El lunes -4- diciembre a las 22:45 en la cuatro en el punto de mira - BASURA DE DISEÑO,.
BASURA DE DISEÑO,.
Basura de diseño,.
Taburetes de caca de vaca, lámparas de posos de café, estanterías de cartulina... Las ventas de muebles ecológicos han subido un 18% y el sector sigue a la búsqueda de nuevos materiales
Café y boñiga son dos caras de la misma moneda, el sector del mueble ecológico, cuyas ventas han creciedo un 18% en España, según los últimos datos hechos públicos por Cocinas.com. A esta tendencia se han sumado con gusto La Rioja, Navarra, Madrid y Barcelona, con porcentajes incluso superiores, aunque todavía se resisten Sevilla, Málaga, Badajoz y Murcia, que no alcanzan el 5%. En la actualidad, ocho de cada diez cocinas nuevas incluyen 'de serie' separadores de reciclaje para residuos, un cambio de mentalidad importante entre los propios fabricantes y que tiene mucho que ver con el auge en la compra de vivienda de primera mano.
- Las ventas del sector
Sello 'Eko'
«El café es la segunda mercancía más comercializada del planeta», explican en Ekohunters, plataforma online dedicada a las ventas de muebles ecológicos. Entre ellos, los de Raúl Laurí. Su creador llegó a este revolucionario material a través de un largo proceso de experimentación con técnicas culinarias tradicionales. El resultado es un material 100% natural y biodegradable con el que el diseñador crea objetos únicos. Los diseños cafeteros de Laurí impulsaron la puesta en marcha de esta web con el objetivo de crear «el más amplio catálogo de productos sostenibles de diseño del mundo». «Hemos llegado a un punto en el que nuestro consumo y explotación de los recursos está poniendo en grave riesgo el futuro de las siguientes generaciones», añaden.Pero ¿cómo saber si estamos ante un mueble que merece recibir la etiqueta de ecológico; que no se trata de un intento de las empresas de aprovechar la buena reputación social que otorga todo lo eco? «El ecodiseño -explican en Ekohunters- define un proceso de fabricación que tiene en cuenta los impactos medioambientales de un producto a la largo de toda su vida, desde el inicio hasta que se tira o recicla, además de otros aspectos, como el embalaje, el transporte y la distribución».
Para respaldar esto, la web ha desarrollado un 'sello Eko' que permite analizar el grado de compromiso medioambiental de un producto, «ofreciendo al consumidor información veraz y objetiva». A los creadores con los que trabaja les aconseja, por ejemplo, sobre cómo mejorar el diseño y pone la lupa en la elección de materiales: si la materia prima es reciclada o reutilizada; la distancia entre esta y el centro de producción; en caso de ser madera, la tasa de renovación de la especie; la 'biodegradabilidad' de los materiales; su grado de toxicidad, la inclusión o no de plásticos derivados del petróleo... También lucha contra la obsolescencia programada.
Un ejemplo es la empresa murciana de sofás Frajumar, que utiliza madera de talas controladas y ha empezado a emplear derivados de la soja. «Es un material natural que aplicamos porque el cliente pide respeto por la naturaleza con una actividad industrial sostenible y también quiere salud. Que el mueble le ayude a sentirse mejor en todo, no solo en comodidad», comentan.
Cama y estantería de cartón
En Ekohunters.com ofrecen platos desechables confeccionados con hojas de árbol. Leaf Republic nació por el rechazo de su fundador, Pedram Zolgadri, a una industria del embalaje «dominada por el plástico y sus efectos nocivos para la salud y el medio ambiente». Se inspiró en los platos Patravali, tradicionales de la India, para crear sus recipientes: papel resistente al agua fabricado con hojas entre otras dos capas de hojas. Sin aditivos sintéticos, colorantes ni pegamento, sin cortar un árbol... ¡Y se degrada en 28 días!También hay grandes muebles: las estanterías de Raw Eco Design, por ejemplo, con un 98% de cartulina reciclada. Su diseño permite que el material sea mucho más resistente. Tanto como los muebles elaborados en maderas blandas. Y se montan sin pegamento ni tornillos. La firma Cartonlab vende una cama de cartón que se monta en un minuto y que soporta 1.000 kilos por metro cuadrado. Cuesta entre 108 y 189 euros, según el tamaño. Ya han vendido 2.000 unidades en Europa. Por su parte, las sillas de Dvelas reutilizan la gran cantidad de material desechado en la industria velera, y aportan en su etiqueta información de procedencia: puerto de origen, barco al que han pertenecido, fabricante original, tipo de vela y numeración.
Volviendo a la escatología, que tanto tiene que ver con la ecología, la pieza más icónica de la colección Merdacotta es un retrete. «Es la que mejor refleja el valor cíclico de nuestro producto, un recipiente para la mierda hecho de mierda», sentencia su creador.
de las cocinas actuales se diseñan con cajones de reciclaje para residuos incorporados, lo que supone un claro cambio de tendencia y mentalidad de los fabricantes.
de muebles ecológicos aumentan cerca de un 28% de media cada trimestre.
TITULO: EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES -5- DICIEMBRE - EL ANESTESISTA DE LOS VUELOS DE LA MUERTE,.
EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES -5- DICIEMBRE,.
Conducido por Toñi Moreno, el espacio investiga el árbol genealógico de los personajes más queridos de nuestro país. El martes -5- diciembre a las 22:30 por antena 3 , etc,.
EL ANESTESISTA DE LOS VUELOS DE LA MUERTE,.
El anestesista de los 'vuelos de la muerte',.
Drogaba a los prisioneros de la dictadura argentina para embarcarlos en aviones y tirarlos al mar. Ahora su hijo pelea para cambiar el Código Penal y poder declarar contra su padre por torturador
Julio Alejandro Verna, capitán médico retirado del Ejército, anestesiaba a prisioneros ilegales que eran arrojados vivos al mar desde aviones que despegaban del centro clandestino de detención que funcionó en Campo de Mayo, una guarnición militar de la provincia de Buenos Aires. Por ese centro pasaron más de 5.000 detenidos y sólo 43 sobrevivieron. La mayoría fueron eliminados en los llamados 'vuelos de la muerte'. Pablo Verna asegura que su padre le confesó que iba en esos aviones.
«Él inyectaba somníferos a personas cuyo destino final era ser arrojadas vivas al mar para que siguieran respirando, pero quedaban casi completamente paralizadas», relata Pablo, un abogado de 44 años que en 2013 cortó todo vínculo con su padre. «En la adolescencia yo tenía sospechas, y con los años ya fueron presunciones», asegura. Aquel 2013, logró por fin que Julio Alejandro admitiera «lo que ya era imposible negar».
Esa perversa mecánica de exterminio y desaparición de opositores ya había sido descrita en los noventa por el exmarino Adolfo Scilingo, condenado a prisión en España. Scilingo reconoció que la Armada suministraba drogas a detenidos y los llevaba a una base aérea con el argumento de que serían posteriormente trasladados a otra prisión. Ya embarcados en aviones, les aplicaban una segunda dosis de anestésicos, los desvestían y los arrojaban al mar. Scilingo operó en la ESMA, otro centro ilegal de detención donde fueron torturados y 'pasaportados' miles de prisioneros.
En el caso de Campo de Mayo, las investigaciones son escasas. Operó como base de exterminio, pero dejó muy pocos supervivientes. De ahí que el testimonio de Pablo cobre relevancia. Sin embargo, la ley argentina prohíbe a un hijo denunciar o declarar contra su padre, excepto que sea víctima directa de su acción. La norma privilegia la «cohesión familiar» sobre el delito de genocidio. «El mismo mandato de silencio que vivimos en nuestras familias se refleja en la norma penal», critica el abogado.
En 2013, Pablo entregó su testimonio a la Secretaría de Derechos Humanos, que trasladó la información al juzgado. Pero han pasado cuatro años y su padre sigue sin ser citado. Este mes, junto al grupo Historias Desobedientes -integrado por otros hijos de genocidas que buscan ahora quebrar el pacto de silencio de los represores- presentó un proyecto de ley que modifica los artículos del Código de Procedimiento Penal que impiden a hijos y familiares denunciar o declarar en juicio contra sus progenitores para hacerlo viable cuando se trata de delitos de lesa humanidad.
Rescatar la verdad
El proyecto señala que «los hijos e hijas de genocidas necesitan que se remueva todo tipo de impedimentos» para poder contribuir a la verdad. «Yo estoy dispuesto», afirma Pablo, y sostiene que otros como él también pueden decir lo que saben: «No queremos crear falsas expectativas, pero podemos aportar indicios». La iniciativa, que ya ha sido entregada al Congreso, desató la furia del capitán médico retirado, que -según Pablo- ahora se declara como su enemigo.Pablo recuerda que muchas veces su padre hablaba de lo que ocurría en el hospital que funcionaba dentro de Campo de Mayo durante la dictadura, cuando trabajaba como anestesista. «Yo le preguntaba: '¿y tú cómo sabes eso?'. Y él me decía que escuchaba relatos de las enfermeras». Después, fue haciendo preguntas cada vez más específicas, con información de otros familiares, hasta que Julio Alejandro Verna ya no pudo negar su participación directa en los hechos más aberrantes de aquel triste periodo de la historia de Argentina.
El oficial médico también participó en los grupos que secuestraban gente y, según confesó, fue él quien anestesió a cuatro detenidos para meterlos en un automóvil que luego fue arrojado al río, para falsear un accidente de tráfico. «Simularon un día de pesca, con cañas y canastos», reveló su hijo. Las víctimas, asesinadas en 1979, eran miembros de la agrupación Montoneros que habían decidido volver del exilio para luchar contra la dictadura militar.
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