El minero del siglo XXI Marco Streng ,.
foto - Marco Streng colocó miles de ordenadores en Islandia y se dedicó a la minería del 'bitcoin' y otras criptomonedas. Así es el negocio de dinero digital. ... El '
Genesis Mining es una compañía que vende contratos de Minería de Bitcoin, y es actualmente una de las compañías de Cloud Mining más grandes del mundo.12 La compañía esta activamente participando con la Comunidad Bitcoin todo el tiempo, y es vista frecuentemente en eventos de criptografía a través del mundo, incluyendo ciudades como Paris, Los Ángeles, Nueva York, Hong Kong, y eventos en el país de Nueva Zelandia.3
Historia
La compañía fue formada después de que los tres fundadores de la empresa se dieran cuenta de la necesidad y demanda por un negocio de Cloud Mining (también conocido como Minería de Nube) que fuera legítimo y transparente.4 De ahí, decidieron crear una oferta para el público que diera un servicio activo y ético para sus clientes. Genesis Mining fue lanzada con estos ideales en febrero de 2014.5SERVICIOS
Los servicios que ellos entregan le dan a los clientes la posibilidad de comprar contratos de minería, los cuales les dejan minar Bitcoin y otras criptomonedas a través de una red basada en una “nube”, lo que también es conocido como Cloud Networking.67 Las instalaciones para poder manejar todo esto se encuentran ubicadas en Islandia, Canada y Bosnia. Genesis Mining ofrece dos formas diferentes de minar: Scrypt y Sha256. Las monedas que pueden ser minadas a través de este servicio son:- • Bitcoin
- • Litecoin
- • Dash
- • Dogecoin
- • Monero
fotos - HOMBRES,.
Ya estábamos a
punto de casarnos, apenas faltaban seis meses para el gran día. Gran día
para ella quien se desvivía por la decoración, invitados, regalos,
vestido de novia y vestidos para damas de honor. Detalles para mí un
tanto triviales como el color de las cintas de los manteles, o el tipo
de utensilio a utilizarse. Mis padres y sus excesivas amigas la ayudaban
en todo, estaban con ella paso a paso desde que decidí comprometerla un
25 de diciembre. Me animé a hacerlo de la forma más tradicional
posible, ya que ella es chica de padres católicos. Durante la
celebración aproveché el momento para arrodillarme delante de ella y
hacer un brindis por nuestra relación. Todos se maravillaron, no tanto
por el compromiso sino por el hermoso y llamativo anillo que le compré.
Sabía que su familia, y ella, eran personas de regalos costosos y una
sortija de compromiso era algo de suma importancia. Desde que la conocí
ella se convirtió en mi amiga, mi confidente, mi novia, el amor de mi
vida. Siempre estuvo ahí, nunca me abandonó y era lo menos que podía
hacer por ella.
La verdad, habíamos soñado con este día luego de una extensa y
bonita relación de cinco años, pero había una duda que no me dejaba
vivir en paz, que se había convertido en una de esas metas/obsesiones
que uno debe cumplir antes de entrar en un matrimonio como para dejar
cuentas claras. En mi caso debí haberlo hecho antes de comprometerme,
pero mi poco sentido de decisión y mi temperamento melancólico no me lo
permitieron. Más que duda era una curiosidad poco insaciable. Mientras
pasaba el tiempo sentía que se hacía parte de mí, que tenía que salir de
la duda, que tenía que vencer esa preocupación para sentirme realizado
como hombre. Mis preocupaciones eran mayormente basadas en situaciones
existenciales o peor aun lo que los demás pensarían, de la forma en que
me mirarían, me mataba el vil pensamiento de sus ojos juzgadores. Me
convencía a mí mismo diciéndome que se trataría de algo pasajero, de un
evento único que no se repetiría nunca más. Luego de pensarlo tantas
veces tomé la segunda decisión más difícil de mi vida. La primera fue
poner a dormir a mi perro por una grave enfermedad, en combinación con
tomar una malísima decisión sobre mi futuro como doctor en clínica
veterinaria porque sentía el dolor de los animales maltratados. Más que
un activista social y vegano en contra del maltrato animal, era un
médico frustrado que ama a los animales, pero que detesta la sangre, las
agujas y la sarna humana.
«Eres muy sensible, los hombres se supone que sean fuertes». Eran sus
constantes palabrerías y las de los otros médicos por ser el tonto de
toda la vida. Ella en cambio amaba la profesión era fría para realizar
incisiones finas y contundentes y no le interesaba mucho la defensa a
los animales sino más bien curar las enfermedades o poner a dormir sino
había remedio. En ese aspecto yo era más piadoso y trataba de hacer con
ellos lo imposible, tanto que por impedir la muerte de unos cinco gatos
enfermos terminé yo siendo su nuevo dueño, gastándome la mitad de mi
salario mensual en cada uno de ellos. No puedo quejarme me hacen sentir
feliz y satisfecho por haberles salvado la vida.
El día sábado 20 de octubre, faltando apenas tres meses para la boda,
decidí contarle a Vane. Esa mañana, Frida, mi gata, tuvo un dejavu
de lo que sucedería pues solo me daba amor y se permitía a si misma
sentir caricias cuando el ambiente se notaba sorpresivamente cargado. Yo
más nervioso no podía sentirme y a la hora del break me llené de valor,
y le pregunté:
̶ Vane querida, ¿te espero a las 19:00 hoy en mi apartamento?
̶ ¿Me tienes una sorpresa?, ¿iremos a algún lado para vestirme dressy?
̶ La verdad no, pensaba ver una película en la casa.
̶ Ah, —exclamó ella con rostro cabizbajo— ¿pero no podemos salir aunque sea a comer y regresar?
̶ No tengo muchas ganas, podemos por esta noche, ¿quedarnos en mi apartamento?
̶ Como tú quieras mi amor. — Asintió ella y me besó los labios, saliendo de mi oficina.
En la tarde al salir de la oficina, nos preparé algo de comer para
los dos y compré bastante vino porque claro popularmente se sabe que el
alcohol ayuda a confesar verdades y relajar tensiones. Al filo de las
20:00, ella arribó algo retrasada por quehaceres olvidados en la
oficina. Entró alborotada y con unas cuantas quejas encima, como de
costumbre. Colocó su bolso en el sofá y me besó. Comimos, bebimos,
hablamos, o más bien ella me habló de lo feliz que se sentía, o de que
si el vestido era hermoso, entre otras cosas. Vimos una película cheesy
de las que a ambos nos gusta en donde lloramos y reímos por igual una
hora y media. Al finalizarla ella se abalanzó sobre mí y comenzó a
besarme desenfrenadamente, yo trataba de detenerla, pero ella fue rápida
y me desabotonó mi camisa, tragué bastante saliva y le dije:
--Vane, hay algo que quiero decirte.
̶ ¿No puede esperar?... tengo ganas de ti.
̶ Tiene que ser ahora o sino me muero. –Con eso pude detener sus besos. Se puso sobre sus pies y me preguntó:
̶ ¿Estas bromeando? ¿Cómo que te vas a morir?
̶ No me moriré literalmente.
̶ Y entonces ¿qué es eso tan importante que me tienes que decir?
̶ Siéntate tranquila aquí a mi lado.
̶
Ok, me senté, ¿qué pasa? — Exhalé profundamente, me levanté, me serví
la copa de vino tinto completa, me lo bebí de una sola sentá y sin
anestesia le expuse mi contraparte:
̶ Quiero tener relaciones sexuales con un hombre antes de casarnos. Es algo que tengo que hacer desde hace años.
Su
rostro fue de sorpresa, de asombro, no se esperaba algo como eso.
Recostó su espalda sobre el sofá, inhaló oxígeno y luego mirándome a los
ojos me dijo:
̶ ¿Hablas enserio?
̶ Sí. No bromearía con algo tan serio.
̶ Pero no entiendo ¿de dónde viene todo esto? ¿Acaso eres bisexual u homosexual y nunca me lo dijiste?
̶
Nunca he estado antes con un hombre. Es algo que quiero hacer, yo
podría entender que no estés de acuerdo, pero solo sería algo de una
sola vez y ya. Luego seguimos con nuestras cosas y nuestro matrimonio.
̶ ¿Tu estas seguro de esto?
̶ Completamente. — Pensé que no lo aceptaría, pero luego de permanecer en silencio algunos cinco minutos, gritó:
̶ ¡Hay que avanzar entonces porque apenas quedan tres meses para la boda!
Su entusiasmo me sorprendió y al cabo de algunos días me di cuenta
de que ella solamente quería salir de esto rápido y continuar con los
preparativos de la boda, sin percatarse de que para mí todo aquello era
un proceso arduo y complejo. Tuve que explicarle ciertas cosas para que
lo tomara con calma, porque así rush no podía ser. Al comienzo
los primeros dos fines de semana fuimos a varios bares del ambiente,
ella actuó como mi amiga mientras yo observaba el lugar. Vane no se
sintió cómoda por las miradas atrayentes de las chicas y yo por mi parte
era todo un niño poco experimentado y no sabía ni siquiera como mirar a
un hombre a los ojos. Luego de pensar día tras día a Vane se le ocurrió
la mejor idea en años: visitar a Adonis, la oveja negra de su familia
(y pronto mía). Era homosexual desde los 13 años y vive con un hombre de
40 años, que todos decían que podía ser su padre, siendo el de 23. Los
había visto apenas dos veces desde que comencé la relación con Vane
porque nadie los menciona para nada, hasta creo que no están invitados a
la boda. Decidimos visitarlo así de sorpresa una tarde. Le explicamos
todo y más sorprendido él no podía estar, pero le pareció tierno y se
atrevió a arrugarme los pómulos como si fuera un niño, cosa que a Vane
le molestó y lo regañó diciéndole “no te emociones mucho que no es tu
nueva conquista”.
Adonis me explicó ciertas cosas, pero delante de Vane no se atrevió a
decirme mucho y antes de irnos sin que Vane se percatara me susurró al
oído: “mañana ven sin ella”. Yo asentí con mi cabeza y al otro día
regresé a eso de las cuatro de la tarde. Él estaba sólo porque su amado
trabaja turnos rotativos.
̶ Explícame a mí, sin ella, ¿porque todo esto?
̶
Yo… yo… no sé qué me sucede… es algo que he querido hacer por años. Al
principio todo comenzó con una simple curiosidad, pero ha llegado al
punto de obsesionarme. Mis ganas son inmensas, he soñado inimaginables
veces con lo mismo y ya no puedo más. Tengo que hacerlo o no podré
casarme con ella.
̶ ¿Y no has pensado que si conoces a un hombre, éste quiera tener una relación seria contigo y no sólo jugar?
̶ Esto para mí no es un juego.
̶
Pero él puede que lo tome como tal porque eres heterosexual. Corres el
riesgo también de que te enamores o te guste tanto que no quieras
regresar con Vane.
̶ Son riesgos que estoy dispuesto a correr.
̶
Jamás había visto un caso como el tuyo, ni tampoco una persona tan
convencida, pero me parece interesante. Hubieses venido antes, siempre
he estado aquí. … que te puedo decir… no hay mucha diferencia entre
hombre y mujer. Así como las mujeres buscan amor, cariño, detalles,
comprensión, atención, los hombres también buscamos lo mismo. Un trago,
una mirada coqueta, un hola, un beso en la mejilla, un ¿cómo estás?,
puede ser la clave para conocer a una persona. Es cuestión de atreverte.
Dejar los miedos atrás, se más libre contigo y con tu propio cuerpo.
Aquí te tienes que olvidar de lo que se dice de los hombres, cosas como
no besarse con otro hombre, etc...
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