BLOC CULTURAL,

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lunes, 5 de septiembre de 2016

DESAYUNO - CENA - JUEVES - VIERNES -MAS EFECTIVIDAD QUE BRILLO LOCAL,./ BICICLETA - CONTADOR ELIGE A QUINTANA,.

 TITULO: DESAYUNO - CENA -  JUEVES - VIERNES - MAS EFECTIVIDAD QUE BRILLO LOCAL,.

DESAYUNO - CENA -  JUEVES - VIERNES - MAS EFECTIVIDAD QUE BRILLO LOCAL, fotos.

Kevin se alza ante los defensores arroyanos para anotar el segundo de la tarde. :: JORGE REYtercera

Más efectividad que brillo local,.

Kevin se alza ante los defensores arroyanos para anotar el segundo de la tarde. 
  • Los goles de Martins y Kevin le sirven a un discreto Cacereño para imponerse a un Arroyo contestatario,.

    Resultado de imagen de CAFE CON pastasYa había dejado entrever Adolfo Muñoz que la temporada para el Cacereño no iba a ser un camino de rosas. Ayer, el Arroyo en primer término, así como las imprecisiones propias de su equipo y el calor, crearon un caldo de cultivo ideal para que los verdes, que no pasaron por verdaderos apuros, tampoco llegaran a sentirse cómodos en un encuentro marcado por la mayor pegada de los capitalinos, que demostraron más eficacia que brillo gracias a los goles de Martins y Kevin.
    Si hubo algo que sorprendió ayer en el Príncipe Felipe fue precisamente la propuesta futbolística de un Arroyo contestario que, lejos de entregar sus armas con el tempranero gol de Martins, logró llevar durante gran parte del encuentro el peso del juego aprovechando la poca fluidez en la circulación del balón por parte del Cacereño, sobre todo en los tres primeros cuartos del partido. Hasta tal punto fue así que los arroyanos ya dispusieron de su primera ocasión meridianamente clara a los tres minutos de juego, cuando Bachi ganó en velocidad a los defensores verdes pero cuyo disparo desde dentro del área salió suave para que el meta Camacho pudiese atajar sin problemas. Dos minutos después, la picardía del Cacereño dejó desnuda a la defensa arroyana con un rápido saque de banda hacia Nando Copete, que sirvió al corazón del área un balón que Martins convirtió a placer libre de marca para anotar el primero de la tarde.
    Lejos de servir para engrasar la maquinaria verde, el gol del Cacereño no surtió un efecto de continuidad y fue el Arroyo el que dio un paso al frente para jugar de tú a tú al conjunto local. Los de Javi Moreno gozaron de varias oportunidades, como un disparo lejano de Asier que buscó sorprender a Camacho, así como un buen cabezazo de Villa que tampoco encontró fortuna. Mientras, el juego del Cacereño se hacía lento y pesado, despertando incluso en algunos momentos el murmullo del graderío. Fue Martins en el minuto 30 quien llevaría algo de tensión tras cabecear un centro de Minaya que salió fuera por poco. Con el 1-0 en el marcador, la jugada polémica del partido llegó en el minuto 37, cuando el Arroyo pidió penalti por una mano en el área cacereña que el colegiado González Umbert no vio. Ya en el 39 sería Copete el que gozaría para el Cacereño de una buena oportunidad, aunque su volea salió desviada lejos del marco defendido por Alberto.
    Tras el paso por los vestuarios, el Arroyo continuó enchufado al partido y fue su atacante Aitor en la primera acción de la segunda mitad el que gozó de una buena oportunidad con un peligroso disparo a puerta muy cerca de la portería, aunque el cancerbero cacereño estuvo astuto para enviar a córner. Los visitantes, acompañados por una nutrida representación de sus aficionados, seguían intentando poner cerco al área verde, aunque la mala definición en los metros finales sería su condena.
    Fue en el minuto de 57 cuando llegaría el gol de Kevin para sentenciar el partido. El delantero argentino se alzó entre los defensores visitantes para culminar de cabeza una magistral falta botada por Fran Minaya, el mejor y más incisivo hombre del encuentro. La acción previa llegó gracias a una de las escasas arrancadas de Carlos García.
    A partir de ahí, aunque sin grandes alardes ni delirios de grandeza, el Cacereño ya comenzó a parecerse un poco más a sí mismo y a lo que se espera de él. Los de Adolfo Muñoz tuvieron ocasiones para haber aumentado su renta, como con un centro de Martins al que Kevin no pudo llegar o un cabezazo de Copete a pase Minaya con Alberto ya batido que tampoco encontró puerta. Ya en el 85, Minaya sirvió otro buen balón a Carlos García, cuyo cabezazo obligó emplearse a Alberto. Todo ante un Arroyo más pausado por el lógico desgaste físico pero que tampoco renunciaba a la mordiente con hombres de refresco como Kevin, que se desfondó en sus 30 minutos sobre el césped del Príncipe Felipe.
    De hecho, las altas temperaturas soportadas por los jugadores de ambos equipos fueron motivo de felicitación del entrenador visitante en sala de prensa. Aunque Javi Moreno reconoció la superioridad del Cacereño, se mostró contento con el trabajo de sus hombres: «Los chavales no se han arrugado ni se han amilanado. Hemos hecho el partido que teníamos que hacer».
    Por su parte, el entrenador local, Adolfo Muñoz, tiró de autocrítica basándose en la ansiedad por las ganas de agradar: «Ha sido nuestro peor primer tiempo. Hemos fallado en los controles y en los pases, que son la base del fútbol, aunque luego hemos cambiado la dinámica».


    • TITULO: BICICLETA - CONTADOR ELIGE A QUINTANA,.
       
    • BICICLETA - CONTADOR ELIGE A QUINTANA, fotos,.
       
    • vuelta a españa,.

      Resultat d'imatges de Contador elige a Quintana,.Contador elige a Quintana,.


      Nairo Quintana observa atentamente a Contador, quien reventó la etapa desde el inicio e hizo que 93 corredores llegaran fuera de control.
    • Resultat d'imatges de bicicleta montañaConvierte la etapa en una locura desde el inicio, tumba al despistado Froome y pone en bandeja el triunfo final a Nairo,.

    • No es fácil dormir mal en el hotel Abba Formigal. Los Pirineos se meten por la ventana y te mecen. Aire nuevo, balsámico. Calma. Aun así, a Alberto Contador le costó conciliar el sueño tras la etapa del sábado, la del Aubisque. «Estaba disgustado», rumiaba. No había podido soportar los latigazos de Quintana y Froome. No es un ciclista domesticado. Se metió con rabia acumulada en la cama. Y así, sobre esas arrugas en el ánimo, no se duerme bien. Por la mañana, tras el desayuno, palpó desde el coche los últimos kilómetros de la etapa que iba a terminar por la tarde en Formigal. Y envió a Jacinto Vidarte, su jefe de prensa, a recorrer el inicio de la jornada, la salida desde Sabiñánigo. Mandó a un explorador. A que fuera sus ojos. Vidarte le contó lo que vio: un repecho desde el kilómetro uno al cinco. Contador asintió. Ahí iba a ser. Con eso le bastaba para reventar el día. Unas horas después, Brambilla ganó la etapa, Quintana sentenció la Vuelta, Froome pagó con su derrota el naufragio del Sky y Contador, satisfecho pese a que solo pudo ser sexto en Formigal, declaró: «Hoy voy a dormir mejor». Gane o pierda, es un ciclista imprescindible.
      Contador se tomó la etapa como una cuestión personal. No se trataba de ganar la Vuelta, sino de emocionarla. De morir matando. La bandera arriba. Era la etapa más breve, 118 kilómetros y tres puertos sin más: Petralba (3ª), Cotefablo (2ª) y Formigal (1ª). Poca historia. Parecía. «A mí me gusta cambiar el guion de las carreras», dijo el madrileño. Se fijó en la carretera que salía hacia Lárrede, justo tras el banderazo inicial. Había calentado un buen rato en el rodillo. Tenían bien ensayado el sudor. Y salió con el cuchillo entre los dientes. Correr así es su manera de perder una gran vuelta. La mejor manera posible. A culatazos. Se le adelantó el italiano Brambilla, el que más madrugó. «Ha sido una etapa loca para ciclistas locos», definió el italiano. En el repecho de Lárrede, Brambilla miró atrás y comprobó el grado de la locura: venían Contador y Moser, y a unos metros, tres del Movistar: Quintana, Castroviejo y Rubén Fernández.
      Más lejos, girándose y abriendo los brazos, Froome se desesperaba. Perdido en aquel laberinto. Solo uno de sus gregarios, David López, le servía de muleta. Froome miraba y no venía nadie más. Ni siquiera Konig, el quinto clasificado en la general. El checo narró así el desplome del hasta ahora todopoderoso Sky: «De repente, nos pudo el pánico. Hubo una indecisión. No sé. Todo iba mal y todo fue a peor». El Sky se diluía. Froome había cometido el único error que tenía prohibido: perder la rueda de Quintana. Lo pagará dentro de una semana con esta Vuelta. Mientras el Sky dudaba entre esperar para reagruparse o seguir la rueda del Orica de Chaves, el otro equipo pillado a contrapié, Contador ni miraba atrás. Determinado. Le gusta correr las etapas al contando, sin plazos ni especulaciones. Se tiró por la bajada de Lárrede. Derrapando. El sábado parecía un protagonista viejo retirado de la escena. Eso le quitó el sueño. Camino de Formigal, Contador era de nuevo Contador. Le arrancó a la etapa las señales de límite de velocidad.
      Reloj de arena
      Con él iban dos gregarios, Rovny y Trofimov. Quintana, pegado a su rueda, puso a colaborar a Castroviejo y Rubén Fernández. Les ayudaron el Cannondale y el Trek. En esa fuga iban también Elissonde y Omar Fraile, los dos que discuten por el premio de la montaña. Fraile cruzó primero el alto de Petralba. El reloj de arena empezaba a enterrar a Froome: más de dos minutos de ventaja para Contador y Quintana. Hasta tres tuvieron tras pasar Cotefablo. El británico iba con el maillot blanco. Su equipo, incomprensiblemente despistado, penaba de negro, de luto. Cuando el único de los suyos que dio la talla, David López, se ahogó en sudor, Froome se quedó solo. Culpa del indomable Contador. El madrileño sabe desde hace días que esta es la primera Vuelta que perderá -se ha impuesto en las tres ediciones que ha disputado-, pero salió a elegir al ganador. El que le siguiera: Quintana. «Ha sido una etapa grandiosa. Alberto (Contador) es un gran estratega», le agradeció el colombiano.
      «¡A tope! ¡A tope!», exigía Quintana al generoso Castroviejo ya en el inicio del ascenso a Formigal. A menos de dos minutos y medio, Froome recibía el apoyo del Astana, de Luis León Sánchez en especial. Una moto. El equipo kazajo alegó que tiraba para defender la posición en la general de Scarponi. Lícito. O fue eso o fue una cuenta pendiente. O fue un acuerdo con el Sky. Da igual. También el Cannondale tiraba sin motivo de Contador y Quintana cuando llevaba detrás a su líder, Talansky. Al final, la Vuelta se redujo a un duelo entre Quintana, que se puso al frente a ocho kilómetros de la meta, y Froome, que titubeaba. Pagaba los nervios. Nunca se había sentido huérfano. En julio ganó el Tour rodeado de ciclistas del Sky. En Formigal hasta el viento le soplaba en contra.
      «Lo ha cambiado Alberto»
      A pedaladas, Quintana le iba dando forma a un espejismo: «Todo esto no estaba planificado. Todo lo ha cambiado Alberto con esa salida», desveló. Brambilla y Contador, que ansiaban el triunfo de etapa, eran sus sombras. Los dos merecían la etapa que los dos habían descorchado desde la salida. Como Quintana merece la Vuelta tras el error de Froome y el Sky en ese comienzo. Pero Contador no tiene sus mejores piernas. El aliento se le enredó en las voces del público que le hacía la reverencia. No soportó el ritmo de Quintana. «Me había gastado mucho en la hora y media inicial de la etapa», dijo. Lo pagó. Brambilla, en cambio, pegó su alma a la rueda trasera de Quintana y le remató en la meta. «¡He ganado la etapa más loca!», gritó. A Quintana, al límite, se le cayó la cabeza al entrar a unos metros. Ni fuerzas para sonreír pese a los 2 minutos y 34 segundos que le había metido a Froome. Enseguida dijo: «Bueno. Hay que ser cauto, pero tengo confianza en mantener el liderato hasta el final». Tiene eso y más: 3 minutos y 37 segundos sobre Froome, casi cuatro sobre Chaves y 4.02 sobre Contador, que ni ganó la etapa ni ganará la Vuelta.
      Los aficionados le rodearon en Formigal. «Gracias, gracias. Mucho esfuerzo para tan poco resultado», decía Contador. Un hincha le respondió: «Sí, pero estas son las etapas que quedan en el recuerdo». Y eso le sacó una sonrisa al madrileño, que iba a dormir a pierna suelta.

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