BLOC CULTURAL,

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lunes, 28 de julio de 2014

LA CHIMENEA, FRIO, 'A LA ORILLA DE LA CHIMENEA' CANCION,.= LA CALLE DE LA MELANCOLIA,.

TÍTULO: LA CHIMENEA, FRIO, 'A LA ORILLA DE LA CHIMENEA' CANCION,

( foto )

Puedo ponerme cursi y decir que tus labios
Me saben igual que los labios que beso en mis sueños,
Puedo ponerme triste y decir que me basta
Con ser tu enemigo, tu todo, tu esclavo, tu fiebre tu dueño
Y si quieres también puedo ser tu estación y tu tren,
Tu mal y tu bien, tu pan y tu vino, tu pecado tu dios tu asesino,
O tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra
A la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea.

Puedo ponerme humilde y decir que no soy el mejor
Que me falta algo para atarte a mi cama,
Puedo ponerme digno y decir toma mi dirección
Cuando te hartes de amores baratos, de un rato me llamas
Y si quieres también puedo ser tu trapecio y tu red,
Tu adiós y tu ven, tu manta y tu frío, tu resaca, tu lunes, tu hastío,
O tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra
A la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea.
O tal vez ese viento que te arranca del aburrimiento
Y te deja abrazada a una duda, en mitad de la calle y desnuda.
O tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra
A la orilla de la chimenea a esperar..

TÍTULO: CANCION,.= LA CALLE DE LA MELANCOLIA,.


( foto )

Como quien viaja a lomos de una yegua sombría, 
por la ciudad camino, no preguntéis adónde. 
Busco acaso un encuentro que me ilumine el día, 
y no hallo más que puertas que niegan lo que esconden. 
Las chimeneas vierten su vómito de humo 
a un cielo cada vez más lejano y más alto. 
Por las paredes ocres se desparrama el zumo 
de una fruta de sangre crecida en el asfalto. 

Ya el campo estará verde, debe ser Primavera, 
cruza por mi mirada un tren interminable, 
el barrio donde habito no es ninguna pradera, 
desolado paisaje de antenas y de cables. 
Vivo en el númeor siete, calle Melancolía. 
Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría. 
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía 
y en la escalera me siento a silbar mi melodía. 

Como quien viaja a bordo de un barco enloquecido, 
que viene de la noche y va a ninguna parte, 
así mis pies descienden la cuesta del olvido, 
fatigados de tanto andar sin encontrarte. 
Luego, de vuelta a casa, enciendo un cigarrillo, 
ordeno mis papeles, resuelvo un crucigrama; 
me enfado con las sombras que pueblan los pasillos 
y me abrazo a la ausencia que dejas en mi cama. 

Trepo por tu recuerdo como una enredadera 
que no encuentra ventanas donde agarrarse, soy 
esa absurda epidemia que sufren las aceras, 
si quieres encontrarme, ya sabes dónde estoy. 
Vivo en el númeor siete, calle Melancolía. 
Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría. 
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía 
y en la escalera me siento a silbar mi melodía,.

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