer el sol, la autoridad competente dará permiso para tomar un helado, pero con especificaciones: de cucurucho y de una sola bola.
Por eso, en verano y a la hora del crepúsculo, Andalucía es un inmenso paseo marítimo recorrido por millones de familias lamiendo helados. Es a esa hora cuando se muestran los resultados de una lucha interna entre el ser otro o el seguir siendo el de siempre. El extremeño de veraneo (y el manchego, y el vasco, y el castellano) discute consigo mismo y con su gente sobre si es lo mismo pasear por Cánovas o San Francisco a las nueve de la noche que pasear por el inmenso paseo marítimo andaluz.
El resultado del debate se muestra flagrante y definitivo en el arriba y abajo vespertino por la orilla del mar. Se ven señoras con tacones dorados y largos vestidos negros y señoras con chanclas y pareos hawaianos transparentes; se ven caballeros con dockers burdeos y camisas entalladas y caballeros con camisetas amarillas y calzones de gabardina.
Pero los detalles son insustanciales. Lo importante es la esencia. Es decir, mientras cada verano haya miles de extremeños leyendo el HOY en chanclas en el infinito paseo marítimo de Andalucía, España irá.TÍTULO: LOS BARES, CINE, LA TABERNA DEL IRLANDES,.
- Reparto
- John Wayne, Lee Marvin, Jack Warden, Elizabeth Allen, César Romero, Dorothy Lamour, Dick Foran,.
- La vida en una isla al sur del Pacífico es casi perfecta para dos amigos ya retirados del ejército: pasan su tiempo en la taberna, lugar donde discuten, pelean y se liberan de la monotonía de la vida tropical. Y a este auténtico paraíso, llega una estirada bostoniana que busca a su padre.
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