BLOC CULTURAL,

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miércoles, 12 de octubre de 2016

DESAYUNO - CENA - JUEVES - VIERNES - SABADO - CAPITAN TRUENO, EL HEROE TOTAL,./ LOS TOROS LA SER - UNA BELLA CORRIDA DE LA QUINTA,.

TITULO: DESAYUNO - CENA - JUEVES - VIERNES - SABADO - CAPITAN TRUENO, EL HEROE TOTAL,.

DESAYUNO - CENA - JUEVES - VIERNES - SABADO - CAPITAN TRUENO, EL HEROE TOTAL, fotos.

El Capitán Trueno, el héroe total,.

Resultado de imagen de CAPITAN TRUENO, EL HEROE TOTALLa muestra reivindica el personaje, creado por Víctor Mora y el valenciano Ambrós, como hito literario y artístico que acabó convertido en leyenda,.

Una exposición en Madrid recuerda el cómic que marcó a los españoles de los 60 y 70,.

Resultat d'imatges de cafe con galletas  miel
Resultat d'imatges de filete de ternera con patatasEl Capitán Trueno fue el gran héroe de los niños durante más de dos décadas, desde mediados de los 50 hasta los 70, pero el tiempo lo acabó convirtiendo en una leyenda llena de subtextos: fue un vehículo de entretenimiento y formación y, sobre todo, el portador de los anhelos de varias generaciones de españoles. Todo ello hace del personaje nacido de la imaginación de Víctor Mora «el producto narrativo más importante de España entre 1939 y 1960», como cree el director del Círculo de Bellas Artes de Madrid, Juan Barja, y como intenta demostrar la exposición que esta institución inauguró ayer.
'El Capitán Trueno. Tras los pasos del héroe' recoge un centenar de dibujos (viñetas, cuadernillos, material autógrafo) y ediciones completas originales para ofrecer al visitante una relectura del cómic que la editorial Bruguera encargó por primera en 1956 (la colección cumple 60 años) a Mora y al valenciano Miguel Ambrosio Zaragoza 'Ambrós', que empezó a despacharse a 1,25 pesetas y que en su apogeo llegó a vender 350.000 ejemplares a la semana. La muestra explora las referencias literarias de las que bebe el guionista Víctor Mora, de manera que se desvelan influencias como las sagas nórdicas, 'Las mil y una noches', 'El príncipe Valiente', 'Ivanhoe', los libros de Julio Verne, el Moby Dick de Herman Melville, el Gulliver de Jonathan Swift, 'El corazón de las tinieblas', de Joseph Conrad, o los viajes de Cristóbal Colón y Marco Polo. «El Capitán Trueno tiene una enorme fuerza narrativa porque es capaz de dialogar con estos clásicos», explica Patxi Lanceros, comisario de la exposición.
Una ventana al mundo
«Las viñetas del Capitán Trueno fueron una ventana al mundo y los niños de aquella época, como dicen en 'Blade Runner', vimos cosas que no creeríais a través de los ojos del capitán, de Sigrid, de Goliath y de Crispín», agrega Juan Barja. Y es que resulta necesario ponerse en la piel de los mocosos de 1956, cuando no existía la tele, ni por supuesto, internet, y las posibilidades de acceso a la información eran muy limitadas. «Para muchos niños, las aventuras del Capitán Trueno fueron su primera aproximación a imperios extraños, a arquitecturas de ensueño y a inventos extraordinarios como los submarinos o los robots», cuenta Lanceros.
El valor de los cómics de Víctor Mora aumenta aun más cuando se descubre que el Capitán Trueno fue una de las primeras voces críticas contra el franquismo en la España de los 60. Para muestra, la viñeta en la que habla de «guerra y represión», en 1962, apenas 20 años después del final de la Guerra Civil. O el hecho de que en sus aventuras hubiera moros buenos y cruzados malos. O el aire fresco del amor libre y sin ataduras formales entre el Capitán Trueno y Sigrid en un momento en que la única manera de estar en pareja era el matrimonio entre un hombre y una mujer. «La censura llamaba a Víctor Mora todos los meses para que casara al capitán y a Sigrid». «Pero si les caso, ¿de qué voy a vivir?», respondía Mora, según recuerda Barja.
El Capitán Trueno se alza sobre unos valores que no eran, precisamente, los dominantes en el franquismo, como la justicia o la lucha contra toda forma de abuso. Pero además, como artefacto cultural, sus características son propias, diferentes a sus contemporáneos de Marvel y DC, que eran sobre todo el Capitán América y Superman.
«Víctor Mora no quería que fuera un héroe solitario, como los norteamericanos, que respondían al perfil de 'llaneros solitarios' y encajaban mejor con la cultura individualista protestante. El Capitán Trueno crea un grupo con Sigrid, Goliath y Crispín, y entre todos ellos se reparten la responsabilidad», asevera Lanceros. Cada uno de los secundarios tiene su personalidad: Goliath es el maduro forzudo y Crispín, la promesa de caballero. Y qué decir de Sigrid, la eterna novia del héroe, sensual y valiente, «trasunto de las suecas que empezaban a llegar y sueño inalcanzable para los españoles de la época», suspira Patxi Lanceros.
La exposición, que cuenta con el apoyo de Acción Cultural Española, estará en el Círculo de Bellas Artes de Madrid hasta el 29 de enero del próximo año, pero los organizadores tienen la intención de llevarla a otras ciudades españolas.

 TITULO:  LOS TOROS LA SER - UNA BELLA CORRIDA DE LA QUINTA,.
 

 LOS TOROS LA SER ,.
 


  •  Lunes de 2:30 a 4:00,.
     

     Los toros es un programa radiofónico que dirige el periodista especializado Manuel Molés en la Cadena SER. Desde abril de 2015 se emite los lunes de madrugada tras ser sustituido de su horario habitual de emisión de los domingos por el programa Contigo dentro. Contó con la colaboración de Antonio Chenel Antoñete, fallecido en Madrid el 22 de octubre de 2011, siendo uno de los espacios más antiguos del panorama radiofónico nacional ya que continúa emitiéndose de manera ininterrumpida desde 1982.,etc.

     
  • UNA BELLA CORRIDA DE LA QUINTA,.

El diestro Alberto Álvarez en la faena al primero de su lote. :: EFE / Javier CebolladaUna bella corrida de La Quinta,.

El diestro Alberto Álvarez en la faena al primero de su lote. foto,.

Toros astifinos de variado remate y de conducta encastada y noble en la segunda corrida del Pilar. Una tanda de Rafaelillo, torería de Ricardo Torres, firmeza de Alberto Álvarez,.

Dos toros de la hermosa corrida de La Quinta, primero y tercero, llevaba el mismo nombre: Buenasnoches, todo junto. Serían de la misma reata. El primero, cinqueño, a menos de un mes de cumplir los seis años, fue de trapío sobresaliente. Por hondo y astifino. La hondura en Santa Coloma se traduce en una estampa temible. Fue el toro de más peso de la corrida. 562 kilos en báscula. El de más peso y el más difícil de los seis. La edad se tradujo en listeza. El toro se enteró enseguida, escarbó, se escupió del primer puyazo, se blandeó y cabeceó en el segundo pero sin salirse suelto, apretó en banderillas y al cabo de seis buenos muletazos de tanteo de Rafaelillo se puso pegajoso. En tablas y en el tercio, en cualquier terreno sembraba emoción. No por incierto sino por listo. La listeza de frenarse y regatear con viveza, de no pasar más allá de las zapatillas. No fue toro avieso ni artero, pero sí bélico. Oficio de Rafaelillo para sujetarse y esgrimir sin ahogarse. Marcó territorio el toro. Rafael también. Una estocada tendida y trasera, cuatro descabellos.
El segundo Buenasnoches fue el más liviano de todos y, dentro de una corrida tan bella, uno de los dos de mejor remate y uno de los tres de mejor nota. Cárdeno claro, calcetero, gargantillo y rabicano, bragado tan corrido que casi berrendo. Tan astifino como los demás. Briosa salida, y la sorpresa de ver a Alberto Álvarez, el torero de Ejea de los Caballeros, plantarse de hinojos en tablas para librar dos airosas largas cambiadas, y seguir entre rayas luego con lances templados y revolados, capote de buen tamaño pero bien domado. Toro bravo en el caballo, pronto en banderillas y en los cites a distancia, algo alta la cara en los cites en corto, serio y noble. Firme y entonado Alberto, que abrió en el platillo en cite de aliento, las zapatillas metidas dentro de la montera vuelta en el piso. Una faena de buena resolución. Muletazos templados, al aire del toro y sin violentarlo. Conjunción armoniosa. Tandas de cuatro y dos de broche. Una serie de manoletinas antes de la igualada. Por primera vez se arrancó la banda, que llevaba muy ensayado un repertorio de solo piezas del maestro Abel Moreno. 'Jabugo' sonó entonces. Un pinchazo, estocada trasera, tres descabellos.
Entre los dos galanes homónimos se jugó un toro Bailaor negro entrepelado, degollado y sacudido, goterón de Saltillo. Elástico, ágil, más peleón que entregado en el caballo de Rafael Sauco -excelente jinete-, el toro tomó con ganas el capote de Alberto Aguilar en un logrado quite por crinolinas, tan raras de ver. Ricardo Torres brindó al público. Lo vería claro. Se arrepentiría al cuarto muletazo. Muy a su aire, se metió el toro dos veces y desistió el torero zaragozano. La espada sin más dilación. Una estocada.
Los tres buenos
Salieron buenos los tres toros de la segunda parte. Negros cuarto y sexto, muy bien hechos. Cárdeno lucero el quinto, veleto y astifino, un cromo. En las tres faenas volvió a sonar la música de Abel Moreno: 'Encinasola', 'Paco Ojeda' y, naturalmente, 'Dávila Miura'. En el intermedio, 'Zalamea la Real'. Un concierto, muy afinada la orquesta. Al cuarto toro no bastaba con tocarlo, sino que había que traerlo enganchado. Cuando lo enganchó, Rafaelillo cuajó una tanda excelente con la izquierda. La joya de la tarde. Pero solo una tanda. Humilló el toro, pero se rebrincó también. Pedía trato suave. Un metisaca.
Tuvo su carga emotiva ver a Ricardo Torres torear de capa al quinto de salida con cuatro verónicas clásicas, de buenos brazos y rico compás, y media de remate. Y más emoción verlo arriesgar y componer con naturalidad en una faena calmosa con su carga de torería. Faena sin mayor vuelo, de torero de vuelta que ha toreado muy poquito, pero de carga sentimental: la forma de citar y reunirse, el ajuste propio, engaño pequeño, jugando entre la media altura y la mano baja. Hasta que dio el toro en soltarse y distraerse como buen santacoloma cuando la faena gana metraje pero no fondo. Un cabezazo, un desarme, una estupenda estocada. La dignidad.
Al sexto lo volvió a saludar Alberto Álvarez de rodillas en tablas con larga cambiada. Prueba de seguridad y no tanto un alarde. Un galleo por chicuelinas, cierta autoridad. Torero con sitio. Brindis a Simón Casas y Nacho Lloret, empresario y gestor de la plaza. Para agradecer tal vez el detalle de haber recurrido a un torero del país, como él. Palabra empeñada y cumplida. Aunque noble, embestidas encarriladitas, casi golosas, el toro se distraía con el vuelo de una mosca -la gente que se mueve en los tendidos iluminados por los focos, puntas de capote, una voz del callejón- y, sin dejar de estar vivo, se fue apagando. Firme Alberto, un punto plana, larga y a menos la faena. No entró la espada, marró el puntillero, se acabó levantando dos veces el toro, que salió de tablas hasta casi la raya en larga agonía. La casta.

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