BLOC CULTURAL,

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viernes, 9 de octubre de 2015

REX, UN POLICIA DIFERENTE - NATACIÓN - 80 KILÓMETROS NADANDO,./ VIAJANDO CON CHESTER - EL EJE FRANCOALEMAN SE REIVINDICA EN LA UE.

TÍTULO: REX, UN POLICIA DIFERENTE - NATACIÓN - 80 KILÓMETROS NADANDO,.

REX, UN POLICIA DIFERENTE - NATACIÓN - 80 KILÓMETROS NADANDO, fotos.

El aventurero guipuzcoano , el pasado julio, tras su último reto80 kilómetros nadando,.

El aventurero guipuzcoano , el pasado julio, tras su último reto ,.
    Resultat d'imatges de REX, UN POLICIA DIFERENTE -
  • Carlos Peña inicia hoy el reto de ir por el agua desde Monfragüe hasta Alcántara | El deportista vasco necesitará 30 horas para completar su hazaña, cuyo fin es concienciar sobre el alzhéimer,.

    Cuando Carlos Peña empezó a nadar, ceñirse un traje de neopreno era un viacrucis de paciencia y maña. «Eran de dos piezas, te hacían unas heridas terribles, tardabas media hora en ponértelo...», recuerda. Eran tan incómodos que la única manera que él encontró de ganarle la batalla al traje fue bracear de espaldas. Así, de esa forma, con la cara de frente al cielo, este vasco de Tolosa (Guipúzcoa) ha recorrido el lago Titicaca, el lago Ness, el estrecho de Magallanes, el de Gibraltar... Y el embalse de Alqueva. Y el de Alcántara, que volverá a recorrer entre hoy y mañana.
    Será su segunda vez en este pantano del norte extremeño, el segundo más grande de España después del de La Serena. «Quería hacer este reto en un sitio que ya conociera, porque la exigencia es máxima -cuenta-, y Alcántara lo conozco porque lo crucé en el año 2001, aunque entonces lo hice en tres etapas». Esta vez lo hará del tirón: 80 kilómetros nadando. Si todo va bien tardará unas treinta horas. 
 TÍTULO:  VIAJANDO CON CHESTER - EL EJE FRANCOALEMAN SE REIVINDICA EN LA UE.

    VIAJANDO CON CHESTER -

Resultat d'imatges de pepa bueno con viajando con chester Viajando con Chester es un programa de televisión español, de género periodístico, presentado por
Pepa Bueno, en la cuatro los domingos  las 21:30,. foto








EL EJE FRANCOALEMAN SE REIVINDICA EN LA UE.

Angela Merkel y François Hollande, ayer en la Eurocámara. :: PATRICK HERTZOG / AFP

Angela Merkel y François Hollande, ayer en la Eurocámara. foto
  • Merkel y Hollande alertan en la Eurocámara sobre el nacionalismo y piden «más Europa» 

    La columna vertebral de Europa, el eje francoalemán, se reivindicó ante el Parlamento Europeo en una sesión plenaria celebrada en Estrasburgo que recibió la etiqueta de «histórica» más por el formato que por el propio contenido de las intervenciones, que quizá no fueron tan lejos como algunos se esperaban. Emulando la foto que hace 26 años protagonizaron Helmut Kohl y François Mitterrand, ayer, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, intervinieron en la Eurocámara para consolidar su eje y pedir «más Europa» en tiempos de enorme turbulencia. «Debemos frenar la inclinación a actuar a escala nacional. Debemos actuar juntos. Es precisamente ahora cuando necesitamos más Europa», recalcó Merkel. «El nacionalismo es la guerra», apostilló Hollande parafraseando a Mitterrand. Y añadió: «El soberanismo es la decadencia».
    Los dos grandes líderes comunitarios pueden tener muchísimas virtudes, pero la de la oratoria, en el tradicional sentido de la 'grande politique', no es la principal. No encandilan, pero imponen, sobre todo la gran jefa en la sombra. Y si Angela Merkel dice como ayer que el marco regulatorio que tiene la UE en materia de inmigración «ya no sirve», que nadie dude que antes o después habrá nuevas reglas 'ad hoc'. El club es el club. La Unión de los 28, aquella en la que sobre el papel todos son iguales, pero donde en la práctica, dos marcan la pauta. «Si la coalición francoalemana no funciona, toda Europa sufre», admitió el presidente del Parlamento, Martin Schulz, al inicio del debate.
    Hollande fue el primero en intervenir. A diferencia de su colega -Merkel habló casi en exclusiva de la crisis de los refugiados-, el líder francés repasó un sinfín de temas: desde la reciente crisis entre Ucrania y Rusia, a la necesidad de impulsar el tratado de libre comercio (TTIP) entre Europa y Estados Unidos. Sí hizo especial énfasis en la crisis siria para advertir de que o se toman cartas en el asunto o las consecuencias del conflicto son impredecibles. «Hay que evitar una guerra total en Siria. Si estalla, no pensemos que estaremos a salvo. Será una guerra que podrá afectar también a nuestro propio territorio, así que tendremos que actuar», recalcó.
    «Toda Europa entera debe comprometerse en el plano humanitario, político, diplomático (...). Debemos construir en Siria un futuro político que dé a la población otra alternativa a Bashar el-Asad, que bombardea a su pueblo, y al terrorismo de Daesh (el Estado Islámico). Es nuestro deber frente a los sirios y es nuestro interés como europeos», manifestó tajante. Tras mostrar su firmeza en seguir combatiendo el terrorismo internacional, se refirió al drama de los refugiados para abogar por «ayudar a Turquía» y defender el futuro de Schengen, quizá uno de los grandes logros del proyecto europeo y que ahora ha quedado muy cuestionado por la gestión que varios Estados miembros han hecho en sus fronteras todos estos meses.
    Modificación de los Tratados
    Angela Merkel, por su parte, lo tenía bastante claro ya que pivotó gran parte de su discurso en la crisis de los refugiados, un «reto de dimensiones históricas». «No podemos cerrarnos a lo que pasa el mundo. Nunca desde la Segunda Guerra Mundial ha habido más gente huyendo», recordó antes de poner en duda el marco jurídico actual. «Honestamente, el sistema de Dublín (un refugiado debe registrase en el primer Estado de la UE que pisa) está obsoleto. Tenía buenas intenciones pero ha demostrado no ser sostenible», admitió. «Necesitamos un procedimiento para un reparto justo y solidario», recalcó en lo que fue el enésimo mensaje lanzado al bloque del Este. «Nunca habrá muros lo suficientemente altos para detener a los refugiados. Necesitamos alcanzar una solución real», recalcó.
    Solidaridad sí, pero política de puertas abiertas, no. «Nadie abandona su país ligeramente, tampoco los que vienen por motivos económicos, pero a éstos les debemos decir que no pueden quedarse, precisamente para que podamos ayudar realmente a los que necesitan nuestra protección», dijo.
    Y ahora que se recuerda qué pasó en Alemania hace un cuarto de siglo y se loa tanto la reunificación, pidió combatir «la tentación de regresar a las actuaciones a escala nacional». «Ahora necesitamos más Europa. Más que nunca necesitamos la valentía y la unidad que Europa siempre ha demostrado cuando hacía falta. Juntos podremos luchar contra las causas mundiales de la crisis de refugiados y sólo unidos podremos proteger mejor las fronteras exteriores de la UE». Y todo ello, apostilló, defendiendo «la Europa sin fronteras».
    Sin embargo, unas de las cosas más interesantes que ayer dijo Merkel en Estrasburgo no fue ante el plenario, sino en una reunión previa celebrada ante el grupo del PP europeo. Dejó la puerta abierta a cambiar los Tratados (un tema tabú) si «necesitamos que Europa evolucione». «Necesitamos estar listos para actuar. ¿Podemos desarrollar Europa políticamente? Estoy lista para ello», aseguró en un claro guiño a su colega Hollande, que quiere erigirse en líder de una mayor integración de la zona euro, algo que sin embargo citó ayer muy de forma tangencial.
    Fue una hora de intervenciones que evidenció que el eje francoalemán ha vuelto. Quizá nunca se haya ido, pero tal vez hacía falta que alguien lo reivindicara en una Europa maniatada por los problemas.

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